J Jorge Ruiz Hernandez
He concedido que mis Plumas de Oro graben mi palabra que os he dado en este Tercer Tiempo, con la cual se formará el Tercer Testamento, el cual llegará más tarde a las manos del hombre. En el mañana las nuevas generaciones lo estudiarán y sabrán conducirse dentro de la moral, sabrán espiritualizarse y sentirán que el Padre está con ellos. Yo confiaré guardianes y consejeros que estén a la diestra y custodia de la humanidad.
Pueblo amado: Vos sois el discípulo a quien he venido preparando desde el principio de mi comunicación, para que después de concluida la etapa de mi palabra podáis sentirme en vuestro espíritu.
El año de 1950 ha llegado a su plenitud. Es el año marcado por mi voluntad como el último de mi comunicación a través de la mente y de los labios de estos portavoces. Es el año mil veces mencionado en mi palabra para que ninguna congregación ignorase el día postrero de mi manifestación.
La palabra que tanto bálsamo ha derramado en vuestras heridas, vais a dejarla de escuchar. La voz que ha sido vuestro recreo espiritual y vuestro consuelo, está próxima a cesar, pero no vais a mostrar ni por un instante inconformidad, más bien reconoceréis humildemente que si fue mi voluntad enviaros por un tiempo esta luz, también por mi voluntad tendrá su término.
No digáis que os parece breve el tiempo en que me he manifestado en palabra entre vosotros, porque a Mí no debéis atribuirme imperfección alguna en mis determinaciones. ¿Acaso creéis que ignoraba que al llegar el año de 1950 ibais a estar impreparados? No, discípulos, todo lo sabía, sin embargo fue mi voluntad señalar este año como el último y este designio debéis tomarlo como perfecto.
En aquel Segundo Tiempo también con anticipación estuve anunciando mi partida a mis apóstoles, a pesar de que sabía que aún estaban débiles; prueba de ello fue que uno de ellos dudó de mi Divinidad y se sintió defraudado en sus ambiciones materiales, y al comprobar que los tesoros que Yo venía prometiendo no eran de este mundo, optó por entregarme a los enemigos de mi Doctrina, cegado por el pago con que habrían de retribuir su servicio.
Ved si no había aún tinieblas en aquel corazón que puso precio a la vida de su Maestro.
Luego, cuando fui tomado por aquella turba para comparecer ante sacerdotes y gobernantes, vi cómo la confusión y el desconcierto se apoderaron del resto de mis discípulos, quienes presas de temor huyeron a ocultarse. Cuando Pedro fue descubierto como uno de los que me acompañaban, me negó, jurando no haberme visto nunca.
Todas estas fueron pruebas de que al tiempo de mi partida los discípulos no habían alcanzado su madurez.
Es que aquellos tres años que duró mi predicación fueron marcados para entregar a la humanidad un divino Mensaje, mas no porque en el mismo término tuviesen los discípulos que alcanzar la máxima elevación y perfeccionamiento.
Aquellos tres años fueron de preparación para el tiempo de lucha que vendría después de mi partida.
Mi sacrificio se consumó, mas sabiendo que aquellos corazones me necesitaban más que nunca, porque en su interior se había desatado una tempestad de dudas, sufrimientos, confusiones y temores, presto me acerqué a ellos para darles una prueba más de mi infinita caridad. En mi amor y piedad por aquellos párvulos de mi palabra, me humanicé tomando la forma o imagen del cuerpo que llevé en el mundo y me dejé ver y me hice oír, y con mis palabras encendí de nuevo la fe en aquellos decaídos espíritus. Era una nueva lección, una nueva forma de comunicarme con quienes me habían acompañado en la Tierra y se sintieron fortalecidos, inspirados, transfigurados por la fe y el conocimiento en mi verdad.
A pesar de aquellas pruebas, de las que eran testigos todos, hubo uno que con obstinación negaba mis manifestaciones y pruebas que espiritualmente venía a dar a mis discípulos y fue menester permitirle que palpara hasta con sus sentidos materiales mi presencia espiritual para que pudiese creer.
Pero no solamente entre los discípulos que más cerca de Mí estuvieron se suscitó aquella duda; no, también entre las multitudes, en los poblados, en las ciudades y en las aldeas, entre los que habían recibido pruebas de mi poder y por esas obras me seguían, surgió la confusión, la interrogación angustiosa, la sorpresa, el no saberse explicar, por qué todo había terminado en aquella forma.
Yo tuve caridad de todos y así como a mis más cercanos discípulos les di pruebas de no haberme apartado de ellos aunque ya no les acompañase en cuanto hombre en la Tierra, a cada corazón, en cada hogar o familia y en cada pueblo, me manifesté ante los corazones que creían en Mí, haciéndoles sentir mi presencia espiritual en multitud de formas. Entonces comenzó la lucha de aquel pueblo de cristianos que necesitaron perder en la Tierra a su Maestro, para levantarse a predicar la verdad que Él les había revelado. Todos conocéis sus grandes obras.
Vosotros también tendréis que perder esta comunicación para poderos levantar a dar testimonio de mi palabra. Mas antes de levantaros me manifestaré de Espíritu a espíritu con mi pueblo para apartarle sus dudas, para corregirle sus errores y librarle de sus confusiones, porque os vuelvo a decir, que cuando Yo haga cesar mi palabra, tampoco vosotros estaréis preparados, por lo que habrá traidores, habrá quienes me nieguen y quienes pongan en duda mi comunicación de Espíritu a espíritu. Mas Yo os inspiraré y os daré nuevas pruebas de mi verdad para que también os levantéis plenos de amor, de fe y espiritualidad a la lucha que os espera.
Escuchad mi voz, pueblo, ella desciende a llenaros de valor y de ánimo para la lucha que pronto habréis de emprender. El camino os espera, la etapa de vuestro cumplimiento se aproxima y necesitáis estar fuertes.
Mi palabra, grabada desde ahora en vuestro espíritu, será vuestra guía, ella os conducirá paso a paso hasta la meta feliz que os he trazado, para que lleguéis a morar en la luz por una eternidad.
Cada uno de los que me han oído y aprendido la divina enseñanza, será un mensajero de mi palabra en el sendero. Su corazón será una alforja llena de bendiciones para derramarse en sus hermanos necesitados de salud, de paz, de consuelo.
Cruzarán mis discípulos las grandes extensiones en pos de ciudades y pueblos, donde sin saber, muchos corazones les esperan. Ya una vez en el camino de vuestra misión, no tendréis a nadie que preguntar si vais por la verdadera senda o si os habéis desviado, porque la Conciencia os iluminará y mi palabra os instruirá en todo lo que deberéis hacer.
La caridad con que tratéis a vuestros hermanos, será premiada por Mí con prodigios y obras que conmuevan el corazón más duro y frío.
Ahora podréis explicaros por qué desde hace tiempo os encontráis sujetos a una purificación, porque es indispensable que quienes van a hablar de pureza, lleven limpidez en su corazón, y lleven paz los que van a sembrar de paz y de concordia los hogares.
Mi palabra os llena de fortaleza, porque ya es tiempo de que vosotros surjáis en la Tierra como emisarios y apóstoles de la espiritualidad; la humanidad está horrorizada por la guerra, el hambre y la perversidad.
No deberá faltaros la presencia de ánimo cuando os enfrentéis al dolor, a la miseria y a la muerte, porque será precisamente ahí donde brille la luz que lleváis, iluminando la vida de vuestros hermanos.
Nada es imposible a mi poder, por lo tanto Yo os moveré de un punto a otro, os conduciré y os haré llegar a donde vuestra presencia sea necesaria, porque en cada hijo de este pueblo enviaré un consuelo a los que sufren, a los que hace mucho tiempo están esperando el advenimiento de la justicia y de la paz en la Tierra.
Cuando mi pueblo llegue a las naciones y se aproxime a sus hermanos, se sentirá sorprendido al encontrar cierta preparación o disposición en los hombres para comprender esta Doctrina. Esto se debe a la evolución natural que cada criatura ha alcanzado y a la vibración incesante de mi Espíritu sobre toda la humanidad.
Cuán pocos han sido los que verdaderamente han sabido pedir. Vosotros mismos que estáis escuchando esta palabra, muchas veces no sabéis cómo pedir ni qué pedir. Mas en mi caridad por vosotros siempre voy adelante y os doy más de lo que necesitáis, aunque no siempre sea lo que habéis solicitado, porque sólo Yo sé lo que más conviene a cada quién.
Vosotros pedís para ahora mismo, Yo os doy para el futuro. Vosotros pensáis en vuestro mejoramiento material, Yo pienso en vuestro perfeccionamiento espiritual. No sólo os digo, que sea más importante el espíritu que la materia, sino que ésta siempre estará en un segundo término. Todo aquello que no atañe al espíritu, os es dado por añadidura.
Yo todo os lo doy y, ¿qué os pido en cambio? Sólo que cumpláis con vuestra misión, tomando con amor lo que os he concedido, comprendiendo que ello será suficiente en demasía para alcanzar la meta a donde debéis llegar.
Os estoy hablando como Padre, no como Juez, aunque mi palabra en sí lleve justicia, porque ahora es cuando debéis trabajar con vuestro pensamiento, procurando mejoraros moral y espiritualmente.
Vuestra labor ha comenzando hoy, no esperéis mañana para iniciar la jornada, porque podrá ser tarde, ya que a cada quien le ha sido fijado un corto tiempo en la Tierra para aprovecharlo en beneficio del espíritu.
Os estoy llamando hijos de la luz, porque el conocimiento de mi Doctrina os está dando la comprensión sobre la vida en general, por lo tanto, nadie espere llegar al trance final de su existencia en la Tierra con las manos vacías y confiando en una tregua o en una nueva oportunidad, porque nada hará variar mi justicia.
Si sabéis comprender mi Doctrina, ella os ofrecerá muchas satisfacciones, muchas oportunidades de poderos elevar. Aprended a orar antes de tomar cualquier determinación, porque la oración es la forma perfecta de pedir a vuestro Padre, ya que enmedio de ella estaréis demandando luz y fortaleza para salir avante en la lucha.
Al orar, pronto llegará a vuestro entendimiento la iluminación que os permita distinguir con claridad el bien del mal, lo conveniente y lo que no debéis hacer, y ello será la prueba más palpable de que supisteis prepararos para escuchar la voz de la Conciencia.
TT-LVV. E-333
© Joan Ashtar
¿Por qué publicamos esto?
Es importante comprender esta información porque está
parcialmente respaldada por la ignorancia de la gente, que una vez disipada, la
gente ahora despierta puede reunir a las autoridades para llevar a cabo su
deber legal. Esta información también alerta al público sobre el
incumplimiento de la confianza y el deber por parte de las instituciones de
aplicación de la ley que ya tienen un mandato legal para hacer cumplir las
leyes pero se niegan, aparentemente, a apoyar a las empresas de información en
torno a la actividad ilegal. Con este conocimiento en mano.