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2 de octubre de 2016

Estados Unidos: el payaso y la fiera

Estados Unidos: el payaso y la fiera
original
Oumma

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.



La política estadounidense es una caricatura de sí misma. Sigue funcionando de maravilla, como si no pasara nada. La campaña electoral desgrana sus tópicos, multiplica los golpes bajos, tontería e insultos en vez de argumentos, pero nada detiene esa máquina de descerebrar al buen pueblo. Resignados, los ciudadanos tragan la poción debilitante en altas dosis, la digieren día tras día. Y el 8 de noviembre la mayoría acabará rindiéndose en las urnas, la suficiente en cualquier caso para mantener el mito de la democracia en el reino de las multinacionales.
El multimillonario desmelenado contra el ojito derecho de Wall Street, el payaso xenófobo contra la musa de los «neocons», el perdonavidas de los latinos contra la pizpireta ejecutora de jefes de Estado: la alternativa es desesperante. Es chocante, sin embargo, que los medios dominantes satanicen exclusivamente a Donald Trump. En Francia se puede leer un panegírico a la gloria de Hillary Clinton en L’Obs, pero difícilmente se encontrará algo parecido en favor de su adversario. Para el sistema el asunto está claro. Trump es el villano, el machista, el racista. Hillary es la mujer fuerte, apasionada. Un poco belicista, cierto, pero tan atenta respecto a las minorías. Y además «de todas formas es demócrata».
¿Por qué los medios del sistema detestan a Trump? No porque dice que los inmigrantes son ladrones o porque quiere prohibir a los musulmanes entrar en territorio estadounidense. De esta demagogia básica los medios no tendrían nada que decir. En Francia, por ejemplo, el vómito de un Zemmour no le impide tener las puertas abiertas de todas las cadenas. Tampoco su prosa odiosa de impotente degenerado priva a Houellebecq de un premio literario. Por lo tanto la verdadera razón de la hostilidad mediática hacia Trump está en otra parte. Basta mirar su programa más allá de los insultos para darse cuenta de que el multimillonario está dando algunas patadas al hormiguero.
La primera patada es para el dogma neoconservador. Para el candidato republicano la política extranjera de Barack Obama es un fiasco del que hay que sacar enseñanzas. Y claramente su condena es tanto para las intervenciones militares directas (Irak, Afganistán, Libia) como para los intentos de intervención indirecta (Siria). Ningún candidato investido por uno de los dos grandes partidos para una elección presidencial ha sido nunca incisivo sobre el asunto. Se puede pensar cualquier cosa de él, pero Trump está en contra de la intervención militar de Estados Unidos porque sus intereses vitales no están en juego. Pero lo ha dicho con claridad: la guerra subrogada en Siria, así como la intervención en Libia, han sembrado un caos del que Barack Obama y Hillary Clinton son responsables. Difícil quitarle la razón.
Obviamente denuncia con el mismo vigor el cinismo de la política que consiste en utilizar a los yihadistas en Oriente medio. Servirse de los terroristas que atacaron Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001 para debilitar a sus enemigos (con la participación activa de la CIA) es una aberración que Trump no deja de fulminar. Y es lamentable observar que ese argumento lógico en Francia no roza ni a la derecha (responsable del desastre libio), ni al PS (responsable del desastre sirio), ni a una extrema izquierda que sin duda debe de leer a Marx con el libro al revés. El reaccionario Trump (que en efecto lo es) rechaza que su país colabore con al Qaida. El NPA francés (Nouveau Parti anticapitaliste, N. de T.) pide armas contra Assad y se manifiesta frente a la embajada rusa. 
De la segunda patada al hormiguero nuestros serviles medios hablan poco. ¡Se entiende por qué! Lo mismo que rechaza el neoconservadurismo militarista y el cinismo a pequeña escala de los aprendices de brujo de la yihad, Trump rechaza el libre comercio. Critica a la organización Mundial del Comercio (OMC) y denuncia una globalización responsable de la destrucción de las clases medias estadounidenses. Esta «calamidad», dice, ha provocado el cierre de 60.000 fábricas y la destrucción de cinco millones de empleos industriales en Estados Unidos en 15 años. Pero tiene algo peor, el horror absoluto, Trump se propone aumentar las tasas sobre las importaciones extranjeras. Está contra la liberalización desenfrenada del comercio mundial y por la protección de la producción nacional. En lo que queda de una clase trabajadora arruinada por la competencia china el elogio al proteccionismo pasa mucho mejor que las odas de Hillary Clinton a los derechos de la comunidad LGBT.
Si añadimos que Trump declara abiertamente que hay que recuperar el diálogo con Rusia, se entiende que su campaña siembre la inquietud en la cumbre de un establishment que intenta controlar una elección conocida de antemano. Excesivo y xenófobo, Trump no pondría en peligro los intereses dominantes si no fuera, al mismo tiempo, el defensor de un sector empresarial arraigado al suelo estadounidense, un tanto chovinista y aislacionista, que no saca sus beneficios de la globalización. Él ha construido su fortuna personal con la inmobiliaria, la lucha libre y la televisión, actividades dirigidas al mercado interno y típicamente nacionales. Los intereses que representa el creso self-made man son evidentemente los intereses de una fracción de la oligarquía capitalista. Pero esta fracción no incluye a las multinacionales del armamento, la energía y la agroalimentaria decididas a atiborrarse límite de dividendos de la globalización.
Trump contra Clinton no es el pueblo contra la oligarquía ni la derecha contra la izquierda. Esos conceptos en este caso no tienen ningún interés analítico. Lo mismo que Clinton Trump quiere que Estados Unidos sea más poderoso que nunca. No quiere ningún otro horizonte en esta potencia que el desarrollo de un capitalismo sin complejos. Pero la fracción del capital que él representa exige que ese desarrollo se haga a menor precio y se apoye en la reindustrialización del país. Trump está contra el Tratado Transpacífico (TTIP), Clinton quiere que se mantenga. Trump critica la extensión de la OTAN, Clinton quiere proseguirla. Para ganar la competencia económica mundial Clinton quiere acelerar la globalización al abrigo de un aparato militar demencial. Trump quiere poner límites a la globalización y proteger la economía nacional de las turbulencias planetarias. Una quiere prolongar a cualquier precio el «caos constructivo», el otro ha comprendido que esa estrategia es peligrosa para todo el mundo.
Es Hillary Clinton y no Donald Trump quien encarna la pretensión narcisista de dominar el mundo y apropiarse de sus recursos. Rodeada de generales la «reina del caos» clama su determinación a restaurar el liderazgo de Washington en los asuntos planetarios. Blandiendo los derechos humanos como una castigadora anunció la muerte de Bachar Al-Assad si resulta elegida. Orgullosa de su operación de «cambio de régimen» en Libia, gritó de placer: "We came, we saw, he died!" (¡Vinimos, vimos, murió!). Desea esparcir la semilla de la democracia y del mercado en las poblaciones atrasadas que todavía no han tenido la dicha de conocer «el sueño americano». Pero esta fiera no dudará en recurrir a las persuasivas razones de los misiles de crucero para convencer a los díscolos.
El complejo militar industrial, las finanzas neoyorquinas y el lobby sionista (los dos últimos vienen a ser lo mismo) están de todo corazón con Hillary Clinton. Al ser Estados Unidos una plutocracia en estado puro ella tiene que dirigirla. Su éxito anunciado a bombo y platillo por una prensa internacional servil está en el orden de las cosas. Las «gracias» de su adversario parecen hechas a medida para abrir el bulevar a Clinton, la función de payaso útil resalta la credibilidad de su contrincante.
Obviamente eso no es suficiente. Volando en auxilio de una candidata cansada Barack Obama acusa a Donald Trump de complicidad con Vladimir Putin, curiosamente asimilado a Sadam Husein. La vinculación es burda, pero en Estados Unidos todas las vinculaciones lo son. Hasta el 8 de noviembre todo vale para favorecer a la candidata del sistema, salvo algún percance en el camino…
Fuente: http://oumma.com/223691/usa-clown-furie

¿Es esta la prueba de que existía una antigua civilización en Marte?

Medios internacionales consideran que este descubrimiento alimenta aún más la teoría de la conspiración de la NASA, al esconder pruebas de la existencia de vida extraterrestre.

Youtube / Paranormal Crucible
Expertos del canal Paranormal Crucible de YouTube, que investigan todas las anomalías que se registran en Marte, afirman haber encontrado pruebas de que en la antigüedad en el planeta rojo existía una civilización.
En una imagen supuestamente tomada por el 'rover' Curiosity de la NASA en la superficie rocosa de Marte, los entusiastas afirman haber descubierto un extraño objeto similar a un anillo o una pulsera marciana que data de hace "cientos o miles de años".
"Este sorprendente artefacto es una evidencia sólida de que en el pasado existía vida en el planeta rojo. Este es un anillo o tal vez un pequeño brazalete, que incluso tiene un tinte de oro", comentan los expertos. Por su parte, el diario británico 'Daily Star' considera que este descubrimiento alimenta aún más la teoría de la conspiración de la NASA, al esconder pruebas de la existencia de extraterrestres.

Nuestros antepasados viajaron al espacio y descubrieron Plutón hace 7.000 años

Ministro iraquí: "Nuestros antepasados viajaron al espacio y descubrieron Plutón hace 7.000 años"
El pueblo sumerio se estableció en Mesopotamia, actualmente el sur de Irak, desde el año 5500 hasta 4000 a.C.
Wikipedia.org

El ministro de Transporte iraquí Kazem Finjan ha afirmado que los antiguos sumerios inventaron los viajes espaciales (en el actual Irak) hace 7.000 años, de acuerdo con 'The New Arab'. El medio sostiene que el político hizo esta sorprendente afirmación durante una rueda de prensa en la provincia Di Qar, al sur del país.
En un discurso ante los periodistas el político ha afirmado que la antigua civilización construyó el primer aeropuerto del mundo, alrededor del año 5000 a.C. Finjan también ha añadido, que el citado aeródromo sirvió como un centro para la exploración del cosmos y que los sumerios viajaron al espacio y descubrieron Plutón.
En el mismo discurso Finjan trató de respaldar sus afirmaciones pidiendo a los escépticos que estudien las obras de los expertos sumerios, por ejemplo las del investigador ruso Samuel Kramer.
Samuel Kramer fue un destacado investigador de los sumerios que nació en el Imperio ruso y fue obligado a trasladarse a EE.UU. para estudiar en Filadelfia. El científico analizaba la mitología de este pueblo antiguo y sus ideas en cuanto a nuestro Sistema Solar. Kramer falleció de cáncer en Estados Unidos en 1990 y publicó numerosas obras.
Las declaraciones de Kazem Finjan han dejado perplejos a los periodistas presentes y sirven de caldo de cultivo para los amantes de la teoría de la conspiración de la supuesta ocultación de los gobiernos y agencias espacialesrespecto a contactos con extraterrestres y otros fenómenos.

¿Dónde ocultan su oro los multimillonarios estadounidenses?

Tras la adopción de la nueva legislación estadounidense, las cuentas de los bancos suizos ya no son secretas, pero nada obliga a declarar el oro guardado en almacenes de alta seguridad.
Imagen Ilustrativa
Imagen IlustrativaReuters

Los búnkeres suizos son cada vez más populares entre los multimillonarios estadounidenses que quieren mantener sus activos en secreto, informa Bloomberg. Situados en zonas remotas de los Alpes, estas antiguas instalaciones militares sirven de almacén de oro para algunas de las personas más ricas del planeta.
En 2010 las autoridades de EE.UU. adoptaron la Ley de cumplimiento tributario de cuentas en el extranjero (FATCA por sus siglas en inglés), según la cual todos los bancos del mundo están obligados a proporcionar al Gobierno de EE.UU. los datos sobre los clientes estadounidenses. Como consecuencia, los bancos suizos tienen ahora que ser más escrupulosos con los depósitos de sus clientes.
La nueva legislación provocó un 'boom' en la venta de búnkeres en Suiza. Estos almacenes no están sujetos a la mencionada ley a pesar de contar con medidas de seguridad como puertas blindadas y sistemas de reconocimiento de iris y estar vigilados por personal armado. De este modo, los búnkeres secretos localizados en las montañas pueden almacenar cualquier tipo de valores sin que su contenido deba ser notificado al Servicio de Impuestos Internos de EE.UU.
Varios centenares de búnkeres del Ejército suizo fueron comprados y convertidos en almacenes de oro por parte de empresarios. Las autoridades suizas participaron activamente en las investigaciones de los escándalos de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) de 2015 y de la compañía petrolera Petrobras, lo que fue otro factor que causó el auge en la venta de búnkeres.
"El comercio de oro tiene un papel importante en la economía suiza", comenta el exagente especial del Departamento del Tesoro de EE.UU. y autor de muchos libros sobre el lavado de dinero, John Cassara. "No me sorprende que las autoridades no apliquen medidas más eficientes para supervisar la situación. Los poderes fácticos no quieren meterse en esto", añade. 
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