¿A quién le interesan unas elecciones ahora?
Después de escuchar los audios que grabó Koldo García a Santos Cerdán y a José Luis Ábalos en todas las televisiones y radios del país desatando la mayor crisis en el PSOE desde 2017 y después de que propios y extraños hayan juzgado como completamente insuficiente la comparecencia de Pedro Sánchez el día que se publicó el informe de la UCO, todo el mundo —dirigentes políticos, empresarios, periodistas y ciudadanos de a pie— se hacen la misma pregunta: ¿Y ahora qué?
Existe un consenso muy amplio sobre que Sánchez tiene que hacer algo mucho más contundente que pedir perdón y anunciar una auditoría externa que, obviamente, no servirá para nada ante un caso tan grave de corrupción que ha alcanzado el corazón del PSOE y del Gobierno. Sin embargo, no hay ninguna regla escrita que diga que el presidente tiene que acceder a este consenso; y ahí está la primera dicotomía: ¿Hará algo Sánchez o intentará continuar en la Moncloa con cambios cosméticos y como si aquí no hubiese pasado nada? Después de sus cinco 'días de reflexión' en abril de 2024, optó —desde luego— por la segunda opción: fuegos artificiales discursivos y ninguna medida.
Si decide apostar por no hacer prácticamente nada e intentar aguantar hasta 2027 con sus habituales fintas tácticas, no se puede negar que tiene la Constitución a su favor. Según la carta magna, solamente hay cuatro vías para que un presidente del Gobierno deje de serlo: la incapacidad o fallecimiento, la moción de censura, la moción de confianza y la convocatoria electoral. La salud de Pedro Sánchez parece muy robusta, así que vamos a descartar la primera vía. Para la moción de censura, solamente el PP tiene diputados suficientes para presentarla —los 33 diputados de VOX se quedan por debajo de los 35 que fija la norma como la cantidad mínima (el 10% de los asientos de la cámara)— y Feijóo, de momento, rechaza hacerlo. Las dos vías restantes —la moción de confianza y la convocatoria electoral anticipada— solamente pueden producirse a iniciativa del presidente del Gobierno y, por lo tanto, están en la mano de Pedro Sánchez.
Aunque una gran parte de opinadores de la progresía mediática están intentando poner el foco en los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez y no paran de repetir que la continuidad de la legislatura dependería de ellos, lo cierto es que la Constitución dice todo lo contrario: el único que puede poner fin a la legislatura en estos momentos es Pedro Sánchez. Es más, puede hacerlo incluso aunque pierda todas las votaciones en el Congreso de los Diputados. De hecho, el propio Sánchez ha dicho públicamente que pretende seguir gobernando "con o sin el apoyo del legislativo" y nunca ha señalado como algo problemático el hecho de no tener ni siquiera Presupuestos Generales del Estado. Ni Podemos, ni Junts, ni ningún otro partido puede poner fin a la legislatura; solamente el presidente puede hacerlo. Es normal que sus opinadores afines intenten poner el foco en otros para así quitarle responsabilidad, pero están mintiendo.
Dicho esto, es importante analizar a quién le interesa realmente que se convoquen elecciones anticipadas en este momento, para así poder comprender mejor los movimientos partidistas de cada uno y también los discursos de los distintos altavoces mediáticos.
Como es obvio y empezando por la parte fácil, al PP y a VOX les interesa, por supuesto, que vayamos a las urnas. El motivo es evidente: no hay ni una sola encuesta —excepto el CIS de Tezanos— que no diga que tienen en estos momentos mayoría para formar gobierno. La configuración finalmente elegida podría ser con los de Abascal dentro o fuera del ejecutivo, pero a efectos programáticos estaríamos ante algo muy similar ya que Feijóo dependería por completo de los escaños de la extrema derecha.
Al PNV no le interesa una repetición electoral exactamente por el mismo motivo, ya que un gobierno de ese jaez recortaría el autogobierno de Euskadi, en el que los jeltzales basan buena parte de su poder político. A Junts tampoco le interesa que España vaya a las urnas antes de 2027, primero, porque en estos momentos sus perspectivas electorales se han visto mermadas con la emergencia de un PSC fuerte y, segundo, porque un gobierno de PP y VOX movería todas las palancas necesarias para perjudicar las perspectivas judiciales de Puigdemont y el resto de sus líderes. A ERC le ocurre algo muy similar, con el añadido de que sus perspectivas electorales actuales son todavía peores que las de Junts.
Si en los próximos días el presidente disuelve las cortes y lleva al país a las urnas, es importante tener en cuenta todo esto porque los principales cañones mediáticos dispararán entonces sus baterías de opinión sincronizada diciendo que el PSOE no quería y que sus socios le han obligado
De todos los partidos que apoyaron la investidura, a quienes menos les conviene una repetición electoral es a los partidos que forman Sumar. En primer lugar, porque perderían los ministerios que ahora ostentan y, con ellos, la visibilidad mediática y los recursos humanos y económicos que aportan. Pero, sobre todo, porque todos los partidos de Sumar saben perfectamente que sus perspectivas electorales se encuentran tan devastadas que ni siquiera sería posible volver a firmar la coalición; si hubiera repetición electoral, Sumar se desmembraría definitivamente, el núcleo en torno a Yolanda Díaz —el partido Movimiento Sumar— desaparecería y los diferentes componentes territoriales se presentarían cada uno por sí mismo en sus correspondientes ámbitos autonómicos. Si hay elecciones anticipadas, el experimento Sumar se terminó, y eso es lo que explica que sus diferentes partes insistan en defender con uñas y dientes la continuidad del Gobierno aunque este se haya comprometido con el mayor gasto militar de la historia de España, no haya hecho nada para resolver el problema de la vivienda, siga colaborando materialmente con el genocidio en Gaza y ahora —por si todo esto fuera poco— haya sido golpeado por un gravísimo caso de corrupción.
Por el contrario, y desde un punto de vista exclusivamente del interés electoral, a Podemos no le conviene que haya elecciones generales pronto. Los morados han conseguido posicionarse de una forma coherente y contundente contra el belicismo del Gobierno y contra su complicidad con Israel, y pueden enarbolar con legitimidad la bandera de la limpieza democrática, toda vez que no han tenido ni un solo caso de corrupción en sus más de 11 años de vida. Por eso están subiendo en las encuestas, por eso es previsible que sigan subiendo y por eso su mejor jugada táctica sería que las urnas tarden todavía bastante tiempo en llegar.
Estas son las preferencias obvias de cada uno de los partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez respecto de la posibilidad de una convocatoria electoral inmediata. Sin embargo y como ya hemos dicho, no está en la mano de ninguno de ellos forzar una cosa o la contraria. Solamente Pedro Sánchez —o el PSOE forzando a Pedro Sánchez por la vía interna— tiene la capacidad constitucional de apretar el botón rojo o no hacerlo. Por eso, la pregunta más importante de todas es si interesa o no al PSOE que haya elecciones pronto. Y la respuesta es sí. Aunque esto pueda resultar contraintuitivo, en realidad solamente lo parece porque niega el falso consenso mediático con el que se nos bombardea día y noche. Es absolutamente evidente que el PSOE está en estos momentos en la UCI y que, a medida que vayan pasando los meses, su situación, lejos de mejorar, va a empeorar. Por lo tanto, el mejor momento para presentarse a las elecciones para los de Sánchez sería ahora. Si dejan pasar el tiempo, sus resultados podrían ser catastróficos. De hecho, eso es exactamente lo que están diciendo algunos de sus barones y muchas más voces del partido en fuentes anónimas a los medios de comunicación.
Si en los próximos días el presidente disuelve las cortes y lleva al país a las urnas, es importante tener en cuenta todo esto porque los principales cañones mediáticos dispararán entonces sus baterías de opinión sincronizada diciendo que el PSOE no quería y que sus socios le han obligado. Mentira: sus socios no tienen forma de obligarle y al PSOE le conviene que haya elecciones ahora.
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