Brandon Smith, un analista conservador norteamericano, expone una teoría alternativa que se enfrenta claramente con todas las teorías sobre estas elecciones vendidas en todos los medios alternativos. Y se la juega con ello, porque va realmente contracorriente.
Quien sea seguidor de los medios alternativos y pro-rusos, habrá visto escrito, una y otra vez, el argumento de que Hillary Clinton es la candidata de las élites y el establishment globalsita, y que Trump es algo así como un revolucionario que por sorpresa se levanta contra este establishment y la tiranía de las élites globalistas.
Pues bien, Brandon Smith, cree que todo ha sido orquestado desde el principio.
Acierte o no (lo sabremos dentro de pocas horas), lo cierto es que su análisis vale la pena ser leído.
Lo exponemos a continuación y advertimos que está escrito en primera persona, por lo tanto, no se confundan: esto no es obra del Robot Pescador, sino de Brandon Smith…
POR QUÉ LAS ELECCIONES DE EEUU TIENEN A TODO EL MUNDO CONFUNDIDO
Todo el mundo creía que había una cosa segura: que Hillary Clinton tenía la Casa Blanca en el bote. Incluso las casas de apuestas online lo daban por seguro.
Entonces apareció la auténtica sorpresa de octubre: la reapertura de la investigación del FBI sobre el uso indebido de Hillary Clinton de datos clasificados en servidores de correo electrónico privados.
Tengo que decir que a mi no me sorprende, pero ciertamente ha sorprendido a muchas personas en todo el mundo. La confusión reina en las elecciones más extrañas en la historia de los Estados Unidos, que continúan desconcertando a los observadores.
A lo largo de este ciclo electoral, el consenso público ha sido que Clinton ganará. Algunos argumentaron que Trump no sería capaz de competir con el imperio de los medios izquierdistas en su contra, mientras que otros han argumentado que todo el sistema incluyendo el establishment republicano se aseguraría de que Trump fracasara. Los medios de comunicación alternativos han señalado directamente que las elecciones siempre han sido manipuladas, ya sea por las élites que juegan a ambos lados de la competencia, o por el fraude electoral. Han asumido que las élites quieren a Clinton, y que por lo tanto, la elección ya ha sido tomada.
Tiendo a estar de acuerdo con este último punto de vista, aunque no estoy de acuerdo con la conclusión. Las elecciones estadounidenses están de hecho controladas, y lo han estado por décadas, principalmente a través del falso paradigma izquierda / derecha. Sin embargo, como he estado señalando desde que predije correctamente el éxito del referéndum del Brexit, no creo que Clinton sea la elección de las élites.
Durante los últimos meses parece que he sido la única persona que sostiene que Trump será presidente.
Para ser claro, mi posición es que las élites han programado que Trump alcance la Casa Blanca.
Esta ha sido mi posición desde antes de que Trump ganara los Primarios Republicanos y fue mi posición cuando comenzó el ciclo electoral.
Hay algunos temas que creo que muchas personas están pasando por alto al llegar a conclusiones sobre las elecciones y los acontecimientos que la rodean.
CLINTON ES EL PEOR CANDIDATO QUE LAS ÉLITES PODRÍAN HABER ELEGIDO
He estado estudiando las actividades y comportamientos de las elites durante más de una década y tengo que decir… que no son estúpidos. Ciertamente son arrogantes, y yo no los llamaría “sabios”, pero lo que sí son definitivamente, es tortuosos.
Ellos saben cómo preparar el juego. Saben cómo jugar a ambos lados. Saben cómo montar las trampas para obtener lo que quieren cuando se trata de política y cómo fabricar el consentimiento del público. Lo han estado haciendo mucho tiempo. Lo tienen dominado.
Por lo tanto, en mi opinión, es bastante absurdo que las elites elijan a un candidato como Hillary Clinton. La rodean demasiados escándalos y corrupciones y son todos demasiado evidentes. Desde los escándalos sexuales de Bill Clinton, a sus mentiras sobre el ataque de Benghazi, pasando por su desenfrenada manipulación de documentos clasificados como jefe del Departamento de Estado, por no mencionar los escandalosos pagos de la Fundación Clinton.
Además de todo esto, la retórica anti-rusa de Clinton es absolutamente enloquecida, y creo que esto es por diseño. Los delirios de Clinton sobre los hackers rusos y la posible guerra con Rusia están provocando que los liberales pierdan la confianza en ella.
Uno pensaría que si las élites tienen la posibilidad de seleccionar al político que defenderá sus intereses en la Casa Blanca y será capaz de convencer a la opinión pública estadounidense, Clinton es precisamente la peor opción. Incluso si la intención fuera ponerla en la Casa Blanca, su mandato sería débil, porque galvanizaría a los conservadores hasta el punto de provocar una rebelión masiva contra ella.
Y así no es como actúan las elites. Prefieren la cooptación a la confrontación directa.
¿QUÉ PRESIDENTE ES MEJOR PARA LAS ÉLITES DURANTE UNA CRISIS ECONÓMICA?
En cambio, si se considera la premisa de que Clinton NO es la elegida, y que todas estas elecciones son un teatro, entonces la situación cambia drásticamente.
La situación económica es dramática: el sistema bancario de Europa está enmedio de una caída al estilo Lehman Brothers, el acuerdo de congelación de la producción de la OPEP está listo para desmoronarse nuevamente, y la Reserva Federal amenaza con subir las tasas de interés en diciembre.
Mi pregunta siempre ha sido ¿A quiénes querrían tener al cargo las élites cuando estalle esta crisis? Lo he dicho cien veces antes y lo diré de nuevo aquí: con Clinton en el cargo, los globalistas y los financieros internacionales tendrán la culpa de cualquier recesión económica.
Sin embargo, con Trump en el cargo, los movimientos conservadores que él representa, serán culpados de todo. Sugiero que cualquier persona que dude de este escenario se fije en las reacciones del mercado de valores cada vez que Trump sube en las expectativas de voto, o Clinton se enfrenta a un nuevo escándalo renovado.
La narración ya está siendo preparada: un triunfo de Trump equivale a una caída de los mercados.
LAS MANIOBRAS DEL FBI PREPARAN EL CAMINO A TRUMP
Clinton y el Partido Demócrata argumentan que el anuncio del director del FBI, James Comey, de reabrir la investigación de los correos electrónicos, está motivada políticamente. Y tienen razón, más o menos. La verdadera motivación, creo yo, es que Clinton nunca tuvo la intención de ganar las elecciones y que las élites quieren que Trump llegue al poder cuando la economía de EEUU está a punto de desmoronarse.
Los demócratas lloran y acusan a Comey de “trabajar con Putin”, o con movimientos ultraderechistas estadounidenses, como alt-right. El nefasto Harry Reid incluso ha acusado al FBI de ocultar los supuestos vínculos de Trump con el gobierno ruso y de violar la Ley Hatch.
Creo que gran parte de esta indignación es real, ya que creo que gran parte de los principales ataques de los medios contra Trump provienen de personas que realmente piensan que están librando una guerra de propaganda para conseguir que Hillary Clinton sea elegida. Esto, sin embargo, no significa que las élites tengan planeado instalar a Clinton en la Casa Blanca.
El director del FBI, James Comey, hace lo que le dicen. El FBI es una franquicia elitista, una propiedad operada por ellos. Comey sólo gana con lo que ha hecho, si Trump está programado para ganar.
TRUMP PUEDE ESTAR O NO ESTAR ENTERADO DEL PLAN
Teniendo en cuenta como influyen las élites en las elecciones norteamericanas, se puede concluir sin lugar a dudas, que si Trump gana estas elecciones, sólo será porque las élites querían que ganara.
La tormenta de fuego del FBI la semana pasada parece apoyar mi punto de vista y todavía nos quedan unos días para sacar más trapos sucios de Clinton.
También preveo que si Trump gana, la reacción de los conservadores y de los activistas por la libertad será considerar que ha sido un “milagro”, una revuelta impactante contra el establishment.
Una reacción parecida a la que se produjo tras el referéndum del Brexit.
Sigo sosteniendo que los conservadores y los campeones de las soberanías nacionales en Europa y EEUU, están siendo instalados en sus puestos para que sean culpados por la caída cuando se produzca la desestabilización global que se aproxima.
No he tomado esta posición sólo para llevar la contraria. Si lo pienso honestamente, mi posición es realmente una posición perdedora. Si me equivoco y Clinton gana el 8 de noviembre, entonces todo el mundo me hará saber de forma interminable que cometí un error, pero ese es un riesgo que tiene que ser tomado, porque lo que veo aquí es un movimiento en el tablero de ajedrez que otros no están considerando. Si estoy equivocado, entonces estoy equivocado.
Dicho esto, si tengo razón, seguiré perdiendo, porque los partidarios de Trump y la mitad del movimiento libertario estarán tan encantados que probablemente ignorarán la mayor cuestión: que Trump era el candidato que las élites querían desde el principio.
No sé si Trump es consciente de que será un chivo expiatorio potencial para las élites. Con Trump camino a la Casa Blanca puedo garantizar un alza de los tipos de la Reserva Federal en diciembre.
Se imaginan lo que puede provocar una guerra orquestada y pública entre Trump y la Reserva Federal y los efectos que puede tener sobre el dólar de los EEUU? ¡Qué manera de destruir el estatus de reserva mundial de la moneda y dar paso a los Derechos Especiales de Giro del FMI!
También sospecho que los disturbios generalizados ya han sido programados. Una excusa perfecta para las medidas expansivas de la ley marcial, ¿no creen?
La cuestión es que, por muy horrible que pueda parecernos a todos (especialmente a los conservadores), una presidencia de Clinton, nadie debería estar demasiado cómodo con una presidencia de Trump.
Si usted piensa que las elecciones han sido caóticas y confusas hasta ahora, espere hasta después de que hayan terminado.
Brandon Smith para Alt-Market
¿Tendrá razón Brandon Smith con sus sospechas? Lo veremos a partir del 9 de noviembre.
No obstante, y más allá de quien gane las elecciones, lo cierto es que se hace difícil comprender el nivel de ceguera que gran parte de la población ha tenido con Donald Trump.
Aún ahora, se me hace difícil comprender cómo alguien con dos neuronas conectadas puede pensar que Trump, un multimillonario putero, mafioso e hijo de un multimillonario racista y elitista, puede ser considerado“defensor de las clases populares frente a las élites”.
Es cierto: las élites globalistas deben ser combatidas con todas las fuerzas, a sangre y fuego si es necesario…¿pero cómo alguien con dos dedos de frente puede creer que gentuza como Donald Trump, el payaso de Nigel Farage o chusma como Marine Le Pen son la alternativa a ellos?
De la misma forma que se hace difícil comprender como un personaje dictatorial como Putin, puede ser considerado casi como un libertador y por algunos, casi como un santo, por el simple hecho de tener un gran carisma (que lo tiene) y oponerse (presuntamente) a los planes de los psicópatas globalistas.
¿El hecho de que (presuntamente) se oponga a ellos, lo valida como alternativa a seguir?
A usted le encierran en una jaula con un león que quiere devorarle, pero resulta que en la jaula también hay un cocodrilo que ataca al felino. Si usted considera que el cocodrilo es “el bueno” y que “le defiende de los abusos del león”, quizás lo que le sucede a usted es que es irremisiblemente idiota…algo que comprobará cuando el cocodrilo haya acabado de digerir al león y le entren ganas de merendar.
Quizás hay dos factores que ayudan a explicar todo este fenómeno de estupidez colectiva.
1-El primero es que desde hace tiempo se juega con el “odio al contrario” para manipular a la población. Gran parte de la población, ya no vota a favor de un candidato o de un partido político, sino “en contra”de otro.
Así han creado a líderes manipulados por las élites, como por ejemplo en España son los líderes de Podemos; el fenómeno de los Pablos Iglesias o las Adas Colaus de turno, fue creado en los platós de televisión propiedad de las mismas élites que dicen combatir; esos líderes manipulados recibieron su legitimación política a través del rechazo que provocan entre la población programada para considerarse “progresista”, gentuza infecta como Eduardo Inda o ese homosexual reprimido y fascista llamado Paco Marhuenda, que les hacen oposición frontal en los debates.
Inda, Iglesias y Marhuenda
De la misma forma, hay gran cantidad de gente capaz de votar al Partido Popular hasta la muerte, por su rechazo visceral a lo que interpretan como “socialistas”, “izquierdistas”, o “comunistas”.
Les votan aunque sean unos ladrones y unos sinvergüenzas, que les roban su propio dinero (y lo mismo se aplica a los socialistas, un partido conformado por una cohorte de ladrones y caraduras y por una masa ciega de votantes).
(De la estafa de Ciudadanos ya ni hablamos, porque no tienen ni la vergüenza de ocultar lo que son)
2-El segundo factor que explica lo que está sucediendo, es mucho más fácil de exponer: los borregos siempre necesitan un líder al que admirar, adorar o seguir.
Solo combinando estos dos factores, alimentados por la proverbial estupidez de gran parte de la población, se puede explicar la adoración por cualquier líder que aparezca, por más enfermo mental que sea.
Y al respecto, los ejemplos de Clinton y Trump, son palmarios…¿cómo alguien en su sano juicio puede votar a ninguno de los dos?
Pues lo mismo está sucediendo en todo el mundo y a todas las escalas…
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