5. Los Consejos para un Rico
Cierto hombre rico, ciudadano romano y estoico, se interesó vivamente en las enseñanzas de Jesús, que le había sido presentado por Angamón. Después de muchas conversaciones íntimas este rico ciudadano le preguntó a Jesús qué haría él con la riqueza, si la poseyera, y Jesús le respondió: «Dedicaría la riqueza material al mejoramiento de la vida material, así como dedicaría el conocimiento, la sabiduría y el servicio espiritual al enriquecimiento de la vida intelectual, al ennoblecimiento de la vida social y al adelanto de la vida espiritual. Administraría la riqueza material como guardián prudente y eficaz de los recursos de una generación para el beneficio y el ennoblecimiento de la generación próxima y de las generaciones sucesivas».
Pero el rico no estaba del todo satisfecho con la respuesta de Jesús. Se atrevió a preguntar nuevamente: «¿Pero qué crees tú que deba hacer un hombre en mi posición con su riqueza? ¿Debo quedarme con ella, o debo repartirla?» Cuando Jesús se dio cuenta de que este hombre deseaba sinceramente conocer más profundamente la verdad sobre su lealtad a Dios y su deber para con sus semejantes, le dijo además: «Mi buen amigo, entiendo que buscas sinceramente la sabiduría y que honestamente amas la verdad; por eso pienso exponer mi punto de vista sobre la solución de tus problemas relacionados con las responsabilidades de la riqueza. Lo hago porque tú has solicitado mi consejo, y al ofrecértelo, no estoy pensando en la riqueza de ningún otro hombre rico; mi consejo es sólo para ti, para tu orientación personal. Si honestamente deseas considerar tu riqueza como un fideicomiso, si realmente deseas convertirte en un guardián prudente y eficaz de tu riqueza acumulada, entonces te aconsejaría que hicieras el siguiente análisis de los orígenes de tus riquezas: pregúntate, y trata de hallar la respuesta honesta, ¿de dónde vino esta riqueza? Y como ayuda en el análisis de los orígenes de tu gran fortuna, te sugeriría que recordaras los siguientes diez métodos distintos de acumular riquezas materiales:
«1. Riqueza heredada —que proviene de los padres y otros antepasados.
«2. Riqueza descubierta —que proviene de los recursos no cultivados de la madre tierra.
«3. Riqueza comercial —obtenida como ganancia justa en el intercambio y true-que de bienes materiales.
«4. Riqueza injusta —que proviene de la explotación injusta o de la esclavitud de nuestros semejantes.
«5. Riqueza de interés —que proviene de la posibilidad de ganancia justa y equitativa de un capital invertido.
«6. Riqueza de genio —que proviene de las recompensas por las dotes creadoras e inventivas de la mente humana.
«7. Riqueza accidental —que se deriva de la generosidad de un semejante, o de las circunstancias de la vida.
«8. Riqueza robada —que se obtuvo mediante iniquidades, deshonestidad, robo o fraude.
«9. Fondos fiduciarios —riqueza puesta en tus manos por un semejante para un uso específico, ahora o en el futuro.
«10. Riqueza ganada —riqueza que proviene directamente de tu trabajo personal, la justa y equitativa recompensa de tu diario esfuerzo de mente y cuerpo.
«Así pues, amigo mío, si quieres ser un fiel y justo guardián de tu gran fortuna, ante Dios y al servicio de los hombres, debes dividir aproximadamente tu riqueza en estos diez grandes grupos, y luego proceder con la administración de cada porción según la interpretación sabia y honesta de las leyes de la justicia, de la equidad, de la imparcialidad y de la verdadera eficacia; aunque el Dios del cielo no te condenará si a veces yerras, en situaciones dudosas, a favor de la consideración misericordiosa y altruista de la aflicción de las víctimas que sufren las infortunadas circunstancias de la vida mortal. Cuando tengas una duda honesta acerca de la equidad y justicia en una situación material, deja que tus decisiones favorezcan a los necesitados. Favorece a los que sufren el infortunio de penurias inmerecidas».
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