El controvertido Informe Iron Mountain: sobre la Posibilidad y
Conveniencia de la Paz es un informe de origen disputado.
La versión oficial afirma que es una falsificación perpetrada el año
1967 por un grupo de “graciosos”.
La versión extra-oficial asegura que es un documento publicado
originalmente en 1966 supuestamente por el Hudson Institute -un think
tank sin ánimo de lucro fundado en 1961 y mantenido por las contribuciones de
corporaciones como: Eli Lilly and Company, Monsanto, DuPont, Dow-Elanco,
Sandoz, Ciba-Geigy, ConAgra, Cargill, y Procter & Gamble - a solicitud
del entonces Secretario de Defensa, Robert McNamara, miembro del Consejo de
Relaciones Exteriores y la Trilateral y ex-presidente del Banco Mundial.
En 1961, según esta versión, la Administración Kennedy ordenó un
estudio clasificado “Top Secret” para determinar los problemas con los que se
enfrentarían los EEUU si el mundo se trasladara de una era de guerras a una
edad de paz estable y permanente. Y no únicamente los EEUU, sino todo el
mundo, en conjunto.
En 1963 la selección de especialistas habría sido realizada. El grupo
final consistiría en 15 expertos en varias disciplinas académicas seleccionados
por su experiencia en sus respectivos campos.
Durante dos años y medio, los componentes del grupo mantuvieron citas
regulares hasta que a finales de marzo de 1966 quedó redactado el informe
final, destinado en principio a funcionarios gubernamentales de alto rango.
Su primera y última reuniones se habrían celebrado en un refugio de
supervivencia nuclear llamado “Iron Mountain”.
Uno de los hombres implicados en este estudio decidió sacarlo a la luz pública,
bajo el nombre de John Doe con gran riesgo para su vida.
Entre los que en su momento le dieron credibilidad hubo varios
periodistas del “The New York Times”.
El hecho de si es auténtico o una farsa es irrelevante,su contenido es tan
real a fecha de hoy, y tan clarificador de algunos aspectos de la vida
política, económica y social actual, que, como dice Salbuchi en la introducción
a su versión traducida al español: “si non e vero, e bene trovato”.
“Lo verdaderamente importante es que Iron Mountain parece una
profecía cumplida“.
Según este Informe,la guerra constituye el principal eje vertebrador de las
sociedades modernas, desempeñando una serie de funciones militares pero, sobre
todo, no militares -económicas, políticas, sociales, culturales, científicas,
ecológicas- indispensables para su estabilidad y supervivencia.
Por lo cual, fuesen quienes fuesen las personas que lo elaboraron,
consideran necesario un análisis riguroso de estas funciones y de los posibles
sustitutos de la guerra, para decidir si es viable y conveniente
instaurar un estado de paz permanente en el que se mantenga el “equilibrio
social”. Equilibrio definido como “la existencia necesaria de
clases, con una clase pobre siempre en lo más bajo, y una clase alta, siempre
en lo más alto.”
El informe parte de la base de que para mantener la estabilidad -política,
económica, sociológica,…- es absolutamente necesaria una “amenaza”.
Esta amenaza esencial ha de ser suficientemente aterradora y verosímil para
ser efectiva. Literalmente dice: “el “enemigo alternativo” debe implicar
una amenaza de destrucción lo más inmediata, tangible y directamente
percibida”.
FUNCIONES DE LA GUERRA
Además de la función visible y obvia, la guerra tiene
implícitas otras funciones no-militares, críticas para la transición
hacia una condición de paz permanente.
Estas funciones se mueven en diferentes terrenos.
FUNCIONES ECONOMICAS
“La guerra ha brindado, tanto a las sociedades antiguas como a las
modernas, un sistema confiable para estabilizar y controlar las economías
nacionales”.
“La producción bélica es progresista debido a que construye una producción
que, de otra manera, no se hubiera realizado”. David T. Bazelon, “The Scarcity
Makers”
“La producción bélica tiene un efecto sólidamente estimulante más
allá de sí misma. Lejos de constituir un drenaje “desperdicial” sobre la
economía, el gasto de guerra, si es considerado pragmáticamente,
constituye un factor de efectos consistentemente positivos sobre el aumento del
producto bruto nacional y sobre la productividad individual”.
“La guerra es y ha sido el estabilizador económico esencial de las
sociedades modernas”.
FUNCIONES POLITICAS
En este terreno, la función de la guerra -según afirma el Informe- es
esencialmente organizacional. “Esto lo realiza esencialmente brindando una
amenazante necesidad externa para que una sociedad acepte ser gobernada
políticamente. Al hacerlo establece la autoridad del gobierno para controlar a
sus ciudadanos”.
“La autoridad básica del estado moderno sobre su población reside en sus
poderes de guerra”.
“Existen, en verdad, buenas razones para creer que los códigos de ley
tuvieron su origen en las reglas de conducta establecidas por los militares
victoriosos hacia sus enemigos derrotados, que luego se vieron adaptadas para
aplicarse sobre todas las poblaciones sujetas”.
L.Gumplowicz, “Historia sobre las Teorías del Estado”.
FUNCIONES SOCIOLÓGICAS
De entre las funciones de la guerra en este campo, “la más obvia es
el uso tradicional de las instituciones militares para brindar a los elementos
antisociales un rol aceptable dentro de la estructura social”.
La guerra como “controlador indispensable de las peligrosas disidencias
sociales y las tendencias antisociales destructivas.
“Los elementos más jóvenes y peligrosos de estos grupos sociales hostiles
se han mantenido bajo control por el Sistema de Servicio Selectivo (Selective
Service System - la conscripción)”.
“Las fuerzas armadas en cada civilización han brindado el principal refugio
apoyado por el estado para lo que hoy denominamos personas “no empleables”. El
típico ejército permanente europeo (de hace cincuenta años -según el Informe)
consistía en “…tropas no aptas para el empleo en el comercio, industria, o
agricultura lideradas por oficiales no aptos para ninguna profesión legitima o
para conducir un negocio o empresa”.
Según asegura el Informe Iron Mountain, este sistema de conscripción,
podría ser utilizado como medio para “mejorar el nivel cultural de los sectores
pobres”.
Por otro lado, se afirma que “el sistema de guerra brinda la motivación
básica para la organización social primaria. Al hacerlo, refleja a nivel
social, los incentivos que hacen al comportamiento humano individual. El más
importante de éstos, a efectos sociales, lo conforma la necesidad
psicológica individual de lealtad hacia una sociedad y sus valores. La lealtad
requiere una causa; una causa requiere un enemigo. El enemigo que
define la causa debe percibirse como realmente formidable. En términos
generales, el poder que se presume de semejante “enemigo” debe ser lo
suficientemente importante como para generar un sentido individual de lealtad
hacia una sociedad y debe ser proporcional al tamaño y complejidad de esa
sociedad. Hoy en día, por supuesto, ese poder debe ser de una magnitud y terror
sin precedentes” (terrorismo).
“Lo que le otorga al sistema de guerra su rol pertinente en la organización
social, como en otros campos, es su autoridad sin igual sobre la vida y la
muerte”.
FUNCIONES ECOLOGICAS
“La guerra ha sido el principal mecanismo evolutivo para mantener un
equilibrio ecológico satisfactorio entre la población humana bruta y los
recursos disponibles para su supervivencia”.
“Para conjurar a los inevitables ciclos históricos de insuficientes
recursos en materia de alimentos, el hombre pos-neolítico destruye a los
miembros excedentes de su propia especie a través de la guerra organizada”.
Sin embargo, “la guerra ha ayudado a asegurar la supervivencia de la
especie humana, pero como mecanismo evolutivo para mejorarla, la guerra ha
resultado casi increíblemente ineficiente”.
“Muchas enfermedades que antes eran fatales a edades procreadoras ahora
pueden ser curadas; el efecto de este hecho es que permite perpetuar
susceptibilidades y mutaciones no-deseadas. Queda claro que una nueva,
cuasi-eugénica función de la guerra se encuentra en proceso de formación y
deberá tenerse en cuenta en cualquier plan de transición”.