La tierra es plana o redonda ?
El padre de un amigo me compartió una fascinante experiencia astral, la cual me autorizó a contar. Sin embargo, ha solicitado permanecer en el anonimato, por lo que no revelaré ningún dato personal sobre él.
El desde temprana edad experimentaba cosas extrañas en su vida. Desde que era muy pequeño, realizaba viajes astrales sin darse cuenta, a veces una o dos veces al mes. También, tenía sueños lúcidos unas diez veces al mes. Pero cuando compartía estas experiencias con sus padres, simplemente le decían que eran sueños normales, que no tenía nada de qué preocuparse.
Estas experiencias se volvieron cada vez más normales para él, hasta que, alrededor de los 8 años, comenzaron a desvanecerse lentamente. Las preocupaciones típicas de un niño, como terminar la tarea o ser el mejor en la escuela para que su padres lo premiaran con dinero, comenzaron a ocupar su mente. La vida cotidiana y el sistema en el que vivía lo empujaron a dejar de lado lo que alguna vez había considerado normal.
Pero a los 19 años de edad, mientras leía un artículo en el periódico, se topó con una historia que se parecía mucho a sus experiencias pasadas. Esto lo llevó a un despertar. Comenzó a investigar y descubrió todo lo relacionado con los viajes astrales. Sin embargo, había un problema: por los siguientes años, había intentado todas las técnicas posibles para lograr un desdoblamiento astral consciente sin éxito. La frustración lo llevó a abandonar sus intentos durante varios años.
No fue hasta los 26 años cuando, un día, decidió probar un hongo que sus amigos llamaban "la partícula de Dios". Resultó ser psilocibina, una sustancia que se encuentra en los hongos, y esto cambió su percepción de la realidad
En su uso frecuente de la psilocibina, que realizaba aproximadamente una vez cada 15 días, algo extraordinario sucedía. Sus sentidos se expandían de una manera asombrosa. Los colores del mundo se volvían más intensos y vívidos, como si la realidad misma cobrara vida.
Con cada experiencia, percibía la energía de todo ser viviente a su alrededor. Las plantas, en particular, revelaban sus secretos ante él. Era capaz de identificar si una planta estaba enferma simplemente mirándola, como si pudiera ver directamente su vitalidad o debilidad.
Todo esto sucedía cuando él estaba bajo el efecto de la psilocibina. Un día, mientras estaba en casa de un amigo, decidieron tomar psilocibina juntos, buscando sumergirse una vez más en ese mundo de percepciones amplificadas. Mientras el efecto de la sustancia los envolvía, algo sorprendente ocurrió.
En medio de su viaje, notó algo extraordinario en la casa de su amigo. El gato de la hermana de su amigo se convirtió en el centro de su atención. Bajo la influencia de la psilocibina, pudo ver claramente cómo el gato reaccionaba de una manera única cuando la hermana llegaba de la calle. Era como si el felino fuera un receptor de energía negativa. Observó cómo el gato absorbía la mala energía que ella traía consigo, como si fuera un imán para la negatividad.
Esta experiencia fue una revelación que marcó un punto de inflexión en su comprensión del mundo.
Después de esa experiencia reveladora que abrió su mente a un mundo más allá de lo que le mostraba la realidad cotidiana, siguió su búsqueda de realizar desdoblamientos astrales. A pesar de sus esfuerzos persistentes, le llevó aproximadamente un año conseguirlo. Al fin, logró hacerlo, recordando cómo lo hacía con facilidad cuando era un niño.
Sin embargo, esta vez fue diferente. Aunque estaba emocionado por esta hazaña, las energías del momento y la excitación que sentía le impidieron explorar el mundo astral más allá de los confines de su casa. Cuando se separó de su cuerpo, se encontró en su hogar, pero la emoción era tan abrumadora que no pudo ir más allá.
A pesar de la limitación inicial, este logro fue un gran paso en su viaje de autodescubrimiento. Sabía que tenía un don especial y que debía aprender a controlarlo y utilizarlo de manera efectiva. Así que continuó practicando, aprendiendo a mantener la calma y la concentración en sus viajes astrales.
A medida que los años pasaban, este individuo perfeccionó sus salidas al plano astral hasta que se convirtió en algo tan cotidiano como respirar para él. Sin embargo, esta nueva normalidad estaba envuelta en secreto. Su esposa, profundamente religiosa, veía estos temas como algo relacionado con el demonio, por lo que no compartía sus experiencias con ella. Sus padres y hermano también tenían opiniones cerradas sobre estos temas, por lo que prefería mantener en secreto sus viajes astrales.
La única persona con la que compartía sus historias era un amigo de la infancia, un individuo espiritualmente despierto que había atravesado situaciones transformadoras en la vida. Este amigo había abierto su mente y corazón a la espiritualidad, convirtiéndose en la única persona en quien podía creer en sus experiencias
Un día, mientras compartía una de sus experiencias astrales con su amigo, surgió una pregunta que sacudió sus fundamentos. Su amigo, intrigado por sus viajes astrales y la forma en que veía el mundo, le preguntó de manera directa: "¿Crees que la Tierra es plana o redonda como se ve en tus viajes astrales?"
La pregunta lo dejó perplejo, y decidió explorar esta cuestión en sus viajes astrales posteriores. Cuando se proyectó fuera de su cuerpo la siguiente vez, decidió observar detenidamente la verdadera forma de la Tierra desde el plano astral. Se dirigió hacia la Luna como punto de partida, pero pronto se dio cuenta de que desde allí era muy difícil apreciar la forma real de la Tierra.
Decidió ir más allá. Se aventuró más profundo en el espacio astral, más allá de la Luna, en busca de una perspectiva que le permitiera comprender la verdadera forma de nuestro planeta.
Llegó a un lugar tan alejado que la forma de la Tierra desafió toda concepción que jamás había tenido. Desde su perspectiva astral, pudo ver que la Tierra tenía la forma de un huevo cósmico. Desde el polo norte de este huevo emanaba una energía deslumbrante que irradiaba hacia el infinito, mientras que el polo sur absorbía esta energía de una manera sorprendente. Era un espectáculo de energía que dejó sin palabras a este explorador astral, una visión tan asombrosa que desafiaba toda lógica y entendimiento.
Pero lo más sorprendente de todo fue cuando él se acercó más a la Tierra en su forma de huevo. Al observar detenidamente, comenzó a comprender cómo la teoría de la Tierra plana tenía cierto sentido desde esta perspectiva astral. Vio que dentro de este huevo cósmico existían catorce planos distintos, y que el plano en el que vivimos los seres humanos era el número 7. Desde esta perspectiva, la Tierra parecía, de hecho, una Tierra plana.
Mientras se acercaba aún más a su cuerpo físico, sus asombrosas visiones revelaron aún más secretos. Comprendió que nuestro plano estaba dividido en tres partes, y que el mundo físico en el que vivimos estaba en el centro de todo, rodeado por una vasta pared de hielo que correspondía a lo que conocemos como la Antártida.
Esta revelación lo dejó sin palabras y con una sensación de asombro que trascendía todas las creencias convencionales. Comprendió que la realidad era mucho más compleja de lo que jamás habría imaginado, y que había más por descubrir.
Desde esa experiencia trascendental, comenzó a dividir el mundo en dos categorías fundamentales: los planos inferiores y los planos superiores. Se dio cuenta de que nuestro plano, en el que vivimos día a día, era mucho más extenso de lo que la ciencia convencional y las religiones enseñaban. Más allá de las murallas de hielo que rodeaban nuestro plano existían secretos inimaginables.
Descubrió que, tras cruzar esas primeras murallas de hielo que correspondían a la Antártida, se encontraban varios continentes que permanecían ocultos a la percepción convencional. Pero lo más asombroso fue que, más allá de estos continentes, se encontraba otra muralla de hielo aún más majestuosa y enigmática.
Al traspasar esta segunda muralla, se abría un mundo completamente nuevo, repleto de continentes, paisajes y maravillas que desafiaban toda explicación. Este vasto y desconocido territorio oculto estaba más allá de cualquier límite que la mente humana pudiera concebir.
En todos los planos que exploró, descubrió un asombroso mosaico de miles de razas, cada una con sus propias características y propósitos únicos. En los planos inferiores, encontró una diversidad que incluía tanto a seres benevolentes como a entidades con intenciones menos amigables. Estas civilizaciones poseían tecnología extremadamente avanzada, y las naves que ocasionalmente vislumbramos en nuestro plano físico provenían de estos planos. Eran naves con capacidades más allá de nuestra comprensión, capaces de moverse a través del espacio y el tiempo con facilidad.
Por otro lado, en los planos superiores, las cosas eran radicalmente diferentes. Las razas que habitaban estos planos habían evolucionado espiritualmente hasta tal punto que la tecnología ya no era necesaria para ellos. Estaban en un estado de conciencia tan elevado que simplemente pensaban y manifestaban sus deseos. Creaban naves mentalmente, generando formas de energía en la geometría sagrada más pura. Su conciencia controlaba y dirigía esta energía, permitiéndoles transportarse a cualquier lugar en el universo sin la necesidad de tecnología física.
Y así, mi querido amigo, esta historia nos lleva a un punto donde cada uno de nosotros puede interpretarla de acuerdo con lo que más resuene en su propia conciencia. Es una historia de descubrimiento, de una mente de una persona muy querida que se aventura más allá de los límites de lo que conocemos, y la comparto con ustedes.
Esta persona compartió conmigo un dibujo que representaba la forma única de la Tierra según sus experiencias astrales. Y encontré un dibujo similar en internet que coincide con su descripción.
Mundo astral
Raphael Pereyra