La reciente neumonía de Hillary Clinton, puede convertirse en su final político y en el giro final que acabe dándole la victoria a Donald Trump este próximo noviembre.
Durante semanas, los medios partidarios de Trump, han estado advirtiendo sobre la mala salud de Clinton, mientras los medios afines a ella, intentaban categorizar estas afirmaciones como “teorías de la conspiración” sin sentido.
Bien, pues definitivamente se ha confirmado el mal estado de salud de Hillary Clinton. De momento su desvanecimiento durante la conmemoración del 11-S se ha achacado a una neumonía, pero a estas alturas ya nadie puede garantizar que esto sea verdad y que su estado de salud, sea mucho más precario, o que incluso padezca una enfermedad grave o terminal.
La cuestión es que incluso algunos miembros del partido demócrata podrían estar pensando en sustituirla antes de las elecciones y todo ello lleva directamente a concluir que sus posibilidades de alzanzar la presidencia de EEUU, están muy mermadas.
Y eso nos lleva de cabeza a empezar a pensar en Trump como posible presidente de EEUU.
Y aunque muchos se empeñen en autoengañarse y en pensar lo contrario, las perspectivas ante una posible victoria de Trump, no son precisamente halagüeñas…
Durante los últimos meses, especialmente en muchos medios alternativos que beben de determinadas fuentes ideológicas (digamos que de derechas, entre los que destacamos Infowars, donde parecen haber enloquecido en su tarea propagandística), se nos ha estado vendiendo la imagen de un Donald Trump presuntamente contrario al establishment norteamericano, a un hombre casi tocado por la mano de Dios, que hablaba con la voz del pueblo y que presuntamente quería acabar con el intervencionismo militar norteamericano en el extranjero; en contraposición, se nos ofrecía a una Hillary Clinton que encarnaba todos los males de los halcones de Washington, una especie de bestia de siete cabezas que llevaría al mundo al borde de la guerra y del apocalipsis.
No vamos a ser precisamente nosotros los que contradigamos esa visión sobre Hillary Clinton: los hechos demuestran que los peores temores sobre ella, están más que justificados, especialmente ante la perspectiva de una guerra con Rusia.
Sin embargo, lo que no está para nada justificada, es la visión casi idílica que alguna gente tiene sobre Donald Trump.
Y los gestos que está realizando en las últimas semanas nos indican claramente que con Trump, no solo no se limitarán el intervencionismo militar de EEUU en el extranjero, sino que quizás bajo su mandato, el intervencionismo norteamericano pueda aumentar de forma dramática.
De hecho, los desequilibrios mentales de Trump, que se hacen evidentes cada vez que abre su inmensa e incontenible bocaza, nos recuerdan en cierta manera a las invectivas irreflexivas de Rodrigo Duterte, el presidente filipino “insultador” y promotor de matanzas extrajudiciales de narcotraficantes (no es que estemos a favor de los narcotraficantes, pero promoviendo este tipo de acciones, se promueve que puedas matar a cualquiera y que después puedas decir que era un narcotraficante, ¿entienden las implicaciones de que haya tarados como Duterte por el mundo?)
Pero más allá de los arrebatos de Trump y de sus faltas de respeto hacia todo tipo de colectivos, que tienen mucho que ver con el espectáculo televisivo y con contentar a unas masas aborregadas y embravecidas que quieren que les digan lo que quieren escuchar, lo realmente inquietante de Trump es el giro que está experimentando poco a poco, convirtiéndose cada vez más en un reflejo de todo aquello que tanto se temía de Hillary Clinton.
ATACAR A IRÁN
Uno de los peores indicios, lo hemos tenido este pasado fin de semana, cuando ha realizado una insinuación que a pesar de parecer irrelevante, en realidad marca el inicio de un proceso que no tiene marcha atrás.
El viernes, en Pensacola, Florida, Donald Trump insinuó la posibilidad de atacar a Irán y crear un incidente internacional.
“Con Irán, cuando dan vueltas ante nuestras hermosos destructores con sus pequeños barcos y le hacen gestos a nuestra gente que no se les debería permitir hacer, deberían ser echados fuera del agua”, dijo Trump.
Esta observación es en respuesta a un incidente el mes pasado cuando patrulleras iraníes se acercaron a los barcos estadounidenses en el Golfo Pérsico.
Este comentario, que provocó una atronadora ovación entre los asistentes al mitin en Pensacola, entra en contradicción con el mensaje que hasta ahora nos había estado vendiendo, cuando decía que tenía un “enfoque no intervencionista en los asuntos del mundo”, refiriéndose a la política exterior norteamericana.
La observación de Trump en Florida es una prueba más de su decisión de abrazar la agenda neoconservadora. A medida que su posición se desplaza cada vez más lejos de la no intervención, los neoconservadores están acudiendo a protegerlo y apoyarlo.
Por ejemplo, hace pocos días, el gran padre del movimiento neoconservador, Norman Podhoretz, dijo públicamente que respaldaba a Trump.
Ahora habrá quien diga que Trump dijo eso como gesto patriótico para gustarle a las masas, y para atraer aliados, pero que en realidad no lo piensa en absoluto.
Pero debemos poner esta amenaza anti-iraní en perspectiva. Como hemos repetido numerosas veces en este blog, Trump está al servicio directo de los intereses de Israel.
Y entre los intereses más prioritarios de Israel, está el acabar con el programa nuclear iraní y someter y debilitar a Irán, un enemigo exacerbado de Israel, antes de que se convierta en la principal potencia de la región.
Por esa razón, esta primera invectiva contra Irán, marca un hito muy peligroso de cara al futuro.
Mucha gente temía que una victoria de Clinton llevara a atacar a Irán…y resulta que ahora Trump empieza a andar en esa dirección.
AUMENTAR PRESUPUESTO MILITAR
Añadamos a esto el anuncio de Trump, mediante el cual promete aumentar el gasto militar de EEUU cuando sea presidente.
Así es como lo exponíamos en El Microlector:
Donald Trump está tratando de poner fin a los recortes en gastos militares y asignar más fondos a los ya más de 600 mil millones de dólares del presupuesto militar de Estados Unidos.
Trump propondrá una “gran inversión” en el ejército de Estados Unidos, al que se ha referido en varias ocasiones como un “desastre” en sus declaraciones.
“Voy a volver a invertir en nuestras fuerzas armadas”, dijo Trump en un discurso en un mitin en Greenville, Carolina del Norte.
Pero Trump dijo mucho más:
“Voy a pedir al Congreso que elimine por completo los límites presupuestarios para defensa”, dijo Trump, explicando que esto daría al Departamento de Defensa una certeza sobre la financiación y permitiría una mejor planificación para el futuro.
“Sin defensa, no tenemos un país”, añadió Trump.
El candidato republicano presentó sus planes para aumentar el personal en servicio activo del Ejército de Estados Unidos hasta los 540.000 soldados, añadiendo 13 batallones a la Infantería de Marina de Estados Unidos, y expandir la Marina estadounidense de 276 barcos y submarinos, hasta los 350.
También se comprometió a garantizar que la Fuerza Aérea de los EE.UU. tendría al menos 1.200 aviones de combate, el mínimo necesario para sus misiones continuas de acuerdo con la conservadora Heritage Foundation.
“También vamos a tratar de desarrollar un estado del sistema de defensa antimisiles de última generación“, dijo Trump.
Ese esfuerzo implicaría la compra de nuevos destructores capaces de realizar defensa antimisiles, así como también la modernización de la flota envejecida de cruceros Aegis de la Marina, a un costo de 220 millones de dólares cada uno. Esto, dijo el magnate, se traduciría en más empleos para los estadounidenses. La modernización militar sería un“esfuerzo de 50 estados”
Trump también se comprometió a mejorar las defensas de ciberguerra e incluso “una fuerte inversión en capacidades cibernéticas ofensivas”
“Nuestras fuerzas armadas en servicio activo han disminuido de 2 millones en 1991 a alrededor de 1,3 millones en la actualidad”, dijo Trump en un discurso pronunciado en abril.
“La Marina se ha reducido de más de 500 barcos a 272 barcos durante este mismo período de tiempo. La Fuerza Aérea es aproximadamente un tercio menor que en 1991. Hay pilotos que pilotan aviones B-52 en misiones de combate en la actualidad. Estos aviones son más antiguos que prácticamente todo el mundo en esta sala”.
En su video de campaña publicado en YouTube en enero, Trump prometió “hacer de nuestro ejército algo militares tan grande, poderoso y fuerte, que nadie se atreverá a meterse con nosotros, absolutamente nadie”
Como vemos claramente, todo ello son propuestas no-intervencionistas, no imperialistas y no-sionistas, propias de un hombre de paz enfrentado con el “malvado establishment” al que va a combatir con todas sus fuerzas.
¡Oh, que gran hombre!
Por alguna razón que no llegamos a entender, entre muchos grupos alternativos ha proliferado la absurda idea de que Trump era algo así como un revolucionario del pueblo que lucharía contra los malvados designios del Nuevo Orden Mundial y que acabaría con los arrebatos imperialistas norteamericanos.
Pero la realidad es que tenemos a un multimillonario, hijo de otro multimillonario, que se ha enriquecido al amparo del establishment que supuestamente debe combatir; que por si eso fuera poco, es un títere de Israel, dispuesto a apoyar toda su política sionista en Oriente Medio; un tipo que está dispuesto a re-armar a EEUU hasta los dientes, bajo el lema de“Make America Great Again”, a reabrir en toda su magnitud la prisión de Guantánamo y que apoya públicamente las tácticas de tortura ilegales de la CIA.
Y a nivel personal, tenemos a un personaje profundamente racista, xenófobo, narcisista y egocéntrico, que solo piensa en su propia gloria y al que, para empezar, le importan un comino los propios ciudadanos norteamericanos, a los que sin duda, enviaría en masa a la muerte si ello le permitiera un poco de gloria personal o quedar inscrito en los libros de historia.
Y para muestra, un botón…
Esto es lo que Trump dijo durante una entrevista, la misma mañana de los atentados contra el World Trade Center; probablemente le traicionó el subconsciente, lo que nos sirve para hacer un retrato de su auténtica personalidad…
Durante una conversación con la cadena de televisión WWOR de televisión, esa misma mañana de los atentados, Trump afirmó que tenía una ventana que daba directamente al World Trade Center y que había sido testigo en parte la caída de las torres gemelas.
Habló de la explosión y de la destrucción que siguió.
Hasta aquí todo normal.
Lo bueno vino pocos minutos después de haberse iniciado la entrevista telefónica, cuando el periodista le preguntó sobre el edificio Trump, que estaba a sólo unas calles de distancia del World Trade Center.
PERIODISTA: Donald, usted tiene un edificio en el distrito financiero, en el 40 Wall Street. ¿Ha sufrido algún daño? ¿Qué ha pasado ahí?
TRUMP: Bueno, fue una llamada de teléfono increíble que hice: mi edificio en el 40 de Wall Street era el segundo edificio más alto del centro de Manhattan.
En realidad lo era…antes las torres del World Trade Center eran los edificios más altos y desde que fueran construidas, mi torre era conocida como la segunda más alta y ahora es el edificio más alto y acabo de hablar con mi gente y dicen que (el edificio) es la vista más increíble. Está probablemente a siete u ocho cuadras del World Trade Center y, sin embargo Wall Street está cubierto por dos pies de cascotes, ladrillos, mortero y acero.
Es decir, cuando a Donald Trump le preguntan por los atentados del 11-s, en los que murieron alrededor de 3000 de sus“queridísimos compatriotas norteamericanos”, a Trump, el gran patriota, de forma inconsciente le viene a la cabeza decir que tras la caída de los edificios del WTC, ahora el suyo será el más alto de Manhattan.
¿Este es el tarado que alguna gente quiere ver como la alternativa al Nuevo Orden Mundial?
¿Es que nos hemos vuelto locos?
El gran problema es que desde hace tiempo, a las masas se las domina mediante una técnica de manipulación muy simple: enfrentar contrarios para legitimar posiciones.
Así, si usted quiere legitimar a un político A, para que determinada gente lo vote o lo siga, debe enfrentarlo con un político B que genere un fuerte rechazo entre la población que usted quiere atraer.
Entonces, la gente no apoyará al político A por lo que dice o lo que promete, sino como medio para que no gane el político B al que tanto odian.
Esto lo hemos visto en las elecciones en España, donde gran cantidad de gente “vota a la contra de” y lo vemos en EEUU, donde Trump se ve legitimado entre toda aquella gente que odia a Clinton y a todo lo que representa.
Y ese odio hacia Clinton y el gobierno federal (y toda la vieja clase política) les ciega y les impide ver lo que en realidad representa Trump…convirtiéndonos a todos en una masa de borregos camino del matadero.
Por favor, si hay algún lector que crea que Trump es realmente una alternativa a esos malvados poderes que buscan instaurar el Nuevo Orden Mundial, que no dude en exponerlo en los comentarios, para convencernos de ello, porque nosotros, de verdad que no lo entendemos.
De momento, seguiremos presa del terror que provoca ver como a las masas las puede manipular cualquier tipo desde un púlpito, que vaya soltando cualquier mamarrachada…
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