Fuente: Natalie Glasson - OmNa

Saludos, saludos, saludos, les comparto. Soy el Arcángel Rafael. Vengo con la vibración angelical. Traigo a los arcángeles para que los rodeen con su poder, sus cualidades y expresión del Creador, para que las compartan con ustedes ahora en abundancia, para que puedan acceder a ellas y activarlas en su propio ser. Tantas cualidades del Creador, y su poder, que es una fuente de luz que fluye del Creador.
Tienes esta oportunidad ahora, en la Tierra, de usar tu poder. Este poder que te otorga el Creador, que fluye a través de tu grupo álmico/alma/cuerpo físico, puedes usarlo para cualquier cosa que desees, cualquier cosa que imagines (intenciones/deseos/conocimientos) cuando tienes esa certeza en tu interior.
El poder del Creador fluye a través de tu ser abundantemente y tienes la capacidad de activar muchas cualidades del Creador dentro de tu ser.
Estas activaciones no son necesariamente como fuegos artificiales ni como relámpagos. A veces son sutiles; simplemente se infiltran en tu ser, en tus células, mente y emociones, hasta que un día te das cuenta de que te has transformado. Puede que ni siquiera sepas cómo, pero puedes reconocer el cambio y la encarnación de una cualidad del Creador.
Hoy, yo, el Arcángel Rafael, deseo hablarte sobre tu relación con el miedo. Te pregunto: ¿Cómo es tu relación con el miedo?
Te daré algunos ejemplos para ayudarte a comprender tu realidad. Cuando el miedo invade tu cuerpo y tu ser, ¿te sientes en tu poder o sientes que te derrumba, que te domina y que tiene el poder?
Si tuviéramos que determinar quién tiene el poder, ¿eres tú como ser divino? ¿Eres tú como personalidad en la Tierra? ¿O es tu miedo?
Es muy probable que, en algún momento del día, sientas que tu ser divino se fortalece y es muy poderoso. Otras veces, podrías sentir que el miedo es el más poderoso; que el miedo dicta tus acciones y reacciones, incluso influye en tu proceso de pensamiento.
Cuando el miedo te ataca, ¿permites que se apodere de ti o simplemente lo reconoces? Puede que lo sientas con intensidad, pero lo reconoces al comprender que eres un ser divino, que tu poder reside en ti, que el amor es tu poder, que la verdad, la paz y el equilibrio son tu poder y que estos traen claridad.
Cuando hay claridad es más difícil aferrarse al miedo porque la claridad te permite contemplar el miedo, reconocer si el miedo es necesario, reconocer de dónde viene e incluso reconocer el mensaje que el miedo está tratando de compartir contigo.
El miedo es valioso.
Te mantiene a salvo. Te apoya, actuando como un apoyo. No queremos eliminar el miedo por completo, pero tampoco queremos encarnarlo por completo, porque cuando lo encarnas por completo, te paralizas y dejas de ser consciente de tu conexión con lo divino. Es casi como si emergieran dos realidades.
Cuando eres consciente de tu conexión con lo divino – tu poder/amor/paz/luz dentro de ti – abres una realidad que nace de eso y piensas/actúas/reaccionas desde ese espacio.
Cuando el miedo ataca y se encarna por completo, se abre una realidad de miedo —de preocupación, ansiedad, estrés y limitaciones— y se vive en ella. También se actúa, reacciona y piensa desde esa realidad; desde esa energía interior. Así, el miedo empieza a amplificarse. Te adentras cada vez más en el miedo y este se hace cada vez más evidente en tu realidad.
Es necesario experimentar el camino intermedio. Ahí es donde tomas consciencia de ti mismo como un ser divino —del amor, la paz, la verdad y la luz que llevas dentro— y el miedo puede hablarte.
Estás aceptando que el miedo te hable. Cuando te habla, podría causarte dolor en el pecho o dolor de cabeza. Podría provocarte náuseas. Podrías sentirte ansioso. Podrías sentirte culpable o arrepentido. Podemos reconocer que ese es el miedo hablándote.
No queremos impedir que el miedo te hable; queremos que esa relación/comunicación sea abierta y fuerte.
Cuando le damos el poder adecuado al miedo, éste puede ser muy útil; alertándonos sobre cosas e incluso animándonos a profundizar en nuestra verdad interior.
El miedo se convierte en un compañero, pero no en una encarnación, no en una realidad, por lo que tienes una relación con el miedo donde el miedo puede hablarte y compartir.
Como ser consciente de su ser divino, tienes la oportunidad, con claridad, de aceptar, escuchar y reconocer la voz y los mensajes del miedo. Entonces, desde un espacio de poder y claridad, puedes tomar una decisión.
En este caso, ¿escuchas este miedo, el mensaje del miedo, o simplemente agradeces ese mensaje porque te ha alertado sobre algo y luego vas más profundo dentro de tu ser y recibes un conocimiento y tal vez sigues ese conocimiento en su lugar?
A través de esta manera de estar con el miedo, estás creando una relación poderosa con el miedo –con tu propio miedo– que te sirve, en lugar de obstaculizarte.
Poco a poco, a medida que empiezas a practicar esto, el miedo en realidad disminuye.
A menudo, las personas están tan acostumbradas a encarnar plenamente el miedo que, en cuanto este empieza a manifestarse, descubren que lo están encarnando por completo. Es casi este proceso inicial el que requiere mayor educación y concentración, porque te das cuenta de que estás encarnando tu miedo y de que esta relación no es equilibrada y no te ayuda.
En ese momento, con ese reconocimiento, llevas tu conciencia hacia tu ser divino, tu verdad, y comienzas a inhalar y exhalar esa energía divina hasta que llegas a un espacio donde te sientes más en paz y todavía estás reconociendo, como si observaras el miedo.
Puede que aún sientas que el miedo se encarna plenamente en tu ser, y eso está bien. Puedes decir algo como: «Mi divinidad tiene el poder en este momento». También puedes preguntar: «Miedo, ¿cuál es tu mensaje para mí ahora?». Incluso puedes hablar con el miedo y decirle: «Miedo, ya no necesito encarnarte plenamente, que domines todos mis sentidos; estoy dispuesto y listo para escucharte».
Podrás dar un paso atrás, como si tuvieras un amigo a tu lado.
Si practicas esto, al principio será desafiante y no lo sentirás si no progresas, pero si continúas, notarás que el miedo retrocede. Cuando sucede algo que activa el miedo, quizás algo que siempre lo activa, notarás que el miedo no está tan plenamente encarnado y es más bien una simple consciencia; no se apodera de todo tu ser. Te sentirás equilibrado, incluso cuando te conectes con el miedo.
Mediante esta práctica, gradualmente equilibrarás tu relación con el miedo, y esta relación será más apropiada, más natural y más nutritiva para tu ser. Te permitirá conectar aún más con la presencia del Creador en tu interior.
Esto es lo que quería compartir con vosotros hoy; animaros a contemplar/explorar/experimentar/hablar con el miedo y con vuestra propia claridad interior y descubrir un equilibrio que os sirva.
Yo soy el Arcángel Rafael y te doy gracias