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Mostrando entradas con la etiqueta Cataluña contra la España corrupta. Mostrar todas las entradas
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16 de junio de 2019

El Consejo de Europa podría suspender temporalmente los derechos de España dentro de la UE.


Artículo 2

La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derechoy respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres.


Artículo 7

1. A propuesta motivada de un tercio de los Estados miembros, del Parlamento Europeo o de la Comisión, el Consejo, por mayoría de cuatro quintos de sus miembros y previa aprobación del Parlamento Europeo, podrá constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de un Estado miembro de los valores contemplados en el artículo 2. Antes de proceder a esta constatación, el Consejo oirá al Estado miembro de que se trate y por el mismo procedimiento podrá dirigirle recomendaciones.
El Consejo comprobará de manera periódica si los motivos que han llevado a tal constatación siguen siendo válidos.

2. El Consejo Europeo, por unanimidad y a propuesta de un tercio de los Estados miembros o de la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo, podrá constatar la existencia de una violación grave y persistente por parte de un Estado miembro de los valores contemplados en el artículo 2 tras invitar al Estado miembro de que se trate a que presente sus observaciones.

3. Cuando se haya efectuado la constatación contemplada en el apartado 2, el Consejo podrá decidir, por mayoría cualificada, que se suspendan determinados derechos derivados de la aplicación de los Tratados al Estado miembro de que se trate, incluidos los derechos de voto del representante del Gobierno de dicho Estado miembro en el Consejo. Al proceder a dicha suspensión, el Consejo tendrá en cuenta las posibles consecuencias de la misma para los derechos y obligaciones de las personas físicas y jurídicas.
Las obligaciones del Estado miembro de que se trate derivadas de los Tratados continuarán, en cualquier caso, siendo vinculantes para dicho Estado.

Publicado por Everth THENANSHED, 1er Oficial de la Federación Galáctica de planetas libres.

Copyright © misteri1963 Todos los derechos reservados.Puede copiar y distribuir este artículo siempre que no lo modifique de ninguna manera, el contenido permanece completo, el autor recibe crédito y la URL se incluye en https://misteri1963.blogspot.com y el Aviso de copyright

7 de junio de 2019

Catalunya dobla el peso industrial de Madrid pero dicen que tienen el mismo PIB...


Catalunya se mantuvo un año más como la primera economía del Estado español, con un Producto Interior Bruto (PIB) de 231.277 millones de euros, según los datos de Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra significa que el peso de la economía catalana en el conjunto del PIB español en el 2018 fue del 19,14%.

En los datos, se destaca la industria como creadora de valor catalán, que en Catalunya supone hasta el 19,7% de su PIB, mientras que en Madrid representa sólo el 9,3%.

Cabe destacar, no obstante, que la cifra de crecimiento hecha pública por el INE queda lejos de la dada a conocer por el Idescat, que informó que el PIB catalán había crecido un 2,6% el pasado año, es decir, tres décimas más de lo que señala la agencia española de estadística. En concreto, el Idescat afirma que Catalunya generó el pasado año 242.000 millones de euros, 11.000 millones más de lo que asegura el INE. Según la propia oficina de estadística catalana, no se trata de una diferencia de criterios, sino que el Idescat dispone de mayor número de herramientas para efectuar una radiografía detallada de la economía catalana.


Cuesta creer que Madrid casi empate en PIB con Catalunya gracias al sector servicios, teniendo este un valor por trabajador 3,6 veces inferior que el industrial...




Cada puesto de trabajo industrial son 288.684 euros de negocio.
El de servicios: 80.012 euros.
Hostelería: 49.424 euros.

Aunque el principal subsector de servicios que domina Madrid es el de información y comunicaciones (179.863 euros por puesto de trabajo, cantidad que solo representa el 62% del industrial)

Por cierto, ya lo ven, un trabajo en el sector industrial vale como 6 "camareros"...

6 de enero de 2019

El fascismo español, extracto de un artículo de Ramón cotarelo

Por "fascistas españoles", entendemos, en lo que se refiere a Cataluña, el PP, C's, VOX, una parte substancial del PSOE y otra menor pero real de Podemos.

 Añádanse sus intelectuales, desde los periodistas sicarios en nómina de la policía, hasta los más pedantes bonzos del "establishment" propagandístico de "El País". Inclúyanse sus fuerzas "del orden", piolines y "a por ellos" uniformados, sus militares golpistas, sus curas pederastas, sus rectores plagiarios, sus empresarios corruptos y sus jueces prevaricadores y tendremos la amalgama reaccionaria española que, como siempre, pretende aniquilar Catalunya.

Estos linces se dedicaron a hacer lo único que saben: robardieron rienda suelta a su fondo autoritario, franquista, represivo, metieron en la cárcel a los líderes democráticos, los enviaron al exilio, les confiscaron sus bienes, mientras sus lacayos en los medios sostenían que España es un Estado de derecho y, en su mentalidad cuartelaria, supusieron que los castigos en mazmorras, doblegarían el ansia de libertad de los catalanes.

Pero la política carcelaria y represiva no tuvo éxito sino que, al contrario, fracasó en mitad del ridículo más generalizado: el gobierno cayó en una moción de censura y los jueces a sus órdenes se revelaron como lo que son: comisarios sin escrúpulos del poder político.

Vino entonces la izquierda en una incómoda alianza entre el PSOE y Podemos, criticando la "judicialización pepera" y expresando su voluntad de una solución política en lugar de penal, trataron de comprar el apoyo del independentismo a sus ridículos PGE, pretendiendo que abandonaran su lucha por los principios por un plato de pelotillas de rancho.

Habiendo fracasado también el intento de engaño de los seudoizquierdistas, con los presos políticos camino de su segundo año de prisión, se reafirma el sempiterno fascismo español, la derecha, una y trina, se constituye en frente nacional reaccionario y arrastra a una parte de esa izquierda tan ridícula como hipócrita.

Se crece la derecha del PP, en substitución de la del PSOE, idéntica a la de los neofalangistas de C's y los matones de VOX. 

El fascismo español torna a la querencia de siempre, la dictadura, que, en síntesis consiste en seguir los pasos de su jefe espiritual Franco: un Estado de excepción perpetuoControl estatal directo de las prisiones, la policía, la administración, la hacienda catalana, el sistema educativo y los medios de comunicación.

Catalunya ha de ponerse en pie por la dignidad, la libertad y la democracia.

Vámonos de esta hierocracia de ladrones, pederastas y fascistas, incapaces de respetar los derechos humanos más elementales.

Publicado por misteri1963  Todos los derechos reservados

15 de diciembre de 2018

Nos aplicaron el 155 por declarar la independencia y ahora volverán a hacerlo solo por ser independentistas


Nos amenazaron con un Úlster y así ha sido. Catalunya quedará partida por la mitad: una que gozará viendo las represalias del Estado hacia los independentistas, aunque tengan una vida de miseria, y otra más intelectual que deberá vivir bajo el yugo español.

España roba a Catalunya 16.000 millones de euros al año como mínimo, y hay una parte de la sociedad, en su mayoría emigrantes, que tanto les da. Y es así porque vinieron como colonos, no como trabajadores. En el fondo no quieren que Catalunya pueda ser próspera porque ellos nunca han salido de sus barrios o ciudades-guetos.



Dicho eso, los poderes de Madrid ya solo piensan en el unionismo cuando hablan de Catalunya, incluso no tienen en cuenta ese 70 o 80% de catalanes que quieren solucionar el conflicto mediante referéndum. La España del PP o la del PSOE solo tiene una fórmula: la represión.

Los catalanes de bien fuimos muy cobardes cuando nos dejamos aplicar el 155, ya que ese artículo ha quedado de facto dentro de nuestra autonomía. España dejó instalado el resorte para activarlo cuando le dé la gana y por el motivo que sea. Una artículo que sirve para castigar una desobediencia se convertirá en una medida cautelar para domeñar la voluntad. Es decir "vota los presupuestos y dejas de ser independentista o te arreo"...

Y hemos llegado a este punto, en parte, por una actitud de amilanamiento. No hubiéramos tenido que dejar que Madrid metiera sus garras en nuestras instituciones casi milenarias, incluso, aprovecharon para robarnos nuestro arte. La próxima vez será más terrible.

A todo ello hay que añadir que la violencia verbal del impostor Pedro Sánchez viene dada por el miedo a una ultraderecha rampante que va de desde el PP a VOX pasando por C's... Pero también está en los jueces, en la policía, en el ejército, en la casa real, en los medios de comunicación y en el Ibex 35.

Ahora los socialistas creen que castigando a Catalunya se soluciona el problema... Cuando, evidentemente, lo empeorará y vamos hacia ese modelo esloveno que tanto han criticado.

Si no actuamos, lo que viene ahora es el fin de las instituciones y de la cultura catalana. Los de Madrid está preparando la Solución Final: 155 eterno, integrar los mossos a las policías españolas, ilegalización de los partidos independentistas y condenas severísimas a los presos políticos. O sea, una mitad de Catalunya encabronada, que no podrá tener ideología aun pagando más impuestos que nadie, Difícil será convivir con los colonos. El principio de animadversión será el mismo que en el Úlster, o sea, ya nadie más se mezclará, ni se compartirá espacio público.


En todo caso, ayer y hoy, los de la  “tercera vía” han comprobado que no hay plan para Catalunya salvo la represión. El monográfico sobre Catalunya era esperado desde hacia semanas con el miedo de que igual nos ofrecían un "cupo vasco"... Pues no, solo amenazas de 155 y más policía... Es evidente que a eso le podemos llamar ya preguerra.

Repito, ayer, quien más me preocupó, no son los sonados de Albert Rivera y el Casado, sino Pedro Sánchez...
La Generalitat de Catalunya tiene los días contados, ya sea porque suspenderán la autonomía o porque muy pronto haremos efectiva la República. Me temo que será lo primero...


Esta noticia demuestra lo enloquecidos y rabiosos que están.
Pero también es una alerta de las barbaridades que pueden llegar a hacer.


Y para terminar sería bueno que fuéramos preparándonos otra vez; hacer acopio de comida no perecedera y de dinero en metálico. Cuando uno ve como Casado sigue erre que erre con la mentira del escupitajo, uno se da cuenta de que delante tiene a una masa vendida, que asumen y le compran la falacia o la posverdad sin pestañear porque lo que quieren es la aniquilación de Catalunya.

Ellos nos avisaron ayer de que continuarán con más virulencia la destrucción de Catalunya, recuerden que empezaron obligando a que las empresas se marcharan del territorio catalana.
Dependerá de nosotros si lo consiguen.
Aviso, no descarto ya, que España perpetre en las próximas semanas crímenes de lesa humanidad contra Catalunya, u otro atentado de falsa bandera como el Las Ramblas.
Antes guerra que perderlo todo por acobardamiento.

VISCA CATALUNYA LLIURE!

30 de junio de 2018

España nos roba: Fomento decide rescindir las obras del puerto después de haber prometido hace 4 años que estarían terminadas en el 2018.


Hace 4 años la prensa publicaba que la Ministra de Fomento Ana Pastor ponía la primera piedra de las obras para los accesos del puerto que deberían estar terminadas en el 2018.
Era un proyecto que llevaba 10 años de retraso y prometieron que "ahora sí"...



Hoy nos enteramos que no han hecho ni una paletada y que la obra se rescinde.




ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.
ESPAÑA NOS ROBA.

29 de mayo de 2018

La cuestión catalana y la disputa por la soberanía



Le Monde Diplomatique


El conflicto en torno a la reclamación mayoritaria en la sociedad catalana del ejercicio del derecho a decidir su futuro, incluida la independencia, continúa estando en el centro de la agenda política y parece estar lejos de verse resuelto por una vía democrática y legal. Esta situación de bloqueo contrasta con otros casos que, aun siendo diferentes en más de un aspecto, como los de Quebec y Canadá o Escocia y el Reino Unido de Gran Bretaña, contienen rasgos similares. En ambos conflictos hemos podido comprobar cómo el derecho a la autodeterminación y a la secesión no concierne sólo a países colonizados o bajo dictaduras, sino que también puede plantearse y se ha podido ejercer en Estados del Norte con regímenes de democracia liberal.Crisis del viejo paradigma nacional-estatal
En el trasfondo de estos conflictos se encuentra el debate no sólo sobre los nacionalismos y las naciones, sino también sobre qué puede significar la soberanía en el siglo XXI. En efecto, es evidente que hoy no tiene sentido hablar de soberanía en los términos ideales en los que podía hacerlo en el siglo XVI Jean Bodin como poder absoluto, perpetuo e indivisible de un Estado sobre su población respectiva y dentro de unas fronteras intocables. La historia del sistema de Estados modernos que se ha ido configurando nos da cuenta de un largo proceso al que no han sido ajenas las guerras externas e internas en torno a la delimitación de unas fronteras que acaban siendo resultados contingentes en un sentido u otro.
En el mundo actual, además, si bien persiste todavía el paradigma del Estado soberano, sabemos que en realidad nos encontramos en un mundo cada vez más interdependiente en todos los planos, así como con un sistema jerárquico de Estados, a su vez fusionado con grandes poderes económicos que buscan imponer sus intereses y decisiones por encima de los pueblos e incluso de sus instituciones representativas. No cabe, por tanto, sorprenderse del ascenso de movimientos soberanistas de base popular en muy distintos lugares del planeta y con orientaciones ideológicas muy distintas.
En lo que aquí nos concierne, conviene recordar que hemos llegado al momento actual después de un largo proceso en el que la mayoría de los Estados, sobre todo a partir de finales del siglo XVIII, ha tendido a desarrollar un modelo de nacionalización de sus poblaciones respectivas basado en el fomento de una única identidad nacional, una sola lengua y una sola cultura. Ese paradigma, según el cual el acceso a los derechos de ciudadanía está vinculado a la pertenencia –voluntaria o forzosa- a la identidad nacional oficial, ha generado muchas relaciones de desigualdad e injusticia debido a la falta de reconocimiento de las distintas identidades étnicas y nacionales existentes dentro de un mismo Estado.
El federalismo, entendido como pacto entre pueblos para establecer un modelo de Estado basado en el autogobierno de las partes más el gobierno compartido de todas ellas, ha aparecido como una fórmula capaz de ofrecer una vía alternativa mediante la apuesta por soberanías compartidas frente al paradigma de la soberanía exclusiva de los Estados nacionales y centralizados. Con todo, la mayoría de los Estados federales realmente existentes han tendido a mantener el predominio del nacionalismo mayoritario sobre los demás. Aun así, frente a la opción de creación de nuevos Estados, un federalismo plurinacional sigue siendo la vía más deseable desde un punto de vista democrático siempre que no se limite a la mera descentralización político-administrativa, o a una idea de igualdad que se confunda con la obligatoria uniformidad y homogeneidad de los distintos Estados que forman parte del Estado compuesto.
El fracaso del Estado-nación español
Pues bien, en el caso español nos encontramos con que el Estado se fue conformando históricamente como un Imperio que empezó siendo la primera gran potencia de la Europa moderna para entrar luego en una decadencia prolongada que acabaría socavando las bases internas potenciales que le hubieran permitido consolidarse como Estado nación liberal 1/.
Un diagnóstico que ya se puso de manifiesto en pleno desastre del 98 a finales del siglo XIX cuando se constató el fracaso definitivo del proyecto imperial y, con él las debilidades del proceso de construcción del Estado-nación español frente a la diversidad etno-cultural interna, relacionada a su vez con las particularidades que el desarrollo desigual del capitalismo estaba adquiriendo dentro de nuestras fronteras. Fue a partir de entonces cuando ya se hizo imparable la irrupción como nuevos actores políticos de unos nacionalismos periféricos que irían cuestionando, cada vez con mayor fuerza en casos como el catalán y el vasco, la hegemonía de un nacionalismo español monárquico, católico y conservador reticente a reconocer la realidad plurinacional del Estado.
Llegamos así a la Segunda República cuando surgió la oportunidad de buscar una solución democrática. Sin embargo, pese a los intentos de aprobar en el debate constitucional un proyecto federal, la fórmula finalmente adoptada de Estado integral no llegó a contentar a nadie, como lo reconocería posteriormente el padre de la aplicación de esa idea, Luis Jiménez de Asúa. En 1946 el ex diputado socialista escribía: “Si yo fuera catalán no sería separatista; pero siendo castellano jamás me negaría a dar libertad a quien se cree oprimido. Soy demasiado liberal para mantener bajo mi destino a quien desee ensayar el vuelo independiente del propio” 2/.
Después de la larga noche de la dictadura franquista, podía haberse esperado que en la Transición se abordara con mayor audacia democrática esta cuestión. Empero, pese a que la mayoría de las fuerzas políticas antifranquistas habían asumido la defensa del derecho de autodeterminación de Catalunya, Euskadi y Galicia, finalmente se llegó, tras el rechazo de otras alternativas que surgieron en el debate de enmiendas, a una fórmula intermedia entre el Estado unitario y el Estado federal, similar a la de la II República. Esta vez, sin embargo, esa propuesta iba precedida por una idea esencialista de la Nación española y de su soberanía exclusiva, basada en su “indisoluble unidad” como “patria común e indivisible de todos los españoles”, tal como fue expresada en el artículo 2 de la Constitución. Se impuso así un artículo que, pese a reconocer a continuación el “derecho a la autonomía” de las “nacionalidades y regiones”, se ha ido convirtiendo en una barrera infranqueable para una lectura federalizante del bloque de constitucionalidad. Ésa es la conclusión que cabe extraer de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso contra el nuevo Estatut de Autonomía catalán de julio de 2010, presentado por el PP y varias Comunidades Autónomas, ya que “la nación que aquí importa es única y exclusivamente la nación en un sentido jurídico-constitucional. Y en ese sentido específico la Constitución no reconoce otra que la Nación española”. Una sentencia que fue percibida desde al menos una parte significativa de la sociedad catalana como una verdadera ruptura del pacto territorial implícito que supuso el reconocimiento de la Generalitat antes incluso de la aprobación de la Constitución del 78, con mayor razón cuando el nuevo Estatut ya había sido aprobado en referéndum después de los consiguientes recortes sufridos en el parlamento español.
Ha sido la frustración que genera el fracaso de esa vía federalizante la principal razón que explica, sin negar otros factores como los efectos de la crisis económica y los intereses de determinadas elites políticas y culturales, el salto que en pocos años se ha ido dando en Catalunya desde un catalanismo autonomista y gradualista hasta la conformación de un bloque soberanista-independentista que reclama el derecho a decidir su futuro. Reducir ese cambio radical en la opinión pública catalana a una mera manipulación propagandística o a un supremacismo nacionalista es querer engañarse respecto a la gravedad del conflicto generado.
Democracia vs. Estado penal
A la hora de afrontar este conflicto, es evidente que no cabe negar la existencia dentro de Catalunya de una diversidad de identidades nacionales, si bien es mayoritaria la de quienes se reconocen en la catalana por encima o al mismo nivel que otras –como, sobre todo, la española-. Con todo, también hemos podido comprobar cómo a partir de 2010 se ha desarrollado un ciclo de movilizaciones populares que han ido conformando un bloque muy plural que supera con mucho a quienes se consideran nacionalistas o independentistas, ya que incluye a muchas personas que, simplemente, reclaman una nueva forma de relación con el Estado español por considerar definitivamente agotado el modelo del Estado autonómico. Como bien recuerda Jaume López, “lo que parece unir a todos estos ciudadanos en una reivindicación común (en una aspiración política, si queremos seguir utilizando momentáneamente los términos del Tribunal Constitucional) es que apela a un principio democrático y también al reconocimiento de un sujeto político colectivo, una comunidad política, se entienda como se entienda, que quiere que sea reconocida su voluntad, a muy diversos niveles, incluyendo su configuración política dentro del estado, o fuera” 3/.
Es, por tanto, la reclamación de su soberanía en el sentido democrático de poder ejercer su derecho a decidir sobre qué relación quiere tener con el Estado español lo que se está planteando como reivindicación mayoritaria. Una demanda que no tendría por qué ser considerada fuera de la legalidad puesto que el mismo Tribunal Constitucional dictaminó el 25 de marzo de 2014 que “cabe una interpretación constitucional de las referencias al derecho a decidir de los ciudadanos de Cataluña”, ya que “en nuestro ordenamiento constitucional no tiene cabida un modelo de ‘democracia militante’, esto es, un modelo en el que se imponga, no ya el respeto, sino la adhesión positiva al ordenamiento y, en primer lugar, a la Constitución”.
Ha sido, sin embargo, la negativa desde el gobierno del Partido Popular y el Parlamento español a buscar esa interpretación constitucional abierta sugerida por el propio Tribunal Constitucional la que ha conducido a una polarización creciente, institucional pero también social, incluso dentro de la sociedad catalana. Con todo, el referéndum del 1 de Octubre, a pesar de no desarrollarse con todas las garantías necesarias, y las elecciones del pasado 21 de diciembre convocadas por el gobierno español volvieron a demostrar la existencia de un amplio sector de la sociedad catalana que persiste en su voluntad de llevar a la práctica su aspiración soberanista.
Nos encontramos, por tanto, con un bloqueo permanente por parte del Estado español, aferrado a una lectura fundamentalista de la idea de soberanía, que le ha llevado a optar por la aplicación arbitraria del artículo 155 de la Constitución y la judicialización del conflicto. Un camino que reduce más si cabe la viabilidad de fórmulas de relación distintas del Estado autonómico actual y de la independencia, como se lamentaba en octubre de 2013 el politólogo y firme defensor del federalismo Miquel Caminal, fallecido el 23 de mayo de 2014: “Durante décadas se han defendido de forma mayoritaria las opciones autonomista y federalista dentro del estado español, pero la cerrazón e intolerancia del nacionalismo español ha dejado sin futuro ni credibilidad estas tradiciones pactistas del catalanismo. Sólo una rectificación radical y profunda de los planteamientos del nacionalismo español podría cambiar las cosas y reabrir un escenario de entendimiento y concordia federal” 4/.
La conclusión que cabe desprender de este recorrido, sucintamente expuesto aquí, es que el momento al que hemos llegado en la actualidad ya no debería plantearse en términos de confrontación entre nacionalismos –español y catalán- o de legalidad o ilegalidad, sino de voluntad o no de profundización democrática. Oponer una lectura restrictiva de la legalidad vigente a la celebración de un referéndum en el que el demos compuesto por todas las personas residentes en Catalunya pueda pronunciarse libremente ha conducido además al gobierno a delegar en el poder judicial la “solución” al conflicto mediante el recurso permanente al Código Penal. La aplicación abusiva de delitos como los de rebelión, sedición y terrorismo por la Fiscalía del Estado y el Tribunal Supremo a acciones que, al menos hasta ahora, se han caracterizado por un ejercicio de la desobediencia civil no violenta, está suponiendo un cuestionamiento de las reglas de proporcionalidad básicas de un Estado de derecho que no hace más que agravar el conflicto.
Notas
1/ He desarrollado este argumento en el capítulo 2 de Los nacionalismos, el Estado español y la izquierda (La oveja roja-Viento Sur, 2012 y 2014), accesible en www.vientosur.info; también, más recientemente, en “El fracaso histórico del nacionalismo español”, Viento Sur, 153, pp. 62-69, 2017.
2/ La Constitución de la democracia española y el problema regional, Buenos Aires, Losada, pp. 86-87, 1946.
3/ El derecho a decidir. La vía catalana, Tafalla, Txalaparta, pp. 114-115, 2017.
4/ “Trilogía federal: tres cartas de un federalista catalán”, www.sinpermiso.info, 1 de diciembre 2013. 

Jaime Pastor es politólogo y editor de la revistaViento Sur. 
Artículo publicado en Le Monde Diplomatique en español, nº 271, mayo de 2018, página 3.
Fuente: http://vientosur.info/spip.php?article13844

13 de mayo de 2018

El presidente ausente y el presente

Ayer lo reprobaban por su pasado, por sus tuits (hay que ver cómo se ha metido en la política la red tuiter), tildados de "supremacistas". Hoy lo reprueban por su presente, por ese discurso de investidura republicano e independentista. Cabe plantear la pregunta de ayer: ¿qué esperaban? ¿Un candidato independentista no independentista? ¿Uno que imitara el cantinfleo los comuns o, en el más idílico de los casos, las vaciedades de C's y Arrimadas?

¿Qué tiene de extraño que un candidato republicano e independentista prometa trabajar por la República y la independencia? Y, si se me apura, que, además de eso, prometa hacerlo por la liberación de los presos, el retorno de los exiliados y el de Puigdemont en concreto como "presidente legítimo de Catalunya" de quien Torra se considera expresamente una especie de delegado o caretaker. La estructura gaullista dual está ya en pleno funcionamiento. En plena guerra antiindependenetista, El país considera inaceptable la vuelta a las andadas. Rajoy frunce el ceño y dice que esperará a juzgarlo por sus hechos pero que lo visto de Torra "no le gusta". Es el mismo tono de perdonavidas de su ministro Méndez, poniendo sobre aviso al candidato sobre lo que hace y dice. Lo importante de un presidente de la Generalitat es gustarle al presidente del gobierno, aunque sea un zote. Si no le gusta a un presidente que goza de plenos poderes dictatoriales a tenor del 155, el candidato debe preocuparse. Sin embargo, el presidente de los catalanes tiene que gustar a la mayoría de los catalanes, no al presidente del gobierno central.

Es obvio que el B155 no ha entendido nada, sigue sin hacerlo y aboca al país a quién sabe que disparates. No ha entendido que el modo de enfrentarse a un movimiento social expresamente sostenido por 2060.000 votos no es tratándolo como un asunto de orden público o encarcelando a sus dirigentes. Y, al no haberlo entendido, se dispone a hacer lo mismo con el actual govern si este transgrede lo que el gobierno central considera la ley que, por cierto, tiene tanto de ley en el sentido clásico como un ornitorrinco.

Mientras no haya pruebas en firme, el horizonte de un gobierno independentista es la cárcel. Por eso, entiendo, el párrafo de mayor altura del discurso de Torra es uno aparentemente de cortesía pero también de mucho significado en el que el candidato y su gobierno, de obtener la investidura, asumirán la responsabilidad total de sus actos, sin involucrar a nadie más, sean exiliados o presos. Es una prueba de fe en la continuidad de un movimiento que no depende de los individuos, pero tampoco se sitúa por encima de ellos. La seguridad de que, si son encarcelados a su vez, otros ocuparán su lugar con sus mismos planteamientos.

Al llegar aquí, un inciso para valorar la preclara inteligencia de este gobierno. Recuérdese que justificó la judicialización del proceso y el encarcelamiento de los dirigentes en aplicación de la plantilla de la lucha antiterrorista en el País Vasco; una plantilla según la cual, si se encarcelaba a los Jordis, Junqueras, etc., habría alguna agitación al principio pero, como en Euskadi, la vida volvería a la "normalidad". Seis meses después de esta inteligente política es evidente que ha fracaso por entero pues el apoyo y la solidaridad con los presos están hoy más vivos que nunca.

Pero eso política no solo es un fracaso sino un absoluto ridículo porque lo que ha conseguido el encarcelamiento ha sido reforzar el independentismo dándole un motivo para una mayor movilización masiva.

Pero el horizonte es el que es por cuanto el gobierno no ha dado la menor señal de voluntad negociadora. Nos espera, si acaso, una mayor intransigencia política, más represión, nuevas persecuciones judiciales, armadas con la peculiar prosa jurídica de Llanera. Sería milagroso que, en estas condiciones, Torra pudiera llevar adelante su gobierno. Por si acaso conviene advertir que ayer mismo también Puigdemont contaba al diario italiano La Stampa que adelantaría las elecciones a octubre de este año si el Estado sigue siendo beligerante contra Cataluña. Lo dicho, evidente estructura de poder gaullista dual.

Pero eso no es lo más importante. Lo es, en cambio, el hecho de que todas las opciones conducen a elecciones como a Roma los caminos. Se renunció a investir a Puigdemont para no provocar una crisis y elecciones y resulta que el gobierno "efectivo" tampoco las evita. A este respecto me permito señalar que Palinuro siempre sostuvo que la disyuntiva Puigdemont o gobierno "efectivo" era ociosa porque las dos conducían al mismo punto: elecciones, quizá con una ligera diferencia de tiempos. Nada más.

Estas elecciones no presentan mala cara para el independentismo (por eso quiere evitarlas la derecha) por cuanto, a diferencia de las del 21 de diciembre, las convocará la Generalitat y no el gobierno central y se ganarán con una lista de país. Es la respuesta más acertada que cabe dar  en una situación de excepcionalidad. Tiempo habrá para pelearse después sobre las diferencias entre partidos en una República Catalana.

Siendo lo anterior así, la decisión que tome hoy el Consejo Político de la CUP no tiene tanta importancia como podría creerse, dado que el resultado será el mismo. Si la CUP decide votar en contra de Torra, eso significa elecciones. Si, por el contrario, decide abstenerse, volvemos al segundo escenario anterior: gobierno "eficaz" que acaba en elecciones anticipadas.

Al final, son elecciones.

12 de mayo de 2018

Catalunya, tierra de start-ups. Mientras tanto, en Madrid, toros en Las Ventas...

La República de Catalunya, a través de ACCIÓ, la agencia para la competitividad de la empresa, ha identificado más de 1.200 start-ups catalanas que generan alrededor de 12.000 puestos de trabajo y facturan de media 1,2 millones de euros. Son datos del directorioBarcelona & Catalonia Startup Hub, una plataforma digital creada en 2016 por ACCIÓ, y que recoge e identifica las start-ups catalanas, con el objetivo de posicionar el ecosistema start-up catalán en el mundo e impulsar la captación de inversiones.

Este hub nació con el objetivo de impulsar la proyección internacional del ecosistema start-up catalán -uno de los más dinámicos de Europa- y contribuir a la captación de inversiones por parte de estas empresas. En este sentido, Barcelona ocupa una posición destacada en Europa en términos de start-ups de acuerdo con diversos rankings internacionales, como el EU-Startups o el Startup Heatmap Europe. Las start-ups son, además, un claro factor de impulso a la innovación para Catalunya, puesto que son las empresas que concentran una mayor actividad innovadora.

El directorio recoge empresas de un máximo de 10 años de vida, con modelos de negocio escalables, repetibles y aplicables en entornos globales, y orientadas a un crecimiento rápido. En este sentido, se observa que el 23% de los trabajadores de las start-ups catalanas son extranjeros, mientras que en el caso de los fundadores es un 14% el que proviene de otros países. En lo que respecta a la edad, el 40% de estas start-ups tiene entre 3 y 6 años de vida, un 40% tiene menos de 3 años, y el 20% restante entre 6 y 10 años.

Por sectores, el software de Internet y del móvil, las aplicaciones digitales relacionadas con los viajes y el ocio, las tecnologías de la salud y la biotecnología concentran el grueso de la actividad. El 39% de las start-ups utiliza tecnología vinculada a la industria 4.0 en ámbitos como el Big Data, la robótica, la simulación, el Internet de las Cosas (IoT), la realidad aumentada, la nube o la impresión 3D. En relación a los modelos de negocio, el comercio electrónico es el principal (29%), seguido del desarrollo y manufactura (21%), la licencia de software, la consultoría y agencia, y la suscripción (20%).





Enlace de interés:
http://catalonia.com/startups-in-catalonia/




Mientras tanto, en Madrid, toros en Las Ventas...

12 de abril de 2018

Com pot resoldre Espanya el seu problema amb la UE? Espanya es pot veure obligada per la UE a seure a una taula de negociació amb Catalunya


PRIMÌCIA INÉDITA (per lo simple). Com pot resoldre Espanya el seu problema amb la UE?

Espanya no resoldrà el seu “problema” amb la UE si no és negociant actius i passius amb Catalunya.

PERÒ Si US PLAU, DEIXEM-NOS JA DE NOMENAR "PROBLEMA CATALÀ" al que és nítidament “PROBLEMA ESPANYOL” i també per extensió “PROBLEMA DE LA UNIÓ EUROPEA”. 

Parlarem de “problemes” i de les responsabilitats i obligacions inherents de qui els tenen a resoldre'ls de forma peremptòria.

Per començar una mica fort,no negarem que Catalunya tingui un problema majúscul, però és d’un altre caire que els que en aquests moments puguin tenir Espanya i la UE i que son els protagonistes responsables d’aquest escrit. Però ja que ho hem mencionat, podem dir que l'únic problema que té Catalunya és formar part d'un estat que es comporta de forma miserable que no li respecta els drets humans ni la sobirania del seu Parlament entre d'altres petiteses, com la de promoure la divisió i enfrontament social entre tots els seus conciutadans incitant a l'odi a la resta d'Espanya en contra de tots ells o perseguint i empresonant innocents. Aquí queda.

EL PROBLEMA D’ESPANYA I DE LA UNIÓ EUROPEA.Espanya s’ha creat un problema exercint una potent repressió política, policial, social i econòmica en contra de la totalitat dels ciutadans de Catalunya, i ho ha fet sense cap justificació jurídica ni legal, el seu abast violent ja ha superat el confinament de l'estat espanyol i s'ha acabat internacionalitzant. A partir d’aquí el problema d’Espanya ha passat a ser també de la UE. Ara Espanya i la UE tenen un problema i Catalunya queda afectada. 
Fixem-nos ara, amb la màxima objectivitat possible, en el triangle format entre aquests tres ens polítics quins vèrtexs són: Unió Europea-Espanya-Catalunya.

Examinem breument cada un dels vèrtex;
La Unió Europea: Un obscur contuberni d'estats, en fràgil connivència marcada i dirigida quasi exclusivament per interessos econòmics i en la que un dels seus estats membres, Espanya, sembla ara disposada a dinamitar i a transgredir totes les lleis i convencions internes del propi país com de la Unió Europea. La Espanya Imperialista, franquista i reaccionaria: Davant la possibilitat de perdre el territori motor de l’economia espanyola, com és Catalunya. L’estat espanyol es revolta, embogeix i es mostra disposat  a dinamitar la UE si els seus estats membres no es fan còmplices col·laboracionistes de la seva anti política i del seu terrorisme social d’estat, armes que li permeten mantenir la seva força bruta i la repressió més reaccionaria  contra les llibertats de Catalunya, i ho fa malgrat tot això acabi provocant un altre greu problema de desestabilització política entre els seus estats membres. Catalunya: Una nació mil·lenària sense estat propi i que malda per independitzar-se de tres llargs segles de d’una Espanya que la subjuga a tots nivells. Com hem dit: Unió Europea-Espanya-Catalunya.

En què consisteix aquesta col·laboració i cooperació que Espanya es creu amb dret d’exigir a la UE sota amenaça i coacció, mes o menys vetllada, de provocar un conflicte entre països en el cas de no ser secundada per ells? Doncs simplement, la seva exigència coercitiva consistiria en aconseguir que la UE li continués permetent les seves variades i flagrants il·legalitats i arbitrarietats contra Catalunya i els seus ciutadans, també consistiria en induir la UE a permetre i acceptar les prevaricacions de jutges i fiscals, també a permetre la connivència il·lícita entre poders polític i judicial, a permetre les seves pràctiques tipificades en organitzacions típicament delictives i a instigar una guerra bruta contra una part del seu propi territori provocant la confrontació entre la societat civil de Catalunya, que després del referèndum de l'1-O ja ha declarat la seva independència però que malgrat això no pot exercir-la a causa de la salvatge repressió que aquest estat espanyol està exercint en contra els seus polítics i en contra de la seva societat en general i a tots els nivells.

Hem de comprendre i acceptar, per obrar en conseqüència, que és l'Estat espanyol com a ens estatal que és i com a estat associat a la UE qui en realitat té el problema i per tant és l’únic responsable de mantenir la seva política interna dins els paràmetres de la llei i dels drets humans que regeixen en el conjunt de la UE. Per tant, qui realment té un problema a resoldre davant la UE és Espanya, problema derivat de la seva brutal política de repressió política i social que llença contra Catalunya pel sol fet de voler exercir el dret a la seva Independència. La UE mai acceptarà el xantatge i la complicitat que Espanya voldria aconseguir per acabar amb els drets dels ciutadans de Catalunya. 
Però la UE, "en aquests primers moments" en que tot just acaba d'implicar-s'hi en el conflicte, no obligarà Espanya a respectar la sobirania del Parlament de Catalunya i que accepti la seva declaració d'independència, no ho farà encara. Ho acabarà fent només si el problema UE-Espanya persisteix. I el problema UE-Espanya persistirà només si Catalunya continua defensant els seus drets.

Els CDR, Comitès de Defensa de la República, o sigui la gent, juntament amb els seus polítics, encara hauran de defendre’s de les agressions de l’estat membre espanyol una temporadeta més, si Espanya continua sense respectar el dret a la independència de Catalunya iCatalunya aguanta l'embat agressiu d'Espanya, acabarà tenint el suport directa i obert de tota Europa, però abans haurà de demostrar que pot i que té la inquebrantable determinació de ser un estat independent. Serà llavors quan la UE acabi posant contra les cordes l’estat membre d’Espanya. Serà llavors que la UE demanarà responsabilitats i immediata resolució del problema únicament al seu soci estat membre.  Recordem que dins la UE, entre els estats membres, es deuen suport mutu, encara que no pas submissió mútua, per tant no permetran que Espanya dinamiti  l’estatus econòmic establert dins la UE i aleshores facilitaran el camí a Catalunya per tal que esdevingui estat integrant. És molt important, doncs, que Catalunya no es deixi conduir precipitadament per la UE a negociar res amb Espanya que no sigui la repartició d'actius i passius i que tampoc es deixi seduir per assumir la part de la responsabilitat per la resolució d'un problema que únicament a Espanya i a la UE correspon assumir i resoldre.
 
Esperem que s’entengui que en aquest escrit no considerem que sigui cap problema que una nació sense estat hagi fet un Referèndum i hagi votat Independència. Es per això que diem que el problema rau en Espanya que no ho accepta i ara en la UE per extensió.

L'ajuda de la UE a Espanya en aquests primers moments podria incloure un suport, més o menys encobert, a la coerció, violència i ultratge que Espanya exerceix sobre Catalunya com a simple territori menystingut que és de l'estat espanyol, encara que habitat per ciutadans europeus de ple dret. És cert i evident que la UE té les seves pròpies i importants limitacions socials. Però a partir d’ara tampoc es podrà creuar de braços i desviar la seva mirada com fins fa ben poc ha vingut fent.

En aquests primers moments de la confrontació, la UE procurarà facilitar a Espanya una sortida al seu problema oferint-se per exercir una mediació i intentar que Catalunya segui a una taula per negociar millores autonòmiques a condició que renunciï a la seva independència. Obsta dir que per a Catalunya això seria el mateix que seure a una taula per negociar una rendició, però serà això mateix el que la UE proposarà en aquests primers moments del conflicte ja un cop internacionalitzat.
És d’esperar que Catalunya, fent ús de la seva intel·ligència política, no assumirà una derrota a les portes d'una victòria imminent, ja que només es requereix una mica de paciència i sang freda, quedant a l'espera que finalment l'estat espanyol per fi, es vegi forçat per la UE a finalitzar la seva política il·legal amb Catalunya i respectar la sobirania del seu Parlament. Acceptar una negociació amb Espanya de caire autonòmic seria renunciar directament al dret a l'autodeterminació guanyat lícitament a les urnes, seria renunciar a allò que la Declaració dels drets Humans li confereixen i els seus ciutadans ja han decidit abastament: la seva Independència.


En última instància, per Catalunya també acabaria sent un èxit relatiu que, com a resolució del problema, la UE obligués Espanya a permetre un Referèndum d'Independència a Catalunya dins la legalitat espanyola però amb les mateixes característiques que el celebrat l’1-O, sense allargar en el temps la seva celebració i amb pregunta binaria de Si o NO a la Independència. Mentre tant, i en el seu defecte, la UE haurà d’obligar l’estat espanyol a respectar i acceptar la declaració de la Independència ja proclamada. El camí és molt senzill. El Parlament de Catalunya haurà de conservar la seva sobirania.

Cal incidir i insistir en la idea d'aïllar i reconèixer bé que el problema resideix a Espanya i que per tant serà a Espanya a qui correspongui la seva resolució doncs en cap cas no seria competència de Catalunya la responsabilitat de la resolució d’un problema que ha creat un estat membre de la UE. Es per això mateix que l'Europa dels Estats mai es confrontarà directament amb un territori dins d'un estat integrant de la Unió, tal com Catalunya, ja que malgrat declarada la seva Independència no és estat reconegut i per tant Catalunya no ha de sacrificar ni renunciar a res que la seva ciutadania sobirana ja hagi votat i decidit a les urnes com tampoc a res que el seu Parlament hagi referendat.

Ja hem dit que el problema d'Espanya pot esquitxar tota Europa i Espanya es pot veure obligada per la UE a seure a una taula de negociació amb Catalunya per concedir-li amablement alguna prebenda autonòmica.
Efectivament, Catalunya ha de seure a una taula de negociació amb Espanya però només per negociar i decidir la repartició d'actius i passius que permeti per fi a Catalunya implementar la seva independència d’Espanya i convertir-se en un nou estat de la UE de ple dret. 
La negociació amb Espanya, en un o altre terme, dependrà de la voluntat dels catalans i de la seva tenacitat i valor a l'hora d'enfrontar-se amb un estat repressiu, antidemocràtic i a un feixisme escalant. Sempre, però, amb la vigilància de prop de la UE, lo qual és una relativa garantia.


Qualsevol negociació de Catalunya amb Espanya haurà de ser de igual a igual i només hauria de passar per negociar els termes en què s'efectua la Independència.


Per tant, és molt important comprendre i aïllar bé el concepte inseparable de "problema" i de "responsabilitat inherent d'Espanya davant la UE per solucionar-lo".

Resultarà concloent que Catalunya ajudi Espanya a resoldre el seu problema amb la UE i per tant, Catalunya s`ha de posicionar correctament i aguantar, des del seu propi lloc de força que és la proclamada República Catalana.  Les agressions del Reina d’Espanya a Catalunya seran inversament proporcionals a la resistència de la seva classe política i dels seus ciutadans, ja ara sota l'atenta mirada d'Europa que no permetrà a Espanya una escalada desestabilitzadora en l’economia de la zona euro. La UE ja no podrà tornar a permetre a Espanya una altre transgressió de la llibertat d'expressió similar a la de l'1-O. 
També pot resultar concloent que els  ciutadans sàpiguen valorar en la seva justa mesura el nivell d'enfrontament amb l'estat espanyol com també ajudar a corregir, si s’escau, les decisions que els polítics, potser estressats per les constants escomeses violentament repressives de l'estat espanyol, puguin prendre de forma equivocada i que tal equivocació pugui representar un retrocés en els drets i les llibertats dels catalans.  
 

7 de abril de 2018

La Gran Guerra Sioux



Entre los misterios de Udolpho de la URJC a cuenta de doña Cristina Cifuentes y el gran robo del siglo según el calendario gurteliano, se nos había olvidado que otra idea de esta banda de presuntos malhechores había sido la de disfrazarse de partido político. Olvido imperdonable dado que es la clave de su negocio: una banda dispuesta a esquilmar España bajo la forma de un partido político, de un gobierno, una mayoría parlamentaria (relativa pero, de hecho, absoluta), unos jueces y otras mesnadas. Imposible hacerle frente porque esa banda dicta las leyes, tan omnímodamente que las cumple cuando quiere y, cuando no, las cambia; como cambia de juez cuando el juicio no le agrada, según observa agudamente Ignacio Escolar

Un partido político tiene ritos. De vez en cuando, un congreso, una conferencia, una convención, o sea una reunión para verse, contarse y hablar... ¿de qué? El PP no tiene programa, sino argumentarios que reparte entre sus voceros mediáticos; no tiene ideario, salvas las sinsorgadas que balbucea su presidente; no tiene proyecto, salvo el de salir bien parados en sus procesos judiciales. ¿De qué van a hablar? De nada que no sea cómo salvar el pellejo en este escándalo, aquel pufo, tal estafa o esta otra querella.

Y la fórmula empleada con gallarda donosura por la dama manchega Dolores (a) Cipollino es la del cierre defensivo de filas en torno a "los nuestros", haya hecho lo que hayan hecho. San Agustín dice con tino que hasta las bandas de ladrones están interesadas en que haya legalidad, al menos en su interior, para no estar robándose también entre sí. Se adelantaba en muchos siglos a la omertá mafiosa. En el caso del PP, este principio de paz interna se postula con la habitual energía de Cospedal.

Energía de espíritu legionario, que Cospedal ha bebido en las procesiones de la SS. El punto cuarto del credo legionario, redactado por Millán Astray, el de ¡Viva la muerte!": el Espíritu de unión y socorro:  a la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio. Con razón o sin ella. ¿Queda claro? Todos los estamentos del país pueden esperar la dimisión de Cifuentes, pero no se producirá porque desde el gobierno con M. Rajoy, el de los sobresueldos, hasta el último concejal de la Púnica o la Médica o la Bética o la Délfica, protegen a la presidenta con razón o sin ella.

Espíritu más que legionario. Cospedal levanta "amarga" constancia de que los del 7º de caballería están solos y aislados. Rodeado por las tribus indias de los Lakota, Cheyenne y Arapaho, el general Custer/Cospedal avisa de que no se dejarán avasallarLast stand en la batalla de Little Bighorn donde los yanquies perecieron a manos de los guerreros de Caballo Loco y Toro Sentado, entre otros. 

Los jueces siguen haciendo de las suyas, metiéndose en camisas de una vara (con eso ya se pierden) a trompicones con las normas, los usos, las convenciones de la justicia europea y dejando cada vez más en ridículo a la justicia española que Cristina Cifuentes a su alma mater. La prensa alemana está pidiendo a gritos una mediación o intervención internacional en España. Y es lo más sensato que cabe hacer.

Esta banda de corruptos e incompetentes va a morir con las botas puestas, título que llevaba la peli de Raoul Walsh sobre la batalla de Little Bighorn, con Errol Flynn como Custer/Cospedal. Los jueces españoles calibran si inhabilitan o no a un puñado de políticos catalanes. Más les valiera inhabilitar cuanto antes a toda la clase política española, especialmente al B155 antes de que del país quede lo que quedó del templo de Salomón. Claro que entonces tendrían que inhabilitarse a sí mismos.

Hagan lo que quieran. En Europa han perdido ustedes todo crédito. 

En la República Catalana corresponde investir presidente a Carles Puigdemont, legítimo representante de Catalunya en las negociaciones que habrán de celebrarse bajo patrocinio y vigilancia europeas


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