A finales de septiembre tendrá lugar una reunión clave para el futuro del tratado UE-Canadá. Antes de la ratificación del CETA por el Parlamento Europeo, las organizaciones sociales europeas piden una revisión del acuerdo por parte de los comités de trabajo de Bruselas.
Diagonal
Cómo algo llamado CETA puede cambiarte la vida
Decenas de organizaciones de la sociedad civil europea remitieron ayer 24 de agosto una carta a los responsables de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, encabezados por su presidente, el socialista Bernd Lange, pidiendo una discusión abierta y amplia en el Parlamento con respecto al tratado de inversiones UE-Canadá, conocido como CETA.
La carta se entrega, y se puede leer en la web Seattle to Brusels, un mes antes de la decisiva reunión informal de Bratislava en la que los ministros comunitarios de Comercio analizarán el estado de las negociaciones del tratado comercial con Canadá. El texto del CETA deberá ser ratificado por los parlamentos nacionales de la Unión Europea.
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Como recuerdan las organizaciones firmantes de la carta, entre las que se encuentran sindicatos, grupos ecologistas o campañas contra el TTIP –el acuerdo que se negocia con EE UU–, las discusiones que han dado pie al texto del CETA han tenido lugar entre un escaso número de parlamentarios y sin el escrutinio de los Parlamentos nacionales de la UE. Como muestra, dicen desde la campaña, el texto no ha estado disponible en todos los idiomas de la Unión Europea hasta el pasado mes de julio, pocos meses antes de su posible aprobación.
Entre los aspectos más controvertidos del CETA está el mecanismo de arbitraje entre Estados e inversores, una herramienta que, según los firmantes, puede afectar al sistema legal tanto intraeuropeo como de cada uno de los Estados miembros. En julio, la Comisión Europea accedió a que el Tratado tenga que ser ratificado por los Gobiernos nacionales, si bien se aseguró de que el CETA pueda echar a andar de manera provisional antes de que los Parlamentos electos se posicionen.
Como recuerda la sociedad civil, el impacto de la votación del Brexit y las dudas sobre la construcción europea que han aumentado tras la votación en el Reino Unido, son un motivo más para que se vuelva a discutir un tratado que ha avanzado por debajo de los radares de la opinión pública.
Las organizaciones firmantes exigen que otros comités parlamentarios, además del de comercio, discutan un acuerdo con hondas implicaciones en materias de políticas industriales, agricultura, energía, desarrollo, propiedad intelectual o servicios públicos. Las organizaciones de la sociedad europea creen que no se puede votar en el Parlamento el acuerdo hasta que los comités europeos de agricultura, desarrollo, transporte, feminismo o empleo –hasta 15– no hayan emitido sus dictámenes acerca de un acuerdo que puede transformar las condiciones de vida en Europa
Fuente: diagonalperiodico.com
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