Hola a la tripulación de tierra.
Todos los líderes tecnológicos saben quién ganará la carrera contra la máquina. Y habrá que ajustar algunos detalles de cómo operan, por lo que están contactando discretamente a Donald Trump antes de su anticipada victoria. Se están levantando banderas blancas antes incluso de que se declare la victoria. El olor de la derrota es muy fuerte. Es aún más desagradable cuando sabemos quién ha estado afuera sudando de miedo tratando de detener lo que se avecina.
Ya no confían en su lealtad a la vieja guardia. El cordón está prácticamente cortado. Ahora observamos cómo comienza el cambio hacia un sistema más sólido y equilibrado de base neutral. El mundo sabe que la bestia pasará hambre. Dejará la mesa sin pan ni vino por los crímenes que ha cometido con solo un bolígrafo y un papel con su firma para renunciar a todo lo que reclamaron en virtud de las órdenes ejecutivas decretadas.
Ya le han quitado los dientes. Tirarle un hueso es solo burlarse de su incapacidad para masticar algo y esperar a que llegue otra comida que no llegará para prolongar su vida como esta criatura insaciable que se ha dado un festín con nuestra fuerza vital durante siglos. Lo veremos demacrado. Con la boca seca, la caja torácica saliente y el cuerpo frágil, se quedará tendido mientras el viento alborota el pelaje de algo que una vez vagó por las tierras salvajes aterrorizando a quienes tendrían la mala suerte de encontrarse con esta bestia directamente.
Solo debemos preocuparnos por su último esfuerzo por obstaculizar lo que será el punto de demarcación a partir del 5 de noviembre que nos separa del mundo anterior, donde sus reinados no tuvieron oposición hasta que Trump ganó en 2016. Ahora que el orden actual pierde su equilibrio, nosotros lo ganaremos en un terreno mucho más alto. Nuestro punto de observación tiene ahora una visión clara del campo de batalla. Ya vemos dónde se plantará la bandera de la victoria.
Mientras los últimos vestigios del viejo orden luchan en su ocaso, lo que queda claro es que su poder no sólo ha disminuido, sino que se ha visto fundamentalmente socavado. El mundo ya no tiene que seguir sus reglas, y esas reglas se están desmoronando como las reliquias que son. La élite que antaño manipulaba el juego desde oscuras trastiendas ha visto ahora la luz que no puede controlar.
No hay vuelta atrás, no hay camino para que regresen a lo que una vez fueron, porque las mismas personas que alimentaron su imperio han comenzado a liberarse de su control. En la nueva era que les espera, ninguna mano oculta dirigirá el destino de las naciones. Con Trump al mando, se desarrolla una visión que desmantela no solo sus planes, sino también las estructuras de las que han dependido.
Lo que nos espera es un mundo reestructurado, no al servicio de unos pocos elegidos, sino con la fuerza y la voluntad de un pueblo unido, que se mantiene firme en una claridad que la oscuridad de la vieja guardia ya no puede eclipsar con todas sus ilusiones de engaño y artimañas. Avanzar sin sus esquemas manipuladores será mucho mejor para nuestra comprensión de un plan más grandioso para nuestra civilización.
Estamos listos. 🇺🇸
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