Hace medio siglo emigrantes venidos de Andalucía y de otras provincias de España llegaron a un maravilloso barrio de Catalunya y allí se quedaron a trabajar y tuvieron maravillosos hijos como los de la fotos, que convivimos perfectamente con los catalanes de toda la vida, por ahí escuchábamos algún "son charnegos", pero sin maldad, ni la intención de generar el odio, ni la discrepancia, unidos el barrio creció en comunidad, luchando por mejorar todos los aspectos sanidad y educación, hasta tiempo y ganas había de organizar un pesebre viviente, la fiesta mayor, todo en armonía con nuestras cosillas la Florida de arriba y la de abajo pero eso era evidente por el desnivel, nada nos desestabilizó la convivencia.
A los representantes políticos les reclamábamos que hicieran su trabajo para eso están y cobran, y el ciudadano paga impuestos para el bien público, y logramos muchas cosas, unidos catalanes y los emigrados, que muchos ya habíamos nacido aquí y nuestras familias se sentían acogidas porque no había ninguna diferencia entre nosotros, éramos todos una piña para conseguir el bien común, y con los años las fotos demuestran el cariño y la amistad que perdura.
Basta ya de dejarnos manipular por los medios y de que nos dividan, somos todos ciudadanos libres de pensar o creer en lo que uno quiera y de manifestar descontento cuando crean que hay que hacerlo, y de ser de la ideología o religión o color que sea, pero no nos peleemos porque la culpa no es del vecino o del emigrado, la responsabilidad es del que gobierna y además están cobrando sin ejercer, abramos los ojos ya, debemos exigir que lleguen a acuerdos y que no dividan más el país, España es un país rico en variedad de culturas, y que puede ser próspero en convivencia entre comunidades si estuviera bien gobernado.
Estoy segura que como nosotros muchísimos barrios se formaron en la misma unidad. Volvamos a ese punto porque después nos hemos perdido en el camino.
Recibido de Inma Olmo a través de su muro.
©Joan Ashtar
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