Nada más empezar la primera reunión entre el jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya y Jorge Fernández Díaz, el primero le presentó al ministro del Interior un plan detallado para derribar a Artur Mas e impulsar al liderazgo de Convergència (CDC) a uno de sus hombres de confianza, Germà Gordó, entonces conseller de Justicia de la Generalitat. La estrategia contaba con el apoyo de destacados empresarios catalanes opuestos a la independencia.
De Alfonso propuso al ministro un plan para derribar a Mas y hacerse con el poder en CDC
De Alfonso propuso al ministro un plan para derribar a Mas y hacerse con el control de la dirección de CDC
Nada más empezar la primera reunión entre el jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya y Jorge Fernández Díaz, el primero le presentó al ministro del Interior un plan detallado para derribar a Artur Mas e impulsar al liderazgo de Convergència (CDC) a uno de sus hombres de confianza, Germà Gordó, entonces conseller de Justicia de la Generalitat. La estrategia contaba con el apoyo de destacados empresarios catalanes opuestos a la independencia.
La noble intención de esa maniobra para arrebatar al president las riendas del principal partido catalán era la de apartar de la dirección a los partidarios del proceso soberanista, impedir que se llegase a una alianza electoral con Esquerra Republicana (ERC) y frenar toda posibilidad de un referéndum en Catalunya.
Tan interesado estaba De Alfonso en plantearle al ministro del Interior esa estrategia para apoderarse del control de CDC y virar en redondo su rumbo, que no dedicó ni dos minutos a presentarse –como amigo de José Ángel Fuentes Gago, jefe de gabinete del comisario Eugenio Pino–, proclamar su españolismo e ir al grano de su propuesta conspiradora. Porque "siempre he pensado que esto se puede, se debe, resolver".
"Esto", claro está, era el auge soberanista en Catalunya y la deriva de CDC hacia el independentismo. A continuación –y para que no se nos siga acusando de "descontextualizar"– transcribimos la mayor parte de esa conversación, celebrada en el despacho del ministro del Interior y a cuya grabación ha tenido acceso en exclusiva el diario Público.
"Empresarios fuertes dicen: «Esto lo tienes que hablar, es una salida»"
Y, por supuesto, con la gente de Unió también, que está dispuesta a segregarse de Convergència si esto sigue adelante y así me lo han hecho saber. Hasta el punto, y te lo digo a ti, a mí me llegó a decir el delegado de Gobierno, Fernando Brea [empresario y político catalán. Delegado territorial del Govern de la Generalitat en Barcelona entre 2013 y 2015. Miembro de Unió Democràtica de Catalunya desde 1997]: "Nosotros nos vamos a separar si esto sigue así, y tengo el encargo de buscar gente para reforzar el partido”. En fin, me consta que se separarían.
Y, en Convergència, la persona con la que yo mantengo... porque es la persona que en su momento el presidente dijo cumpliendo con la nueva Ley de la relación Gobierno de Catalunya y Oficina [Antifraude], a mi me puso de interlocutor a Germà Gordó [i Aubarell. Abogado, es ahora diputado y preside la Comisión de Justicia del Parlament de Catalunya, pero fue conseller de Justícia de la Generalitat de 2012 a 2016].
"Él reconoce que Convergència es ahora mismo una jaula de locos"
DA: Él reconoce que Convergència es ahora mismo una jaula de locos. Que hay gente, te digo los nombres, Josep Rull [coordinador general de Convergencia Democrática de Cataluña y diputado en el Parlament] y Francesc Homs [consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat], fundamentalmente, que son de los que dicen: "Este partido está ganado, en agosto de 2015 lo hemos conseguido todo…” Pero hay gente que dice también lo contrario. “Esto, lo hemos perdido ya”. Y el presidente, por desgracia, el president de la Generalitat, está en la idea de "palante, palante, palante".
Sin embargo Germà, que es un hombre muy ambicioso, así me lo habían hecho saber compañeros suyos en su momento pues a mí se me ocurrió pensar en él como alternativa, porque lo que yo tengo en cabeza es que se solucione esto de la siguiente manera...
A mí no me preocupa el día 9 de noviembre, ministro. Germà Gordó me dice que no las va a haber, que no las va a haber por supuesto, pero que no las quieren hacer y ellos tampoco las van a llevar adelante con una suspensión del Tribunal Constitucional.
"Si proclaman la independencia unilateral, acabamos a leches"
DA: Yo te lo estoy transmitiendo de lo más literal, como me lo dijo, ni lo he analizado en ese sentido. Bueno, el caso es ese. Claro, dices, esto es una locura. Esto sí preocupa porque si por las casualidades ganan y, posiblemente, podrían ganar en una lista. No con mayoría absoluta, pero sí lo suficiente como para que después si el Partido Popular, el PSC o Ciutadans no logran llegar a acuerdos, pues ellos gobernarían y eso ya sí que es que el presidente pierda el control. Porque ahí yo estoy convencido, absolutamente convencido, de que si eso se gana, estos proclaman la independencia unilateral y entonces ya sí que acabamos… acabamos a leches.
JFD: Estás hablando de unas elecciones plebiscitarias, ¿no?
DA: Plebiscitarias. Y el presidente las tenía convencido de convocarlas con lista única y creo que se reunía esta semana, me dijo Germà, con ellos a solas en reunión conjunta para febrero. Yo eso es lo que creo que hay que combatir. Cuando yo le digo entonces a Germà: “Tienes que saberlo, Germá, los empresarios te apoyarían, el electorado del comercio, de la industria, de la empresa, de la tranquilidad de Catalunya que a vosotos… –le tienes que vender además un cierto cariño– os ha dado la mayoría absoluta durante veintitantos años, 23… Ese electorado no ha desaparecido, ese electorado no se va a ir a Esquerra, ese electorado no se va al PSC, ese electorado o va a votar en blanco o no va a votar. Pero al partido lo estáis hundiendo, lo está hundiendo el presidente. Tenéis –según su última encuesta me dijo– 13-14 escaños, es poquito, poquito…
JFD: ¿13 o 14 Convergencia?
DA: Sí, podrían bajar hasta 13 o 14. Si se les separase Unió, podrían bajar hasta los 13 o 14. Eso es la ruina del partido.
JFD: Eso es el fin de partido.
JFD: De los 23.
DA: "...de los 23, de los cuales hay 13 o 14 que se pueden… hay cuatro que es imposible…” Bueno, se trata de no decirle que es imposible. “Mira, estos 13 desde ya y los otros nueve los negociamos en este año y medio. Sabes que cuatro no, pero los negociamos… Pero agotar la legislatura. Tenemos un año y medio para seguir hablando, para seguir dialogando, para reformular posiciones, para hablar de la regeneración, para hablar de Andalucía, para hablar de Catalunya integrada en España, para hablar de la Constitución… Ahora, si las convocas anticipadamente ya no hay marcha atrás, no pidas más, porque no vamos a permitir que Catalunya se independice. Tú mismo. Ahora, eres tú el que saltarás con la soga. Yo te estoy ofreciendo que te quites la soga y pasar a la Historia como…” Porque esto pasaría por que Artur Mas dejara el partido o dejara la presidencia, eso es evidente, y ahí es donde entraría Germà. Yo a Germà todavía tengo que hacer la tarea de “oye, dentro del partido tenéis que liderar y coger las riendas”.
JFD: ¿Y cuándo –en ese escenario que tú dibujas–, para cuándo dejaría Artur Mas la Presidencia de la Generalitat?
DA: Bueno, es que si se consigue agotar el año y medio que queda de legislatura, en las próximas elecciones él ya habrá dimitido, habrá un nuevo secretario general…
"Estoy seguro de que Mas tiene su vanidad, y la oferta será..."
De forma que De Alfonso se ve obligado a intentar convencer a Fernández Díaz:
DA: ...A ver, creo que todo el mundo y todo ser humano tenemos una cierta vanidad. Yo soy un creyente ferviente y la vanidad aun así también la tengo. No el protagonismo, pero sí la vanidad; sentir que has hecho algo bueno te llena de orgullo. Esa la tenemos todos y yo creo que el presidente Mas también, por mucho que él sea muy… es católico pero no sé cómo definirle muy bien. Pero bueno, estoy seguro de que tiene su vanidad y la oferta seguirá: “Mira, pasarás a la Historia como el único expresidente de la Generalitat que va a ser asesor también del Gobierno en temas de política territorial. Porque Montilla renunció, Pujol y Maragall… sólo quedas tú. O sea que no te vas a retirar de la política, vas a tener un cierto protagonismo. Dos, los libros de Historia hablarán de ti como alguien que jamás se saltó la Ley, que fue moderado. Además, llegaste hasta lo máximo, donde no ha llegado nadie en el tema de la independencia de Catalunya y aun así fuiste lo suficiente hombre de Estado para no saltarte nunca la Ley. Te ofrecemos también eso. No haremos nunca, no pudriremos tu nombre entre las letras. Coño, eso sí, tienes que dejar el partido en manos de otra persona que heredará el programa de tu partido, pero no el ideario de la independencia como tú lo has propuesto”. Y esa persona yo sí que estoy seguro que es Germá Gordó.
Germá Gordó, que contaría con el apoyo entonces empresarial en ese sentido. Es decir, con los medios, y que estaría dispuesto a eso. Yo he tenido reuniones con él, a ver, evidentemente, ya lo dijo Alfonso Guerra, te mueves y te pegas la leche antes de que salgas. Él calladito, aunque alguno ya va sacando su nombre, él calladito. Pero él está encantado. Cuando él me oye contarle esto, no me dice no.
JFD: Se deja querer.
DA: Se deja querer. Cuando yo hablo con Espadaler [Ramón Espadaler, de Unió] dice que le parece buena idea. Cuando yo lo hablo con Jordi, no me acuerdo el apellido, el que es actualmente secretario de allí, me consta que sí. Ahora, que habría que hacer ese gesto de la llamada, durante este mes y que habría que ponerle las cosas claras en esa llamada y ofrecerle el diálogo de los 23 puntos y, sobre todo, conseguir que agote la legislatura, porque si no “eres tú el que te suicidas y suicidas a tu partido… Con lo cual eso no te será perdonado nunca, nunca te va a ser perdonado. Tú fuiste el que rompiste el partido después de tener mayoría absoluta tantos años. Y eso es lo que va a decir la Historia de ti. Piénsatelo. Yo te ofrezco diálogo un año y medio, que es mucho tiempo para dialogar”.
Seguramente –yo le diría a Germà Gordó- lo que tenéis que poner es un hombre en Madrid que hable cada semana con Interior, Exteriores, Política Territorial y Vicepresidencia. Y a la semana siguiente hable allí también contigo. Pero que hable no políticamente, no tiene que ser un comisario de Convergència. Tiene que ser alguien tipo diplomático, que cuente lo bueno, que responda a lo malo, que intente evitar el roce, que sepa distinguir si alguien le dice algo que le va a molestar; que sepa distinguir que eso no tiene importancia para lo que se está negociando pues me evito contarle ese algo. Alguien que no tenga ningún interés detrás, nada más que el bien de la sociedad. Es que clama al cielo. Germà está dispuesto, la empresa en Catalunya está dispuesta, yo confío en que también el Gobierno esté dispuesto y aportaría eso.
No hay que ser un lince para saber en quién está pensando cuando habla de ese "alguien". Pero, además, De Alfonso cambia de golpe en ese momento de argumento y suelta:
DA: "Dicho eso. Nosotros estamos investigando cosas de Esquerra, pero son muy débiles. Esa es la verdad, ministro..."
Y se arranca con lo que Público reveló en la primera parte de esta exclusiva.
¿Les parece "digno, recto, honrado y serio" todo esto? ¿Y "noble"?