Movimientos sociales y de trabajadores criticaron el acuerdo comercial | Foto: Enlazando alternativas
Publicado 1 marzo 2017
Tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, en Colombia y Perú se ha intensificado la crisis alimentaria, las desigualdades y la quiebra de miles de pequeños agricultores.
Cuatro años han pasado desde la entrada en vigor del acuerdo comercial entre Perú, Colombia y la Unión Europea (UE), sin embargo para las naciones suramericanas el tratado se ha traducido en un viaje cruel en dirección a la miseria y la desigualdad de sus pueblos.
La concentración intensiva de riqueza, la fabricación permanente y acelerada de desigualdades, la quiebra de miles de pequeños agricultores y la intensificación de la crisis alimentaria, ha provocado el Tratado de Libre Comercio (TLC) tanto para Colombia y Perú como para las sociedades del mundo.
El TLC recibió un gran rechazo por parte del campesinado colombiano. Foto: Ecosfera
A cuatro años de la entrada en vigencia del TLC con la Unión Europea, el primero de marzo de 2013, la balanza comercial para Colombia y Perú ha sido negativa, las exportaciones hacia países desarrollados no han crecido como se esperaba y las que se venían dando con países en desarrollo se han estacado y están muy por debajo de las exportaciones de años anteriores a la firma del acuerdo.
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Este acuerdo comercial formaba parte de una estrategia integral que según buscaba convertir a Perú y a Colombia en países exportadores, consolidando mercados para sus productos, desarrollando una oferta exportable competitiva y promoviendo el comercio y la inversión, para brindar mayores oportunidades económicas y mejores niveles de vida, así como certidumbre, estabilidad y seguridad jurídica para las inversiones. Sin embargo, el engaño ha dejado todo lo contrario y constantes ataques a los pueblos por sus grandes intereses económicos, que no representa los mismos intereses de los pueblos.
Campesinos colombianos alzaron su voz contra el TLC con la Unión Europea. Foto BBC
Desde que se firmó en la sede del bloque europeo, en la ciudad de Bruselas, Bélgica el 26 de junio de 2012 y entró en vigencia el 1° de marzo de 2013 el Acuerdo Comercial, ha representado para Colombia y Perú un camino intrincado que lleva aceleradamente a la pérdida absoluta de la soberanía política, económica y alimentaria, con ello la inevitable desaparición de las naciones y de toda la idea de sociedad que se tenía.
El origen de las negociaciones de este Acuerdo que hasta la fecha ha enriquecido a la gran burguesía financiera industrial corrupta y mafiosa neocolonial, representada por la sociedad de industria, minera, medios de comunicación y partidos políticos, se enmarca en la relación política y comercial de la Comunidad Andina (CAN) y la Unión Europea (UE) de más de tres décadas de desarrollo, profundización y consolidación del proceso de integración de ambos bloques regionales.
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La posición de Trump, contraria a los Tratados Transpacífico de Libre Comercio con la Unión Europea, asusta a todos esos individuos que se enriquecieron enloquecidamente durante treinta años gracias la miseria y desigualdad que arroja estos acuerdos.
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