Desinformación y 'posdemocracia'
Publicada 05/01/2017
La Fundación del Español Urgente (Fundéu) eligió “populismo” como palabra estrella de 2016. El Diccionario de Oxford se había decantado, unas semanas antes, por posverdad. Tendremos que esperar 12 meses para conocer la ganadora del año que acaba de nacer. Personalmente, me gusta posdemocracia, un concepto que explicaría el auge de los populismos y las posverdades.
La posdemocracia está unida a la desinformación masiva que se mueve por las redes sociales y en Internet, y que también contagió a muchos medios tradicionales que optaron por la militancia de lo que quieren que sea, en vez de trabajar con lo que es: los hechos verificables. La política no se mueve en la posverdad, sino en la mentira, su hábitat natural.
La revista dominical de The New York Times publicó hace unos días un trabajo de Jonathan Mahler sobre este asunto, tituladoThe Problemn With ‘Self-Investigation in a Posst. Truth Era. Disponemos de más instrumentos que nunca para recabar información, procesarla, contrastar y garantizar su veracidad e importancia. Tenemos más medios que nunca para hacer mejor periodismo.
Pese a ello, el deterioro es grande, no sólo en las ventas y en las cuentas de resultados de las empresas, sino en las noticias. Recuerden a Orwell: “Noticia es lo que alguien no quiere que se conozca; lo demás son relaciones públicas”.
La era de la desinformación comenzó con la llegada masiva del cortar y pegar y la renuncia a entender lo que no se nos dice y por qué no se nos dice. Pasamos de fiscales de los poderes públicos y privados aaltavoces del sistema. Es una crisis del rigor y la eficacia.Abrimos las puertas a nuestra propia irrelevancia.
Mahler sugiere que los periodistas (siempre hay excepciones) han abandonado las fuentes tradicionales de información y los métodos de investigación, para apostar por la auto investigación, la que se realiza sentado ante el ordenador, navegando en la red en medio de miles de teorías conspiranoicas, predicciones apocalípticas, noticias falsas y demás.
En Internet fluye más desinformación que información.
Según el director de la revista The New Yorker, David Remnick, no fluye más basura en las redes sociales que la que había (y hay)en los kioscos y en las librerías.
En su opinión, el porcentaje es el mismo. Lo que varía es la cantidad de material en circulación. Ahora es masiva.
En este escenario caótico, la labor del periodista profesional, entrenado y sujeto a un código ético, es más necesaria que nunca: una persona capaz de separar el disparate de lo real, de jerarquizar las noticias según su importancia y de comprobar y recomprobar su contenido antes de publicar.
Un periodismo profesional no debería sustituir lo importante por lo intranscendente o por el entretenimiento banal.
La tecnología, lejos de mejorar el trabajo, favorece la expansión del virus que altera la verdad como aspiración. Es algo que afecta a la ciudadanía, arrastrada por el mismo tsunami.
Es posible que se trate de una etapa en un camino largo, difícil y peligroso hacia una verdadera democratización de la noticia, de la voz que la da a conocer sin ataduras de los gobiernos y los intereses económicos. Pero esa meta aún no ha llegado.
En un par de semanas comenzará la Presidencia de Donald Trump, un hombre que ha basado su éxito político en la mentira y el show televisivo. Maneja ambos recursos con destreza.
Su discurso, por lo general simplista, llega al ciudadano desinformado y cabreado, al que ha dejado de importarle la verdad, o la información, como valores en una sociedad democrática y libre, para alimentarse de una falsa ilusión redentora y de prejuicios. La verdad no vende, molesta.
Es un esquema similar a los años 30, o a los años 10 del siglo pasado, períodos de profunda crisis económica, moral y política que alumbraron dos guerras mundiales.
Aunque no son comparables, el germen que facilitó el nacimiento de los fascismos está aquí de nuevo, y con resultados alarmantes en las urnas: Brexit, Trump. Lo veremos también en unos meses en Holanda, Francia y Alemania.
Uno de los riesgos de la era Trump es que los periodistas terminemos por normalizar lo que no es normal.
Trump representa algo más que un accidente: es el resultado de un sistema que ha perdido la vergüenza de mostrarse como es y ahora campa a sus anchas. El ciudadano se siente estafado pero aún no sabe quién es el estafador.
Sin un periodismo honesto, sin los instrumentos clásicos de la investigación, sin la desconfianza permanente hacia el poder, el periodismo contribuye a la desinformación, a que los ciudadanos no se fíen de nadie y acepten el discurso de cualquier predicador de las ondas, la televisión o al mismo Trump.
Con la pérdida del rigor, se pierde el prestigio, que es lo que generaba beneficios en los buenos tiempos. El negocio consistía en ser imprescindibles. Ya no lo somos. Nos sustituyen poco a poco los algoritmos, y pronto lo harán los robots.
Posverdad es una palabra elegante, suena mejor que mentira, demasiado burda entre tanta modernidad. Es la que ha estado en circulación desde que el hombre es hombre.
El problema es que los buscadores de la verdad, los controladores de su calidad, nos hemos sumado al carro de la frivolidad, a la obediencia a un poder financiero elevado a accionista de la información.
La verdad es una mercancía más, cotiza alto o bajo, según el capricho de unos mercados erigidos en jueces, y parte de lo que es cierto y falso, y de las palabras con las que se cuenta. 2017 debería ser el año de la reconquista.
10 COMENTARIOS
- ResponderDenunciar comentario
- Birth 1 dijo..
Dice Ud. que la posverdad es la falsedad asumida por falta de alternativa, y me parece que ha dado en el clavo. En efecto, no creo que sea un palabro, no creo que sea mentira sólo, no creo que sea manipulación a secas. Describe una situación de desesperación contra la que hay que rebelarse, obviamente no a través de los comentarios que puedan hacerse en un foro como éste, si bien puede ser un principio, o individualmente. Se necesita el concurso del grupo, de la asociación, del partido político. E internet es un medio para no sentirse aislado, para organizarse. A mi me asusta un poco leer con cierta frecuencia que el mal reside en la sobre-información hallada en internet, es decir ¿cuando uno entra en, por ejemplo, la mejor biblioteca del mundo, uno se sobre-informa para des-informarse? De otro lado, ¿la información periodística en el pasado era mejor que la presente? ¿Y no ha sido en el pasado informativo reciente, el de hace pocos años, el que es padre (y madre) de este presente, el que ha puesto de manifiesto la posdemocracia, esta democracia que vivimos producto y continuación de un regimen fascista, esta democracia que aún soporta el nombre en sus calles de conspicuos fascistas franquistas? Me parece oportuno anunciar que ni soy tan pesimista, ni creo que la posverdad y la posdemocracia sean términos eternos.ResponderDenunciar comentario - 1.Soy lector semanal... desde hace años... de The Economist... y no me sorprende absolutamente nada que cada vez más gente aproveche de The Economist las estadisticas y la información pura y dura que da... y desprecie y tire a la papelera... todo lo que es "opinión" (siempre en la misma dirección). Si eso pasa con The Economist... que decir del NYT, del WP... y de toda la brunete mediática a disposición de loos masters del universo.... Se han pensado que los lectores europeos somos idiotas y que nos vamos a seguir creyendo todas sus manipulaciones y tergiversaciones PERO.... a la vista está el que la gente cada vez está más y mejor informada y que no se conforma cada día con el mismo "potito"... Así que no es ninguna tragedia que los "ex grandes medios" y los que siguen siéndolo... cada vez tengan menos lectores... y menos gente dispuesta a creer en lo que dicen.... Se lo han ganado a pulso.... y eso va también para los "nuevos periodistas"... 2.Trump no es ningún fascista... sino un tipo bastante listo que se dio cuenta de que gran parte de la sociedad norteamericana... Y OCCIDENTAL ya no se cree las mentiras y las manipulaciones de los que llevan 30 años mangoneando el mundo y sembrando el CAOS (mientras se hacen millonarios) y que apostaban, a pesar de su clase política, por otra cosa... por una ALTERNATIVA ... por un CAMBIO. Lo mismo representaba Sanders PERO los "demócratas" y los financiadores de Hillary (los masters del universo...) le cortaron las alas. 3.Si Trump falla y no cumple... los norteamericanos eligirán a otro dentro de 4 años... Y EN PAZ. 4.El fascismo de hoy está en nuestras ciudades y calles.... y es, aunque ustedes se empeñen en esconderlo, el islam sunnita wahabita... que es el que galvaniza y permite que marroquíes, argelinos, tunecinos y otros igualitos que ellos... hayan formado esta QUINTA COLUMNA que no respeta nada, que ataca a las mujeres, que roba... trafica con drogas (lo que sea con tal de no trabajar) y que luego, una vez en la cárcel, se "radicalizan" y se suicidan masacrando a cuantos más mejor... ESE ES EL FASCISMO REAL QUE OS EMPEÑÁIS EN NO VER.ResponderDenunciar comentario
- 1.Llevamos TRES DÉCADAS de posdemocracia y de desinformación masiva. Tres décadas en las que desapareció la información y los informadores y fueron sustituidos por la "lo último" llegado de EEUU... la información controlada, el doble rasero y... LOS "FORMADORES" DE OPINIÓN.... curiosamente siempre en la misma dirección. 2.El invento coló y fue aceptado mientras las cosas marcharon bien PERO hace ya bastante tiempo... más de una década... que las cosas dejaron de marchar bien... y empezó a aparecer la realidad.... El colapso económico, la ruina de partes importantes de muchas sociedades y de partes del mundo... el incremento espectacular de la desigualdad... del crimen organizado... del terrorismo jihadista... que ha puesto nuestro bienestar y nuestra seguridad... en evidente peligro. 3.Desde hace un tiempo, cada vez más y más gente en muchas partes de Europa y de Occidente se empieza a dar cuenta de que vivimos en una permanente mentira e impostura... y que allí donde se nos venden nuevos derechos y libertades... nuestras libertades y derechos reales... menguan... que allí donde nos dicen que van a tumbar regímenes "tiránicos" para reemplazarlos por democracias y el respeto a los DDHH y blablablá... lo que hay son DESTRUCCIÓN DE ESTADOS y lo que le sigue es una constelación de grupos jihadistas salvajes (organizados y bien financiados por algún país... se entiende) que se hacen cargo de "la cosa" e implantan regímenes criminales y ponen en marcha el comercio de esclavos masivo (que algunos "listos" por aquí llaman "refugiados"...) y una QUINTA COLUMNA en nuestras propias sociedades que cada cierto tiempo nos masacra... para recordarnos lo cerca que están... y lo que nos pueden hacer... 4.Crucemos los dedos para que esta noche de cabalgatas en toda España.... (lo propio en un país de civilización CRISTIANA) no haya ninguna masacre... como las que hemos visto en los dos últimos años.... PERO tampoco olvidemos que hoy... a diferencia de lo que siempre habíamos hecho... tenemos que cruzar los dedos...ResponderDenunciar comentario
- Opino que la desinformación no es nada nuevo quizás sea más evidente ahora porque disponemos de los medios para informarnos mejor, si te tragas lo primero que te dicen venga de donde venga eso ya es problema de cada uno. Recuerdo a principios de los ochenta cuando la derecha hacia correr posmentiras por el rural gallego, decían que si salía el PSOE te iban a quitar las vacas... en las últimas elecciones actualizaron el discurso y decían que si salía PODEMOS le quitarían los pisos a la gente... en fin hay algo más populista que eso. Lo que le funciona a la derecha es el discurso del miedo. En cuanto a la posdemocracia bueno para eso tendría que haber democracia previamente y en España desgraciadamente nunca ha habido una separación real de los poderes del estado condición sin la cual la democracia no existe. Más bien lo de nuestro país es un absolutismo político-financiero disfrazado de democracia, entiendo que veníamos de la edad media con Franco pero no me conformo con esta democracia de pacotilla que cuando alguien quiere investigar los crímenes de la dictadura entonces ya se acaba la democracia y se deja ver el absolutismo... por ejemploResponderDenunciar comentario
- Arkanoid dijo..
Ya. Últimamente TODOS los «periodistas» dan su opinión. Se leen las «informaciones» de reuters y luego opinan. Exactamente igual que el camarero del bar de la esquina. ¡Que bombardeen Siria! ¡Que bombardeen a Putin! ¿Sabías que quien más incito a la barbarie en el genocidio de Ruanda desde una emisora de radio fue un payaso que se llamaba a sí mismo periodista? Quizá ese miserable estaba dando también su opinión. Los «periodistas» dan su opinión. Y dependiendo de en qué medio opinen, opinan así o asá para no molestar a los que deciden quién llega a fin de mes y quién no, algo en lo que el señor Lobo es un consumado especialista. Y está en su derecho, por supuesto, y si le pagan por ello mejor que mejor, pero entonces será un opinador, como el camarero de la esquina o el miserable de Ruanda pero que no se llame a sí mismo periodista. El periodismo, como él mismo dice, es otra cosa.ResponderDenunciar comentario - Seguramente, cuando dice "antes", se debe referir a cuando las informaciones se contrastaban, cuando quien publicaba mentiras o manipulaba la realidad y la convertia el demagogia barata, tenia una responsabilidad ante la opinión publica, cuando todo no era dinero y espectaculo que genera audiencia y publicidad. Ese periodismo esta agonizante y ha dado paso a esa "posverdad", que cuando se descubre, normalmente es demasiado tarde. Las tertulias, las calumnias anonimas y repetidas, la falta de ética nos ha inundado ...nos esta ahogando y los salvavidas estan en manos de los que han aprendido a manejar y manipular los medios. ¿Lo peor?, que no se salva nadie.ResponderDenunciar comentario
- Me alegra que su arlo haya recibido elgios porque así puedo manifestar mi opinión con más tranquilidad. Me disgusta en principio disentir cuando hay un trabajo como el suyo en que ha puesto un esfuerzo personal y por ello mi respeto. En primer lugar no coincido en identificar posverdad con mentira. La posverdad, como deduzco de su utilización mediática es mas que la mentira. Es la falsedad asumida por falta de alternativa. De sus afirmaciones se puede entender que antes se estaba mejor informad@ que ahora y que la prensa era más honorable. No es esa mi opinión, ni veo evidencias comparativas. Nos colaron las armas de destrucción masivas y muchos acontecimientos quedaron enterrados. Ahora, si es verdad que el /la periodista tiene que encontrar un nuevo equilibrio y la manera de representar de nuevo su papel en un marco mucho más dificil. Lo mismo que en medicina, el profesional debe de comprender que ya no es el único poseedor de la verdad y que puede ser retado en su propio campo. Y eso no es cómodo. Dice usted que “la tecnología, lejos de mejorar el trabajo favorece la expansión del virus que altera la verdad como aspiración”. En este caso no estoy de acuerdo en denunciar la tecnología sino en lograr que esta responda a nuestros valores. Otro reto. No soy, en definitiva, alguien que respalde que antes estábamos mejor. Sin la tecnología no podríamos aspirar a organizaciones que pretenden más democracia activa, como lo muestra los esfuerzos de Podemos. Saludos.ResponderDenunciar comentario
- bidebi dijo..
De todos los comentarios (Buenos) éste recoge muy acertadamente lo que yo mismo pienso. En cuanto al Señor Lobo, gracias y salud para 2017.ResponderDenunciar comentario
Fijate que estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que dices. yo tambien creo que fué un voto contra la casta politica que se ha aliado con la economica, sin rubor, sobre todo despues de la caida del muro de berlin. Los capitalistas confundieron el triunfo de la democracia contra la dictadura con el triunfo del capitalismo contra el comunismo. Ambos se dan en forma de dictadura pero el comunismo aún no se ha dado con democracia entre otras cosas porque depende que toda una sociedad se movilice. y no se olvida que sociedad no es estado. Así las cosas todos sabemos que hay dos formas de dictaduras en el mundo aunque parezcan muchas, y son: dictaduras basadas en la fuerza bruta que aporta el ejercito y las policias y dictadura que nace del fanatismo religioso o creencias varias. por eso es tan importante que en un país democrático las distintas religiones se sometan a los valores civiles, en España y en Europa en general, nos ha costado deshacernos de la intromisión de la iglesia catolica en la politica, pero los paises de religion musullmana lo tienen peor porque el islam no se ha sometido en absoluto a los valores civiles y así les va y nos va. No entro en la historia que ha llevado a eso