Translate

8 de diciembre de 2016

EE.UU. las cárceles, un negocio para las empresas privadas

La seguridad hecha beneficio: las cárceles privadas en Estados Unidos

Aunque todavía albergan a una parte relativamente baja de la población carcelaria de Estados Unidos, las prisiones privadas han servido el debate sobre quién ha de gestionar y cómo la política penitenciaria. 
Ser custodiado por una empresa en vez de por el Estado es solo la punta del iceberg de una cuestión política y social cuyas raíces están bien profundas en la identidad estadounidense.
A finales del siglo XVIII, el filósofo Jeremy Bentham no dudó en entrar al debate que se estaba produciendo en la Política británica sobre la condición de los presos. 
No era una discusión muy diferente a las que se han ido produciendo en tiempos recientes; todo giraba en torno a si los penados eran individuos incapaces de vivir en sociedad y había que sacarlos de la circulación encarcelándolos o, por el contrario, si los reos debían tener una segunda oportunidad para reinsertarse en la sociedad una vez hubiesen cumplido su condena.
Sin embargo, la cuestión no era exclusivamente humanista. 
El componente económico, cómo no, era fundamental, especialmente para el Estado británico, que veía masificarse las prisiones —con todos los problemas asociados que conlleva— y cómo los gastos empezaban a ser cuantiosos para, a ojos de muchos, mantener a personas que no aportaban a la sociedad.
En este punto, Bentham, padre del utilitarismo, planteó un nuevo modelo carcelario dispuesto a solucionar todos los problemas del sistema penal británico: el panóptico. Arquitectónicamente hablando, el panóptico era una cárcel en la que, desde una torre central, se podía ver las celdas en cualquier dirección y nivel. 
Esto, en principio, parece lógico. Sin embargo, la idea del británico iría más allá. La idea de la torre central era no solo tener una visión completa de la prisión, sino que los reos no pudiesen ver a los guardianes de su interior.
Semejante cuestión no era menor, ya que en los presos generaba la sensación de estar permanentemente observados, disuadiéndolos de intentos de fuga, peleas o cualquier otra acción por la que pudiesen ser castigados. 
Ahora bien, este método, aunque efectivo, podría no pasar de ser una simple ilusión. 
De hecho, con el tiempo, la prisión podría hasta permitirse el lujo de no tener vigilantes, dado que la coerción en los presos no la realizaba la presencia física de guardias, sino la ilusión de la misma. 
Qué decir tiene que los costes de tener bastantes menos guardias —atrevido sería decir que ninguno— contratados eran notablemente inferiores a los de una prisión con más empleados y, por la forma de vigilancia, con más problemas. 
Así, el debate sobre la economización de las prisiones estaba más que servido.
Aunque el panóptico puro nunca llegó a ser construido, por mucho que Bentham pusiese todo su empeño en ello, la inspiración permeó durante los siglos XIX y XX, no solo arquitectónicamente, sino también a económicamente. 
Así, en Estados Unidos el sistema carcelario ha acabado parcialmente privatizado, concediendo la construcción y gestión de algunas prisiones estatales —y recientemente federales— a empresas privadas bajo la creencia de que esta gestión ahorra dinero y problemas a las arcas públicas. Sin embargo, con esta política se han abierto otros frentes y debates.

Empresa privada no equivale a celda privada

La cuestión de los presidios privados en absoluto es nueva. 
De hecho, se remonta a los años ochenta, década en la que Ronald Reagan, exponente norteamericano del neoliberalismo, comenzó a permitir la entrada de algunas empresas privadas en la gestión penitenciaria. Bien es cierto que, más que una ola, aquello fue un experimento para ver si la mano invisible también conseguía domar eficientemente a los reclusos estadounidenses. Tres décadas después, la puerta sigue entreabierta.
Los años ochenta fueron para Estados Unidos especialmente prolíficos en cuanto a criminalidad se refiere. La guerra contra las drogas, la omnipresencia de armas de fuego en el país y el endurecimiento de las penas, sin contar con la escasa proporcionalidad de muchas de ellas, motivaron un aumento sin precedentes de la población carcelaria. 
La crecida del número de reos, muchos de los cuales pasarían largas temporadas entre rejas, provocó a su vez que para el inicio de los años noventa el gasto en prisiones en Estados Unidos se hubiese cuadruplicado, una cifra inasumible para las arcas del Estado y que irremediablemente abría la puerta a otros modelos de gestión penitenciaria, entre ellos la privatización de las cárceles.
A pesar de la gravedad de la situación, el debate acabó centrado en economizar semejante volumen de presidiarios. 
Poco importaban la masificación de las prisiones, la disonancia entre la gravedad del delito y el tiempo que iban a pasar encerrados o la nula apuesta por la reinserción. 
En la lógica neoliberal de entonces, la privatización de las prisiones abría dos oportunidades para Estados Unidos: por un lado, se ahorraba dinero al conceder la construcción y explotación a empresas privadas, mientras que por otro lado el sistema penitenciario podía seguir expandiéndose con nuevas cárceles, acabando con la saturación de las prisiones estatales.
Las cárceles privadas apenas alojaban en 2014 a 130.000 presos, un porcentaje bajo respecto al total de reos en Estados Unidos.
Las cárceles privadas apenas alojaban en 2014 a 130.000 presos, un porcentaje bajo respecto al total de reos en Estados Unidos.
A pocos se les escapará que el hecho de recortar los costes en las penitenciarías privadas podía beneficiar a las cuentas públicas, pero no así a los presos, menos aún en un país cuyas cárceles estándar tampoco son sinónimo de calidad. 
Así, la privatización y descentralización del sistema carcelario —ya que también se han otorgado poderes carcelarios a los sheriffs locales en algunos estados del país— provocó rápidamente un empeoramiento de la calidad. 
Personal penitenciario poco cualificado y mal pagado, instalaciones pobremente vigiladas, galerías comunales y prácticamente nulas oportunidades de reinserción son algunas de las consecuencias de este mundo paralelo privatizado.
Bien es cierto que las prisiones privadas son una minoría dentro del sistema; sin embargo, este negocio no solo se circunscribe a las cárceles para adultos. 
Centros de menores o de internamiento de extranjeros también han acabado con este modelo de gestión, lo que da buena cuenta de hasta qué punto se ha permitido la privatización del sistema y de la penetración de las empresas dedicadas a este tipo de negocio.

Juegos de lobby

En el sector de las cárceles estadounidenses dos empresas sobresalen, y se podría decir que actúan como un duopolio. Por número de presos en su haber, GEA Group le saca una ligera ventaja a la segunda empresa en liza, Corrections Corporation of America (CCA). 
Entre ambas alojan a más de 135.000 presos en la actualidad, lo que supone la práctica totalidad de la población carcelaria estadounidense bajo techo privado. No es una cuestión menor que dos empresas custodien cerca del 8% de los reclusos actuales del país.
A fin de cuentas, todo es un negocio más, y los presos, la mercancía. 
Si a esto le añadimos que las dos empresas copan todo el sector, las prácticas casi monopolísticas están a la orden del día y el poder de negociación de estas corporaciones frente a los poderes públicos es más que notable al no haber en muchos casos una alternativa que no sea GEA o CCA.
Una de las cuestiones más llamativas a la hora de negociar una nueva concesión reside en los compromisos de las autoridades públicas para llenar estos recintos privados. 
Una cárcel vacía es una cárcel ruinosa, y las empresas dedicadas a su gestión se aseguran firmemente de que sus celdas siempre vayan a estar llenas o, si no lo están, de que el Estado pague una compensación. Un juego en el que siempre ganan, en definitiva. 
Así, no es extraño comprobar cómo las concesiones a la hora de construir o gestionar una nueva prisión llevan añadida una cláusula por la que la autoridad competente se compromete a que una generosa proporción de celdas van a tener inquilinos. Las cifras no son magras y a menudo superan el 90% de ocupación.
cárceles-eeuu
CCA tiene instalaciones por todo Estados Unidos, aunque con preferencia por los estados del sur y rurales. Fuente: Mother Jones
Evidentemente, estos acuerdos tremendamente favorables a los intereses empresariales tienen una contrapartida que en teoría beneficia al sistema público, como es el bajo coste. 
En principio, las cárceles privadas suelen cobrar por preso cerca de un 35% menos del coste que generan en una instalación pública; en algunas cárceles de Luisiana, CCA recibe por reo y día 34 dólares, mientras que en otros estados consiguen obtener hasta 80. 
A pesar de esta disparidad de cifras, CCA obtuvo de media un beneficio en 2015 de 3.300 dólares por cada preso bajo su tutela, lo que les supuso más de 220 millones de dólares de beneficio ese año.
De igual modo, en un país como Estados Unidos, en el que el lobbismo está permitido, el sector carcelario juega como uno más. 
La pareja empresarial que domina esta actividad de las penitenciarías invierte enormes cantidades de dinero en influir políticamente, especialmente en los distintos estados del país —su nicho de mercado no está en Washington y sus prisiones federales—, y ni que decir tiene que esos esfuerzos han dado resultado. 
La tendencia punitiva, judicialmente hablando, sigue al alza en Estados Unidos. 
Las penas son cada vez más duras en muchos estados del país, algo que, además de estar alimentado por el propio sistema socioeconómico estadounidense, tiene a las empresas carcelarias presionando para que ocurra.
El debate ético y también político que suscita esta cuestión no es menor. Desde una perspectiva empresarial, a las empresas de gestión carcelaria les interesa que se cometan delitos, que haya crímenes, o, más que crímenes, criminalidad; les interesa que el sistema judicial sea desproporcionadamente duro y que la reinserción de los presos se quede en utopía para así tener la oportunidad de que vuelvan a ocupar sus celdas. 
En definitiva, estas empresas tienen interés en que un objetivo básico de las sociedades avanzadas como es evitar o reducir al mínimo las conductas antisociales no se cumpla. Hasta se pone en entredicho el monopolio de la violencia legítima por parte del Estado.
Fuera del debate politológico, lo cierto es que la privatización carcelaria guarda en Estados Unidos profundas particularidades. Por ejemplo, actuando a modo de juez, el personal de algunas prisiones puede decidir, previo “juicio”, si un reo ve alargada su estancia por mala conducta o cualquier otra actuación reprobable en la prisión. 
Una detallada investigación de la revista estadounidense Mother Jones reveló que en la cárcel de Luisiana en la que se desarrolló el estudio un 96% de los presos acusados de violaciones graves acababan siendo declarados culpables. 
Más allá de la perenne arbitrariedad, un preso que pasa más días bajo el techo de la cárcel es más dinero que la empresa recibe por tenerle. La rueda sigue girando.
Y no todo termina aquí. Al habitual componente deshumanizador que sufren las cárceles —llevado al extremo en el experimento de Zimbardo— se le suma la mercantilización que sufren por parte de sus respectivos huéspedes, desde el alargamiento de las penas para cobrar más de las arcas públicas hasta los reos “a la carta”. 
En líneas generales, las prisiones privadas alojan a más negros y latinos que las públicas, y de hecho así lo prefieren. ¿La razón? 
Son colectivos con una edad media mucho más baja que la de los presos blancos: a menor edad, menos problemas de salud y más rentabilidad del preso al requerir muy poca asistencia sanitaria —huelga decir que estas cárceles evitan en la medida de lo posible alojar reclusos con problemas de salud o enfermedades crónicas—.
Aunque en Estados Unidos haya cinco personas blancas por cada persona negra, en las cárceles la situación es bien distinta. Fuente: Prison Policy Initiative
Aunque en Estados Unidos haya cinco personas blancas por cada persona negra, en las cárceles la situación es bien distinta. Fuente: Prison Policy Initiative
Después de semejante catálogo de prestaciones, lo lógico sería preguntarse qué tipo de ventajas genera este sistema como para que siga existiendo. Para el sistema estadounidense, esta forma de gestionar prisiones presenta importantes puntos a su favor. 
La primera de ellas es que en los tiempos recientes se ha revelado como la alternativa más rápida al estancamiento de la cuestión penitenciaria en Estados Unidos. 
La reforma integral de esta cuestión, que cada día es más alarmante, se ha ido posponiendo —por no decir abandonando—, lo que ha motivado que surjan iniciativas privadas que parchean las flaquezas del sistema. 
La segunda tiene que ver con la localización de las prisiones, ya que muchas acaban situadas en zonas rurales, actuando de polo económico local. 
En la inmensidad de los Estados Unidos, una cárcel puede suponer para pueblos de tamaño medio una importante fuente de empleo —a pesar de que los salarios no suelen ser cuantiosos—, especialmente para aquellos con un nivel formativo no demasiado elevado.
Para ampliar: Prison Policy Initiative ofrece numerosos informes, gráficos y mapas sobre la situación carcelaria en Estados Unidos

¿Hacia un país de cárceles?

El problema carcelario en Estados Unidos es profundo y dilatado en el tiempo; las prisiones privadas no son sino una consecuencia de un problema que no deja de crecer y que está completamente sobredimensionado para un país con las características políticas, económicas y sociales de EE. UU.
Se puede empezar por la excesiva criminalización del sistema penal del país, pero sería poco riguroso dejarlo en un término medio cuando la disparidad entre las cifras de población y encarcelamiento de personas negras y latinas es abismalmente superior a la de personas de raza blanca. En estacriminalización no ya judicial, sino social, reside buena parte de la problemática del país.
Y se puede seguir tirando del hilo. En buena medida, la desigualdad de recursos y oportunidadesaboca a estos perfiles raciales a tener más o menos probabilidad de acabar pasando una temporada entre rejas. No debería resultar novedoso decir que con menos recursos económicos el abanico de oportunidades se reduce, incluyendo las educativas, un componente fundamental para alejar la cárcel del futuro.
Estructuralmente, la propia concepción de país que se tiene en Estados Unidos ahonda todavía más en esta brecha interracial. La legalidad y fácil disponibilidad de armas facilita la comisión de delitos, más todavía con violencia. 
De igual manera, enmarcar mentalmente el paso por prisión como algo estanco, como un simple castigo que se cumple, no permite que se comprenda adecuadamente qué es lo que lleva a una persona a acabar reclusa y qué es lo que va a ser de esa persona una vez salga. Entender que el reo es algo más que un asunto policial o criminal y tiene mucho de social y económico. 
Un sistema que promueve la violencia y el crimen y que no apuesta por la reinserción es un sistema destinado a perpetuar sus vicios hasta el infinito, con fatídicos resultados para el país que lo albergue. Estados Unidos tiene una tarea titánica por delante y los deberes se le apilan desde hace mucho tiempo. Quizá todo se entiende mejor al ver que hasta las prisiones tienen su propio blues.
El Orden Mundial en el S.XXI
Acerca de Fernando Arancón  67 Articles
Nacido en Madrid, en 1992. Graduado en Relaciones Internacionales en la UCM. Máster en Inteligencia Económica en la UAM. Analista de Inteligencia. Especialista en geopolítica y entornos estratégicos. Twitter: @Feraru92

Israel ignora a la comunidad internacional

El Cuarteto pide a Israel detener la expansión de los asentamientos

Israel ignora a la comunidad internacional 

e insiste en la legalización de asentamientos ilegales

El parlamento de Israel (Knéset) ha votado a favor de la legalización con carácter retroactivo de miles de viviendas construidas en colonias ilegales en la Palestina ocupada. Esta es una medida muy controvertida, calificada de “robo de tierras” sus detractores. 

Aprobado en una turbulenta sesión de la Knéset a última hora del lunes, el proyecto fue rechazado por la comunidad internacional y ha sido causa de tensión dentro de la coalición de derechas con la que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, gobierna Israel.

La medida se aprobó haciendo caso omiso a la petición del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el domingo en la que pedía a Israel frenar la construcción de asentamientos en Cisjordania.

En su lectura preliminar, el proyecto de ley se aprobó en la cámara con 60 votos a favor y 49 en contra. Antes de convertirse en ley, tiene que pasar tres votaciones más. Durante el debate, el líder de la oposición, Isaac Herzog, lo denunció enérgicamente y dijo que su aplicación era equivalente a un “suicidio nacional”. 

Aunque es muy probable que el proyecto consiga el apoyo para pasar, parece inevitable que la ley sea impugnada ante los tribunales.

Para sus críticos israelíes y palestinos, la legislación es un robo de tierras que  vuelve aún más remota la posibilidad de la solución de dos Estados para poner fin al interminable conflicto palestino-israelí. 

Según varios partidarios políticos de la medida, precisamente ese es el motivo de celebración: la medida abre el camino a la anexión de Cisjordania y pone punto final a cualquier posibilidad de crear un Estado palestino.

Entre los opositores a la medida figura el conocido grupo contra la ocupación Paz Ahora. 

Según los cálculos de los opositores, si la nueva ley finalmente se aprueba, serán anexados 55 enclaves ilegales y unos 4.000 hogares en asentamientos y otros puestos ilegales.

La votación tuvo lugar después de semanas de acalorado debate. En un momento, Netanyahu llegó a afirmar que la legislación podría poner a los líderes políticos de Israel en el banquillo de los acusados de la Corte Penal Internacional.

A pesar de que varios letrados con experiencia advirtieron acerca de su ilegalidad, el proyecto de ley fue originalmente impulsado por Naftali Bennett, líder del partido de derecha Hogar Judío, y por sus aliados. 

En un principio, se diseñó para impedir la demolición de la colonia ilegal de Amona, donde viven en caravanas unas 40 familias de colonos intransigentes. El Tribunal Supremo de Israel había fijado el 25 de diciembre como su fecha de demolición.

Según el acuerdo logrado, los 330 habitantes de Amona deberán trasladarse a un sitio cercano que Israel considera abandonado por los propietarios palestinos, aunque ya se han presentado reclamos por la titularidad de las tierras ante las autoridades israelíes. Fundado en 1955 cerca de Ramala (Cisjordania), Amona es uno de los casi cien asentamientos construidos de manera ilegal con el permiso del gobierno israelí.

Ante la amenaza de conflictos dentro de su propia coalición, Netanyahu y otros partidos se vieron obligados a alcanzar un acuerdo. 

A cambio de votar la regularización de los otros asentamientos ilegales, pusieron como condición la evacuación de Amona.

Bennett y otros políticos israelíes firmemente a favor de los asentamientos están envalentonados desde la elección de Donald Trump como presidente de EEUU. Tras el arreglo alcanzado en la Knéset, Bennet dijo que la votación marcaba el final de la solución de los dos Estados

En su opinión, el acuerdo y la votación serán recordados como un “día histórico”; el día en que se enterró definitivamente la solución de los dos Estados.

 Hoy, la Knéset israelí pasó de un camino que iba hacia la creación de un Estado palestino a un camino que lleva hacia la extensión de la soberanía sobre Judea y Samaria (como llama Israel a los territorios ocupados en Palestina). Que no haya dudas: el proyecto de regularización será lo que permitirá la extensión de la soberanía israelí”, dijo.
Sin embargo, como parte del trato, se quitó una cláusula que originalmente figuraba en la ley y que permitía, de manera retroactiva, revocar la decisión de la corte de demoler Amona. La nueva versión de la legislación otorga a los colonos el derecho de uso de los territorios palestinos ocupados, pero no los derechos de propiedad.

Un síntoma de la creciente debilidad de Netanyahu frente a la extrema derecha dentro de su propia coalición fueron las disculpas que presentó ante los colonos de Amona durante una reunión de su partido, el Likud. 

“Quiero pedir disculpas a todos los que tenían esperanzas. Estamos trabajando muy duro para buscar la solución para Amona y creo que todos los que están sentados aquí comprenden las dificultades de los pobladores”, dijo entonces el primer ministro israelí.

El enviado especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, también condenó la votación. 

Dijo que la legislación tenía “como objetivo proteger los asentamientos ilegales construidos en el territorio palestino de Cisjordania”. 

“Es una iniciativa muy preocupante, pido a los legisladores israelíes que reconsideren la medida, que tendrá consecuencias legales de gran alcance para todo el territorio de Cisjordania”.


Traducido por Francisco de Zárate

prefieren mil Al Assad a que Occidente deje Siria como Libia

Resultado de imagen de OR QUÉ BASHAR ÁL-ASAD

¿POR QUÉ BASHAR ÁL-ASAD 

   NO HA SIDO DERROTADO? 

POR JOSÉ MELQUÍADES/CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
      Contrariamente a la imagen que los medios de comunicación de Occidente transmiten de Bashar ál-Asad, presentándolo como a un cruel dictador, uno de los factores más importantes que han permitido al presidente sirio conseguir victorias en la guerra azota su país, ha sido el apoyo de una mayoría de su población.
      Así lo ha reconocido el corresponsal del "diario Político"  Barak Barfi, quien visitó Alepo la pasada semana.
     Para explicarlo el periodista recurrió a la comparación entre los enfoques del presidente sirio y el líder libio Muammar Gadafi, en relacion a los habitantes de los territorios controlados por los terroristas.
     En primer lugar - recordó Barfi-  "cuando Gadafi perdió la mitad oriental de su país en cuestión de semanas, en el año 2011, su decisión fue aislar las zonas controladas por los  "rebeldes" así como el territorio controlado por sus fuerzas. Se les cortaron las redes de telefonía móvil y se dejaron de prestar servicios públicos allí".
Resultado de imagen de OR QUÉ BASHAR ÁL-ASAD
      El presidente sirio eligió una estrategia opuesta.  
El gobierno sirio que preside Assad, "continuó pagando salarios gubernamentales a los funcionarios públicos en el territorio ocupado por los rebeldes y los servicios públicos, como la electricidad y el agua, fueron cortados solo en los territorios más asediados".
     De esta manera, según el corresponsal, el Gobierno mantuvo el apoyo de la población más vulnerable del país.
     También los empresarios han apoyado el liderazgo de  Asad ya que la victoria de los “rebeldes” hubiera supuesto una amenaza para sus contactos e ingresos.
    El periodista recordó que en las zonas ocupadas por los yihadistas, la industria ha sido desmantelada, y todos los equipos más o menos valiosos exportados Turquía, donde los empresarios locales los compraban a precio de saldo.
     Pero no ha sido solamente la política gubernamental positiva la que ha contribuido a conseguir este amplio apoyo popular y empresarial.
     También han contribuido factores externos, como la ayuda suministrada por los kurdos, las milicias chiitas apoyadas por Irán, el grupo Hizbulá y, cómo no, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia.

Canarias-semanal.org

ABSURDAS ESPERANZAS DE ALGUNOS "PROGRESISTAS" SOBRE DONALD TRUMP

Resultado de imagen de LAS ABSURDAS ESPERANZAS DE ALGUNOS "PROGRESISTAS" SOBRE DONALD TRUMP

LAS ABSURDAS ESPERANZAS DE ALGUNOS "PROGRESISTAS" SOBRE DONALD TRUMP 

Algunos analistas -escribe Rolando Astarita - han llegado a interpretar la victorial electoral de Donald Trump como una derrota de “la financiarización del capital”. Según este enfoque, Trump representaría una alternativa “al modelo especulativo financiero” (...).

  Por ROLANDO ASTARITA.-
  La idea central que subyace a esta caracterización es que las crisis, la desocupación, la polarización social creciente y la explotación, no tienen como causa última el modo de producción capitalista, sino una forma del capital, a saber, el capital financiero. 
Por eso se saluda todo aquello que, de alguna manera, pueda ser interpretado como un retroceso de esa forma específica de capital. Aunque a veces haya muchos problemas para explicar en qué consiste exactamente (ver aquí) el capital financiero. 
O haya que forzar esas “distinciones” al punto de despreciar datos y hechos abrumadores. Hay en todo esto una sociología de “relatos”, puestos al servicio de seguir distinguiendo alas “progresistas” del capital.
   Mi punto de partida es el opuesto; la raíz de los problemas está en la relación de propiedad privada del capital. Y es esa relación la que funda la unidad de todas las formas del capital. 
De hecho, el capital dinerario solo obtiene ganancias prestando al capital productivo (industria, comercio, agro) o mercantil (comercio, banca); y viceversa, el capital productivo, o mercantil, revierte constantemente a las formas dinerarias. 
Por caso, los fondos líquidos de las amortizaciones o acumulación de plusvalía se invierten en el sector financiero durante períodos más o menos prolongados; para volver a lanzarse luego a la producción o el comercio. Las tensiones se dan dentro de este marco.
  Desde este enfoque –que está inspirado en la teoría del capital de Marx- no hay lugar entonces para la distinción tajante entre el capital “dañino” (el financiero o dinerario, apátrida, para colmo) y el capital “bueno” (industrial y productivo). La cuestión no es meramente académica, o teórica. 
Tiene importancia política. El socialismo debe mantener una posición crítica y hostil hacia todas las formas del capital. 
Este es el punto de quiebre con los programas pequeño burgueses y nacionalistas que abogan por la colaboración de los trabajadores y los oprimidos con el ala “progresista” de la clase dominante.
     En cualquier caso, pienso que las designaciones que está haciendo Trump para su futuro gabinete encajan bastante bien en la tesis “unidad del capital por sobre las diferencias”. 
Y es imposible de explicar con la tesis “división del capital por sobre la unidad”. Al respecto, es ilustrativa la nota de ayer (30/11/16) de Bloomberg, titulada “Wall Street gana de nuevo en tanto Trump elige banqueros, millonarios”. 
En ella se informa que Trump eligió a Steven Mnuchin para el puesto de secretario del Tesoro, y a Wilbur Ross para dirigir el Departamento de Comercio. 
Si bien los pasados biográficos no son lo decisivo para caracterizar la política de un gobierno, en este caso son sin embargo ilustrativos. Aquí van algunos datos.
     Mnuchin fue ejecutivo de Goldman Sachs, y dirigió un hedge fund.Tuvo negocios en común con otros millonarios, incluyendo a George Soros y John Paulson, que dirigen fondos de inversión. Mnuchin, junto a Soros y Paulson, compraron el banco IndyMac durante la crisis, por 1.600 millones de dólares, para revenderlo en 2015 por 3.400 millones. Bajo dirección de Mnuchin el banco llevó adelante más de 36.000 ejecuciones hipotecarias.
  En cuanto a Wilbur Ross, designado para el Comercio, se trata también de un multimillonario (según Forbes, su fortuna es de 2.500 millones de dólares), y dirige la firma de inversión WS Ross & Co. 
En 2016 la empresa fue penalizada por la SEC por sus prácticas poco claras. Roos es conocido como “el rey de la bancarrota” por sus operaciones para reestructurar empresas fallidas. 
En 2006 la minera Coal Group, subsidiaria de WS Ross & Co, fue demandada por negligencia en la explosión de la mina Sago, en Virginia Occidental, en la que murieron 12 mineros. La empresa fue acusada de no cumplir los estándares de seguridad laboral.
  No hay sorpresas. Trump no vino de otro planeta. Es un producto genuino de su clase, la clase capitalista. 
Como lo son las personas que lo acompañan. Encarnan una relación social que no puede no basarse en la explotación del trabajo. 
Es el terreno concreto, material (en tanto socialmente condicionado) en el que se acaban las fantasías del progresismo ilustrado.
(*) El autor del artículo es argentino.

vínculos entre la familia de Erdogan y la compra de petróleo al Estado Islámico

Resultado de imagen de vínculos entre la familia de Erdogan y la compra de petróleo al Estado Islámico

WikiLeaks revela vínculos entre la familia de Erdogan y la compra de petróleo al Estado Islámico

A finales de septiembre la organización marxista hacker turca, Red Hack, afirmaba haber tenido acceso a 20Gb de datos de las cuentas personales de Berat Albayrak, Ministro de Energía y Recursos Naturales turco, y yerno del presidente Recep Tayipp Erdogan. La justicia turca prohibía la difusión de estos mensajes, lo que en cierto modo les confería autenticidad.
Entre los asuntos más escabrosos, que fueron publicados temporalmente en Turquía, estaban las acusaciones al Gobierno turco, y más concretamente a miembros de la familia de Erdogan, de haber participado en el contrabando de petróleo desde las zonas controladas por el Estado islámico (Daesh). 
La filtración de WikiLeaks parece refrendar esas acusaciones.
Dentro de la continua guerra de propagandas en la que se han convertido los conflictos en Oriente Próximo, especialmente el iraquí y sirio, y la lucha contra Daesh, las primeras informaciones que hablan de las rutas del petróleo de los fundamentalistas hacia Turquía, son emitidas por Rusia tras haber sido derribada una aeronave rusa por el ejército otomano.
Posteriormente, una investigación  llevada a cabo por el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego, llegaba a la misma conclusión que la inteligencia rusa: 
el petróleo se transporta desde las zonas controladas por Daesh hasta Turquía, donde se vende a precios bajos.
Los mensajes electrónicos de Albayrak filtrados por WikiLeaks no sólo confirman las quejas rusas, sino también las informaciones de decenas de medios de comunicación internacionales , que insinuaban la implicación turca con el contrabando de petróleo.
Según los correos filtrados, el yerno de Erdogan parece actuar como consejero delegado oficial de la petrolera PowerTrans, que por ley es la única empresa autorizada para llevar a cabo la importación y exportación de petróleo desde y hacia Turquía. 
En la mayor parte de los 32 correos electrónicos PowerTrans busca la opinión de Albayrak de cara a elegir los movimientos futuros de la compañía y la aprobación de asuntos tales como el organigrama , la contratación y salarios.
La filtración de WikiLeaks también revela la represión del Gobierno turco en los medios de comunicación, y muestra la gravedad de la situación, en materia política y derechos humanos, en Turquía.

El monopolio del petróleo PowerTrans

La propiedad de PowerTrans es oscura. El capital social de la empresa ha viajado prácticamente por todos los continentes. Desde Estambul, pasó a Singapur, hasta llegar a las Islas Vírgenes. Algunas informaciones apuntan a que el verdadero propietario de PowerTrans es ahora la empresa Calik Holding, detrás del cual se encuentra Berat Albayrak.
A pesar de esto, el gobierno turco ha ofrecido a PowerTrans el monopolio de las importaciones y exportaciones de petróleo. 
En noviembre de 2011, el gobierno aprobó una ley que prohibía todas las exportaciones e importaciones de petróleo a través de suelo turco. 
Unos meses después, el gobierno de Erdogan decidía dar el derecho exclusivo para el comercio de petróleo a PowerTrans, mientras que una nueva ley en 2014 ampliaba el monopolio de la compañía hasta 2020.
En los correos electrónicos filtrados por WikiLeaks la conexión entre la empresa del yerno de Erdogan, Calik Holding y PowerTrans quedan claros. 
En unos 30 correos electrónicos Albayrak conversa con Betoul Yilmaz, cuya posición oficial es director de recursos humanos en Calik Holding. 
Casi todas las conversaciones giran en torno a PowerTrans, y Yilmaz busca constantemente la aprobación de Albayrak para cualquier cambio de personal en la empresa, citando por ejemplo, la estructura de la organización planificada de la empresa, el posible reclutamiento y datos de los salarios.
La correspondencia electrónica entre Albayrak y Yilmaz tiene una duración de tres años, de 2012 hasta 2015. 
En otro de los correos electrónicos filtrados, del 9 de agosto de 2015, Albayrak charla con Ekrem Keleus, que trabajaba en Calik Holding, y dice representar a PowerTrans. 
Los dos hombres discuten la estrategia de marketing de la empresa en el norte de Iraq.
Imagen relacionada

EEUU y el RU estudiaron enviar ayuda por avión a terroristas de Alepo


Tras el fracaso de los intentos del enviado de la ONU, Stefan De Mistura, que, bajo la guía de EEUU, intentó salvar a los terroristas en Alepo mediante una llamativa propuesta para crear una “zona de autogobierno” de los mismos en el Este de Alepo con el fin de asegurar su supervivencia, los gobiernos de EEUU y el Reino Unido consideraron el envío de ayuda a los militantes del Este de Alepo por medio de aviones, señala el periódico británico The Guardian.

El periódico británico indicó, sin embargo, que tal propuesta no ganó apoyos en el aparato militar y las agencias de inteligencia de ambos países. Ni un solo jefe militar de ninguno de ellos apoyó la iniciativa, que se consideró como peligrosa e inviable.

Un argumento de los adversarios del plan fue que Siria y Rusia responderían derribando los aviones que intentaran lanzar la ayuda creando una grave crisis internacional, señala el informe de The Guardian.

La última reunión sobre el posible envio de ayuda a los terroristas de Alepo tuvo lugar en la Embajada británica em Washington hace unos días, pero no se llegó a ninguna conclusión, ya que el rápido avance del Ejército sirio había tomado ya la mayor parte del Este de Alepo.

Al mismo tiempo, los gobiernos de los dos países ya se han mentalizado de que la batalla de Alepo está perdida para los terroristas. 

“Hubo charlas privadas de que ya era demasiado tarde para todo esto”, dijo uno de los participantes en la reunión a The Guardian.

Moscú denuncia hipocresía británica en el tema de la ayuda humantaria en Alepo

Por otro lado, Mosсú ha respondido con contundencia a las declaraciones de la primera ministra británica Theresa May sobre la situación humanitaria en la ciudad siria de Alepo.

“Si en Alepo no hay rastro de ayuda humanitaria británica, entonces que Londres no impida a otros países ayudar a Siria”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov, citado por Sputnik.

Anteriormente, la primera ministra del Reino Unido declaró que Rusia estaba obstaculizando el suministro de ayuda humanitaria a los civiles de Alepo, puesto que no permitía el establecimiento de un alto el fuego.

“En todos estos años de guerra en Siria, el Reino Unido no ha enviado ni un gramo de harina, ni una sola pastilla, ni una manta para ayudar a los civiles. 

Por eso, si en el Gobierno británico quieren enviar ayuda humanitaria, lo tienen todo a su favor, pero díganme entonces dónde se ha quedado atascada esa ayuda”, declaró Konashénkov.

Además, el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que el 28 de noviembre las tropas sirias liberaron más de la mitad de los territorios asediados por los terroristas en la parte oriental de Alepo. 

Durante todo este tiempo, los residentes de la ciudad siria han estado recibiendo ayuda humanitaria, medicinas y ropa de abrigo por parte de Rusia.

“Después de unas declaraciones tan extrañas uno se pregunta de quién es la opinión expresada por Theresa May: 

¿suya o de algún jefe? 

Parece que, arrastrado por la rusofobia, el Gobierno británico ha perdido la capacidad de percibir objetivamente qué está sucediendo actualmente en Siria y en Alepo”.

Entrada destacada

PROYECTO EVACUACIÓN MUNDIAL POR EL COMANDO ASHTAR

SOY IBA OLODUMARE, CONOCIDO POR VOSOTROS COMO VUESTRO DIOS  Os digo hijos míos que el final de estos tiempos se aproximan.  Ningú...