No confundáis ni mezcléis la misión de influencia del Ajustador con lo que comúnmente se conoce como la conciencia moral; no están relacionadas directamente. La conciencia moral es una reacción humana y puramente psíquica. No debe despreciarse, pero no es la voz de Dios en el alma, como en efecto sería la del Ajustador si tal voz pudiera ser oída. La conciencia moral, con justicia, os amonesta para que hagáis el bien; pero el Ajustador, además, intenta deciros qué es verdaderamente el bien; o sea, lo hace cuando, y, si sois capaces de percibir la guía del Monitor.
Las experiencias oníricas del hombre, esa procesión desordenada y desconectada de la mente durmiente no coordinada, ofrecen prueba adecuada del fracaso de los Ajustadores en la armonización y asociación de los factores divergentes de la mente del hombre. En una sola vida humana, los Ajustadores simplemente no pueden coordinar y sincronizar arbitrariamente dos tipos tan dispares y distintos de pensamiento tales como el humano y el divino. Cuando lo hacen, así como lo han hecho a veces, dichas almas son trasladadas directamente a los mundos de estancia sin necesidad de pasar a través de la experiencia de la muerte.
Durante el sueño el Ajustador intenta obtener tan sólo a quello que la voluntad de la personalidad residida haya previamente aprobado plenamente por decisiones y elecciones que fueron hechas durante los momentos de conciencia plenamente despierta, y que por lo tanto se han alojado en los reinos de la supermente, el dominio Mientras sus anfitriones mortales duermen, los Ajustadores intentan registrar sus creaciones en los niveles más altos de la mente material, y algunos de vuestros sueños grotescos indican que no han conseguido hacer un contacto eficaz. Lo absurdo de la vida onírica no sólo atestigua la presión de las emociones no expresadas sino también atestigua la distorsión horrible de las representaciones de los conceptos espirituales presentados por los Ajustadores. Vuestras propias pasiones, impulsos, y otras tendencias innatas se traducen en el cuadro y sustituyen sus deseos inexpresados a los mensajes divinos que los residentes intentan colocar en los registros psíquicos durante el sueño inconsciente.
Es extremadamente peligroso postular el contenido Ajustador de la vida onírica. Los Ajustadores sí trabajan durante el sueño, pero vuestras experiencias ordinarias de sueños son fenómenos puramente fisiológicos y psicológicos. Del mismo modo, es arriesgado intentar la diferenciación del registro del Ajustador de la recepción más o menos continua y consciente de los dictados de la conciencia mortal. Éstos son problemas que deberán solucionarse mediante la discriminación individual y la decisión personal. Pero un ser humano haría mejor en errar rechazando la expresión de un Ajustador creyéndola una experiencia puramente humana que en equivocarse al exaltar una reacción de la mente mortal a la esfera de dignidad divina. Recordad que la influencia del Ajustador del Pensamiento es en su mayor parte, aunque no totalmente, una experiencia superconsciente.
Vosotros os comunicáis con vuestro Ajustador en grados variables y cada vez más a medida que ascendéis los círculos psíquicos, a veces directamente, pero con más frecuencia indirectamente. Pero es peligroso jugar con la idea de que cada nuevo concepto que se origina en la mente humana sea el dictado del Ajustador. Más frecuentemente, en los seres de vuestra orden, aquello que aceptáis como la voz del Ajustador es en realidad la emanación de vuestro propio intelecto. Éste es terreno peligroso, y cada ser humano debe solucionar estos problemas por sí mismo de acuerdo con su sabiduría humana natural y su discernimiento superhumano.
El Ajustador del ser humano a través del cual se realiza esta comunicación disfruta de tal amplia gama de actividad principalmente debido a la indiferencia casi total de este humano hacia cualquier manifestación exterior de la presencia interior del Ajustador; es en efecto una suerte que permanezca conscientemente tan despreocupado de todo el proceso. Él contiene a uno de los Ajustadores altamente expertos de su época y generación, y sin embargo el guardián del destino considera su reacción pasiva e inactiva a los fenómenos asociados con la presencia en su mente de este Ajustador versátil, una reacción rara y afortunada. Todo ello constituye una coordinación favorable de influencias, favorable tanto para el Ajustador en la esfera más elevada de acción como para el socio humano desde el punto de vista de su salud, eficacia y tranquilidad.
Presentado por un Mensajero Solitario de Orvonton
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