Son muchos los temores que inundan Israel e irradian a su sociedad, que bajo los oropeles de una riqueza aparente, oculta los costos de la ocupación de Palestina.
¿A qué teme Israel? Fortalecimiento de lazos Irán-Latinoamérica
A pesar de su discurso y su actuar belicista, Israel analiza con alarma la corriente política internacional, que pone a la entidad sionista en el centro de la crítica por su política colonialista, racista y criminal en Palestina, su apoyo a grupos terroristas en Oriente Medio, el afán de entorpecer el desarrollo de relaciones de Irán con el mundo, y practicar una política de persecución contra todas aquellas voces que condenan su actuar.
Disimula tras el Muro de la Vergüenza el atropello contra cinco millones de seres humanos. Esconde tras su aparente democracia representativa, un régimen criminal que sólo gracias al aval, el veto en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y el apoyo militar y financiero multimillonario de Washington y sus aliados europeos como Francia e Inglaterra – y sus grupos de presión - ha logrado sortear las innumerables condenas internacionales y resoluciones que llaman a cesar su política criminal.
El ser punta de lanza de las potencias occidentales en Oriente Medio tiene su precio e Israel lo cobra con agrado y onerosamente.
PRIMER TEMOR: IRÁN
Uno de esos temores que esbozo, tiene año, nombre y apellido:
1979, República Islámica de Irán y la decisión de este país de contrarrestar el poderío de la entidad sionista en la región.
En estos días, ese combate se ha trasladado a otras latitudes, a Latinoamérica, donde los representantes diplomáticos y activistas sionistas están a full, con la agenda laboral ocupada, para tratar de revertir, en algo, los efectos del periplo del canciller iraní Mohamad Yavad Zarif y su delegación política, empresarial y económica por estas tierras.
Efectivamente, la visita oficial del canciller persa, por 6 países latinoamericanos: Cuba, Nicaragua, Ecuador, Chile, Bolivia y Venezuela encendió las alarmas en Tel Aviv por la amplia difusión y apoyo a este viaje de altísimo nivel político, empresarial y comercial de la República islámica de Irán.
Esto, tras la firma de los Acuerdos Nucleares con el G5+1, que levantó las sanciones a la nación persa, posibilitando vislumbrar un panorama más auspicioso, que está permitiendo ampliar su abanico de relaciones con gran parte del mundo.
Recordemos que Israel, impotente para detener el inevitable Acuerdo entre Irán con el Grupo conformado por Estado Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia, China y Alemania; amenazó con las penas del infierno al gobierno iraní, incluso con la opción militar.
En aquella ocasión, el ministro de asuntos estratégicos de la entidad sionista, Yuval Steinitz sostuvo que ante ese “mal acuerdo, nuestro país mantiene vigente la opción de tomar medidas militares contra Irán, de manera de poder defender a nuestro país, sobre todo si se amenaza nuestra seguridad nacional y nuestra existencia misma”.
Amenazas al viento pues el Acuerdo se firmó e Israel simplemente quedó fuera de la mesa donde ansiaba estar.
Previo a la firma final del acuerdo nuclear en julio del año 2015, el premier israelí, Benyamin Netanyahu, trató, por todos los medios a su alcance de generar una atmósfera de histeria y alarmismo respecto a la programa nuclear pacífico de Irán.
Acusaciones que se plantean en un marco de profunda iranofobia de Israel, además de una hipocresía fundamentada en ser la entidad sionista poseedora de un mínimo de 200 ojivas nucleares y no adherir al Tratado de No Proliferación Nuclear – TNP – lo que implica que no existe inspección técnica internacional que permita controlar la producción de armas de destrucción masiva del régimen israelí.
Irán, aparece en todas las pesadillas de la entidad sionista.
Netanyahu suele sentir un sudor frío, escalofríos que recorren su espalda cuando los avances de la diplomacia persa encuentran su correlato, ya sea en la firma de acuerdos multilaterales con los países de Asia Central en materia de ciencia, energía, comunicaciones, aspectos económicos y también militares.
Acuerdos con la India, Kazajstán, Turkmenistán, Rusia, Turquía, entre otros. Israel ve con espanto como la otrora cercada, bloqueada y atacada Irán comienza a salir de ese asedio impulsado por el propio Israel y se abre al mundo con un prestigio ganado a costa de los esfuerzos de apoyar a pueblos agredidos como Siria, Irak, Yemen y su defensa irrestricta de los derechos del pueblo palestino, en materia de autodeterminación.
El miedo de Netanyahu se observó, no sólo en tratar de torpedear los acuerdos nucleares, chantajear al Gobierno de Obama, asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas y mentir descaradamente con respecto a la inexistente amenaza nuclear de Irán.
Cuestión que los propios medios israelitas como el periódico Haaretz consignó con el siguiente título “El Mundo le quitó a Netanyahu su juguete favorito” haciendo referencia con ello que el acuerdo logrado entre Irán y el G5+1 le impediría al ultraderechista premier israelí “seguir jugando con su juguete favorito, quitándole su alegría y la fuente de su fuerza, perdiendo además su refugio más seguro y el escudo que lo protegía ante sus dificultades de política interior. Israel no podrá seguir promoviendo el temor nuclear”.
Esa constatación generó un giro, aún más profundo hacia la posiciones extremistas en el seno del gobierno israelí, asumiendo, en carteras estratégicas como Defensa, Relaciones Exteriores y Agricultura, Ministros que a su vez son colonos en asentamientos que usurpan territorio palestino e intensificando, de ese modo la política de colonialismo que aplica en la Ribera Occidental y el bloqueo criminal contra la Franja de Gaza
Israel teme y le genera urticaria el periplo de Zarif por Latinoamérica pues visualiza que la región no se traga sus cuentos de terror, no comulga con ruedas de carreta en materia de analizar la conveniencia de establecer relaciones, ampliarlas o mejorarlas con naciones que generalmente no estaban en el imaginario de nuestra región.
Tal es el caso de Chile, que será la cuarta nación en ser visitada y que no está en el equipo de los países del ALBA, como los otros cinco países. Chile y su neoliberakismo a ultranza, no es parte de esta idea bolivariana impulsada desde la época del fallecido comandante venezolano Hugo Chávez pero, que sin embargo actúa con pragmatismo en orden de conceder que Irán es una nación que con sus 80 millones de habitantes, el poder regional que posee, los acuerdos firmados con países de Oriente medio, Asia central e incluso con miembros de la Unión Europea, es una buena oportunidad de negocios y de ampliar sus mercados.
SEGUNDO TEMOR: SER DESENMASCARADO
Dicha realidad y la inevitable y profusamente informada llegada del canciller Zarif a Chile, irritó profundamente a los supuestos representantes de la comunidad judía del país andino, que no sólo llamó a la Presidenta chilena Michelle Bachelet a no recibir a Zarif sino que en una grotesca campaña del terror sostuvo en una carta enviada a la mandataria andina que la llegada de Mohamad Yavad Zarif a Chile intensificaría el antisemitismo y transformaría a Chile en una nueva Venezuela, acusando a Irán de patrocinar el terrorismo y violar los derechos humanos, recordando que la propia mandataria sufrió apremios ilegítimos bajo la dictadura militar
“Nos parece sumamente inconsciente que el gobierno se relacione con un país que permanentemente viola los derechos humanos” afirma la mencionada y lastimera carta.
Una misiva donde la autocrítica, el ocultamiento, el enajenamiento resulta no sólo pavoroso, sino que nos permite visualizar a los representantes de una comunidad que se visualizan ante el exterior como ciegos, sordos y mudos frente a las probadas, masivas y contundentes acusaciones respecto a que es el régimen sionista el principal violador de los derechos humanos en Oriente Medio.
Una entidad que ocupa territorios, que usurpa tierras, demuele casas, destruye cultivos, construye muros que han credo bantustanes en la Ribera Occidental, que impide el retorno de los refugiados palestinos, que se opone a cumplir las resoluciones de las Naciones Unidas respecto a devolver los territorios ocupado, no sólo del West Bank, sino también las altos del Golán.
Una entidad que ha sido condenada permanentemente por sus ataques a la Franja de Gaza, por su bloqueo total, por su asedio cotidiano, por la violación continua de los derechos humanos de 5 millones de palestinos que habitan la Franja de Gaza y en la Ribera Occidental.
La Federación Palestina de Chile, en una publicación de su página web dio cuenta de esta conducta censora pero también insolente, al señalar que “La Comunidad Judía - , apoyada por el Centro Simon Wiesenthal envió una carta a la Presidenta Michelle Bachelet con el fin de "suspender" las actividades de la Federación Palestina de Chile, justificando que nuestra organización política "importa el odio y la hostilidad contra los judíos".
La molestia surge luego de la publicación en la cual el periodista Pablo Jofré Leal, rechaza y denuncia las tácticas sionistas y sus mentiras impunes, tras haber recientemente visitado Palestina Ocupada. Dicha publicación iba acompañada de una caricatura en donde la estrella de David está hiriendo a un niño palestino.
A partir de eso, dicha comunidad comenzó por medio de redes sociales a denunciar por antisemitismo a la Federación Palestina de Chile, luego el Centro Simon Wiesenthal en su sitio de Facebook señala que dicha caricatura "parece una rémora del tabloide nazi alemán Der Stürmer y apela, sin dudas, a los chilenos simpatizantes de dicho régimen", agregando que "es especialmente ultrajante que el sitio web oficial de la Federación Palestina de Chile sirva como tribuna de odio nazi".
La Federación Palestina además de rechazar estas absurdas acusaciones, aclara que el uso de del nombre Comunidad Judía es inadecuado pues, “en estricto rigor se debe hablar de la Comunidad Sionista de Chile, pues utilizar el nombre de Comunidad Judía de Chile, tiende a confundir puesto que de ser así corresponderían a un grupo religioso. Judaísmo es la religión, mientras Sionismo es la ideología que motiva la creación de Israel y sus actuales políticas”
Frente a estas amenazas vertidas por los voceros de una comunidad, atropellos, llamados a la censura e incluso el amedrentamiento, falta una respuesta contundente del gobierno chileno.
Esta no sólo es una falta de respeto de supuestos representantes de una comunidad, que debe regirse por las leyes chilenas pero, que suele apelar al victimismo, a los ataques indiscriminados, a las acusaciones arteras contra todo aquel que disiente con su visión del mundo.
Faltó ver que la cancillería chilena, el gobierno frenara en seco este comportamiento, que se entromete en los asuntos internos del país, que da lecciones pero que al mismo tiempo no respeta, si consideramos que esta comunidad suele mandar a Israel a sus hijos a cumplir el servicio militar Obligatorio. Frente a ello, tampoco hemos escuchado a los gobiernos chilenos.
Mismo freno que debería haberse dado al Embajador de la entidad sionista en Chile, que es capaz de menospreciar e instigar la censura contra periodistas, parlamentarios y medios de comunicación que critican a su gobierno.
Efectivamente el embajador israelí en Chile, Rafael Eldad de origen marroquí, que además de criticar la libertad de expresión que impera en Chile – con todas su limitaciones – metió a Irán en el baile.
Conducta que suele ser habitual en las publicaciones de los medios de comunicación de la comunidad judía en Chile, de la Embajada, de activistas sionista chilenos radicados en Israel o de agentes del sionismo – generalmente vinculados a centros de estudio en Israel - que suelen recorrer Latinoamérica tratando de tergiversar la historia de ocupación de Palestina e incluso formando a policías de algunos países de la región en técnicas de lucha, contra lo que ellos denominan el Yihadismo.
Esa impunidad debe tener un corte rotundo,
en todos los ámbitos. Hay que desenmascarar al sionismo
en todos los frentes. Es un deber ético y legal
TERCER TEMOR: BOICOT, DESINVERSIÓN, SANCIONES
A Israel y su régimen le amedrenta la campaña denominada: Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS – que ha tomado un impulso extraordinario en todo el mundo y que tiene su marco referencial con lo que fue la campaña contra el régimen del Apartheid en Sudáfrica, que permitió ir minando a esa entidad criminal.
A Israel el BDS le preocupa, ha sido causa de profundos análisis y de la decisión de atacar a sus promotores, incluso con opiniones de eliminarlos como fue el caso de Yisrael Katz, ministro de inteligencia del régimen de Israel, quien pidió realizar "asesinatos selectivos" de activistas que apoyan el movimiento BDS con la ayuda de la inteligencia del régimen de Tel Aviv”.
Opinión sustentada públicamente el pasado mes de marzo del 2016, en una Conferencia celebrada en Al-Quds entre políticos, militares y periodistas israelíes bajo el lema “Stop BDS”.
Es tanto el temor al BDS, que no sólo desean reeditar su política de asesinatos selectivos, sino también han comenzado, a través de grupos de colonos y con la participación de sionistas a lo largo del mundo, una labor de espionaje y soplonaje de todos aquellos activistas, personajes, participantes o simplemente simpatizantes de esta causa, con el objeto de impedir su llegada a tierras palestinas o tal vez asesinarlos ¿Por qué no?
El diario israelí Ynet, ha dado luces sobre esta decisión, al informar que una organización de colonos, denominada Lev HaOlam, puso en funcionamiento el uso de una línea telefónica directa para que aquellas personas, que quieran hacer del soplonaje su función de ayuda al sionismo, informen sobre todo tipo de actividades que les parezcan sospechas y estén vinculadas a la campaña del BDS.
Nati Rom, director ejecutivo y fundador de Lev HaOlam, señaló frente a esta iniciativa más propia de agencias de inteligencia o de entidades a denunciar indiscriminadamente que “esta es una iniciativa civil, cuyo objetivo es localizar a activistas que llegan aquí como turistas e intentan dañar al proyecto sionista sobre el terreno”
A confesión de parte, relevo de pruebas se suele sostener en el mundo leguleyo. esto, pues Lev HaOlam se hace eco del llamado del Ministro de Seguridad Pública Gilad Erdan, quien ha impulsado a los israelitas y a la comunidad sionista en el mundo a que reúnan información sobre aquellos que convocan al BDS contra Israel e impedir, de esa forma “que se deslegitime y se incite contra Israel”
Lo señalado, según Ynet “con el principal objetivo de advertir preventivamente a las autoridades israelíes sobre la llegada de este tipo de activistas al territorio de Israel, para que puedan ser deportados”.
Si las propias autoridades llaman a esa tarea. Misma labor que implementó contra científicos iraníes asesinados en diversas partes del mundo, bajo el lema “el programa nuclear iraní debe ser frenado”.
No lo lograron, como tampoco llegará a buen puerto ese afán de censurar, torcer la mano de la justicia o impedir que le mundo se levante contra la ocupación de los territorios palestinos y sancione fuertemente a Israel y su política sionista.
No se puede obviar en este análisis el doble rasero, la doble moral de la Unión Europea y en forma especial de Estados Unidos, que han permitido a Israel continuar su política de agresión y exterminio de la población palestina, al amparo del nulo apoyo de esta Alianza occidental en materia de boicotear, evitar la inversión y sancionar a un régimen que viola la legislación internacional.
Se les exige a estos países que tengan la misma conducta que han tenido contra aquellos países que bajo la óptica de sus gobiernos han violado la ley internacional. Con Israel, la ceguera, la mudez, el no escuchar hace despreciar esta política de una moral más que dudosa, simplemente es despreciable y la deslegitima.
El BDS puede llegar a ser una de las acciones más potentes de lucha contra la ocupación israelí de los territorios palestinos, cuyo objetivo es boicotear la compra de productos israelíes, generados en territorios palestinos.
Pero, también es un llamado a no invertir en ese régimen, evitar los contactos culturales, deportivos, políticos y sociales.
Ampliando así el abanico de acciones posibles de ejecutar. Si el régimen de Israel no es capaz de sentir que su política criminal tiene un costo y que ese costo se sentirá en su población, seguirá asesinando palestinos, destruyendo su infraestructura básica, ocupando sus territorios, destruyendo sus hogares y seguirá mostrando esa cara hipócrita de representarse como la única democracia verdadera de Oriente Medio.
Esa es una farsa y hay que denunciarla, develarla, combatirla y una de esas maneras es aplicar con toda la fuerza una política de Boicot, Desinversión y Sanciones que le duela hasta lo más profundo a un régimen que desprecia a los seres humanos que no considera como parte de esa idea malparida del "Gran Israel".
Mientras el periplo de Zarif por Latinoamérica continua, el proceso de desenmascarar al sionismo día a día obliga a nuevos esfuerzos e iniciativas, la campaña de Boicot, Desinversión y sanciones representa un camino viable, junto a la necesaria unidad del pueblo palestino, que requiere actuar mancomunadamente, necesita mostrar una cara común de sus fuerzas políticas, requiere tender puentes entre HAMAS, Al-Fatah y otras fuerzas presentes en la sociedad palestina. Unirse en torno al futuro y trascender de unos Acuerdos, como los de Oslo, que sólo han servido para afianzar la ocupación de la Ribera Occidental, con 550 mil colonos que han divido el West Bank en dos.
Hacer de la Ribera occidental y al Franja de gaza un solo frente de lucha. Sólo así se podrá seguir incrementando estos temores de una entidad sionista que más temprano que tarde deberá cesar su política de ocupación y exterminio.
Los persas en América Latina
La gira que ha iniciado desde el pasado domingo el jefe de la Diplomacia iraní, Mohammad Javad Zarif, a seis naciones latinoamericanas, ha reavivado los debates sobre la presencia de Irán en Latinoamérica.
También sobre las relaciones que ha entablado la República Islámica de Irán durante las casi cuatro décadas que pasan de la Revolución Islámica de 1979.
El simple hecho de la presencia de Irán en esta región del mundo así como las posiciones que han tomado los actores regionales e internacionales sobre esta presencia, merecen un análisis que no puede obviar un vistazo a las relaciones entre Irán y América Latina en tiempos anterior al triunfo de la Revolución Islámica de Irán.
Antes del triunfo de la Revolución Islámica de 1979;
Antes de la constitución del actual sistema político de Irán, América Latina no formaba parte de prioridades de la política exterior del país, enfocada totalmente en mantener las relaciones con el gobierno de EE.UU. que convirtió el país en el aliado más sólido de los yanquis en Oriente Medio y de alguna manera en su gendarme en la región.
Así que durante las décadas anteriores a la revolución islámica, los lazos con América Latina se limitaban a relaciones meramente protocolarias o en algunos casos comerciales, importando alimentos a algunos países de la región.
De hecho, el primer contacto diplomático entre Irán y América Latina se realizó a principios del siglo XX con el viaje que hizo, concretamente en el año 1902, el entonces embajador persa ante Washington a naciones latinoamericanas donde se firmaron Tratados de Amistad y Comerciocon México, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.
Con la instalación de la dictadura del Sha Mohammad Reza Pahlavi en Irán con el apoyo de los norteamericanos, las relaciones con América Latina avanzaron incluso hasta la apertura de embajadas en alguno de ellos pero en vista de la afinidad política entre los gobiernos de Irán, EE.UU. y los latinoamericanos en este entonces, las relaciones entre Irán y esta región se definían en el clima de la época de Guerra Fría, es decir; la oposición a la Unión Soviética y al comunismo.
De hecho Irán que había establecido relaciones diplomáticas con Cuba en el año 1974 cortó las relaciones dos años después con La Habana ya que autoridades de Cuba se habían reunido en Moscú con partidos contrarios al Sha de Irán.
En aquel periodo las relaciones con Venezuela también destacaban ya que los dos países llegaron a fundar, con el apoyo de Arabia Saudí, Kuwait e Irak, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el año 1960 y incluso Caracas recibió al entonces Sha de Irán en una visita oficial.
Después del triunfo de la revolución;
Con el triunfo de la revolución islámica en Irán y el cambio total de las políticas del país, centradas en contrarrestar la abusiva influencia gringa en todo el territorio nacional, hubo algunos altibajos en las relaciones con Latinoamérica.
Países como México, cuyo gobierno en aquel entonces estaba bajo la influencia de los estadounidenses, cortó unilateralmente sus relaciones con Irán en apoyo a Washington y Teherán hizo lo mismo con el gobierno del Pinochet en Chile en protesta a las matanzas de aquel dictador.
Aun así la afinidad política entre el Irán revolucionario y Cuba en sus ideales de antiimperialismo dio lugar al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Teherán y La Habana.
Desde los primeros días de su fundación, el nuevo sistema político de Irán sentía, en vista de los problemas que le seguían generando desde Washington, la necesidad de desarrollar relaciones amistosas con todas las regiones y naciones del mundo y América Latina desde entonces ocupó una posición destacada en la política exterior del país persa.
En busca de estas relaciones amistosas, justas y mutuamente beneficiosas se procedió a la apertura de embajadas en Uruguay, Cuba, Nicaragua y Colombia y de hecho hubo un salto en las importaciones de Irán desde países como Brasil, Argentina y Uruguay.
Relaciones Con Venezuela; la nueva era de la relaciones
Irán tenía relaciones con países latinoamericanos desde el inicio del siglo pasado y las mantuvo tras el triunfo de la revolución islámica en el año 1979.
Pero lo que verdaderamente llamó la atención del mundo sobre la presencia de Irán en América Latina empezó con la llegada al poder del presidente Hugo Chávez Frías en Venezuela.
Lógicamente analizar bien las relaciones entre Irán y Venezuela puede contribuir a una mejor comprensión de la situación actual de relación entre Irán y América Latina.
En 1949, Venezuela inicia una serie de actividades e iniciativas diplomáticas, acercándose a los países productores de petróleo, en concreto a Irak, Kuwait, Irán y Arabia Saudita, a fin de crear juntos la la OPEP, hecho que se convierte en realidad en septiembre de 1960 con la participación inicial de estos 5 países.
Desde este momento y en el marco de las actividades de la nueva organización, Venezuela desarrolla su relación con los citados países para gozar de las ventajas que traerían las decisiones unánimes de países productores de petróleo en el momento de fijar cupos de producción para ser ofrecidos al mercado mundial en busca de lograr, cada vez mejores precios para el crudo.
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Venezuela e Irán, como fundadores de la OPEP, se debe a la constitución de la entidad internacional, hecho que termina, unos años después, en la apertura de representaciones diplomáticas de ambos países en Caracas y Teherán.
Estas relaciones fueron marcadas, en las tres décadas finales del siglo XX, por la necesidad de hacer coordinaciones en el momento de adoptar políticas relacionadas con el funcionamiento de la OPEP.
Una visita del, ya derrocado, Shá de Irán a Venezuela y unas dos del ex presidente Carlos Andrés Pérez a Irán, una antes y otra después de la victoria de la Revolución Islámica, conforman las únicas visitas de jefes de estado que se intercambiaron entre ambos países en el citado período.
La llegada al poder, en 1999, de Chávez en Venezuela y las consignas que éste clamaría en el pro de causas “antiimperialistas” dieron pie a una presencia notable en el país a la nación persa con unas visiones mucho más allá de simples coordinaciones económicas en el seno de la OPEP.
Una primera visita que hiciera en el año 2001 el presidente Chávez a Irán, y posteriormente a otros países de la región, para buscar una salida a la enredada situación de la OPEP y las conversaciones que éste llevara a cabo con su homólogo iraní así como las tres visitas del presidente reformista de este entonces de Irán, en ocasión de la cumbre de la OPEP, G15 y una bilateral, consolidaron las bases políticas de unas relaciones que pocos años después llegarían a su auge con la suscripción de centenares de documentos de cooperación y la realización de decenas de proyectos conjuntos industriales y económicos, unas relaciones que llegaron a ser calificadas de “estratégicas” por ambos países, hecho verificable sencillamente al recordar las más de una veintena visitas intercambiadas entre Irán y Venezuela, desde el año 2001 hasta la fecha, a nivel de presidentes de la república.
El nuevo capítulo de relaciones con naciones latinoamericanas
Más tarde, Las buenas relaciones entre Teherán y Caracas que ahora se caracterizaban con la realización de proyectos industriales, agrícolas y comerciales entre ambos países, y el surgimiento de líderes afines a las ideales independistas e incluso antiimperialistas en países como Bolivia, Nicaragua y Ecuador dieron pie a un nuevo capítulo de relaciones entre Irán y países latinoamericanos.
Las visitas que hizo el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad a Bolivia, Ecuador y Nicaragua se consideran, a excepción del último, frutos directos de la relación entre Caracas y Teherán. En el mismo marco se intentó llevar los proyectos conjuntos entre Irán y Venezuela a estos países también y de hecho se exportaron algunos equipos construidos en el marco de estas relaciones a Bolivia y Nicaragua.
La reacción de la administración de EE UU
La reacción de EE.UU. no tardó en llegar.
La administración norteamericana ejerció, tanto durante el gobierno de George W. Bush como durante el actual mandato del presidente Barack Obama, mucha presión a estos países para que dejaran de profundizar relaciones con Irán pero lo que no se explicaba era el porqué de tal posición ya que los proyectos que desarrollaban Irán y Venezuela no suponían ninguna amenaza para nadie y sólo buscaban el bienestar de los pueblos.
La instalación de una fábrica de tractores, la construcción de una planta de cemento, la instalación de plantas procesadoras de lácteos y alimentos así como la construcción de decenas de miles de viviendas son algunos referentes de las relaciones económicas que han desarrollado Caracas y Teherán en la última década y han intentado llevarlos a otros países en vistas de sus necesidades.
Ecuador, Bolivia y Nicaragua siempre han estado interesados en contar con el apoyo de Irán para desarrollar sectores como la energía, la agricultura y minería y para esto han contado con la disposición de Teherán que incluso ha ofrecido la trasferencia tecnológica en todos sus proyectos.
Además Irán sigue importando alimentos desde distintos países latinoamericanos y en vista de su buena ubicación geográfica puede convertirse en un centro de distribución de alimentos y productos de países latinoamericanos en Oriente Medio.
Cabe destacar que Irán tiene 80 millones de habitantes y la población de los países que le rodean – y a menudo buscan satisfacer sus necesidades en el mercado iraní - alcanza unos 400 millones de personas.
En vista de lo arriba mencionado y las ventajas que ofrecen unas, siempre soberanas, relación entre naciones latinoamericanas e Irán cabe preguntarse por qué le preocupa esta situación a EE UU.
Lo único que puede explicar este “temor” de los norteamericanos es la voluntad de que el éxito de un Irán soberano e independiente – que ha desarrollado todos los sectores de su economía desde la separación del imperio – no llegue a verse en unas naciones que durante los últimos siglos han sufrido sus reiteradas intervenciones sin que esto haya terminado en el beneficio de la gente.
La satanización de Irán, las acusaciones contra las actividades tecnológicas del país o incluso acusar, vergonzosamente y sin fundamento, a Irán y Venezuela de buscar objetivos militares detrás de sus relaciones económicas forman parte de esta intencionada actividad mediática y política de la administración norteamericana.
La visión del actual gobierno iraní hacia América Latina
Y por último hay que entrar un poco en la posición del gobierno actual de Irán sobre las relaciones con América Latina.
La actual administración iraní llegó al poder, tras las elecciones del años 2013, con la promesa de la resolución de la cuestión nuclear y el levantamiento de los injustos embargos impuestos al país por EE.UU. y sus aliados.
De hecho las sanciones y los embargos que se imponían al país con el pretexto del programa nuclear obstaculizaban el buen desarrollo de relaciones convencionales con otros países.
Con la consecución del acuerdo nuclear en julio de 2015 y su implementación en enero de 2016, el actual gobierno ha vuelto a desarrollar y profundizar las relaciones amistosas con todos los países del mundo; de ahí la reciente gira del canciller iraní al continente africano y su actual visita a varios países latinoamericanos.
Cabe destacar que a pesar de que la línea política del actual gobierno, en lo que se refiere a la administración del país, difiere del anterior, aun así principios como la política exterior y el fomento de relaciones con todas las naciones del mundo en base al respeto mutuo e intereses generales son inamovibles en la estructura del sistema político del país.
Así que si bien la visita del canciller iraní a América Latina hubiese podido realizarse incluso un poco antes, no queda ninguna duda de que el gobierno iraní comprende la importancia de esta región, respeta todas su naciones y busca entablar relaciones mutuamente beneficiosas con ellas.
Unas relaciones en las que no se ha dejado fuera a ningún país, prueba de ello; la visita que anteriormente efectuó el vicecanciller iraní a países como México y Colombia y la actual visita del mismo canciller a Chile.
Escrito por: Mohammad Ghasem Mohammadi
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