El kétchup es uno de los productos que más consumen en los Estados Unidos para acompañar la carne, el pescado, la verdura... Bueno, seguramente tardaríamos menos enunciando con qué no añaden kétchup. Pero eh, no te creas que solo ellos toman esta salsa a diario, seguramente tú también conozcas a más de un español que se echa esta salsa de tomate americana hasta en la sopa (peores cosas se han visto).
Al contrario de lo que suelen decir en la televisión con spots publicitarios que nos invitan a pensar que en realidad es jalea real, esta rica salsa es un alimento con un alto contenido en sodio, que tiene más del 10% de la sal que debemos consumir al día y unos índices de azúcar por encima de la media recomendada. Vamos, que si tenías la disyuntiva entre triturar un tomate o empezar a quitarle el tapón a tu bote de Heinz, es evidente que la primera opción es la que más va a agradecer tu estómago con el paso de los años.
La salsa de tomate... ¿perfecta?
Pero hablemos de Heinz, porque esta marca estadounidense fundada en 1869 por Henry John Heinz (todo queda en casa) cuenta con su Salsa 57, que es el kétchup más consumido del planeta. Hablar de Heinz en las salsas de tomate es como dirigirse a Kleenex en los pañuelos, es el Fairy del jabón. Ahora bien, ser líder no es algo que dure para siempre, y mucho menos en una época como la actual, donde hay cada vez más mentes emprendedoras y estudios que están sacándole los colores a las principales marcas mundiales en productos de alimentación que se pasan por alto los límites recomendados tanto en azúcar como en calorías y grasas.
Si viajamos al país yankee veremos que en las estanterías de los comercios hay, a la hora de encontrar salsa de tomate, Hunt's, Heinz y... poco más. Quizá haya alguna marca blanca, pero pocos se atreven a comprarla. El precio parece no ser un problema porque la diferencia es tan mínima que incluso los bolsillos más modestos pueden permitirse pagar por el producto de nombre, y eso es una garantía tanto para los comercios como para la propia Kraft Heinz, así como el consumidor de a pie. Ganan todos. Podríamos mencionar a la Coca Cola como la analogía perfecta.
Scott Norton y Mark Ramadan, padres de la criatura
¿Y si Heinz se viese superada por una compañía más barata, más saludable y... más rica? Todo en uno. Os presentamos a Sir Kensington, una pequeña empresa creada por Scott Norton y Mark Ramadan, quienes soñaban desde niños con echar en sus perritos calientesel kétchup perfecto. En España nos conformábamos con un bocadillo de Nocilla para esas tardes jugando a la Nintendo 64 con colegas, pero estos jóvenes norteamericanos decidieron usar el tiempo libre de sus clases en los estudios previos a la universidad para idear la salsa perfecta. El destino de la vida les hizo separarse un tiempo para continuar con sus carreras universitarias y ser grandes líderes en el mundo de las finanzas, pero tenían una responsabilidad para chuparse los dedos... y al final se reunieron de nuevo: hay que batir a Heinz.
En 2008, los recientemente graduados universitarios Scott Norton y Mark Ramadan crearonSir Kensington, una pequeña empresa que se ha ido haciendo hueco en los estantes de las tiendas como una alternativa real al dominio y casi monopolio de Heinz, que ha ido modificando sus mostazas, salsas barbacoa y kétchup a su estilo sin casi ser amenazada por las consultoras, sin preocupar a los consumidores de si estaban o no ingiriendo algo totalmente saludable. Pero ahora las cosas son distintas, pues tal como informa Quartz, más de 200 pequeños comercios y Whole Foods Market de Nueva York y sus inmediaciones han incluido los productos de Sir Kensington con un increíble buen recibimiento. Su gran prueba llegará este mes de septiembre, cuando 10 cadenas de Costco de California del Norte realizarán un test a esta nueva marca efervescente y decidirán si le dan o no luz verde. En caso afirmativo, estamos hablando de más de 460 localizaciones distintas donde se empezará a ver el nombre de Sir Kensington de manera adyacente al de Heinz cuando millones de estadounidenses se acerquen a llenar el carro de la compra. Y esto puede ser definitivo.
Los motivos son muy sencillos, y es que entra en juego la salud. Durante los últimos años muchas compañías se han visto obligadas a cambiar las recetas de sus bebidas, chocolatinas, bolsas de patatas, salsas y demás productos eminentemente industriales porque no cumplían ni de lejos con los estándares establecidos. Puede ser el miedo o simplemente las ganas de darle una oportunidad al producto de al lado lo que ha hecho que haya cambiado enormemente la tendencia en muchas marcas de alimentos que de un tiempo a esta parte habían tenido un monopolio casi total en el país que este mes de noviembre elegirá a su próximo Presidente o Presidenta del Gobierno.
El primer aviso lo ha dado Sweet Baby Ray's en el mercado de las salsas barbacoa, pues desde 2006 -cuando estaban a años luz de Heinz- hasta 2009 se produjo el cambio de rol, con Sweet Baby Ray's por primera vez en la Historia vendiendo más botes de barcaboca que su competidora. Y ahora nos encontramos con un panorama tan desolador que llama la atención, porque en 2014 SBR facturó 350 millones de dólares con estas salsas frente a los apenas 100 millones de la firma de Pensilvania del viejo Henry.
Sir Kensington va a por todas
La oferta actual de Sir Kensington ofrece kétchup clásico y picante, solo dos opciones con las que están empezando a dar mucho que hablar tanto en redes como en las propias tiendas: está rico, es más sano y es más económico. Las ventas de kétchup de Sir Kensington han estallado en los Estados Unidos desde 2014, cuando pasaron de generar apenas 600.000 dólares a más de 2,2 millones. Además, su salsa mayo también está empezando a ser una de las más vistas en los platos de millones de americanos. Lo que comenzó siendo una compañía de antiguos compañeros de universidad se ha terminado convirtiendo en una gran firma de ocho cifras, que en 2014 facturó 8,5 millones de dólares.¿Hasta dónde llegarán? ¿Lograrán desbancar a Heinz de lo más alto? Nuestras hamburguesas y perritos calientes podrían cambiar de rojo en los próximos años...
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