"Ganó el medioambiente": Detenido un proyecto de presa en el corazón de la Amazonia brasileña
El megaproyecto hídrico amenazaba seriamente la fauna y ecosistema del cauce del río Tapajós, en el estado de Pará. Indígenas de la zona y movimientos ambientalistas celebraron la decisión.
De victoria para la 'madre tierra' es como han calificado las etnias indígenas que hacen vida junto al cauce del río Tapajós luego de conocerse la decisión del Instituto de Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) de negar la licencia para la construcción de la obra São Luz do Tapajós.
La decisión detiene la pretensión de construir un megaproyecto hidroeléctrico a expensas de una de las más importantes cuencas de la zona amazónica del país suramericano, destaca en una nota el diario 'ABC'.
El proyecto tenía la oposición firme del pueblo mundukuru, en la tierra indígena Sawré Muybu, en el estado de Pará, de la Fundación Nacional del Indio (Funai), así como de la organización ambientalista internacionalGreenpeace, la cual hizo suya la causa indígena contra la no construcción del megaproyecto hídrico recabando a nivel internacional la recolección de 1,2 millones de firmas contra la presa.
El cacique de la etnia, Arnaldo Kabá Mundukurú, declaró su alegría y la de su pueblo por la noticia, pero indicó que tan solo es un paso en la lucha emprendida para evitar que se corte el caudal. "Ahora seguiremos luchando contra otras presas en nuestro río", precisó.
La construcción de esta obra de grandes dimensiones es parte de un plan gubernamental de desarrollo del expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva, presentado cuando Dilma Rousseff fungía como jefa de proyectos y ministra de la cartera energética.
De hecho, otra polémica presa inscrita dentro de los principales 42 proyectos de esta envergadura que tiene planificado el Estado brasileño ya fue inaugurada en el estado de Pará: la planta de Belo Monte.
Impacto ambiental denunciado
Los argumentos expuestos por el ente gubernamental, Ibama, para el archivo administrativo del proceso se fundamentan en el impacto medioambiental que no fue considerado.
Electrobras, la empresa responsable de la construcción de la obra, recibió en 2014 una serie de notificaciones y correcciones de su plan inicial que nunca fueron atendidas en el plazo previsto por Ibama, cuatro meses.
Entre los señalamientos hechos por el Estado brasileño están los impactos de la erosión a la cuenta del río Tapajós, sus aguas y la fauna circundante, un tema especialmente delicado a la hora de hablar del proyecto hidroeléctrico.
Además, su construcción significaría necesariamente la inundación de por lo menos tres aldeas habitadas por el pueblo mundurukú, en el municipio de Itaiuba, en Pará.
En trabajos de indagación histórica hechos por el ministerio público de Brasil se determinó la presencia en la zona de esta etnia aborigen, argumento omitido por los técnicos de la empresa encargada para su elaboración, Electrobras.
Otro aspecto que iba en contra de la ejecución del proyecto es que la tierra donde estaba planificada su construcción está considerada "fértil y productiva", además de poseer una rica y extensa flora y fauna.
Muchos de los proyectos de desarrollo hidroeléctricos, aprovechando las inmensas potencialidades del Amazonas brasileño, se han visto afectados también por el inestable ambiente político instalado en Brasil durante 2015 y 2016.
En específico, varias de las empresas involucradas en la ejecución de estos proyectos de envergadura están siendo investigadas por presuntas acusaciones de corrupción.
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