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19 de noviembre de 2016

SIRIA: Preludio de una nueva guerra mundial?

SIRIA: Preludio de una nueva guerra mundial?


Tito Andino U.

                        Una breve visión panorámica de actualidad

La gente está optimista sobre el avance de las fuerzas gubernamentales en Siria, principalmente en Alepo, compartimos esa sensación. 

Pero, probablemente la guerra continúe un buen tiempo más, con o sin apoyo del electo presidente Trump a los “rebeldes moderados”.

Desde el primer día del conflicto sirio fuerzas especiales francesas, inglesas y norteamericanas se encontraban dirigiendo las operaciones dentro del territorio sirio, el objetivo no era otro que crear un estado de guerra civil, dándole dimensiones internacionales. 

Los turcos, saudíes, qataríes y otros no dan brazo a torcer, influenciados por las políticas neo coloniales del Reino Unido y de Francia, simplemente seguirán poniendo el dinero, la logística y la carne de cañón para mantener una guerra de desgaste. 

Los turcos no han cerrado su frontera ni lo harán, ellos tienen su guerra particular contra los kurdos turcos y sirios (mientras apoyan a los kurdos peshmergas de Irak); y, sobre todo, no combaten a los yihadistas del EI, la propaganda en contrario es solo eso, desinformación masiva. 

Erdogan no ha abandonado su proyecto, por tanto, se mantiene como parte actora en la guerra siria. 

Los yihadistas del EI ahora son parte del “Ejército Sirio Libre” en el norte de Siria, su misión es única, encomendada por los turcos, combatir a un grupo de kurdos turcos-sirios que están apoyados y entrenados por los Estados Unidos y otros que se mantienen leales a Damasco; contradictorio, pero cierto, por otro lado los turcos apoyan a otras facciones para que aseguren el norte de Siria y proteger sus intereses.

La diversidad de organizaciones armadas es un verdadero dolor de cabeza para los investigadores, pero todas tienen en común su radicalismo y forma de financiación foránea

El Estado Islámico, a pesar de carecer hoy de una estrategia de guerra y casi nula preparación militar de sus militantes, mantiene un alto grado de fanatismo entre estos, son decenas o quizá centenas de miles de hombres armados en Siria, escondidos en los desiertos, miles de ellos dispuestos a inmolarse. También debemos sumar los yihadistas del EI en Irak, seguramente en igual número que en Siria. 

Fuentes occidentales estiman que aún entre ambas naciones se mueven alrededor de 400.000 integrantes del EI, eso equivale a un gran ejército (ni comparado con los ejércitos de pequeños países de Sudamérica o de Europa, en cuanto a su composición humana).


A esto debemos añadir las decenas de miles de combatientes yihadistas, “rebeldes moderados” u otros adornos literarios usados por la prensa atlantista para denominar a sus protegidos que operan en Siria en diversas organizaciones, bajo mando y entrenamiento directo de tropas turcas, francesas, británicas, estadounidenses, con la colaboración humana, económica y material de las petromonarquías del Golfo.

Esa gente no está dispuesta a rendirse, a sabiendas que han perdido la guerra, ello significa que las hostilidades continuarán. Hasta cuándo? 

Difícil conjeturar. Pero, un fin de la guerra a corto plazo no es una apreciación acertada ni con toda la flota rusa atacándola. 

Acabar físicamente con decenas de miles de hombres armados y dispersos en diferentes frentes es algo que ni un arma nuclear podría conseguirlo.

Por lo visto, sin exageración alguna estamos en pleno desarrollo de un conflicto mundial, la movilización de fuerzas es enorme, no se circunscribe solamente en Siria e Irak, cada vez el escenario se va ensanchando, tenemos a Yemen y al hervidero permanente que es el Líbano, la guerra ya ha llegado a territorio saudí, y los protagonistas se multiplican. 

Sin que nos hayamos percatado estamos apreciando la movilización de varias naciones que intervienen militarmente en otros estados, sin duda es una nueva guerra mundial, que como la bauticen los analistas e historiadores en un futuro mediato es algo que todavía es especulación.

Una de las primeras fotos del club de "Amigos de Siria" 2012.

Recordemos que cuando se desató la crisis en Siria, el famoso club internacional de países conocidos como “Los Amigos de Siria” eran 130 estados en contra del gobierno y pueblo sirio, a eso habría que sumar organizaciones privadas de diferente tipo en guerra contra Siria. 

Los escasos "amigos de Siria" que quedan en la actualidad. Muchos han roto la "amistad" con Siria al no conseguir nada de provecho.

Este grupo de enemigos de Siria han ido desertado del escenario poco a poco, hoy no quedan más que un puñado de ellos, pero son los que garantizan que esta guerra mundial siga en marcha. 

Por el momento parecería que no les afecta el desembolso de cifras colosales de dinero, decenas de miles de millones de dólares. 

De las cifras humanas ni hablar, voluntarios para la “yihad” hay por centenares de miles dentro del mundo islámico y armas hay de sobra en nuestro planeta.

Las dos grandes potencias mundiales son protagonistas en esta guerra mundial. Los Estados Unidos de América y la Federación Rusa, se mantienen en guerra diplomática y en la clásica doctrina de la disuasión armada. 

Mientras guarden equilibrio de fuerzas, ni la una ni la otra se atreverán a desatar una hecatombe nuclear. Estas poderosas naciones negociaron y seguirán negociando el alto al fuego en Siria. 

Me pregunto, es necesario tanta cosa, si debemos creer a la prensa comercial, que se trata de un “conflicto interno” o de una supuesta “guerra civil”?

Al tratarse de una guerra mundial, reiteramos la implicación de países europeos (OTAN), de Asia (Medio Oriente con las monarquías wahabíes, Turquía e Israel, básicamente), de América, con el US Army metido en el caldero, todos estos apoyando la “yihad” y a los inexistentes “rebeldes moderados” en contra del gobierno, las fuerzas armadas y la población siria que tienen el respaldo de Rusia, Irán, Líbano (a través del Hezbollá) y hasta de China (aunque no militarmente); y otros actores más en los dos bandos.

A estas alturas deberíamos traer a la memoria la guerra civil española –preámbulo de la Segunda Guerra Mundial-. 

Peligrosamente el escenario sirio cada vez más se va asemejando a la tragedia que le tocó sufrir a España de los años 30 del siglo pasado con el intervencionismo extranjero en favor de uno u otro bando.

En materia política-económica la panorámica se va aclarando, los Estados Unidos y sus aliados, a más de desatar la guerra contra Siria por cuestiones de los hidrocarburos, los oleoductos y las reservas de gas, tienen otras motivaciones que necesariamente implicará a más países en el conflicto, es un hecho revelador, que muy pocos analistas han caído en cuenta. 

Los acuerdos rotos de las grandes potencias (USA/Rusia) sobre Siria implican las aspiraciones imperialistas de norteamericanos y británicos de cortar la nueva “Ruta de la Seda” que viene impulsando fervientemente China, eso ocasionaría el colapso económico porque tanto la Gran Bretaña como los USA controlan el tráfico marítimo mundial de mercancías, permitir una ruta terrestre que volverá a fortalecer el intercambio comercial rápido y barato entre Asia y Europa es algo que no puede permitirse el rapaz capitalismo financiero.

En los frustrados acuerdos sobre Siria las aspiraciones rusas parecen ser más modestas, han priorizado derrotar (eliminar) el yihadismo en Siria y evitar su fuga a las repúblicas del Cáucaso ruso. 

Quién pierde más en esta ecuación geopolítica? Difícil situación, que a la vez es un indicio del por qué no terminará la crisis siria y regional a breve plazo.

En estas circunstancias, la guerra en Siria se ha convertido en una guerra mundial. 

Los hechos han comprobado una cosa, Estados Unidos no puede o no quiere asumir los compromisos firmados con los rusos, y una de las razones es que no quiere dejar de ser la potencia mundial predominante, mantener la hegemonía de un orden mundial unipolar, manejado exclusivamente por ellos. 

Y eso no significa otra cosa que intentar paralizar el desarrollo de China y Rusia. Chinos y rusos hoy están en una posición de fuerza, al punto de desafiar abiertamente las amenazas norteamericanas. 

Un suceso de trascendencia puede provocar un cambio radical en el actual orden mundial o el peor pronóstico: una guerra nuclear.


Necesariamente  no habrá guerra nuclear o un enfrentamiento directo entre las grandes potencias nucleares. La guerra mundial se viene desarrollando ya a través de otros actores. 

Así como fue España el ensayo de las nuevas armas y métodos de guerra convencional por parte de las fuerzas antagónicas en disputa en el siglo pasado, hoy es Siria el escenario de esas mismas disputas y ensayos. 

La destrucción que sufre la nación Siria solo es equivalente al enorme daño material ocasionado en la segunda guerra mundial (de forma proporcional).

Un caso simbólico es la ciudad de Alepo y su semejanza con el asedio y cerco del Stalingrado soviético.  

Alepo será el trofeo mayor de esta guerra. 

Sin duda la toma de la ciudad será el punto de inflexión del conflicto, al menos en Siria, pero la desinformación sigue siendo brutal respecto a la cifra de civiles atrapados en los barrios del este de Alepo y rehenes de los yihadistas. La ONU bajo el control occidental (OTAN) afirma que en el este de Alepo se encuentran entre 250 000 y 300 000 personas y que los combatientes – entre 10.000 y 20.000 elementos armados- son sirios, “rebeldes moderados”, “opositores al régimen” u otros calificativos. 

Quién miente en este sentido? 

Para las autoridades sirias el número de pobladores del este de Alepo mantenidos en cautiverio por los yihadistas oscila entre los 25 000 y 35 000 y que los militantes armados no son mayoritariamente sirios sino yihadistas extranjeros, la evidencia es incontrastable. 

Quienes se mantienen atrincherados allí son el Estado Islámico y el Frente al Nusra (rebautizado como grupo ”moderado” “Fatah al Sham” y otros grupos aliados como “Yesh al-Fatah” (Ejército de la Conquista), una milicia dirigida por el jeque saudí Abdullah al-Muhaysini, 

Juez Supremo del Tribunal de la Sharia de esa organización. Curiosamente, a este hombre, los miembros de al- Qaeda y el EI lo respetan y obedecen (por algo los saudíes corren con los gastos de la guerra).  

El jeque saudí Abdullah al-Muhaysini

El Ejército de la Conquista (Yesh al Fatah) está integrado casi exclusivamente por yihadistas extranjeros: saudíes,  tunecinos, libios, chechenos, kuwaitíes, de las repúblicas rusas del Cáucaso y hasta chinos, la presencia siria es irrelevante. Es este sanguinario jeque Abdullah al-Muhaysini quien llama a masacrar a todos los que no simpaticen con su causa y quien dictó la orden que todo habitante del este de Alepo que intente huir a zonas controladas por el gobierno serán eliminados, haciendo fracasar el cese al fuego y las treguas humanitarias.

Dejando de lado Alepo, la perspectiva general en Siria seguirá siendo obscura. Ante el presumible fracaso de los “rebeldes moderados”, los Estados Unidos, Israel y Turquía, no les queda más que seguir impulsando el separatismo, mejor dicho, la fragmentación del estado sirio y de Irak, como consecuencia.

Ya en anteriores artículos hemos hablado de esa organización creada por la CIA, la FDS integrada casi en su totalidad por kurdos disidentes de la YPG siria, algunos desconocidos grupos de árabes y hasta cristianos que se encargarían de librar de yihadistas el norte de siria fronterizo con Turquía (pese a la oposición y ataque turco). 

La misma historia se ha fomentado en Irak, ya no son solo los peshmergas kurdos quienes aspiran finalmente a declarar la independencia, sino que otros sectores como los turcomanos, cristianos y yazidíes iraquíes han presentado (bajo sugerencia de los USA y sus aliados) propuestas de ser reconocidos con derechos propios en calidad de regiones autónomas separadas, al estilo Kurdistán. Los turcos anhelan todavía se consolide el proyecto del Sunnistán – por ende- su apoyo va para el Estado Islámico.

El objetivo final de la política estadounidense

No es Siria, ni Irak, ni siquiera Irán el gran trofeo que anhela destruir el gobierno de los Estados Unidos para que su política económica de dominación mundial tenga éxito. 

Rusia es el objetivo final y para llegar a ella previamente tiene que allanar el camino, los países mencionados y otros son obstáculos en ese proceso destructivo. 

Los hechos lo demuestran, poco a poco, sigilosamente, fuerzas de la OTAN están acercándose a las fronteras rusas para encerrarles por todos los frentes. 

La visión del mundo unipolar caracterizado por las ambiciones del salvajismo capitalista extremo así lo determina, no hay otra opción posible. 

Rusia es el único país que se opone a esos mandatos supremacistas, o al menos hasta hace poco tiempo era el único rival serio que ha contenido llegar a la meta de la globalización de los mercados. 

Pero ha surgido otro rival capaz de desequilibrar por sí mismo ese sueño, el gigante dragón chino. 

China se prepara para una guerra de grandes dimensiones con los Estados Unidos y sus aliados porque ya ha venido percibiendo que la confrontación puede ser inevitable. 

La única forma de frenar el avance y el cerco contra China es la misma adoptada por Rusia, la persuasión y disuasión armada ante el reconocimiento que la diplomacia no opera para ablandar a las élites financieras. 

En múltiples artículos anteriores ha quedado establecido hasta la saciedad que los Estados Unidos pretenden rediseñar el mundo, desde el extremo sur de Europa hasta Rusia. 

Las guerras contemporáneas desde la invasión de Afganistán hasta llegar a las “revoluciones de color” y las “primaveras árabes” relativamente han sido fáciles en los países árabes del Mediterráneo (Túnez,  Egipto, Libia y su penetración en el corazón del África). 

Mas, ha quedado paralizado, sin avance posible ante la oposición inquebrantable del denominado “eje de la resistencia”: Irak, Siria, Líbano, Irán, Yemen. 

Es que no hay peor ciego que el que no quiere ver (básicamente los europeos, cómplices silenciosos de esta sucesión de conflictos).


El caza Su-35 ruso entrará en acción en Siria

Rusia está dejando su papel de diplomático ante la realidad, comprometerse con el gobierno y el pueblo sirio participando de forma directa en el conflicto resulta inevitable, no solo para su seguridad interna y externa, es el resultado de una reacción natural, instintiva y lógica de supervivencia ante el inconfesable proyecto de destruirla como nación. 

Finalmente, o los Estados Unidos de América aprende a convivir en un mundo multipolar, usando la razón para retornar a la negociación y cooperación pacífica o la guerra mundial atómica será la respuesta inevitable. Permitirán los buitres financieros de Wall Street y los Halcones al nuevo presidente llamar al dialogo y al entendimiento entre los pueblos? 

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