Leer el complicado idioma de las energías es difícil, pero no por ello debemos dejar de intentar entenderlo.
Somos energía pura que habita en un cuerpo físico. Esa energía es eterna, nunca desaparece. Cuando fallecemos, quizás se mezcla con la energía universal, quizás vaya al Cielo, al Aaru, al Nirvana… Lo importante es que esa energía prevalece, continúa, evoluciona.
Sea de una forma u otra y tengan la evolución que tenga, cuando fallece un ser querido, la conexión se mantiene de forma energética en mayor o menor medida. Reconozco desconocer porque hay personas que, de forma natural, tienen más conexión que otras con las energías de esos seres queridos, con sus Seres de Luz.
Tiendo a pensar que todos los tenemos, que influyen de manera sigilosa en nuestros actos y decisiones y que su misión no es contactar con el protegido, sino protegerlo en lo posible. La obsesión por recibir mensajes, notarlos, sentirlos, verlos, puede llegar a bloquear otros aspectos de evolución. Por ello no considero conveniente pensar día a día, buscar esa conexión de forma continuada.
Pero todos queremos saber si lo tenemos, intentamos descubrir quien o quienes son, es humano quererlo saber.
Las sensaciones energéticas y analizar actos y reacciones pasadas, vuelven a ser muy importantes para tomar conciencia de ellos.
Pueden ser señales de su presencia cuando algo nos dice que no debemos realizar una acción. Cuando algo nos retiene teniendo un carácter decidido, o cuando nos empuja a hacer algo siendo una persona más apocada. Cuando en momentos de mucho dolor nos empuja a salir adelante. Incluso puede hacer ver quien, a nivel sentimental, va a ser importante en tu vida.
La sensación en ciertos momentos de sentirse protegido, una sensación parecida a un abrazo maternal.
La noche es el gran momento de contactos más avanzados, quizás hasta más físicos. Sentir alguna presencia pero en ningún momento tener miedo, sino lo contrario, sentir incluso una caricia o una respiración que te hace relajar.
Pensamientos súbitos en personas cercanas que ya se han ido y que hacen cambiar actos.
Los contactos son sutiles, efímeros, pero tranquilizadores. No exijas más, están ahí, te intentan ayudar y lo hacen.
Una madre, un padre, abuelos, hermanos, hasta parejas que han traspasado a esa otra etapa, cuidarán en lo posible de ti. Pero recuerda, no están en un plano material, su función no es atraer dinero, ni trabajo, ni amor, ni siquiera salud, sino que su función es ayudarte, tener pequeñas influencias sobre ti para que tomes las decisiones correctas y conseguir objetivos.
Al Ser de Luz no se le debe exigir, si que se le puede pedir. No se le debe reprochar, si agradecer. No es responsable de tus actos, pues tu eres el que al final decide. No se le culpa de mala suerte, pues es ajeno a ella.
Los bloqueos personales provocados por malas épocas e influencias externas, hacen que ese contacto y esa ayuda sea menor, hasta casi inexistente. Por ello, una constante en mis comentarios es el trabajarse energéticamente con constancia para evitarlos y protegerse de ellos.
No esperes contactos de película, aunque los hay, no son nada habituales. Tu Ser de Luz no es menos por no mostrarse más en el plano físico o porque tu no sepas verlo.
Fuente: http://www.swamimanuel.blogspot.com.es/
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