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10 de septiembre de 2016

Monsanto en el banquillo de La Haya, octubre de 2016

Tribunal Monsanto en La Haya, octubre de 2016
Monsanto en el banquillo




Con toda seguridad, las personas de bien preocupadas por una alimentación humana saludable y una agricultura ecológica, la única sostenible en el tiempo, habrá leído con satisfacción la noticia (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216292) sobre la iniciativa ciudadana destinada a crear un Tribunal Monsanto y a convocar a una Asamblea Popular paralela que se realizarán en la ciudad holandesa de La Haya el próximo octubre.

En su página web, Monsanto se presenta como una empresa cuyos objetivos son:
“Producir más, conservar más y mejorar la calidad de vida. De eso se trata la agricultura sustentable y esa es la esencia de Monsanto. Monsanto no podría existir sin los agricultores. Miles de millones de personas dependen de lo que hacen los agricultores. Y miles de millones más lo harán en el futuro. En las próximas décadas, los agricultores deberán cultivar la misma cantidad de alimentos que en los últimos 10.000 años juntos. Nuestro propósito es trabajar junto con los agricultores para poder lograrlo. Y lo hacemos vendiendo semillas, eventos biotecnológicos y productos para la protección de cultivos. El desafío: satisfacer las necesidades actuales y preservar el planeta para el futuro.”

En fin, en apariencia, sus objetivos no podrían ser más beneficiosos para la humanidad. Sin embargo, al mismo tiempo, es una empresa que en mayo de este año estaba en el puesto 420 de la lista Forbes 2000 –clasificaciones de las mayores empresas y fortunas personales del mundo–, publicada por la revista homónima y le asignaba un valor de mercado de 41.100 millones de dólares, empleando a 22.500 personas. En realidad, Monsanto no es la mayor empresa del sector agroquímico: Basf y Dow Chemicals ocupan el puesto 94 y 111, respectivamente, en la lista de Forbes; mientras tanto, Syngenta está en el puesto 443.

Para saber por qué Monsanto ha saltado a la notoriedad –una vez más– en vinculación ahora con el Tribunal que tendrá lugar el mes que viene en La Haya es necesario conocer la historia de la empresa.

Breve repaso de la historia de Monsanto
La empresa fue fundada en 1901 por John Francis Queeny y su sede central está en Creve Coeur, Saint Louis, Missuori, Estados Unidos. Produce herbicidas y pesticidas sintéticos, y semillas genéticamente modificadas para resistir a sus propios herbicidas.

Al principio, Monsanto producía aditivos alimentarios como la sacarina y la vainillina; en los años veinte del pasado siglo producía numerosos productos químicos industriales como ácido sulfúrico y PCB, y en los cuarenta se había convertido en un importante productor de plásticos, incluyendo poliestireno y fibras sintéticas. Monsanto consiguió logros notables en el campo de la industria química, y sus científicos estaban a la vanguardia de la investigación en hidrogenación asimétrica catalítica; la compañía fue la primera en producir diodos emisores de luz (LED). La compañía también fabricó productos polémicos como el insecticida DDT, los PCB y la somatotropina bovina recombinada

En los sesenta del siglo XX, un conjunto de empresas químicas formado por Monsanto, Dow Chemicals, Uniroyal, Hercules, Diamond Shamrock, Thompson chemical y TH fue contratado por el gobierno de Estados Unidos para producir un herbicida llamado ‘agente naranja’ que después sería utilizado en la guerra de Vietnam con el fin de destruir la selva vietnamita y las cosechas privando a los vietnamitas de alimento y al Vietcong de vegetación donde esconderse. Este defoliante era un potente veneno químico que causó unos 400.000 muertos y el nacimiento de unos 500.000 niños con malformaciones fetales entre la población vietnamita, además de las bajas en el propio ejército de EEUU. El gobierno estadounidense ha tratado de evadir su responsabilidad descargándola en las empresas contratadas para producir el agente. El problema consistió en que la prisa de estas empresas por producir el herbicida y la preocupación de hacerlo con unos costes mínimos hicieron que el producto final contuviera grandes cantidades de tetraclorodibenzodioxina, una dioxina de alto poder cancerígeno que además provoca malformaciones en los fetos. Esta circunstancia, unida a la gran capacidad del agente naranja de permanecer activo –sin degradarse– en el suelo ha provocado graves daños en la selva de aquel país, así como generaciones de niños con malformaciones y problemas de cáncer al colon.

Resultado de imagen de Aspersión del agente naranja con aviones de la USAF
Aspersión del agente naranja con aviones de la USAF
Aun así, EEUU no ganó su guerra y tuvo que retirarse vergonzosamente de Saigón –su último bastión– el 30 de abril de 1975.

Monsanto fue pionera en la modificación genética de células vegetales, y una de las cuatro empresas que anunciaron la introducción de genes en plantas en 1983; también fue una de los primeras en realizar, en 1987, ensayos de campo de cultivos modificados genéticamente.

La compañía fue una de las primeras en aplicar modelos de negocio de la industria biotecnológica a la agricultura y en introducir el uso de técnicas desarrolladas por la empresa Genentech y otras farmacéuticas y biotecnológicas a finales de los setenta del pasado siglo en California. En este modelo de negocio, las empresas invierten mucho en investigación y desarrollo, para después amortizar los gastos y generar beneficios gracias a la utilización y aplicación de las “patentes biológicas” derivadas de la investigación.

 La apuesta de Monsanto por este nuevo modelo de desarrollo agrícola, junto con su ambición de crear un sistema global y uniforme que le asegurara sus derechos de mejora vegetal desde los ochenta le han creado numerosos conflictos con agricultores, cuya práctica desde el comienzo histórico de la agricultura había sido siempre guardar, reutilizar, compartir y mejorar las semillas. El hecho de patentar semillas es visto como una amenaza a la biodiversidad y un acto de biopiratería. También se han criticado los posibles y graves perjuicios a la salud y el negativo impacto ambiental de sus productos, algunos de los cuales han sido prohibidos en Europa y otros países. El papel de Monsanto en los cambios agrícolas, los productos biotecnológicos y los grupos de presión formados en las agencias gubernamentales —con casos de sobornos— para evitar más controles y su historia en la industria química han hecho que la corporación sea muy cuestionada.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

T.T.I.P: La amenaza mundial

La amenaza mundial de lo T.T.I.P

Barómetro Internacional


Los ciudadanos europeos están próximos a ser cocinado sin ser justamente gallinas. Diríamos que están en la olla hirviendo ante las ambiciones y el agiotismo económico de las transnacionales. Ese Tratado de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y los Estados Unidos no es más que un simulado golpe de estado económico contra el derecho a la vida de los pueblos. Y el tema es vital porque afecta no solo a los europeos directamente sino a todo el mundo. Es una estrategia de las corporaciones para aumentar sus ya abultadas ganancias. La excusa conlleva a afectar las legislaciones de cada país involucrado.

Situación a la que no se escapan los suscritores, por cuanto, de ¿qué otra manera se van armonizar esas relaciones legales para ajustar sus intereses? Esto evidencia a leguas que es un tratado más político que económico. Innegable, dada la vinculación existente entre los personajes que ejercen el poder, practican la economía y están sujetos a los mandatos de las corporaciones. La conspiración se denota cuando están negociando tras las puertas, a escondidas y en forma muy restringida. Aunque la apariencia refleje que nosotros nos hallamos lejanos de Europa, no es cierta tal afirmación dada la vinculación global existente.
En primer lugar una de las garantías en pico de zamuro es la referente a la soberanía alimentaria. Por cuanto los procesos de importación y exportación van a ser afectados. Agreguemos el peligro de mengua en los derechos sociales y laborales, el medio ambiente y demás ramificaciones de la vida económica mundial. Ya lo dijo en cierta oportunidad el comandante Chávez, que cualquier ruido en Europa se oye en Venezuela porque no estamos ausentes, formamos parte del sistema integral humanitario. Todo lo que las corporaciones secuestran hace temblar las buenas relaciones comerciales de las naciones con recursos menores porque afecta el verdadero espíritu democrático de sus pueblos.

Dentro de las exigencias del tratado, se asoma la posibilidad de un sistema arbitral que deja en manos de abogados privados el arreglo de las controversias. Recordemos el caso de Egipto que al tratar de aumentar el salario mínimo fue atacado por las corporaciones que alegaban supuesta disminución de su ingresos. Tuvo que recular el gobierno por las presuntas demandas corporativas. Esa decisión afincó el poder hegemónico de las corporaciones poderosas y estableció, en forma contundente, un sistema moderno de esclavitud para el trabajador. Ese tratado puede suscitar una tranca para los reclamos ambientales.

Como la ambición es el objetivo principal de esos empresarios, cualquiera puede continuar quebrando la tierra con la práctica del Fracking u otro medio de explotación contra la naturaleza. La salud y la educación son otros servicios atacados al privatizarse. Las pensiones y demás beneficios sociales se tratan de regular mediante los llamados fondos de inversión privada. Los países más desarrollados en tecnología devorarán mediante la adaptación de barreras arancelarias, y políticas de subsidio desiguales a sus víctimas. El presunto aumento de la productividad en beneficio de los intereses particulares, el consumo de alimentos “hormonicos” acrecentará los problemas de salud y en consecuencia, una recurrencia al negocio de los laboratorios.

Además de violar los derechos a la vida de sus pueblos, también se soslayan tratados ambientales como el acuerdo de Paris. Es otra forma de acabar con la civilización. A pesar de encontrarse las naciones ya amenazadas por tratados agiotistas como el CETA y el NAFTA, esta otra manera de negociados corporativos somete y subyuga a la especie humana. Y repito, esas decisiones nos afectan por lo que debemos protegernos a través de los proyectos humanistas que, el proceso revolucionario en Venezuela estudia y aplica. Tomar con indiferencia esa alevosa arremetida de las transnacionales corporativas es vivir ciego ante la proximidad del desastre. Ya apreciamos como los países neoliberales suramericanos, entre los que se cuentan Argentina, Brasil y Paraguay están arrimando sus brazos para cobijarse en esos tratados sin importarles la disminución de la vida económica de sus connacionales. El primer paso es destruir la unión suramericana que Chávez propuso con Mercosur. Los pueblos cuentan para evitarlo. Esperemos los acontecimientos con los ojos abiertos para salvaguardar los beneficios que el proceso revolucionario venezolano ha logrado con la voluntad de sus actuales gobernantes. Venceremos.

Fuente: http://www.barometrointernacional.com.ve/2016/09/07/la-amenaza-mundial-lo-t-t-i-p/

Intervención del Colectivo Anemoi en la “Fête de l’Humanité” en París

ANEMOI, una apuesta por el futuro

Manuel Ruiz Robles

Intervención del Colectivo Anemoi en la “Fête de l’Humanité” en París

Buenos días camaradas y amigos:

Mi nombre es Manuel Ruiz, soy capitán de navío de la Armada española y coordinador del colectivo de militares republicanos Anemoi.

Me honra tomar hoy la palabra en este stand del partido comunista francés (PCF). Lo hago en nombre de mis compañeros, un colectivo de militares de los tres ejércitos comprometido políticamente en la defensa de las víctimas del franquismo, en su memoria histórica y en la proclamación pacífica de la III República.

Somos un grupo independiente, tanto en nuestros objetivos como en nuestra forma de operar. Nuestra existencia es una prueba más de la grave crisis en la que se encuentra sumido el régimen borbónico de la Transición. Un régimen basado en la impunidad de los crímenes del franquismo.

ANEMOI nació hace más de tres años como respuesta a la injerencia de altos mandos militares en la vida pública. Sus insistentes amenazas de intervención armada en Cataluña fue la gota que derramó el vaso y agotó nuestra paciencia. Somos demócratas, por lo tanto respetuosos con el libre ejercicio de la soberanía popular. Ello nos llevó a tomar la firme decisión de expresar, también públicamente, nuestro desacuerdo.

Nos reclamamos continuadores de los militares que a lo largo de la historia abrazaron la causa del pueblo, muchos de ellos héroes anónimos. Trataré de recordar a algunos de ellos.

En el primer tercio del siglo XIX

El general Riego, asesinado por el régimen de Fernando VII, ayudado por los llamados “Cien Mil Hijos de San Luis”, en apoyo del absolutismo del rey borbón.

En la primera mitad del siglo XX

Los capitanes Galán y García Hernández, fusilados por el régimen de Alfonso XIII, nombrados “mártires por la República” al proclamarse esta el 14 de abril de 1931
También el general Vicente Rojo, que dirigió con inteligencia y lealtad el Ejército Popular en defensa de la legalidad republicana.

En la segunda mitad del siglo XX

Destaca por su valor el coronel Luis Otero, fundador de la Unión Militar Democrática (UMD), una organización clandestina que operaba de forma no violenta contra la dictadura fascista. Varios compañeros de la UMD fueron detenidos, encarcelados, procesados en consejo de guerra, condenados a largos años de prisión y expulsados del Ejército. Finalmente fueron excarcelados aunque no amnistiados. La organización se auto disolvió el 27 de junio de 1977, días después de la elecciones pretendidamente democráticas. No fue, ni mucho menos, una Transición modélica. El 27 de diciembre del mismo año, 1977, el capitán de aviación José Ignacio Domínguez era condenado en consejo de guerra a 7 años de prisión militar por su activismo como miembro de la UMD. El fiscal militar solicitaba 15.

El nuevo régimen de Juan Carlos I se basó en la llamada Ley de Amnistía que excluyó a los compañeros expulsados, amparando sin embargo la impunidad de los asesinos. Bajo la máscara de una Constitución trucada se ocultaba la continuidad del poder franquista.
La crítica pública de la Ley de Amnistía fue castigada por el nuevo régimen monárquico con penas de privación de libertad. La copia de la noticia de prensa que se incorpora a la transcripción de esta intervención da cuenta de la represión en 1979 por estos hechos. La Constitución ya había sido aprobada en “referéndum” el 6 de diciembre de 1978.

Actualmente los crímenes del franquismo están siendo investigados por la juez argentina María Servini. Lo hace en virtud del principio de «justicia universal» y de «no prescripción» de los crímenes de lesa humanidad. Es lo que se ha dado en llamar “la querella argentina”.


En la segunda década del siglo XXI
Destaca la figura del joven oficial del ejército Luis Gonzalo Segura, expulsado de las fuerzas armadas por el ministro de defensa del borbón Felipe VI. Un ministro, Pedro Morenés, lobista del negocio de armas condecorado con la Orden Nacional de la Legión de Honor por el Gobierno francés en abril de 2015.

Nuestro compañero Luis Segura, con un valor admirable y un talento literario fuera de lo común, ha publicado sus dos primeros libros : Un paso al frente (1914) y Código rojo (1915). En el primero denuncia la corrupción en el ejército, en el segundo las tramas criminales mafiosas que operan desde su interior. Por ello ha sufrido un acoso implacable en sus destinos, prisión militar, huelga de hambre y finalmente su expulsión. Sus dos libros publicados en 2014 y 2015 marcan, a mi juicio, un hito histórico en la lucha democrática en el seno de las Fuerzas Armadas.
Sería muy largo de relatar aquí todas las vicisitudes del ejército progresista que, al igual que el rio Guadiana, reaparece en momentos críticos de nuestra historia en defensa de la libertad y de la soberanía popular. Tan solo añadir que los miembros de Anemoi formamos parte de esa corriente histórica. No nos doblegarán.

Finalizo esta breve intervención haciendo un llamamiento a las fuerzas soberanistas catalanas, que avanzan valerosamente hacia la proclamación de la República de Catalunya: Confluyan sin temor con el resto de pueblos ibéricos y naciones sin estado de nuestra patria. Encontrarán en el Colectivo Anemoi un interlocutor amigo.
Gracias por vuestra atención.

¡Viva la República!

Paris, 10 de septiembre 2016

Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada, coordinador del Colectivo Anemoi

publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Operaciones Especiales de EE.UU. en Latinoamérica: ¿Diplomacia paralela?

Documentos revelan que entrenamientos por fuerzas especiales en la región se triplicaron entre 2007 y 2014

Las fuerzas más élites de las fuerzas armadas de los Estados Unidos han aumentado sus despliegues en todo el mundo, y Latinoamérica y el Caribe no son la excepción. Sin embargo, a la par que las actividades de las fuerzas especiales aumentan, la ya de por sí poca transparencia e información disponible sobre sus acciones se reduce.

Las Fuerzas de Operaciones Especiales (Special Operations Forces, SOF)—las Boinas Verdes del Ejército, los SEALs de la Marina y otras unidades altamente entrenadas—son letales, ágiles y buscan establecer relaciones cuasi-diplomáticas en otros países, mientras mantienen un perfil bajo. Llevan a cabo misiones que van desde persecuciones en el Medio Oriente, a la recolección de información en Mali, a apoyar las incursiones contra pandillas en El Salvador. Dado que entre sus principales misiones se incluyen asuntos civiles y operaciones psicológicas, su propósito es tan político como militar.

Según documentos obtenidos por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) a través de la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act, FOIA), el número de misiones de entrenamiento llevados a cabo por las Fuerzas de Operaciones Especiales en Latinoamérica se triplicó entre 2007 y 2014, un período en el que la ayuda militar a la región, en general, estaba disminuyendo.

Esto encaja en una tendencia mundial de fuerte incremento de estas fuerzas. Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, las Fuerzas de Operaciones Especiales se han duplicado en número hasta casi 70,000 y su presupuesto se ha triplicado, y actualmente supera los US$17 mil millones al año. En 2015, se desplegaron en 135 de las 196 naciones del mundo.

Este crecimiento era de esperarse. Las Fuerzas de Operaciones Especiales se desplegaron a gran escala en Irak y Afganistán durante el apogeo de las intervenciones de los Estados Unidos en esos países. Desde entonces, la presencia estadounidense en ambos países se ha reducido, dejando a miles de militares disponibles para ser enviados a nuevas misiones en más países.

Muchas de esas misiones se llevan a cabo a través de un programa de capacitación denominado el Entrenamiento de Intercambio Conjunto y Combinado (Joint Combined Exchange Training, JCET), formalizado mediante una adición en el año de 1991 a la ley del Departamento de Defensa de EE.UU. Durante los entrenamientos JCET—que a menudo se asemejan a los ejercicios conjuntos, con algunas tareas durante el curso—las Fuerzas de Operaciones Especiales practican nuevas habilidades de combate y técnicas como puntería de pistola y rifle, el combate urbano, la recolección de información o el control de disturbios. El propósito oficial de los entrenamientos es que las SOF mantengan sus propias habilidades. Aún más importante, también se están familiarizando con el terreno, la cultura, el lenguaje y las fuerzas armadas del país anfitrión.


Pero los JCETs van más allá de la formación de las fuerzas estadounidenses. Instruyen a sus homólogos latinoamericanos sobre tácticas militares a la vez que están obteniendo “acceso a la región con una mínima huella”, según los documentos. Los informes destacan que las “actividades [de los JCETs] a menudo fortalecen la influencia de EE.UU. en los países anfitriones”.


En Latinoamérica
La ayuda militar y policial para Latinoamérica y el Caribe ha disminuido desde el 2010, como los paquetes de ayuda del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida se han reducido. Durante estos mismos años, sin embargo, los despliegues de las Fuerzas de Operaciones Especiales han aumentado en la región, particularmente en Centroamérica.
Entre 2007 y 2014, el número de misiones de entrenamiento de las Fuerzas Especiales se triplicó de 12 JCETs entrenando 560 miembros de fuerzas de seguridad en un año, a 36 JCETs entrenando a 2,300.


A partir de 2008, los documentos muestran un cambio de enfoque de América del Sur a Centroamérica, explicando que la región se había convertido “cada vez más plagada de violencia y tráfico ilícito”.

Honduras ha sido el país más visitado en el hemisferio occidental, con 21 misiones en el transcurso del de ocho años. La mayoría de los cursos de formación se llevaron a cabo entre 2011 y 2014, una época en que las graves acusaciones en contra de las fuerzas de seguridad de Honduras—el asesinato, la tortura, la violación y la extorsión—en gran parte no fueron investigadas ni castigadas. Otros cuatro entrenamientos se llevaron a cabo en el 2009; en junio de este año (tres meses antes del fin del año fiscal del gobierno estadounidense), las fuerzas armadas hondureñas ayudaron a derrocar al presidente electo en un golpe.

Además de los entrenamientos JCET, las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos han jugado un papel importante en la lucha del país contra las pandillas. Fueron fundamentales en la construcción de los Tigres, un equipo élite SWAT que fue creado en el 2013 para combatir el crimen organizado. Las Boinas Verdes estadounidenses ahora asesoran y monitorean sus operaciones y capacitan a los agentes de los Tigres en puntería y combate cuerpo a cuerpo.

El Salvador, que ahora cuenta con un oficial de enlace de las Fuerzas de Operaciones Especiales en la embajada de EE.UU., fue un cercano segundo lugar a Honduras, con 19 misiones. La mayoría tuvieron lugar entre 2012 y 2014. No hay información disponible sobre cuáles son las unidades con que las fuerzas estadounidenses están trabajando allí, pero es probable que sean algunas de las diez o más fuerzas de elite que el gobierno salvadoreño ha desplegado en las calles en su guerra interna contra las pandillas. Allí, en este esfuerzo, las fuerzas de seguridad han sido acusadas de ejecuciones extrajudiciales, la manipulación de escenas del crimen y las desapariciones forzadas, entre otros crímenes.

Las Fuerzas de Operaciones Especiales también trabajan en estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad de Colombia, quienes ahora se despliegan en todo el mundo para llevar a cabo cursos de formación, incluyendo Centroamérica. El país fue sede de 19 misiones JCET entre 2007 y 2014.
Curiosamente, ha habido un menor número de despliegues en Guatemala en comparación con el resto de Centroamérica. Esto podría ser debido a cuestiones de derechos humanos que impidieron que el ejército guatemalteco recibiera asistencia militar de EE.UU. durante muchos años.

La “guerra global contra el terrorismo” es la misión principal de las Fuerzas de Operaciones Especiales, y su expansión ocurrió dentro de su contexto. Incluso en una región como Latinoamérica, donde el terrorismo es menos común y donde grupos delictivos que controlan territorios, poblaciones y gobiernos son la mayor amenaza, las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. llevan a cabo “entrenamientos de lucha contra los narcoterroristas”. Esta lógica puede explicar por qué los países más pequeños con las comunidades islámicas considerables, como Belice, Guyana y Trinidad y Tobago, están bien representados en la lista de destinos de JCET.

Durante los últimos ocho años, alrededor de 4,000 miembros de las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos han capacitado casi 13,000 miembros de las fuerzas de seguridad de Latinoamérica con un costo de $73 millones.


Una Tendencia Creciente
A nivel mundial, esta tendencia sólo va a crecer. En el 2013, el entonces comandante general del Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos (U.S. Special Operations Command, SOCOM) Joseph Votel dijo: “Queremos estar en todas partes, saber todo…” Y están en camino. El presupuesto del 2016 del Departamento de Defensa muestra los planes para desplegar más entrenamientos JCET en 2015 y 2016 que nunca antes.

Oficiales de Operaciones Especiales de Enlace (Special Operations Liaison Officers, SOLOs) están actualmente en 14 embajadas clave de Estados Unidos para asesorar a las fuerzas de operaciones especiales de esos países. Cuatro de ellos se encuentran en Latinoamérica: Brasil, Colombia, El Salvador y Perú. Para el 2019, SOCOM tiene fondos para expandir a 40 países. No está claro lo que esto significaría para Latinoamérica.

Preguntas
Si las Fuerzas de Operaciones Especiales se encuentran en los países para promover el interés de los Estados Unidos, y los JCETs son una herramienta en el terreno para lograr eso, el público de EE.UU. tiene que empezar a hacer más preguntas.

¿Con quién estamos trabajando?
En los países donde actualmente las Fuerzas de Operaciones Especiales tienen una mayor presencia, es importante saber a quienes están entrenando los EE.UU. En Honduras, las fuerzas de seguridad han estado implicadas en “ejecuciones ilegales y arbitrarias y otras actividades criminales”, según el Departamento del Estado. En El Salvador, el Departamento de Estado también encontró el ejército y la policía de haber participado en “ejecuciones ilegales y malos tratos”.

Pero los despliegues de las Fuerzas de Operaciones Especiales tienen pocas salvaguardias para asegurarse que las tropas no están trabajando con unidades que matan, torturan o abusan a su propia gente. ¿Estas unidades son conocidas por ser corruptas o por trabajar con el crimen organizado, o por trabajar con un grupo político o étnico en contra de otro? Los que puedan saber si hay un problema—funcionarios en el Departamento de Estado, el Congreso o expertos independientes—no pueden intervenir en esto porque tienen muy poca oportunidad de revisar lo que está pasando y se han dado muy pocos detalles, o ninguno en absoluto.. Aparte de los embajadores de Estados Unidos en esos países, otras agencias civiles tienen poca o ninguna visibilidad en tiempo real sobre el programa.
Para el público, incluso los datos históricos no están disponibles: los informes ordenados por el Congreso que WOLA obtuvo a través del FOIA sólo incluyen los totales de los despliegues, aprendices y los costos: no se identifican las unidades militares o policiales “asociadas”.

¿Quién realmente está haciendo la política exterior de EE.UU. en lugares como Latinoamérica—el Departamento de Estado o las Fuerzas Armadas?

Esto es parte de un debate en Washington sobre quién realmente lleva a cabo la política de EE.UU. en el extranjero y los mensajes que se envían sobre cómo resolver los problemas. Los entrenamientos JCET son parte de una tendencia más amplia de las fuerzas armadas estadounidenses usando su propio presupuesto para entrenar a las fuerzas armadas de otros países, con muy poca participación ni supervisión de nuestros diplomáticos o comités de asuntos exteriores del Congreso.
Se llaman las Fuerzas de Operaciones Especiales, “diplomáticos guerreros“, porque tienen habilidades letales, pero también están capacitados para relacionarse y asociarse con los civiles en países extranjeros. Algunos líderes alistados de alto rango reciben entrenamiento diplomático, tomando clases de gramática y aprendiendo cual tenedor tienen que usar durante las cenas de alto nivel. Este canal separado de la diplomacia está creciendo, con implicaciones no examinadas para el proceso de la política exterior de los Estados Unidos.

¿Cuáles son los beneficios de JCETS? Es el verdadero objetivo del programa entrenar a las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU.? ¿El entrenamiento que las fuerzas de Estados Unidos reciben justifica el costo? ¿Qué obtienen los ciudadanos estadounidenses por tener tantos despliegues militares en todo el mundo?

En una investigación de 1998 en el programa del entrenamiento JCET, el Washington Post encontró que “las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses han establecido lazos militares en al menos 110 países, sin el estorbo del debate público, la supervisión civil eficaz o la participación de los altos funcionarios de relaciones exteriores de Estados Unidos”.


Parece que muy poco ha cambiado en dieciocho años, mientras que estos despliegues han seguido creciendo. Aunque los JCETs son solamente una pequeña parte de la historia, son representativos de una tendencia más amplia.

Llevó años de investigación para obtener la información de este artículo e incluso entonces, ha disminuido la transparencia. Desde el 2010, los informes sobre los JCETs ordenados por el Congreso se han vuelto más clasificados. El informe del 2009 tenía 47 páginas, no redactadas, disponibles al público. El informe del 2010 tenía ocho páginas.

A medida que las operaciones militares de los Estados Unidos en todo el mundo han cambiado, también han cambiado las preguntas que tenemos que hacer sobre el uso de las Fuerzas de Operaciones Especiales. Sin embargo, conseguir respuestas es cada vez más difícil.

Fuente: http://www.wola.org/es/analisis/operaciones-especiales-de-ee-uu-en-latinoamerica-diplomacia-paralela/

Facebook investigado por chupar lo datos de WhatsApp

Facebook investigado por chupar lo datos de WhatsApp - Como evitar que esto suceda


Figura 1: Facebook investigado por la FTC por chupar los datos de WhatsApp

Posted: 09 Sep 2016
Tras el anuncio de Facebook de que iba a importar los datos de WhatsApp
para generar un mejor servicio enFacebook y así mejorar - valga la redundancia
 - las ofertas que se hacen tanto de anuncios como de relaciones de amistad,
la Federal Trade Commission de Estados Unidos ha decidido comenzar una 
investigación para determinar si esto ha sido un movimiento legal o no.  


Las quejas por parte de muchos usuarios ha sido, una vez más, que se ha hecho
vía Opt-Out en lugar de ser unOpt-In por parte del usuario y que, una vez
movida la información a la base de datos de Facebook, el usuario tenía la 
posibilidad de pedir que se dejara de compartir esa información, pero 
previamente ya se había movido y, por tanto, todas las 
relaciones privadas hechas y mantenidas por WhatsApp pasaban a formar 
parte del perfil enFacebook.

Figura 2: Carta de la FTC en la que confirma la investigación a Facebook

Si el usuario desea eliminar esta opción debe entrar en la configuración de WhatsApp y 
deshabilitar la compartición pero no se tiene claro cuánta de la información 
previamente movida perdurará en las bases de datos de Facebook y, por tanto, 
asociada al perfil del usuario. Algo que debes configurar si quieres tener la 
Privacidad de tu WhatsApp a prueba de balas.


Figura 3: Opción para hacer Opt-out en la compartición 
de datos

Además, muchos son los investigadores que han hecho pruebas que dejaban 
bastante claro que Facebook estaba utilizando los datos de las conversaciones 
mantenidas por WhatsApp para sugerir relaciones de amistad en la red social 
de Facebook con mayor efectividad.

Figura 4: Captura de datos para hacer perfil en Facebook

Veremos cómo acaba esta investigación y si acaba en los tribunales o no, 
como el caso que está manteniendo con la Unión Europea sobre la captura de las 
URLs de navegación de los usuarios a través de los widgets de Facebook que 
se incorporan en muchas webs para socializar noticias a través de la red social por excelencia.

Saludos Malignos!

Sigue Un informático en el lado del mal 


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Como evitar que WhatsApp comparta datos con facebbok 

Para sorpresa -- y disgusto -- de muchos, WhatsApp notificó esta semana
que comenzará a compartir con Facebook datos de sus 1,000 millones de 
usuarios 
mensuales como parte de su estrategia de abrir las puertas del servicio a cuentas
de negocios y empresas.
Para algunos, esto podría no significar un problema, pero para muchos otros
representa un atentado a su privacidad en línea. Si bien WhatsApp dijo que mensajes, 
fotos y datos de perfil no se van a compartir con Facebook, lo que sí darán es el número
de teléfono e información analítica.

Qué datos dará WhatsApp a Facebook y para qué

Además del número de teléfono e información analítica, hay otros datos que WhatsApp
dará a Facebook. Según una lista detallada proporcionada por WhatsApp al sitio
Gizmodo, estos son los datos que el app de mensajería compartirá con Facebook:
  • Sistema operativo
  • Resolución de pantalla
  • Operador móviles
  • Un identificador del dispositivo
  • Qué tan seguido el usuario abre el app
Gizmodo dice que ya con saber el sistema operativo y la resolución de la pantalla,
Facebook puede determinar qué tipo de teléfono tiene el usuario e incluso permite a
Facebook conocer las preferencias del usuario (si le gusta iPhone, BlackBerry, Android
u otra plataforma). Asimismo, puede determinar el rango de ingresos en el que se
encuentra con base en el teléfono y la operadora que utiliza el usuario -- Por ejemplo,
explica Gizmodo, usuarios con planes con Verizon y AT&T tienden a tener ingresos
más altos que aquellos que usan T-Mobile o Sprint.
Facebook quiere obtener la información de los usuarios ya que, como la red social
adelantó en 2015,WhatsApp abrirá sus puertas a cuentas de negocios, desde
las cuales las compañías podrán entrar en contacto con sus consumidores. Esto es
una manera en la que Facebook intentará monetizar a los usuarios de WhatsApp, app que compró por US$19,000 millones.

Cómo evitar que WhatsApp comparta tus datos 

con Facebook

Ahora que ya sabes por qué Facebook quiere tus datos de WhatsApp,
te explicamos cómo impedir que esto suceda.

Escenario 1:






whatsapp-facebook-no-compartir-datos.png
WhatsApp te mostrará una notificación informándote de los nuevos cambios (izquierda); hasta abajo aparece la sección donde WhatsApp te informa que dará tus datos a Facebook -- no marques esa casilla y haz clic en AceptarWhatsApp

Si aún no te ha llegado la notificación de que WhatsApp tiene nuevos términos y condiciones,
pronto te llegará.
La notificación (ver imagen) te menciona los nuevos cambios en las políticas de WhatsApp;
deslízate hasta la parte de abajo del documento hasta que veas una leyenda que dice:
"Compartir mi información de cuenta de WhatsApp con Facebook para mejorar la publicidad
de Facebook y las experiencias de producto".
Desmarca esa casilla y después haz clic en Aceptar.



whatsapp-no-compartir-facebook-datos.png
Desmarca la última casilla y listo, ¡bienvenida a casa otra vez, Privacidad!WhatsApp

Si como medio mundo no leíste nada y sólo hiciste clic en Aceptar, es muy
probable que ya estés compartiendo tus datos de WhatsApp con Facebook.
Pero aún tienes una solución.
Después de haber aceptado los términos de WhatsApp y hecho clic en Aceptar,
tienes 30 días para cambiar tu parecer e impedir que WhatsApp siga dando tus
datos. Para eso, dentro de tu aplicación, ve a Ajustes > Cuenta > y desactiva
la opción Compartir mis datos de cuenta.
Estas opciones están llegando de forma gradual a los usuarios. Si aún no ves 
la opción para desactivar que compartan tus datos, o tampoco has visto el 
mensaje de los cambios en las políticas, ten paciencia que pronto te llegará.

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