¿QUÉ SE ESCONDE TRAS LAS PROTESTAS EN RUMANÍA?
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- febrero 10º, 2017
“Es un ejemplo de cómo una decisión inoportuna y mal pensada conduce a la inestabilidad política.
Es que el Gobierno rumano simplemente se ha apresurado con la toma de la decisión y su aprobación”, añadió.
El experto considera que el Gobierno de Rumanía también se ha equivocado en la forma de hacer enmiendas.
“El Gobierno no tomó la decisión tras un debate o votación en el Parlamento, sino por decreto. En este caso, no se debe hacer enmiendas de esta manera.
No hubo consultas con las instituciones judiciales, ni con la sociedad civil, ni con otros jugadores del escenario político. Como resultado, surgió un potencial de protesta”.
Una Rumanía dividida
Los manifestantes fueron apoyados por el presidente rumano Klaus Iohannis. El primer ministro Sorin Grindeanu lo calificó inmediatamente de “intentona golpista”.
En Rumanía, el poder económico y administrativo real pertenece al Gobierno, aprobado por el Parlamento, mientras que el presidente es comandante supremo y “representa la unidad de la nación”.
Los manifestantes también cuentan con el apoyo del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien afirmó que “la lucha contra la corrupción debe ser reforzada“.
El 5 de febrero, el Gobierno abolió las enmiendas de la ley de amnistía, y el primer ministro, el socialdemócrata Sorin Grindeanu, propuso iniciar un debate público sobre temas sensibles relacionados con este documento.
Sin embargo, los manifestantes no se conformaron con la sola cancelación del decreto. El 6 de febrero, el número de personas en las calles alcanzaba el medio millón, que exigen destituir al Gobierno y repetir las elecciones, lo que en el PSD califican de pretexto para forzar el cambio del poder.
Consecuencias posibles
“Una destitución del Gobierno no es imposible, conociendo la experiencia política de Rumanía“, opinó al medio ruso Izvestia la politóloga Tamara Guzenkova, vicedirectora del Instituto de Estudios Estratégicos ruso.
“Un presidente de derechas como Iohannis está en conflicto con el Gobierno socialdemócrata. La corrupción es un pretexto formal ya que, para Bucarest, es un problema de actualidad, y la sociedad es muy sensible a estos temas“, comentó.
Sin embargo, la analista descarta que se esperen cambios drásticos en el curso político de la nación.
“Las posturas euroescépticas son débiles en Rumanía, a diferencia de, por ejemplo, en Francia o Alemania. Tampoco será discutida la membresía en la OTAN o el despliegue de los sistemas de defensa antimisiles en el país. Esto nadie lo pone en duda [en Rumanía]”, concluyó la experta.
No obstante y por undécimo día consecutivo, ayer viernes se realizaron dos manifestaciones simultáneas contra el gobierno, aunque para esta ocasión se pide la renuncia del presidente Iohannis, pues ciertos sectores lo acusan de no mantener la neutralidad que su cargo le exige y de haberse unido a otro sector de manifestantes de carácter ultraderechista.
tenacarlos.wordpress.com
El objetivo de las manifestaciones masivas y bien pertrechadas (las ONGs surten de abundante material a los presentes) no es, ni mucho menos, la ordenanza aprobada por el gobierno socialdemócrata (que hoy ya ha sido abrogada, aunque las manifestaciones siguen), sino el programa de gobierno que se va a aplicar por el ejecutivo: principalmente, contra la reforma del Código Fiscal.
En la prevista reforma fiscal se van a aumentar los impuestos para las grandes multinacionales extranjeras, del 5% actual al 16%, lo que va a suponer un aumento de millones de euros del presupuesto público y, por otro lado, pérdidas en la cuenta de beneficios de las grandes corporaciones económicas.
El tal Sebastian Burduja es el hijo de un antiguo directivo del Banco de Comercio Exterior Rumano, bajo control de la Seguridad rumana, y después del golpe capitalista, afiliado al Frente de Salvación Nacional (partido que se decía continuidad del PCR dirigido por Ion Iliescu).
Con el tiempo, el papi, despues de ser alcalde, llegaría a ser vicepresidente de Bancorex (banco formado tras el golpe de estado de 1989 y dedicado al comercio exterior).
Precisamente, el líder del supuesto anticomunismo, Klaus Iohannis, incapaz de justificar sus seis grandes mansiones en la ciudad donde fue alcalde, y antiguo líder de una organización, Foro Democrático de los Alemanes de Rumania (F.D.A.R.), que reivindicó en los años 90 ser la sucesora legal del Grupo Étnico Alemán (Deutsche Volksgruppe) creado por el Partido Nacionalsocialista en los años 40, y cuyos bienes habían sido justamente confiscados por el gobierno comunista rumano tras el final de la Segunda Guerra Mundial, es el que se erige como adalid de la lucha anticorrupción; una lucha dirigida y financiada, curiosamente, por la U.E. y la embajada norteamericana, y aplicada con un filtro político solo contra algunos "corruptos", mientras otros, los favorables a determinados intereses, no sienten ni de lejos la presencia de la ley.
En definitiva, ese velo sagrado del "anticomunismo", usado durante tres décadas para justificar todo tipo de desmanes, delitos, genocidios y destrucción contra el pueblo rumano, con la coletilla de "el comunismo tiene la culpa", utilizado como mantra por los medios de propaganda de los grandes grupos mafiosos multinacionales que lo saquean, humillan y desprecian, es el agitado contra el PSD para evitar que este cumpla sus amenazas de moderar su seguidismo hacia las órdenes de Bruselas y Washington (sobre todo, recordando lo cerca que esta Putin y las multinacionales rusas y las de sus amigos los chinos de la frontera rumana) y que cambie un poco (tampoco va a hacerlo en demasia porque esto afectaría también a sus intereses) las políticas de austeridad para los trabajadores dictadas por los que siguen enriqueciéndose, y quieren aumentar la tasa de beneficio, a su costa.
En todo caso, y para resumir la situación:
1) Rumania es un estado capitalista y, por lo tanto, corrupto, como todos los estados capitalistas. La corrupción, en realidad, el delito, el robo, es el motor del capitalismo y, como tal, los ladrones en Rumania están al orden del día;
2) El Partido Socialdemócrata no es un partido de izquierdas, ni de lejos algo parecido a comunista; es un partido como el Partido Socialista Obrero Español: es decir, corrupto, mafioso y cuyo fin es beneficiar a sus miembros y financiadores, como sucede con el resto de los partidos del régimen capitalista rumano (y de todo estado sometido a la tiranía del capital);
3) Los cambios del Código Penal aprobados ayer por decreto-ley no cambian sustancialmente la legislación al respecto, ni despenalizan la corrupción.
MEDIOS MIENTEN RUMANIA
Hipters y ONGs de Soros protestan contra Ley PSD que grava Corporaciones, no por Corrupció
+ NOTICIAS FALSAS de los MASS MEDIA
Los MEDIOS mienten SIEMPRE - RUMANIA
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Neoliberales de Soros y los privilegiados empleados de las multinacionales protestan contra el Programa del Gobierno que disgusta a las Corporaciones, no por la Corrupción
Steven van Groningen, Director General de Raiffeisen Bank România protestando contra el gobierno
Gigi Becali, !También protesta contra la corrupción!
Ayer sábado el director de una de las multinacionales bancarias que más roba en Rumania, Raisfeissen Bank, Steven van Groningen, se unió a los que protestaban contra el gobierno rumano recientemente elegido por una mayoría aplastante en las elecciones del pasado mes de diciembre.
El susodicho jefazo de Raisfeissen Bank no ha dudado, entre otras cosas, de paralizar la ley de Dación en Pago aprobada en la última legislatura por la cual los hipotecados rumanos puedan saldar con su casa la deuda con el banco, sin tener que devolver los intereses
¿Por qué un gerifalte de una gran corporación capitalista apoya las manifestaciones contra, supuestamente, la corrupción?
La respuesta es de perogrullo.
El objetivo de las manifestaciones masivas y bien pertrechadas (las ONGs surten de abundante material a los presentes) no es, ni mucho menos, la ordenanza aprobada por el gobierno socialdemócrata (que hoy ya ha sido abrogada, aunque las manifestaciones siguen), sino el programa de gobierno que se va a aplicar por el ejecutivo: principalmente, contra la reforma del Código Fiscal.
En la prevista reforma fiscal se van a aumentar los impuestos para las grandes multinacionales extranjeras, del 5% actual al 16%, lo que va a suponer un aumento de millones de euros del presupuesto público y, por otro lado, pérdidas en la cuenta de beneficios de las grandes corporaciones económicas.
Además, para más atrevimiento, la coalición gobernante ha osado aumentar el salario mínimo de los trabajadores rumanos de los 1250 lei brutos antes del 1 de febrero de 2017 hasta los 1450 actuales.
La diferencia no es grande, pero a los grandes patronos corruptos de las corporaciones capitalistas les ha escocido.
Por eso, no es de extrañar que los propios "jefes" animen a sus trabajadores a acudir a protestar contra los "odiosos" gobernantes de la "Ciuma Rosie" (Peste Roja), como les apodan los miembros de la que es hoy, posiblemente, la derechona más reaccionaria de Europa (un inciso, a los explotados por las multinacionales no les gusta que les llamen "trabajadores" -muncitori, en rumano-, sino "empleados", -angajati-, algo más cool, great and in para el body).
De hecho, y como hemos dicho al empezar, hasta los grandes oligarcas rumanos se unen como "hermanos" a los protestatarios, en una especie de éxtasis de "la sociedad sin clases", ese mantra tan manoseado por los grandes criminales de la élite económica para justificar que los explotados y ellos no son realmente enemigos, sino colaboradores por el "bien común" (aunque ese "bien" vaya más a unos bolsillos que a otros y sean solo algunos los que se reparten los privilegios).
La diferencia no es grande, pero a los grandes patronos corruptos de las corporaciones capitalistas les ha escocido.
Por eso, no es de extrañar que los propios "jefes" animen a sus trabajadores a acudir a protestar contra los "odiosos" gobernantes de la "Ciuma Rosie" (Peste Roja), como les apodan los miembros de la que es hoy, posiblemente, la derechona más reaccionaria de Europa (un inciso, a los explotados por las multinacionales no les gusta que les llamen "trabajadores" -muncitori, en rumano-, sino "empleados", -angajati-, algo más cool, great and in para el body).
De hecho, y como hemos dicho al empezar, hasta los grandes oligarcas rumanos se unen como "hermanos" a los protestatarios, en una especie de éxtasis de "la sociedad sin clases", ese mantra tan manoseado por los grandes criminales de la élite económica para justificar que los explotados y ellos no son realmente enemigos, sino colaboradores por el "bien común" (aunque ese "bien" vaya más a unos bolsillos que a otros y sean solo algunos los que se reparten los privilegios).
Por supuesto que esa hermandad de objetivos es posible solo después del horario de trabajo, que una cosa es la "lucha por la democracia" (notese la ironía) y otra que los esclavos no produzcan dinero para la corporación.
Al igual que el citado Von Groningen, al que Honoré de Balzac definiría sin pelos en la lengua como "un delincuente" (recordemos aquello de que "detrás de una gran fortuna siempre hay un gran delito", bien sentenciado por el escritor francés en La posada roja), otros de su calaña han agitado pancartas y gritos de, !hay que ser cínico!, "!Ladrones, ladrones!", dirigiéndose al gobierno actual; como, por ejemplo, un tal Sebastian Burduja, hijo de un gran banquero rumano que ha llevado a la quiebra varios bancos y ahora trabaja, precisamente, también en Raisfeissen Bank, y que apareció con una pancarta en la que decía "Acasă-i cald și bine, dar eu strig și pentru tine” (!En casa se está caliente, pero yo grito por ti!).
Mejor hubiera dicho "El Banco Mundial protesta por ti".
Mejor hubiera dicho "El Banco Mundial protesta por ti".
El líder de la derecha rumana, el hombre de las seis mansiones compradas con dinero negro en la ciudad de la que fue alcalde, Sibiu
El tal Sebastian Burduja es el hijo de un antiguo directivo del Banco de Comercio Exterior Rumano, bajo control de la Seguridad rumana, y después del golpe capitalista, afiliado al Frente de Salvación Nacional (partido que se decía continuidad del PCR dirigido por Ion Iliescu).
Con el tiempo, el papi, despues de ser alcalde, llegaría a ser vicepresidente de Bancorex (banco formado tras el golpe de estado de 1989 y dedicado al comercio exterior).
Este banco, el principal de Rumania hasta finales de la década de los 90, acabó hundido debido al dinero que se prestaba a los nuevos ricos y grandes corruptos que se repartían alegremente el dinero privatizado por el capitalismo rumano, dejando a muchos trabajadores en la ruina.
El padre del susodicho manifestante "anticorrupción", en vez de ir a la cárcel, continuó dirigiendo otros bancos de primera línea de Rumania.
Sebastian Burduja, el niño de papá, fue enchufado en el Banco Mundial en puestos directivos a pesar de su juventud y, desde allí, "por amor a la patria", por supuesto, volvió a casa para crear diferentes ONGs, como la iniciada junto a Dan Nechita (consejero del presidente "tecnócrata" Dacian Ciolos, títere de Iohannis), la Fundación Caesar, con la financiación y el apoyo de la Banca Nacional de Rumania (es decir, dinero público).
El "anticorrupción" Burduja ha salido ahora con sus colegas a la plaza para "gritar por los rumanos", aunque parece que sobre su padre (siempre en posiciones clave para la corrupción y la estafa desde 1989), o sobre la corrupción del gobierno de la derecha hasta hace apenas dos meses, no tenga nada que gritar.
Otro de los protestatarios "anticorrupción" contra el gobierno es Gigi Becali, conocido mafioso rumano, presidente del equipo de fútbol Steaua de Bucarest, e imagen (hasta ahora) de la corrupción político-económica en Rumania.
Hoy se ha unido a la "Ciuma Dreptei" (Peste derechista), para luchar por la "democracia" y, ¿para qué nos vamos a engañar?, por el negocio, que al final es lo que cuenta. Muy democrático todo, ¿verdad?
En todo caso, y dejando de lado la lista de participantes de la élite económica rumana en las protestas contra el gobierno, esa subida de impuestos para las grandes empresas del 5 al 16% ha revolucionado a la gran derechona rumana y europea, que ha empezado a mover hilos para frenar al gobierno del PSD, sorprendentemente demasiado díscolo para estos tiempos de austeridad y ofensiva contra los trabajadores y la mala coyuntura para la defensa de los intereses de los estados nacionales frente a los intereses globalistas.
Otro de los protestatarios "anticorrupción" contra el gobierno es Gigi Becali, conocido mafioso rumano, presidente del equipo de fútbol Steaua de Bucarest, e imagen (hasta ahora) de la corrupción político-económica en Rumania.
Hoy se ha unido a la "Ciuma Dreptei" (Peste derechista), para luchar por la "democracia" y, ¿para qué nos vamos a engañar?, por el negocio, que al final es lo que cuenta. Muy democrático todo, ¿verdad?
En todo caso, y dejando de lado la lista de participantes de la élite económica rumana en las protestas contra el gobierno, esa subida de impuestos para las grandes empresas del 5 al 16% ha revolucionado a la gran derechona rumana y europea, que ha empezado a mover hilos para frenar al gobierno del PSD, sorprendentemente demasiado díscolo para estos tiempos de austeridad y ofensiva contra los trabajadores y la mala coyuntura para la defensa de los intereses de los estados nacionales frente a los intereses globalistas.
Hoy domingo, a pesar de la abrogación de la polémica ordenanza de reforma del Código Penal (que al final, es lo menos importante de todo el problema), las grandes empresas rumanas han vuelto a convocar a sus "empleados" y a los aguerridos militantes de las ONGs financiadas por Europa o EEUU para que sigan protestando aunque se haya abrogado la famosa ordenanza.
Sin embargo, parece que, después de una semana de algarabía mediática y propagandística, los votantes del PSD y otros muchos ciudadanos hartos de la manipulación televisiva se están concentrando ante el Palacio de Cotroceni, sede de la presidencia, contra el jefe de estado Klaus Iohannis, el "líder" de los manifestantes de la derecha, exigiendo su dimisión por corrupto y por haberse saltado la Constitución rumana, que define sus competencias como árbitro y no como incitador a la revuelta contra un gobierno que, finalmente, ha sido votado por la mayoría, aunque defienda otros intereses a los suyos.
Sin embargo, parece que, después de una semana de algarabía mediática y propagandística, los votantes del PSD y otros muchos ciudadanos hartos de la manipulación televisiva se están concentrando ante el Palacio de Cotroceni, sede de la presidencia, contra el jefe de estado Klaus Iohannis, el "líder" de los manifestantes de la derecha, exigiendo su dimisión por corrupto y por haberse saltado la Constitución rumana, que define sus competencias como árbitro y no como incitador a la revuelta contra un gobierno que, finalmente, ha sido votado por la mayoría, aunque defienda otros intereses a los suyos.
Además, el presidente ha declarado en la Cumbre de Malta, celebrada este fin de semana entre los líderes europeos, que los manifestantes son "my romanians", es decir, "mis rumanos", dejando claro que él es solo es presidente de los 100.000-200.000 rumanos que obedecen su arenga para derribar al gobierno, y no de los 19 millones restantes (en especial, por supuesto, de los que no piensan como él).
Es posible, así como sucedió en otras ocasiones, que el tiro les salga a los corruptos reaccionarios por la culata y que las maniobras de las multinacionales acaben, finalmente, reforzando más aún la posición del partido en el gobierno.
En todo caso, y para terminar, no se lucha contra la corrupción de forma partidista, como hacen los seguidores de la derecha en las protestas de esta semana, sino combatiendo contra el sistema.
En todo caso, y para terminar, no se lucha contra la corrupción de forma partidista, como hacen los seguidores de la derecha en las protestas de esta semana, sino combatiendo contra el sistema.
El capitalismo es sinónimo de corrupción, y solo acabando con los privilegios económicos de los que viven del trabajo ajeno y del saqueo del estado se puede acabar con ella Un !No a la corrupción! es un !No al capitalismo!, un !No! rotundo a la minoría que vive parasitando el trabajo y la riqueza producida por la mayoría. Un !Sí al Socialismo!, en definitiva.
!Salvad burguesía", !El jefe del estado está con nosotros!,
o "Quitad el derecho al voto a los pobres"
(ilustración de Laurentiu Ridichie sobre las protestas)
El presidente Iohannis de manifestación
En este mundo al revés, en los tenebrosos dominios de la barbarie, mientras los explotados reculan, se quedan en casa, emigran o se queman a lo bonzo, son los explotadores, o sus títeres. los que pasan a la ofensiva y, si es necesario, toman las calles (los maidan se han puesto de moda en el este, como hemos visto en otros paises vecinos como República Moldova o Ucrania).
La dolorosa derrota electoral de la derecha neoliberal rumana, apoyada por el entramado de Soros y por las grandes corporaciones capitalistas, en las últimas elecciones del mes de noviembre pasado, trastocó los planes de seguir aplicando las políticas de crudo en Rumania a través del gobierno instaurado el año anterior tras la dimisión del gobierno socialdemócrata: el gobierno "apolítico" dirigido por el comisario europeo Dacian Ciolos.
Los "tecnócratas" de Ciolos, sin aparente afiliación política (es decir, fachas, como se dice en España, antiobreros obsesivos), aplicaron las normas llegadas desde los despachos de las grandes corporaciones multinacionales, de la Comisión Europea y de la embajada norteamericana en aplicación de la aceleración de la ofensiva del capital contra el trabajo "apropiada" a los nuevos tiempos de austeridad oficial.
Los "tecnócratas" de Ciolos, sin aparente afiliación política (es decir, fachas, como se dice en España, antiobreros obsesivos), aplicaron las normas llegadas desde los despachos de las grandes corporaciones multinacionales, de la Comisión Europea y de la embajada norteamericana en aplicación de la aceleración de la ofensiva del capital contra el trabajo "apropiada" a los nuevos tiempos de austeridad oficial.
A las primeras de cambio, han movilizado a las ONG´s de "tinerii frumos", como les llaman aquí, ("jóvenes progres" podríamos traducirlo al castellano), para intentar derrocar al gobierno votado por los ciudadanos sin tener que confiar en ese engorroso recurso que son las urnas electorales (solamente sagradas cuando el resultado favorece a la clase dominante).
Unos jóvenes que se sienten "privilegiados" por trabajar por un sueldo superior a la media (ni hablar de un sueldo decente, pues las corporaciones multinacionales tienen en Rumania el paraíso europeo de la mano de obra barata por indefinidas horas, sindicatos prohibidos y, por supuesto, sin derecho a huelga o nada parecido a la protesta contra el que les explota), que tras la derrota del cacique de Sibiu, Klaus Iohannis, actual presidente, y su cachorro "apolítico" Ciolos, se echaban las manos a la cabeza en los pocos minutos que les dejaban sus amos para comer el fast food de turno por los perniciosos efectos de la "democracia" en la que pueden votar todos, hasta la gente pobre, los campesinos o, incluso, los nostálgicos del comunismo !Qué horror!.
¿Cuál es la excusa aducida para las protestas actuales?
¿Cuál es la excusa aducida para las protestas actuales?
La modificación de unos artículos del Código Penal por Decreto-Ley, en vistas a cumplir las recomendaciones de la Comisión Europea de Derechos Humanos para reducir el overbooking de presos, que se amontonan en condiciones miserables en las celdas de las cárceles rumanas, y que, por otro lado, reciben montones de euros como compensación según van saliendo de la prisión tras denunciar su situación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Mientras los "tineri frumosi" con barbita bien cuidada de hipster y sus continuos "cool", "ok", "hot", and "great" en su hueco discurso habitual, repiten las consignas de los medios de propaganda sobre los años del comunismo, les importa un bledo por otro lado las condiciones de los presos y, mucho menos, que la mitad de los rumanos malvivan con menos de 200 euros al mes, que los hospitales sean cada día más un nido de infecciones y porquería o que haya más de tres millones de huidos del país por haber sido destruidas las potentes industrias rumanas de los 80 con el objetivo de convertir Rumania en un mercado fácil para los productos de Occidente.
En todo caso, la mínima modificación del Código Penal, que no despenaliza ni mucho menos la corrupción, como afirman los medios de propaganda de la derecha, sino que simplemente reducen las penas de todos los delitos para vaciar un poco las cárceles, y que, por ejemplo, en el caso de la malversación de fondos públicos mantiene una legislación que otros países, como España, sin ir más lejos, es mucho más suave (no solo España, sino también en la "modélica" Alemania), no justifica que, con la recurrente y manida excusa del "malvado comunismo", se llenen las calles de protestatarios en contra de un partido (el Partido Socialdemócrata), que puede ser de todo menos comunista (aunque en comparación con el resto de los del fascistoide panorama político rumano podría pasar hasta por ser de izquierdas), y que ha ganado con rotundidad las últimas elecciones del noviembre pasado siendo votado por los rumanos más desfavorecidos por diferentes razones; entre ellas, porque defiende el final de esa austeridad (aplicada a los explotados, no a los explotadores) que propugnan con rabia y tenacidad los gerifaltes y mafias de la Rumania colonia europea.
En todo caso, la mínima modificación del Código Penal, que no despenaliza ni mucho menos la corrupción, como afirman los medios de propaganda de la derecha, sino que simplemente reducen las penas de todos los delitos para vaciar un poco las cárceles, y que, por ejemplo, en el caso de la malversación de fondos públicos mantiene una legislación que otros países, como España, sin ir más lejos, es mucho más suave (no solo España, sino también en la "modélica" Alemania), no justifica que, con la recurrente y manida excusa del "malvado comunismo", se llenen las calles de protestatarios en contra de un partido (el Partido Socialdemócrata), que puede ser de todo menos comunista (aunque en comparación con el resto de los del fascistoide panorama político rumano podría pasar hasta por ser de izquierdas), y que ha ganado con rotundidad las últimas elecciones del noviembre pasado siendo votado por los rumanos más desfavorecidos por diferentes razones; entre ellas, porque defiende el final de esa austeridad (aplicada a los explotados, no a los explotadores) que propugnan con rabia y tenacidad los gerifaltes y mafias de la Rumania colonia europea.
Precisamente, el líder del supuesto anticomunismo, Klaus Iohannis, incapaz de justificar sus seis grandes mansiones en la ciudad donde fue alcalde, y antiguo líder de una organización, Foro Democrático de los Alemanes de Rumania (F.D.A.R.), que reivindicó en los años 90 ser la sucesora legal del Grupo Étnico Alemán (Deutsche Volksgruppe) creado por el Partido Nacionalsocialista en los años 40, y cuyos bienes habían sido justamente confiscados por el gobierno comunista rumano tras el final de la Segunda Guerra Mundial, es el que se erige como adalid de la lucha anticorrupción; una lucha dirigida y financiada, curiosamente, por la U.E. y la embajada norteamericana, y aplicada con un filtro político solo contra algunos "corruptos", mientras otros, los favorables a determinados intereses, no sienten ni de lejos la presencia de la ley.
En definitiva, ese velo sagrado del "anticomunismo", usado durante tres décadas para justificar todo tipo de desmanes, delitos, genocidios y destrucción contra el pueblo rumano, con la coletilla de "el comunismo tiene la culpa", utilizado como mantra por los medios de propaganda de los grandes grupos mafiosos multinacionales que lo saquean, humillan y desprecian, es el agitado contra el PSD para evitar que este cumpla sus amenazas de moderar su seguidismo hacia las órdenes de Bruselas y Washington (sobre todo, recordando lo cerca que esta Putin y las multinacionales rusas y las de sus amigos los chinos de la frontera rumana) y que cambie un poco (tampoco va a hacerlo en demasia porque esto afectaría también a sus intereses) las políticas de austeridad para los trabajadores dictadas por los que siguen enriqueciéndose, y quieren aumentar la tasa de beneficio, a su costa.
En todo caso, y para resumir la situación:
1) Rumania es un estado capitalista y, por lo tanto, corrupto, como todos los estados capitalistas. La corrupción, en realidad, el delito, el robo, es el motor del capitalismo y, como tal, los ladrones en Rumania están al orden del día;
2) El Partido Socialdemócrata no es un partido de izquierdas, ni de lejos algo parecido a comunista; es un partido como el Partido Socialista Obrero Español: es decir, corrupto, mafioso y cuyo fin es beneficiar a sus miembros y financiadores, como sucede con el resto de los partidos del régimen capitalista rumano (y de todo estado sometido a la tiranía del capital);
3) Los cambios del Código Penal aprobados ayer por decreto-ley no cambian sustancialmente la legislación al respecto, ni despenalizan la corrupción.
Las protestas, en las que, por cierto, hay muy pocos trabajadores, y donde la mayoría son ONGistas, miembros de la élite de la clase trabajadora empleada de las multinacionales y, en general, como se suele decir, gente "ni de izquierdas ni de derechas", es decir, con una clara ideología política antiobrera, elitista y pro status-quo, defensora de la desigualdad, de la meritocracia y del desprecio hacia los más débiles o pobres, pretenden que los partidos que defienden la austeridad, la aplicación de las políticas dictadas por Bruselas y otros grupos de poder (como el entramado Soros), retomen el poder con o sin elecciones, reparando el desastre (para ellos), tras la votación masiva del pueblo rumano al PSD;
4) El Partido Socialdemócrata es,
4) El Partido Socialdemócrata es,
como dijimos, un partido capitalista y, como tal, corrupto.
Sin embargo, y en parte por ese anticomunismo casposo aplicado para poder saquear el país por la élite política (surgida la mayoría, por cierto, de la élite que se formó en el antiguo PCR), es identificado por los partidos neoliberales como el sucesor del Partido Comunista (aunque para tragarse tal cosa hay que batir records de estupidez), lo que produce un curioso efecto rebote que causa un tremendo apoyo por parte de los numerosos nostálgicos del comunismo al PSD; tanto es así que todas las elecciones celebradas hasta ahora en Rumania desde el golpe de estado de 1989 las ha ganado el PSD o la alianza con la que este se presentaba (aunque a veces no pudiera formar gobierno por la unión de la oposición);
5) En vistas de que la "democracia" no parece la solución, (y, evidentemente, no lo es, aunque no por los mismos motivos que argumentan los facciosos), y para que partidos como el Partido Nacional Liberal o los populistas derechistas de Unión Salvad Rumania cumplan y lleven a cabo de forma eficaz los intereses de las grandes corporaciones económicas y de la oligarquía (algo que, curiosamente, también persigue finalmente el propio PSD, aunque manteniendo un poco el tipo en cosas relativas al gasto o ayuda social, es decir, la típica manipulación para que los más desfavorecidos les voten y evitar revueltas realmente antisistema), y aprovechando también la propia estupidez de los miembros del gobierno que se lo han puesto a huevo (aprobando los cambios del Código Penal por decreto en vez de llevarlo al Parlamento, donde tiene, por cierto, mayoría absoluta), se parece haber optado por conseguir que "los tecnócratas", o cualquier otro partido neoliberal del estilo, vuelvan a gobernar la colonia rumana, utilizando para ello la mentira y la manipulación más gruesa.
5) En vistas de que la "democracia" no parece la solución, (y, evidentemente, no lo es, aunque no por los mismos motivos que argumentan los facciosos), y para que partidos como el Partido Nacional Liberal o los populistas derechistas de Unión Salvad Rumania cumplan y lleven a cabo de forma eficaz los intereses de las grandes corporaciones económicas y de la oligarquía (algo que, curiosamente, también persigue finalmente el propio PSD, aunque manteniendo un poco el tipo en cosas relativas al gasto o ayuda social, es decir, la típica manipulación para que los más desfavorecidos les voten y evitar revueltas realmente antisistema), y aprovechando también la propia estupidez de los miembros del gobierno que se lo han puesto a huevo (aprobando los cambios del Código Penal por decreto en vez de llevarlo al Parlamento, donde tiene, por cierto, mayoría absoluta), se parece haber optado por conseguir que "los tecnócratas", o cualquier otro partido neoliberal del estilo, vuelvan a gobernar la colonia rumana, utilizando para ello la mentira y la manipulación más gruesa.
Es decir, en definitiva, lo típico de los "demócratas de toda la vida", que tan bien conocemos en España.
El ilustrador comunista rumano, Laurentiu Ridichie, ha retratado muy bien las protestas contra el PSD (en la ilustración adjunta) dibujando a esa "juventud apolítica", esos "hijos de la élite" que cuestionan que los pobres puedan votar, (tal opinión me la han comentado personalmente sin cortarse un pelo en varias ocasiones algunos de esos "demócratas apolíticos",
El ilustrador comunista rumano, Laurentiu Ridichie, ha retratado muy bien las protestas contra el PSD (en la ilustración adjunta) dibujando a esa "juventud apolítica", esos "hijos de la élite" que cuestionan que los pobres puedan votar, (tal opinión me la han comentado personalmente sin cortarse un pelo en varias ocasiones algunos de esos "demócratas apolíticos",
y se extendió desde las televisiones tras la contundente derrota de la derecha neoliberal en las últimas elecciones), que defienden la ideología burguesa y los privilegios de la burguesía frente a los trabajadores (incluso, paradojicamente, frente a sí mismos, también trabajadores explotados),
o que apoyan como a una especie de "héroe" (o fuhrercito, podríamos decir recordando a "nuestro" Aznar), al presidente del país como lider de la lucha "anticorrupción", (aunque él mismo reconozca, como hemos dicho, que "compró" seis mansiones en la ciudad de donde fue alcalde con ingresos que no puede justificar), y que, saltándose la Constitución, (en este caso no le importó, solo cuando son los trabajadores los que lo hacen) participando en una manifestación "espontánea" contra el gobierno recién elegido en las urnas, dándose un baño de multitudes (eso sí, a sus anchas, en el medio de un círculo libre de ciudadanos molestos y bien protegido por sus guardaespaldas).
Por otro lado, una de las pocas páginas informativas decentes que existen en Rumania, Critica Attack, por supuesto con muy pocos lectores, define la situación como una ruptura entre la Rumania empobrecida, favorable (o engañada, por el PSD), y la Rumania que sigue creyéndose el cuento del paraíso capitalista y las excusas del anticomunismo agitadas por los grandes grupos de corrupción y mafias multinacionales (los engañados por los partidos neoliberales y por las ilusiones de una vida mejor como esclavos del capital).
Finalmente, ni unos ni otros ofrecen una solución para Rumania y los rumanos, ambos bandos están al servicio de los intereses de la tiranía del capital y en contra de los de los trabajadores y, por supuesto, ambos son grupos mafiosos que buscan el enriquecimiento personal y el de sus amos o clientes político-comerciales a costa de la riqueza creada por la clase obrera, exprimiéndola y manipulándola para sus propios fines.
Por otro lado, una de las pocas páginas informativas decentes que existen en Rumania, Critica Attack, por supuesto con muy pocos lectores, define la situación como una ruptura entre la Rumania empobrecida, favorable (o engañada, por el PSD), y la Rumania que sigue creyéndose el cuento del paraíso capitalista y las excusas del anticomunismo agitadas por los grandes grupos de corrupción y mafias multinacionales (los engañados por los partidos neoliberales y por las ilusiones de una vida mejor como esclavos del capital).
Finalmente, ni unos ni otros ofrecen una solución para Rumania y los rumanos, ambos bandos están al servicio de los intereses de la tiranía del capital y en contra de los de los trabajadores y, por supuesto, ambos son grupos mafiosos que buscan el enriquecimiento personal y el de sus amos o clientes político-comerciales a costa de la riqueza creada por la clase obrera, exprimiéndola y manipulándola para sus propios fines.
Sin embargo, la justificación ofrecida para la movilización , la aprobación de un Código Penal que despenaliza la corrupción, es tan falsa como que Iohannis es una persona honesta, que el PSD es un partido de izquierda o !comunista! o que los manifestantes creen en la democracia (salvo en la que interesa a sus financiadores o patronos).
Se trata, simple y llanamente, de una pelea entre bandas políticas por el poder, aunque en este caso, y utilizando la lógica de los defensores de la democracia burguesa, la "legitimidad" está del lado del partido que ganó las elecciones con una incuestionable rotundidad.
No son, pues, los trabajadores los que están saliendo a la calle para recuperar sus derechos, para acabar con la clase política corrupta (inevitablemente en una tiranía capitalista) sea cual sea sus etiquetas y para luchar contra la tiranía del capital y sus sicarios políticos .
No son, pues, los trabajadores los que están saliendo a la calle para recuperar sus derechos, para acabar con la clase política corrupta (inevitablemente en una tiranía capitalista) sea cual sea sus etiquetas y para luchar contra la tiranía del capital y sus sicarios políticos .
Se trata, al contrario, de hacer el juego a los globalistas preocupados por sus intereses en estos tiempos difíciles en los que el proteccionismo empieza a plantearse como solución ante la austeridad impuesta por las metrópolis a sus colonias o frente a la competencia brutal de los imperialismos emergentes. Y para eso están ahí, dispuestos y creyéndose felices, los niños bien (pura ilusión) de la sociedad en ruinas, los jóvenes be cool y su fascismo de colorines (ver en la viñeta de Ridichiu el acertado dibujo de un pequeño corderito con la esvástica tatuada), aquellos que, sin embargo, no salen a protestar contra los recortes salariales, la miseria de los pensionistas, la destrucción de la industria y las empresas públicas, las condiciones de hospitales o escuelas o, en definitiva, por la instauración de una sociedad de esclavos sonrientes, o no, según te toque, en donde la única ley es el sálvese quien pueda (y en la que los que se salvan son siempre los mismos).
Reflexiones sobre la cultura rumana y los veinte años de saqueo capitalista