ALERTA DE EMERGENCIA: GOLPE DE ESTADO PROFUNDO DE GAVIN NEWSOM
Se ha quitado la máscara. Gavin Newsom ha pasado de ser un títere de las élites a un agente en toda regla que lidera un golpe coordinado para sabotear la toma de posesión del presidente Trump en 2026. Esto no es una "redistribución de distritos". Es una toma deliberada del poder diseñada para entregar a los demócratas el control de la Cámara de Representantes incluso antes de que comiencen las elecciones, enterrando para siempre los archivos de Epstein, los tribunales de Guantánamo y los documentos de JFK.
En el centro de este golpe se encuentra la llamada "Ley de Respuesta a la Manipulación Electoral". Tras este nombre se esconde un plan para rediseñar los mapas del Congreso en California sin supervisión ciudadana, sin revisión de comisiones y sin legitimidad democrática. El objetivo es obtener hasta 48 escaños en la Cámara, asegurando una ganancia neta de cinco escaños para los demócratas y anulando la posibilidad de que Trump desmantele el Estado Profundo mediante la mayoría en la Cámara. Este proyecto de ley se está imponiendo mediante la estrategia más sucia de Newsom: la destripada y la enmienda, que consiste en secuestrar un proyecto de ley existente y reescribirlo en secreto, eludiendo el escrutinio público y silenciando la disidencia.
Los legisladores republicanos han presentado una demanda de emergencia, acudiendo rápidamente a la Corte Suprema de California para detenerla antes de la fecha límite del 22 de agosto. Si la corte no actúa antes del 18 de septiembre, el golpe está asegurado, cimentado en la boleta electoral de noviembre. Incluso Arnold Schwarzenegger, quien en su momento ayudó a diseñar la comisión independiente de redistribución de distritos, ha denunciado la acción de Newsom como una traición. Los medios de comunicación de élite la llaman una "respuesta". En realidad, es una extorsión: una negociación de rehenes donde se intercambian escaños en el Congreso por poder.
Pero esta operación va más allá de California. Se trata de una contraofensiva globalista contra el regreso de Trump en enero de 2025. Saben que el QFS se está expandiendo. Saben que la reforma de GESARA se está implementando sigilosamente. Saben que los tribunales de Guantánamo están sacando de la sombra a las redes de tráfico infantil vinculadas a Epstein. Saben que Trump y los patriotas están restaurando la República mientras la Reserva Federal ya ha sido absorbida por el Tesoro. California se ha convertido en su fortaleza, Newsom en su servidor voluntario y la redistribución de distritos, su último cortafuegos contra la tormenta que se avecina en 2026.
Las distracciones son obvias: huracanes artificiales, desfiles orquestados del gobierno en la sombra de Biden y el discreto despliegue de implantes de identificación sanitaria digital en Silicon Valley. Mientras tanto, la verdadera guerra se libra en las trastiendas legislativas, donde se están dibujando mapas manipulados para silenciar la voz del pueblo. Elementos rebeldes dentro del Departamento de Justicia guardan silencio, agentes de la era Obama frenan la purga de Trump y los mismos parásitos de inteligencia siguen interfiriendo. Sin embargo, las señales de pánico son omnipresentes: más de 200 acusaciones selladas tramitando en los tribunales desde junio, importantes redes de tráfico desmanteladas discretamente en varios estados y se rumorea que los sistemas seguros Starlink están preparando una red de votación cuántica para la restauración de las elecciones.
Por eso temen más a 2026 que a 2024. Porque en 2026 llegará el momento decisivo. JFK, el 11-S, la COVID-19, el Vaticano, la verdadera lista de clientes de Epstein: todo está a punto de revelarse. Su única oportunidad es sabotear la mayoría de Trump en la Cámara de Representantes antes de que se revele la verdad.
Estamos en DEFCON 1 de la guerra electoral. Las urnas se han convertido en el campo de batalla. Gavin Newsom ha dado el primer paso. Pero el pueblo está despierto, los militares observan y el presidente Trump ya lleva diez pasos de ventaja. Este golpe se derrumbará bajo su propio peso ilegal, y cuando lo haga, la demanda de elecciones limpias, auditorías completas y transparencia total se encenderá en todo el país.
Newsom puede haber lanzado el ataque. Pero Trump dará el golpe final.
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