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5 de marzo de 2016

Como reclamar a los Bancos el cobro indebido de “comisiones por descubierto”


Los cargos por comisiones bancarias debidas al descubierto en nuestras cuentas es algo habitual, de hecho son cientos de miles los usuarios que una o varias veces han visto como sus bancos o cajas les cobraban una comisión que va normalmente desde los 24 a los 40 €, dependiendo de la entidad.
Estas comisiones son “justificadas” por las entidades como los gastos  provocados por la notificación al cliente de su situación dedescubierto, algo que casi nunca sucede, y cuando el banco lo hace es a través de una simple llamada teléfonica o unacarta ordinaria (no certificada).
Evidentemente dichas vías de comunicación (teléfono o carta) no son proporcionales a los costes tan elevados que aplican en las comisiones, además de que la entidad tampoco puede demostrar que las ha realizado.
Los bancos lo saben de sobra, pero no les importa, puesto que la única “misión” de estas comisiones es simplemente la de recaudar y no la de sufragar coste alguno, ya que se realizan de forma automatizada y sistemática, todo ello a sabiendas de que si el cliente las reclama adecuadamente se las tendrán que devolver.
Recuerda que cada banco utiliza distintas formas de expresarlo en sus apuntes bancarios, por lo que ante cualquier duda de un cargo que pueda poner “gastos varios” o cualquier otro concepto, exige que te expliquen CLARAMENTE a que se deben esas comisiones.
Por supuesto a estas comisiones hay que añadir los correspondientes intereses de demora, los cuales son legales, siempre y cuando estén bien calculados.
No debes confundir estas comisiones con las que corresponden a la gestión de cuentas o a los gastos de mantenimiento, algunas de estas comisiones también se pueden reclamar, pero NO a través del formato de carta que te ofrecemos al final del post.
Si te han cobrado una o varias comisiones por descubierto en tu cuenta causados por el retraso en el pago de recibos, de créditos o préstamos hipotecarios, o de los plazos de tu tarjeta, RECLAMA…. NO DEJES QUE TE ROBEN.
Los pasos a seguir son los siguientes:
1º- Este paso es optativo, ya que es el de acudir a tu oficina bancaria y hablar con el director o responsable de turno, algo queSOLO te recomendamos que hagas SI SABES que no vas a acabar saliendo del banco sin que te devuelvan el dinero, y además con un cabreo de dos pares de narices porque te han tratado como si fueras idiota, y ellos MUY LISTOS.
2º- Solicita a tu banco o imprime on-line (si tienes acceso a tus cuentas por internet), el o los extractos donde figuran lascomisiones indebidas, y si no tienes en tu poder el contrato firmado al abrir la cuenta o solicitar la tarjeta, pide también una copia, ya que puede ser que más tarde lo necesites a la hora de reclamar al Banco de España, y te ahorraras visitas a tu sucursal y el tener que verles la cara más de lo imprescindible.
3º- Rellena con tus todos tus datos (incluido el NIF) y firmada, LA CARTA que te adjuntamos al final del post, y envíala alDEFENSOR DEL CLIENTE del banco, en la propia entidad te tienen que informar de como hacerlo.
Hay varias opciones que debes tener en cuenta para este paso:
- Puede ser que el banco acceda a sellarte una copia de la carta, así que llévala por duplicado y podrás enviarla al Banco de España en caso de que no te contesten o te nieguen la devolución.
- Si no te la sellan, puedes optar por enviarla y confiar en que te respondan o enviarla por correo certificado, aunque si reclamas una cantidad pequeña puedes intentarlo sin certificar, y si en 2 meses no recibes respuesta, volver a enviarla certificada.
- Dependiendo de la comunidad autónoma donde vivas, puedes solicitar en tu banco una hoja de reclamaciones, que tendrás que cubrir “in situ” y de la que el banco te debe dar una copia, esta copia la llevas a la oficina de consumo de tu población y ellos te tramitan la reclamación sin coste alguno, por lo que te ahorras el tener que certificarla y tienes copia para una posible reclamación al Banco de España.
- Si en tu banco se niegan a darte la hoja de reclamaciones, no te cortes, llama tranquilamente a la policía municipal y verás como pierden el culo para dártela, eso si, entérate bien antes de que en tu comunidad sea obligatorio para el banco (que sepamos Castilla y León NO tiene esa obligación, pero puede haber más).
4º- En muchos casos el defensor del cliente te contestará favorablemente y te devolverán los cobros indebidos, aunque a veces pretenden descontarte una parte de TU DINERO basándose en “inventos” que no te deben distraer de tu fin último, que no es otro que el que te devuelvan TODO EL DINERO que te han ROBADO…..
!!! NO PERMITAS QUE TE ROBEN NI UN EURO DE LO RECLAMADO !!!
5º- Si no te contestan en un máximo de dos meses, lo hacen desfavorablemente para ti o quieren ROBARTE una parte de lo reclamado, ponte en contacto con el Banco de España.
En ESTE ENLACE tienes toda la información de como hacerlo.
Recuerda que tendrás que enviar al Banco de España la siguiente documentación:
  • Fotocopia de tu DNI.
  • Los extractos bancarios donde figuran las comisiones indebidas claramente señaladas, a poder ser con un rotulador fosforescente.
  • La copia de la carta enviada al defensor al cliente, bien sea ordinaria, certificada o en hoja de reclamaciones, y si las ha recibido, la contestación del defensor del cliente.
  • La copia del contrato de apertura de la cuenta o de la tarjeta, esto hasta ahora no era necesario, pero últimamente se están recibiendo contestaciones del Banco de España solicitando los contratos, algo insólito, porque el reclamar un apunte realizado ya justifica la existencia de la cuenta o tarjeta, pero se ve que el Banco de España ante la masiva llegada de reclamaciones está protegiendo, como siempre, a sus amigos los bancos, y trata de obstaculizar en lo posible los tramites a los ciudadanos.
6º- Como ultima opción siempre te quedaran los juzgados de primera instancia, algo que no debes descartar en el caso de que el montante de dinero que te hayan ROBADO ascienda a una cantidad moderada, aunque lo más seguro es quesi realizas todos los pasos anteriores no necesites llegar a este extremo.
Son muchas las sentencias favorables por parte de los jueces sobre este y otros asuntos relacionados con los abusos bancarios.
¿Las reclamaciones dan de verdad resultados?
Pues SI, ya que en muchas ocasiones el propio banco al recibir la carta de reclamación comprueba que estamos bien informados y dispuestos a llegar hasta el final, y decide devolvernos los importes ROBADOS.
En la inmensa mayoría de reclamaciones, la respuesta del Banco de España es favorable para el usuario, y aunque esta no es vinculante, los bancos suelen devolver los importes, ya que al final de cada ejercicio el propio Banco de España emite un informe con todos los casos de reclamaciones y quejas, satisfechas o no por las entidades, y ningún banco quiere destacar negativamente en ese dossier.
Además que en la propia carta ya les dejas claro que si el dictamen del Banco de España te es favorable y ellos no acceden a cumplirlo, acudirás al juzgado.
Para finalizar te pedimos que DIFUNDAS esta información y ayudes a parar esta ESTAFA que no hace más que agravar los problemas económicos de la cuidadanía más vulnerable, además de ser un autentico ATRACO sin ninguna justificación real ni legal, más allá de la insaciable voracidad de la mayoría de ESTOS ESTAFADORES PROFESIONALES llamados BANCOS.
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CARTA PARA ENVIAR AL DEFENSOR DEL CLIENTE DE TU BANCO

Lugar y fecha

Soy titular de la (tarjeta, cuenta o préstamo) __________________________ respecto de la cual desearía poner de manifiesto la siguiente irregularidad: la repercusión en mi cuenta de Gastos de Reclamación por importe de 00 € anotado el 00/00/2000, al haberse producido un retraso en el pago de la cuota, sin tener en cuenta la cuantía y duración de la mora, y no obstante la circunstancia de que el retraso ya se me penaliza mediante un tipo interés de demora de por si suficientemente elevado.
A mayor abundamiento, la mera existencia de la referida comisión es ilegal, pues no obedece ni a un servicio solicitado previamente en firme por quien esto suscribe, ni a un servicio efectivamente prestado por la entidad, ni a un gasto que haya debido asumir ésta; de hecho la entidad no me ha reclamado en sentido estricto nada, ni me ha requerido fehacientemente para la regularización de la demora, habiéndose limitado a repercutir en mi cuenta la referida comisión. 
Todo ello vulnera la normativa de disciplina que regula las relaciones entre las entidades de crédito y sus clientes según lo previsto en la norma Tercera, apdo. 3° de la Circular del Banco de España 8/1990, y el Número Quinto de la Orden Ministerial de 19 de diciembre de 1989, sobre Tipos de interés y comisiones, normas de actuación, información a clientes y publicidad.
Quiero recordar que el Servicio de Reclamaciones del Banco de España reitera en su Memoria que las comisiones de este tipo (con independencia del nombre que reciban) no responden a servicio alguno prestado a los clientes, ya que las entidades no pueden acreditar -porque no existen- haber realizado gestiones encaminadas a recuperar el importe de las cuotas impagadas, ni la necesidad de las mismas. 
Entiende dicho Servicio que la aplicación automática de estas comisiones, «tan pronto como se produce una situación de demora no constituye una buena práctica bancaria, sino que las entidades deben tener en cuenta las circunstancias particulares de cada impagado y de cada cliente, analizar en cada caso la procedencia de llevar a cabo la reclamación y acreditar que efectivamente han realizado alguna gestión encaminada al recobro; en suma, una reclamación realizada sin tener en cuenta esas circunstancias particulares nunca podría calificarse como una gestión necesaria e individualizada que ampare la repercusión de la comisión». 
Redunda que su devengo está vinculado a la EXISTENCIA EFECTIVA de gestiones de reclamación realizadas ante el cliente deudor (algo que, a juicio de este Servicio, no está justificado con la simple remisión de una carta periódicamente generada por el ordenador)
Les recuerdo además que la ley del préstamo al consumo de 1995 enuncia en el artículo 13 sobre el cobro indebido:
2. Si el cobro indebido se hubiera producido por malicia o negligencia del empresario, el consumidor tendrá el derecho a la indemnización de los daños y perjuicios causados, que en ningún caso será inferior al interés legal incrementado en cinco puntos, o el del contrato, si es superior al interés legal, incrementado a su vez en cinco puntos.
Les agradeceré que retrotraigan dichas cantidades, y los respectivos intereses, a la mayor brevedad posible; les recuerdo que el plazo de 2 meses a contar desde el recibo de la presente, es el máximo estipulado por la normativa del Banco de España para dar respuesta, ya que de lo contrario me veré obligado a presentar reclamación ante dicha entidad, con las molestias que esto conlleva. 
En el caso de que no atiendan a la petición y el dictamen del Banco de España me sea favorable, presentaré una demanda ante el Juzgado de 1ª Instancia, por lo que sería una mala práctica bancaria y un abuso por parte de su entidad. 
Sin nada más que añadir, y quedando a la espera de que accedan a las peticiones expuestas en el presente escrito, reciba un cordial saludo.
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Carta extraida de Foro antiusura 
 http://economiazero.com/como-reclamar-a-los-bancos-el-cobro-indebido-de-comisiones-por-descubierto/

Las comisiones bancarias : El negocio menos visible


Porcentaje de Gastos cubiertos por las comisiones.

Una cuenta de ahorro, disponer de una tarjeta de crédito, realizar transferencias o cobrar un cheque cuestan dinero, y mucho. 

Muchos bancos cubren sus todos sus gastos simplemente con las comisiones,cuyos ingresos son iguales a todas las demás partidas de ingresos del banco sumadas.

El Banco de España avisa de que las comisiones se han triplicado desde 1995; curiosamente siguen siendo las únicas empresas que sólo abren sus locales por la mañana.
Incremento de las comisiones bancarias en España.
Las comisiones bancarias son cantidades que los bancos y cajas de ahorro cobran por los servicios de intermediación o gestión que prestan. 

 Salvo puntuales excepciones, facturan a los clientes tanto por la actividad que se mantenga con la entidad como por la inactividad ,por la contratación de un producto como por su cancelación .

Por todo ello, los tipos de interés de los productos financieros no han de ser las únicas cifras a las que debemos prestar atención antes de elegir una entidad bancaria, si bien hemos de saber que el margen de maniobra del consumidor es escaso: las variaciones de las comisiones entre entidades bancarias son generalmente escasas. 

Cada entidad aplica las comisiones que estima oportunas, previa consulta con el Banco de España y con la Comisión Nacional del Mercado de Valores. 

Las normas de protección al consumidor incluyen la obligación de informar al usuario. Las entidades deben publicar en sus tablones de anuncios estas tarifas y facilitar al cliente un extracto de las mismas.

Ahorrar se paga 

Bancos y cajas cobran por ingresar dinero, por sacarlo, e incluso, aunque parezca una incongruencia, también cobran por no hacer ni una cosa ni la otra, ya que la inactividad también se paga. 

En concreto, a partir del tercer año de inactividad en una cuenta de ahorros algunos bancos y cajas cobran seis euros semestrales en concepto de comisión.

Por disponer de una cuenta corriente, el titular debe abonar -en concepto de gastos de mantenimiento- entre 10,80 y 54,10 euros anuales, según la entidad bancaria de que se trate. 

A estas cantidades hay que sumar las comisiones por cada apunte u operación realizada. 

Aunque algunos bancos o cajas no cobran por este concepto y otras solamente lo hacen a partir de un número determinado de apuntes, cada anotación en cuenta –no son computables a estos efectos los reintegros en efectivo, los adeudos de cheques ni los apuntes generados por la liquidación de intereses o comisiones- puede suponer al titular un coste de hasta 0,45 euros.

Los números rojos, cómo no, también cotizan, y los descubiertos en cuenta corriente y libretas de ahorro son considerados operaciones de crédito a todos los efectos, aplicándose comisiones.

El dinero de plástico también es caro

La posesión de una tarjeta de crédito puede ocasionar un desembolso anual de hasta 24,04 euros, mientras que el coste de una de débito oscila entre 3,61 y 12,02 euros al año. 

Si la tarjeta es “oro” o similar (ofrecen un tope mayor de crédito), la cuota se puede elevar hasta los72,12 euros anuales.

Pero las tarjetas de plástico exigen precauciones a la hora de usar el cajero automático, ya que también se ven afectadas por el cobro de comisiones, y al no estar sometidas a una regulación específica respecto a las comisiones aplicables, las entidades las aplican libremente. 

Extraer dinero de un cajero puede suponer hasta un 4%, con un mínimo de 2,50 euros, según se retire el dinero en la propia entidad, en un cajero de la red o de red ajena. 

Es decir, extraer 60 euros en un cajero de la competencia puede generar al usuario un coste añadido de 2,50 €. Por lo que respecta a las disposiciones a crédito, tambien estan grabadas.

Movimientos de fondos

Bancos y cajas de ahorro cobran a sus clientes cada vez que éstos realizan una transferencia o gestionan un ingreso por cheque, letra o pagaré. 

Los gastos dependen de las siguientes variables: la forma en la que se formula la orden de pago (manualmente es más cara que en soporte magnético o informático), la urgencia de la transmisión y el destino de la operación.

Préstamos con mucho interés

Los gastos bancarios representan cantidades importantes cuando el usuario formaliza un crédito hipotecario o de consumo, con unos costes de apertura que se mueven entre el 1’5% y el 4% de la cantidad prestada. 
También acarrean comisiones la mayoría de las cancelaciones anticipadas de préstamos, hasta el 1%  en los créditos hipotecarios y entre el 1’5% y el 3% en los créditos personales.

El estudio previo a la concesión del préstamo también supone comisión bancaria. 
En los préstamos hipotecarios, esta comisión debe presentarse dentro de la comisión de apertura. Normalmente, se calcula como porcentaje, entre el 0'20 y el 2% del im-porte del préstamo, con unos mínimos que oscilan entre los 12’02 y los euros.

Requisitos de las comisiones bancarias

Ser realmente necesarias. El servicio cobrado debe responder a un servicio efectivo y no recogido por otro producto ya contratado por el cliente.

No ser sorpresivas. El precio de la comisión debe ser comunicado de forma inteligible al consumidor.

Ser legales. Aunque el cobro está liberalizado, debe respetar diversas normas que regulan la materia.

> No resultar abusivas. Deben cubrir los gastos de la entidad y su margen de beneficios; ello implica que no puedan cobrar comisiones cuya cuantía sea proporcional al nominal de la operación.

También es ilícito cobrar comisiones por seguimiento y administración de un préstamo, pues son actuaciones que el banco realiza por su propio interés.

No pueden exceder la cuantía fijada. En las cancelaciones anticipadas de hipotecarios variables, son del 1%, y en los créditos al consumo, del 1,5% en los variables y del 3% en los fijos. Respecto a las hipotecas a tipo fijo, y aunque haya que hacerlo sin soporte legal, conviene reclamar las comisiones superiores a un 2,5%.

Modificaciones de las comisiones. Para modificarlas deben haber transcurrido dos meses desde su publicación en el Tablón de Anuncios de la Entidad.

No pueden repercutir en el cliente los gastos generados por la insuficiente diligencia de la entidad (gastos que se ocasionen por la no presentación dentro de plazo de recibos u efectos, como consecuencia de la actuación negligente del banco o por fallos en el sistema informático).

Tampoco pueden cobrarse comisiones no previstas en el contrato.

No se puede cobrar ninguna comisión por descubierto cuando éste se produzca como consecuencia de normas de valoración a la hora de imputar un abono o adeudo en una determinada fecha. En todo caso, las comisiones por descubierto, si proceden, deben ser proporcionales al descubierto generado.

Comisiones por devolución de cheques, letras, recibos... entregados para su presentación al cobro a una entidad bancaria. El Banco de España las considera incorrectas, si el Banco o Caja no ha informado previamente a los clientes que en caso de impago del titulo, se cobrará comisión por devolución.

¿Qué dice la ley?

- Las dos normas en las que se basan las comisiones bancarias en España son la Orden ministerial de 12 de diciembre de 1989, sobre tipos de interés, comisiones, normas de actuación e información a los clientes y publicidad de las entidades de crédito, y la Circular 8/1990 del Banco de España de transparencia de las operaciones de las entidades de crédito y protección de la clientela, con sus posteriores modificaciones.

- Ambas normas prevén un sistema de libertad de precios para la práctica totalidad de las comisiones, pero con limitaciones: los bancos y cajas de ahorro no podrán cargar tipos o cantidades superiores a las contenidas en las tarifas, ni cobrar comisiones por conceptos no mencionados en las mismas. 

Tampoco podrán cargar comisiones y gastos por servicios no aceptados o solicitados formalmente por el cliente.

Además, se establece que las comisiones o gastos repercutidos tendrán que responder a servicios efectivamente prestados o a gastos reales.

- La ley establece también garantías formales para los usuarios, como la publicidad de las tarifas y la entrega del documento contractual.

Un supuesto práctico de gasto anual en comisiones

Gasto anual del titular de una cuenta corriente y 2 tarjetas, una de crédito y otra de débito:

- Mantenimiento anual de la cuenta corriente y 5 apuntes al mes... entre 10’80 y 81’10 euros.

Coste anual de una tarjeta de crédito clásica, con cinco disposiciones en efectivo de 60’02 euros en la propia entidad y una de 120’20 euros en otra red... entre 9’62 y 37,83 euros

Coste anual de la tarjeta de débito, con 33 disposiciones en efectivo de 60’02 euros y 2 de 150,25 euros en la propia entidad, 11 disposiciones en efectivo de 60’02 euros en otra entidad de la red, 2 disposiciones en efectivo de 200 euros en otra entidad de la red y 4 disposiciones de 60,02 euros en otra red… entre 5’04 y 42’52 euros

Seis transferencias normales de 180’30 euros a otra cuenta de la que es titular en la misma plaza. Una transferencia urgente de 120’20 euros a una cuenta en otra ciudad… entre 7’51 y 31’23 euros

Seis ingresos en cuenta de cheques de 721’21 euros… entre 5’4 y 14’4 euros
Total del gasto anual de comisiones: entre 38’37 y 209’49 euros

http://usuariosbancos.blogspot.com/2011/02/las-comisiones-bancarias-el-negocio_21.html 

Diez comisiones bancarias que se pueden evitar


¿Es posible evitar las comisiones bancarias? 

¿Cuáles de ellas son negociables? ¿Hay establecido algún límite para evitar comisiones abusivas?

Las entidades cobran comisiones por los propios productos bancarios, pero también por sus servicios, y por la administración, tramitación y prestaciones de servicios de inversión. 
Aunque las entidades tienen la obligación de informar de cuánto cuesta cada producto y de cuáles son los gastos de las operaciones, lo cierto es que muchas veces el cliente es consciente de ellas cuando las descubre revisando los movimientos a través de la banca online o cuando llegan los extractos de operaciones a su correo. 
¿Es posible evitar las comisiones bancarias? ¿Cuáles de ellas son negociables? 
¿Hay establecido algún límite para evitar comisiones abusivas?
La tendencia de las entidades bancarias es la de eliminar comisiones en la mayoría de sus productos o servicios, pero lamentablemente todavía hay muchas comisiones que gravan el ahorro de los españoles. Si se compara adecuadamente, es posible evitar no sólo una sino hasta diez comisiones diferentes:
1. Mantenimiento y administración de cuenta: la banca online ha eliminado prácticamente estas comisiones, otras permiten dejar un saldo mínimo en cuenta para evitarlas. 
Lo ideal es que den intereses por el dinero en cuenta (las cuentas remuneradas), pero como mínimo es muy importante negociar que no cobren comisiones por servicios o cambiar de banco.
2. Descubierto de cuenta: es una comisión difícil de evitar, ya que se trata de una situación en "números rojos" que el banco procederá a aplicar un pago, una comisión mínima o un porcentaje sobre el saldo que ha quedado ha descubierto. 
Bastará con mantener siempre un saldo mínimo a prueba de recibos de última hora, fácil de decir pero a veces imposible de cumplir.
3. Inactividad o exceso de movimientos: una pequeña retirada de efectivo cada cierto tiempo o un depósito de manera frecuente, pero sin excedernos, mantendremos un ciclo de movimientos natural en la cuenta.
4. Mantenimiento de tarjeta de crédito: no hay que llevarse a engaño. Muchas entidades ofrecen tarjetas de crédito gratuitas, pero sólo durante una primera etapa promocional. Mientras algunas verdaderamente lo son, otras cobran una pequeña cantidad anual, y con otras sólo será necesario realizar diferentes pagos al año por un importe mínimo que, en la mayoría de los casos, suele ser perfectamente asumible si hacemos un uso frecuente de la misma.

5. Retirada de efectivo de cajeros: si se va a retirar de manera frecuente dinero del cajero con la tarjeta de crédito, es mejor optar por una tarjeta de débito y tener clara la relación de cajeros en las que esta operación está exenta de comisiones.
6. Transferencias e ingresos de cheques y pagarés: forman parte del grupo de comisiones eliminadas de los bancos que trabajan a través de Internet. En el caso de las transferencias es posible evitarlas solicitando una orden de transferencia o traspaso de efectivo en la que, como requisitos, debemos ser titulares de ambas cuentas y que la cuenta origen acepte este tipo de operaciones.
7. Gastos de correspondencia: en la plataforma online de la entidad, se puede desbloquear la opción para que no envíen correo postal de los movimientos o solicitudes que se realicen en la cuenta.
8. Comisión de estudio y apertura de un crédito: este tipo de comisión puede evitarse si se solicita dentro de las condiciones especiales de los préstamos para jóvenes, autónomos o pequeñas empresas, donde este tipo de comisiones suelen ser más flexibles.
9. Modificación de las condiciones: las novaciones, o modificaciones de las condiciones de un préstamo, tienen la ventaja de que nos evitan los costes notariales y registrales de las hipotecas. La comisión está limitada al 0,1% del capital que quede por amortizar cuando el préstamo a interés variable.
10. Cancelación anticipada del depósito a plazo: las entidades que operan online y aquellos depósitos que se realizan con un importe bajo y con un vencimiento a corto plazo, no suelen disponer de este tipo de comisión. Para una liquidez completa, es posible optar por un depósito a la vista o cuenta remunerada, donde no sólo se puede cancelar en cualquier momento, sino que permite realizar retiradas de efectivo total o parcial, sin modificar la rentabilidad del producto.
Negociar comisiones
A cambio de disfrutar de productos sin comisiones el cliente tendrá que asumir algún tipo de condición que puede ir desde una mínima vinculación con la entidad, 
como la domiciliación de la nómina (que en la mayoría de los casos no supone mayor inconveniente al bolsillo), 
mantener un saldo o consumo mínimo anual (habrá que hacer cuentas y una estimación de si esta condición se puede llevar a cabo sin problemas mayores) 
o la contratación de otro producto de la entidad (es necesario plantearse si realmente nos interesa contratar un plan de pensiones o una tarjeta de crédito;
 las condiciones que ofrecen pueden no ser tan interesantes como otros productos del mercado, teniendo en cuenta que seguramente acarreen unas comisiones que hagan perder todo el ahorro anterior).
Las entidades bancarias tienen la obligación de publicar un folleto con todas las tarifas máximas de comisiones, registrado en el Banco de España, indicando cuáles son los gastos que puede acarrear cada operación. Las entidades que ofrecen servicios de inversión también están sujetas a las mismas obligaciones, en este caso, sus tarifas máximas están registradas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Eva Llorca es editora del comparador de bancos iAhorro.com

http://www.expansion.com/2012/08/10/midinero/1344599071.html 

La banca ha subido hasta un 185% en cinco años algunas comisiones

Monedas y una tarjeta
Ampliar
  • Un estudio de Adicae acusa a las entidades nacionalizadas de subir sus tarifas más que el resto de entidades.
  • El 45% de consejeros de banco subieron su salario en 2011 pese a que el beneficio cayó un 63%
La banca "está haciendo pagar su crisis a todos los consumidores". 
Esta es la conclusión a la que llega la asociación de usuarios de bancos Adicae, que denuncia que, pese a la caída de la actividad, el aumento del paro y la caída de salarios generalizada, las entidades financieras no han dudado en aplicar subidas de entre el 62,8 y el 33,4% desde el inicio de la crisis.
Los usuarios de banca denuncian que es especialmente acusada en las entidades rescatadas con dinero público
El aumento de tarifas es especialmente acusado en el caso de las comisiones por estudio de una hipoteca: 
en cinco años casi se han triplicado (un 185,9%) en la banca generalista, duplicado en las entidades foráneas que operan en España e incrementado un 142% en las intervenidas por el Estado, tal como señala este estudio, que analiza las comisiones cobradas por 24 entidades –11 españolas 'sanas', 6 extranjeras y 7 nacionalizadas– en el periodo 2007-2012
También se han encarecido muy por encima de la media lascomisiones por mantenimiento de cuenta corriente –entre un 180 y un 102%, según Adicae

Así, mientras que un pequeño ahorrador de un banco o caja medianos pagaban en2007 entre 19 y 21 euros al año por tener su libreta, los usuarios pagan ahora hasta 59 euros anuales de media.
Si bien la subida es generalizada, los usuarios de banca denuncian que es especialmente acusada en las entidades rescatadas con dinero público
Por ejemplo, han duplicado la cuota media anual por tener una tarjeta de crédito. 
"Algunas tarifas parecen más baratas a simple vista, pero si las analizamos comprobamos que compensan esa rebaja aplicando un importe mínimo más alto", denuncia en su informe Adicae.

Sueldos de 413.000 euros

Mientras las entidades aprietan las tuercas de los clientes para compensar la caída de beneficios –un 63,7% en 2011, según los últimos datos de la patronal bancaria– sus consejeros aumentaron en un 5,6% de media sus remuneraciones. 
La subida es el doble en el caso de las retribuciones fijas –es decir, que no dependen del cumplimiento de ningún tipo de objetivo–; en este caso han subido un11% en el último año, tal como refleja elInforme de Gobierno Corporativo publicado este miércoles por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Pese las ayudas públicas y el desplome de los beneficios, casi la mitad de las cúpulas dirigentes del sector financiero –un 45%– no dudaron en incrementar sus salarios. 
Y es que este sector sigue siendo el que mejor remunera a sus altos cargos. 
El año pasado cada consejero empleado en las finanzas percibió de media unos413.400 euros –609.600 euros en el caso de los bancos–, frente a los 253.000 euros que percibió un alto cargo de una gran empresa de otros sector.

La factura seguirá subiendo

Las comisiones seguirán subiendo en el medio plazo, según la patronal bancaria. 

Durante la presentación del balance del tercer trimestre del año, el secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pablo Villasante, dejó claro que las entidades han de aumentar su eficiencia y sus márgenes de interés. 

En la misma línea, el Banco Santander, durante la presentación de su plan de fusión con Banesto, adelantó su intención de recuperar "los márgenes y comisiones perdidos", ya que, según afirmó, los márgenes actuales "aún tienen recorrido".


hasta cuando se podrá aguantar!




El Gobierno del conservador David Cameron planea elevar la edad mínima de jubilación en el Reino Unido a los 75 años, como consecuencia de una crisis de fondos públicos y una mayor expectativa de vida entre los ancianos británicos, que afectará a millones de personas en el país.

Hasta cuándo vamos a a aguantar en Occidente las salvajadas neoliberales de los lacayos de SIÓN?


LibreRed




Cameron propone elevar la edad de jubilación a 75 años
 4 marzo, 2016
Cameron encomendó al exdirector de la Cámara de la Industria británica, John Cridland, encabezar una revisión del sistema jubilatorio y de pensiones en Gran Bretaña.



El Gobierno se pronunciará sobre el tema en mayo, cuando el ministro de Hacienda, George Osborne, presentará sus conclusiones ante el Congreso.
Cameron indicó que la revisión que encabezará Cridland, la cual es requerida bajo la actual legislación, considerará cambios en materia de expectativa de vida de los británicos, también los cambios ocurridos en la sociedad “para hacer que la pensión estatal sea sustentable y rinda a las futuras generaciones”.
Bajo las normativas actuales y hasta 2028, los británicos, tanto mujeres como hombres, se pueden jubilar a los 67 años. Esa edad mínima había sido elevada recientemente de 65 años y previamente era de 60 años.
Leonardo Boix | El Telégrafo

Desmantelamiento del Estado de Bienestar

Desmantelamiento del Estado de Bienestar
 Las consecuencias de la crisis y de las políticas de recortes en gasto social de los Gobiernos del PP en España, y del PSOE en Andalucía, han aumentado las desigualdades sociales como vienen constatando numerosos estudios; y en Andalucía, más que en el conjunto de España, como ha señalado el último Informe Foessa. Los indicadores sobre exclusión social evolucionan peor en Andalucía que en el resto de España, sea el gasto medio del hogar, el desempleo de larga y muy larga duración, las dificultades para llegar a fin de mes, o la situación de exclusión y exclusión severa. Son los ámbitos de empleo, vivienda y salud los que más contribuyen a este incremento de la fractura social. Una comunidad en la que el desempleo, el riesgo de pobreza y exclusión social han cobrado una dimensión de emergencia social.
 Es en situaciones sociales como la de Andalucía donde cobra especial relevancia un sistema sanitario como elemento de equidad y cohesión social, capaz de dar respuestas a las necesidades sanitarias de toda la población independientemente de su nivel de renta. Sin embargo, la realidad es que empiezan a detectarse señales preocupantes de su deterioro, de su desmantelamiento.


 Las primeras señales de este deterioro son el aumento de las listas de espera y la saturación de los servicios de urgencias de los hospitales. Más allá de los escasos datos maquillados que ofrece la Consejería de Salud –cuando los ofrece–, la realidad diaria más inmediata de los centros sanitarios son demoras que superan los plazos establecidos para intervenciones quirúrgicas, primeras consultas de especialistas y pruebas diagnósticas, y un “baile” incesante de pacientes entre los médicos de Atención Primaria como consecuencia de no sustituir sistemáticamente las ausencias. Empieza a recordar esta situación a la de los años 80 y 90, cuando la gente tenía que hacer gestiones especiales del tipo “¿conoces a alguien…?” para intentar que la consulta, la prueba o la operación se realizasen en un tiempo razonable; y si no tenía éxito, intentar la vía de la puerta de Urgencias del hospital. Si éstas vuelven desde hace unos años a saturarse –y más en invierno– es porque vuelven a ser la única vía que les queda a los pacientes que esperan más de lo prudente para esa consulta especializada, o esa prueba, o esa intervención.
 Esta es la foto de unos servicios sanitarios incapaces y desbordados para atender a una población que, por otra parte, ni ha aumentado, ni hay datos de mayor morbilidad.
 ¿Cuáles han sido las causas de este desbordamiento? ¿Qué está pasando?
 Lo que sí se ha constatado es una disminución del presupuesto, traducido en una disminución de personal, a lo que ha seguido, como era de esperar, la de la actividad asistencial. Han disminuido los contratos y las horas de contrato en los eventuales –parcialmente restablecida recientemente-, que no han sido compensados por el aumento generalizado de 35 a 37,5 horas en la jornada laboral semanal. La disminución de retribuciones por actividades adicionales como jornadas de tarde, o para equipos de cirugía móviles que acudían a operar pacientes en lista de espera a otros hospitales, ha tenido su correlato en la disminución de la actividad asistencial. Cuando un sistema mantiene un nivel de actividad sustentado en parte en retribuciones adicionales, es totalmente esperable que al desaparecer éstas caiga esa actividad.
 Además de estos elementos, otros factores, a nuestro modo de ver, han empeorado la salud del propio sistema.
 Uno de ellos ha sido, y sigue siendo, la obstinada negación de la Junta de Andalucía en reconocer estos recortes; esto ha impedido tomar medidas coherentes para minimizar sus consecuencias. Los máximos responsables de la Consejería de Salud intentaron vender a la opinión pública que con el impulso de la gestión clínica y con una nueva política de compras conseguirían ahorros suficientes para no afectar la asistencia a los pacientes.
 En realidad, todo ha consistido en reducir año tras año el presupuesto: de 9.827 millones en 2009 a 8.459 millones en 2015; de un gasto por habitante de 1.183,50 euros en 2009 a 976,51 en 2014, el más bajo de España.
 Sin embargo se repite, año tras año, a los directivos de los centros esta consigna: “Este es tu presupuesto; no hay ni habrá más. Estos son los objetivos, que no se discuten. Trasládalos a tus Unidades de gestión clínica y apáñatelas como puedas; y sin bronca que transcienda a los medios”.
Ante este panorama presupuestario no queda más que trasladar a los directivos de los hospitales y distritos de Atención Primaria la presión para intentar mantener la actividad asistencial como sea, y éstos a su vez a las distintas Unidades de gestión clínica. Pero no se trata de “este” año difícil en el que hay que hacer más esfuerzos para salvarlo; no es una carrera de obstáculos de media distancia, sino una maratón que dura ya 8 años, y hay que actuar en consecuencia.
 Las consecuencias de esta política de ocultación de la realidad podemos verla en dos áreas: la planificación hospitalaria y la gestión de las propias Unidades de gestión clínica.
La planificación hospitalaria
 En estos momentos hay una serie de CHARES (Centros Hospitalarios de Alta Resolución), hospitales pequeños, para asistencia especializada básica ambulatoria y hospitalizaciones de corta estancia, que la Junta fue prometiendo y construyendo, repartidos por todo el territorio. La ubicación de esos centros ha dependido más de intereses clientelares y electorales que de una verdadera planificación. Hay que reconocer que no siempre fue así: en 1984 la Consejería de Salud sí hizo pública la Situación y futuro de la red hospitalaria de Andalucía, que es como tituló el texto que editó con su respectivo ISBN. Eran otros tiempos.
 Cabe pensar que desde hace muchos años se abandonó la planificación porque nunca se sabe si dentro de seis meses va a saltar una “necesidad política” (que no de salud) en algún sitio y hay que prometer un CHARE, un nuevo centro de salud, algo.
 La situación actual es una red de CHARES acabados o a medio acabar, más o menos equipados, con o sin accesos, con o sin acometidas de suministros básicos; incluso hay alguno abierto más simbólica que realmente. Se desconoce cuáles son las posibilidades y previsiones de puesta en marcha de la consejería para esta legislatura, y cuál sería la cartera de servicios con que iniciarían su funcionamiento, y en qué plazo se iría completando.
 Hay además otros hospitales que sustituirán a otros más antiguos, como los de Ronda y La Línea de la Concepción. Hay ampliaciones pendientes como la del Materno-infantil de Almería o la del hospital de Marbella. Hay promesas que ya no son creíbles, como la del nuevo gran hospital de Málaga, o el nuevo hospital de Cádiz, o la del antiguo hospital militar de Sevilla.
 ¿Por qué la consejería no dice –sin ocultar la verdad– cuál es la situación real, cuáles son sus planes y prioridades para poner en marcha estos centros? ¿Es que no puede reconocer que las cuentas no salen para acabar estas inversiones y arrancar y mantenerlo en funcionamiento? La asistencia especializada que estaba previsto facilitar a los pacientes en Lepe, Cártama, Vejer, Lebrija, etc., se está prestando ahora en otros centros. ¿Cómo afectará a estos centros la puesta en marcha de los primeros? ¿Cómo va a ser la selección de personal para los nuevos centros, más allá de “según la normativa vigente”?
Otro aspecto relacionado con la planificación hospitalaria es el de las fusiones de hospitales, que se anunciaron como medida de ahorro y de mejora en 2013. Hasta ahora sólo tienen soporte normativo las de Granada y Huelva, mediante sendas Órdenes de la Consejería de Salud de finales de 2014, año y medio después de anunciarlas. Recientemente un juzgado ha declarado nulas las actuaciones para la fusión realizadas en Huelva con anterioridad a la publicación de la orden correspondiente. Además de actuar sin un mínimo plan director, la Administración ha actuado arbitrariamente, sin amparo legal. ¿Alguien rendirá cuentas de esta falta de rigor? La incertidumbre de los profesionales y tensiones laborales propiciadas por la ausencia de un plan de fusión es otra prueba de los modos de hacer de la Consejería de Salud. Improvisación para salir del paso, que mañana será otro día. ¿Desiste definitivamente la consejería de las fusiones de los hospitales de Sevilla y Málaga? ¿Se quedarán en una fusión de Unidades de gestión clínica? ¿Cuáles? ¿Cómo se hará? ¿En qué mejorará la asistencia a los pacientes?
Las Unidades de Gestión Clínica o UGC
 Hablar de gestión clínica es como hablar de calidad de los servicios sanitarios. La respuesta será distinta según el colectivo (pacientes, profesionales, gestores, políticos). En el caso de la gestión clínica puede pensarse que los pacientes son los que la sienten más ajena. Al fin y al cabo, se supone que lo que ellos desean es que se les atienda pronto y bien, y que mejore su estado de salud. Tal vez les da igual si el hospital se organiza en UGC, en servicios médicos por especialidades o en Unidades de cuidados de enfermería. O que en su centro de salud haya un EBAP (Equipo Básico de Atención Primaria) o una UGC de Atención Primaria. Ahora bien, si las consecuencias de esa organización tienen repercusión en su asistencia, sí les importará.
 Esta forma organizativa pretende implicar a los profesionales sanitarios en la gestión de los recursos que ellos mismos utilizan. Después de años (década de los 80) de intentar trasladar a las organizaciones sanitarias públicas conceptos y técnicas de la empresa privada, se empezó a reconocer que el mayor determinante del gasto sanitario era el médico recetando medicamentos, pidiendo pruebas, indicando procedimientos quirúrgicos y utilizando la alta tecnología. Así que se buscó con la yuxtaposición de las dos palabras, “gestión” y “clínica”, otro enfoque: como los médicos no se impliquen también en las consecuencias de su práctica clínica en el gasto, el incremento de éste será insostenible para el Estado.
 Buscando una definición de consenso podría decirse que la gestión clínica pretende incorporar a los profesionales sanitarios –en realidad se estaba pensando en los médicos, pero hubo que incorporar en el diseño a las enfermeras y al resto del personal– a la gestión de los recursos que ellos mismos utilizaban, con el objetivo de mejorar la organización del trabajo, dándoles más autonomía y continuidad asistencial (esto es, que el recorrido del paciente por los servicios sea ágil, con el apoyo en una historia clínica electrónica única accesible desde cualquier punto de asistencia). En teoría todos ganarían: la Administración, en la contención del incremento del gasto; los gestores, con nuevas formas organizativas que les permitiesen evitar a jefes de servicio vitalicios poco colaboradores en la introducción de innovaciones clínicas y organizativas; los profesionales sanitarios, en autonomía en la organización de su trabajo, y en posibilidades de promoción profesional; y los pacientes, que estarían más satisfechos porque todo funcionaría mejor.
 En Andalucía el Servicio Andaluz de Salud, SAS, intentó ponerlas en marcha hacia el año 2000. Sin embargo fue cuando la retribución variable (como productividad) del personal alcanzó cifras importantes, a partir de 2006, cuando se generalizaron. En 2007, un decreto de la Junta obligó a todos los Equipos de Atención Primaria a constituirse en UGC. En hospitales sigue sin haber norma legal que las regule.
 Esta es la teoría.
 Creemos que la realidad actual en las UGC se parece más a lo que viene a continuación.
 El presupuesto anual de gastos se distribuye básicamente en dos o tres grandes partidas. Si es un hospital, en gastos de personal (capítulo 1) y gastos en compra de bienes y servicios (capítulo 2), que incluye los medicamentos. Si es un distrito de Atención Primaria, se añade el gasto en recetas (capítulo 4, medicamentos dispensados en oficinas de farmacia). Las inversiones (capítulo 6), escasas en los últimos años, se deciden a nivel central.
 En los últimos años, el presupuesto, además de seguir siendo insuficiente, ha sido menor que el del año anterior. La minoración se ha hecho sin demasiados matices, aplicando el porcentaje de recortes decidido a cada centro: % menos en personal, % menos en capítulo 2, sólo un incremento del % en recetas,… y así año tras año, un poco menos a todos, con independencia de la situación de partida o de la necesidad.
 Así que bajo el principio de “este es tu presupuesto, y no hay ni habrá más”, se establecen los objetivos más importantes para los centros (hospitales, distritos), cuyos gerentes trasladan a cada UGC y el director de cada Unidad a sus profesionales, y los profesionales traducen a los pacientes las limitaciones del sistema, intentando explicar las demoras, los medicamentos no financiados, las ausencias de compañeros no sustituidos, la falta de material clínico… como consecuencia de la disminución del presupuesto.
 Además de los objetivos de gasto hay otros que proceden del contrato-programa entre la Consejería y el SAS, que de la misma forma se da traslado a cada hospital y distrito, cuyo gerente debe firmarlo e irse con él debajo del brazo para que se lo firmen los directores de sus UGC. En realidad son contratos de adhesión.
 No nos corresponde cuestionar la pertinencia u oportunidad de los objetivos, pero sí hemos de recordar que durante varios años apareció como “objetivo estratégico específico” “impulsar una actitud proactiva, articulada y planificada de los centros del SAS con respecto a los medios de comunicación social”, y cuyo indicador era generar un número concreto de noticias positivas al mes para el gabinete de prensa de la consejería; otro consistió en poner en marcha una comisión de participación ciudadana en la que los representantes de la ciudadanía eran designados por el propio SAS por sorteo de la base de datos de usuarios del SAS; había que reunirse una vez al año para explicar a estos representantes los objetivos del contrato-programa de la UGC y los logros. Es fácil imaginar que el grado de implicación y activismo de estos ciudadanos para con la fiscalización de dicho contrato-programa era tan arbitrario como lo era la forma de su designación.
 Según el grado de cumplimiento de estos objetivos, a los profesionales se les abona una cantidad económica como productividad. La evaluación del cumplimiento de muchos de estos objetivos (los que no son económicos ni los de farmacia) no se sustenta en sistemas de información sólidos y autónomos del declarante, que es el propio director de la UGC en muchas ocasiones.
 En promedio, en 2008 alcanzar los objetivos podía suponer 8.000 euros para un médico, 4.000 para una enfermera y 14.000 para el director de la UGC. Los recortes también han llegado aquí; ahora se está alrededor de los 6.000, 2.800 y 9.000 euros respectivamente.
 Creemos que uno de los problemas de las UGC es la falta de credibilidad en que han caído ante los profesionales: por un lado, por la forma de establecer los objetivos, unidireccional desde arriba, un contrato-programa de adhesión obligada; por otra, la falta de realismo: si el presupuesto del SAS es irreal por insuficiente, los objetivos económicos de las UGC son increíbles; además estaba el éxito sí o sí que la Consejería y el SAS exigían al modelo de UGC, ya que fueron declaradas garantes de la ausencia de recortes, y en Andalucía la doctrina oficial era que en la sanidad pública, blindada por la Junta, no había recortes.
 Es legítimo y obligado que un gobierno intente establecer objetivos que orienten la acción de los servicios públicos a la satisfacción del interés general, en el marco del presupuesto aprobado por el Parlamento. No estamos abogando por la vuelta al sistema de jefaturas de departamento, servicio y sección según especialidades médicas de hace cincuenta años. Lo que criticamos y lamentamos es el descrédito en que se ha dejado caer a esta forma de organizar los centros. Si a los problemas estructurales de presupuestos no creíbles e imposición de objetivos, se añade la falta de regulación que lleva a improvisaciones y vaivenes en el nombramiento de sus directores, la falta de transparencia en la evaluación del desempeño de sus miembros por esos directores, y utilizaciones coyunturales vinculadas a fusiones hospitalarias no explicadas, la desafección de los profesionales es inevitable.
Qué proponemos
 En primer lugar, y como principio, dejar de ocultar la realidad a los profesionales y los ciudadanos. No podrán corregirse los problemas si no se reconocen y se analizan. El déficit crónico de transparencia es el primer lastre a dejar para salir del pozo en que se ha dejado caer a nuestro sistema sanitario público.
 Habría que auditar de urgencia el estado del sistema sanitario para identificar las áreas críticas que ya están afectando o amenazan con afectar a la asistencia a los pacientes, y elaborar un plan de legislatura, tanto estratégico como de actuaciones a corto plazo. Probablemente en este plan se identifiquen necesidades como:
* Corregir dotaciones de personal por debajo de mínimos razonables, en centros de Atención Primaria, servicios de Urgencias y unidades de hospitalización concretas. Incluso antes que por mejorar las condiciones de trabajo del personal, por la seguridad clínica de los pacientes.
* Contar cómo están las listas de espera sin trucos estadísticos ni suspensiones temporales administrativas. Gestionarlas con criterios clínicos.
* Recuperar la afección de los profesionales al sistema público. Reconducir las UGC, tanto de Atención Primaria como de hospitales.
* No ocultar la realidad presupuestaria. (Otra cuestión es la priorización del gasto entre las consejerías de la Junta).
* Plantear objetivos centrados en lo importante, no en lo mediático, con criterios clínicos, intentando responder a la pregunta “¿en qué se benefician los pacientes?”, y de Salud Pública, para disminuir las desigualdades en la atención sanitaria, e intentar revertir la “ley de cuidados inversos” atendiendo más a los que más lo necesitan.
* Participación real de la ciudadanía. Si lo que está previsto en las normas no es viable, buscar con seriedad alternativas.
 * Planificación realista de servicios hospitalarios, iniciando de forma urgente una auditoría.
* Revisión de los sistemas organizativos desarrollados en paralelo (SAS y Agencias Empresariales Sanitarias) y de las externalizaciones de servicios (conciertos para asistencia sanitaria, etc.).
* Hay que aumentar el presupuesto público en salud, progresivamente y en cantidades significativas, para ir acercándonos a la media estatal. No es un éxito haber alcanzado el gasto más bajo por habitante de España.
 Finalmente, no podemos dejar de recordar que las desigualdades en salud tienen causas más profundas en desigualdades sociales ante las que el sistema sanitario sirve de amortiguador pero no de solución. Disminuir la brecha acrecentada en los últimos años debe ser el objetivo de la política que se hace para la gente.
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Juan Antonio Gil de los Santos. Portavoz de Salud del Grupo Parlamentario Podemos Andalucía. Economista.
Gustavo Laguardia. Médico.

fútbol? EPD


La Veu del País Valencià

Fa unes setmanes, mentre els líders més o menys consistents de la Unió Europea (UE) miraven cap a Picanya i s’abaixaven davant David Cameron els pantalons fins a més avall del garró, amb la intenció d’evitar el Brexit –l’eixida del Regne Unit- en el referèndum previst per al proper mes de juny, des d’algun despatx ben connectat entre els USA i UK s’hi col·locava la càrrega per a dinamitar, de facto, un dels elements simbòlics –diners a banda- fonamentals en la cohesió europea. Si més no, en els àmbits populars, cívics i esportius: la Champions League. Els danys col·laterals què, arribat el cas, se’n deriven, afectaran decisivament a les dinàmiques internes d’alguns estats amb la identitat sota sospita, quan no decididament construïda a base d’artificis i espoli financer. Poca broma amb el futbol.
 
 Segons que publicava aquesta mateixa setmana The Sun, cinc empreses futbolístiques britàniques de primer nivell –Manchester United, Manchester City, Arsenal, Liverpool i Chelsea- es disposen a prendre part en un projecte que sentenciaria a mort la Champions League i els actuals campionats domèstics. En el nostre cas, LFP i Copa del Rei. Els cinc clubs de referència en la Premier anglesa es van reunir a Londres per a estudiar el projecte de la European Super League, una operació que impulsa el multimilionari nordamericà Stephen Ross. La jugada consisteix amb un campionat d’àmbit europeu reservat als equips més exclusius, els quals s’assegurarien uns ingressos que millorarien ostensiblement els que actualment perceben per competir a la Champions. A més dels clubs britànics citats, hi hauria reserva de plaça per al FC Barcelona, Real Madrid, Milan, Bayern, potser Paris Saint Germain i algun altre.
 Heus ací la resposta per a la premsa de Covadonga, que preguntava amb displicència pretesament ofensiva contra qui jugaria el Barça si Catalunya assolia la condició d’estat independent. Ara tenen un problema afegit: el Real Madrid, que en alguns imaginaris encarna poc menys que  l’herència dels Tercios de Flandes, també canviarà els presumptes valors patriòtics pel compte d’explotació i les expectatives de benefici. O potser triarà el circuit domèstic per a assegurar-se les victòries contra el Getafe, l’Alcorcón, el Mirandés, la Ponferradina o el Valencia CF? Quan Manuel Vázquez Montalbán escrivia la crònica de la transició, hi subratllava tres elements que asseguraven la unitat d’Espanya –molt per davant d’altres mites com ara don Pelayo, el Cid, els Reis Catòlics, Guzmán el Bueno, el general Moscardó o Gibraltar español, per no abundar en la col·lecció de cromos i escapularis: la loteria nacional, la Guàrdia Civil i la Lliga de futbol. En qüestions com aquestes pot comprovar-se com el pas del temps esdevé inexorable. De loteries on provar sort, n’hi ha on triar-ne cada dia de l’any. Els efectes de la Loteria Nacional ja són imperceptibles 364 dies i el sorteig de Nadal es dilueix en les hores immediates. La consulta electrònica, a més, difumina les expectatives mediàtiques fins a l’extrem que ni la mateixa premsa de paper fa edicions especials. Sense tricornis en el paisatge urbà ni actituds associades a la coacció política, la Guàrdia Civil no tardarà a recaptar solidaritats inèdites quan s’hi pose de veritat en la negociació del conveni col·lectiu i la desmilitarització del benemèrit cos. I la Lliga, ai, amb l’horitzó sentenciat, ben poc podrà contribuir al fervor d’un patriotisme que difícilment podrà suplantar La Roja. Primer, perquè ja no és el que era. I segon i principal, perquè les empreses futbolístiques no acceptaran de bon grat arriscar allò que costa molts diners, entre la fitxa i el que no està escrit, per a garantir competitivitat i beneficis. Si ja n’hi ha males cares quan envien els jugadors a la “selección nacional”, a poc que la European Super League vaja endavant, la restricció en el subministrament de figures serà tan ostentosa com la negativa del Real Madrid a cedir el Bernabéu perquè el rei d’España done la Copa en una cerimònia desagraïda i acompanyada per xiulades, si la disputen el Barça i l’Athlètic de Bilbao, que intenta apaivagar l’espanyolisme mediàtic. Un altre símptoma de l’escassa adhesió al mapa. Per a tranquil·litat de l’afició, un vestigi sobreviurà al cataclisme. La rivalitat entre el Real Madrid i el Barça. Un conflicte extra-esportiu que ni es crea, ni es destrueix. Senzillament es transforma i s’adaptarà a les noves circumstàncies, passe el que passe amb el caduc mapa d’Espanya.
 Esgotades les referències heretades per una història que corre molt de pressa i amb una unitat de la pàtria innegociable -perquè l’espoli, ni ben presentat en els artificiosos fòrums autonòmics, és innegociable per als vençuts-, el futbol també caurà de l’univers simbòlic associat a la causa patriòtica espanyola. La pròxima guerra freda entre el capital nord-americà i el capitalisme d’estat rus es dirimirà sobre la qualitat dels fitxatges i la propietat dels antics clubs de futbol, mentre alguns estats es remiraran el melic, a veure si ressuscita l’esquadra de Lepanto. I tot perquè els líders més o menys consistents de la UE, preocupats pel Brexit, van oblidar-se de blindar la Champions. The End

el final del fútbol...



Adéu Champions, adéu España



per La Veu PV  


Fa unes setmanes, mentre els líders més o menys consistents de la Unió Europea (UE) miraven cap a Picanya i s’abaixaven davant David Cameron els pantalons fins a més avall del garró, amb la intenció d’evitar el Brexit –l’eixida del Regne Unit- en el referèndum previst per al proper mes de juny, des d’algun despatx ben connectat entre els USA i UK s’hi col·locava la càrrega per a dinamitar, de facto, un dels elements simbòlics –diners a banda- fonamentals en la cohesió europea. Si més no, en els àmbits populars, cívics i esportius: la Champions League. Els danys col·laterals què, arribat el cas, se’n deriven, afectaran decisivament a les dinàmiques internes d’alguns estats amb la identitat sota sospita, quan no decididament construïda a base d’artificis i espoli financer. Poca broma amb el futbol.
 
 Segons que publicava aquesta mateixa setmana The Sun, cinc empreses futbolístiques britàniques de primer nivell –Manchester United, Manchester City, Arsenal, Liverpool i Chelsea- es disposen a prendre part en un projecte que sentenciaria a mort la Champions League i els actuals campionats domèstics. En el nostre cas, LFP i Copa del Rei. Els cinc clubs de referència en la Premier anglesa es van reunir a Londres per a estudiar el projecte de la European Super League, una operació que impulsa el multimilionari nordamericà Stephen Ross. La jugada consisteix amb un campionat d’àmbit europeu reservat als equips més exclusius, els quals s’assegurarien uns ingressos que millorarien ostensiblement els que actualment perceben per competir a la Champions. A més dels clubs britànics citats, hi hauria reserva de plaça per al FC Barcelona, Real Madrid, Milan, Bayern, potser Paris Saint Germain i algun altre.
 Heus ací la resposta per a la premsa de Covadonga, que preguntava amb displicència pretesament ofensiva contra qui jugaria el Barça si Catalunya assolia la condició d’estat independent. Ara tenen un problema afegit: el Real Madrid, que en alguns imaginaris encarna poc menys que  l’herència dels Tercios de Flandes, també canviarà els presumptes valors patriòtics pel compte d’explotació i les expectatives de benefici. O potser triarà el circuit domèstic per a assegurar-se les victòries contra el Getafe, l’Alcorcón, el Mirandés, la Ponferradina o el Valencia CF? Quan Manuel Vázquez Montalbán escrivia la crònica de la transició, hi subratllava tres elements que asseguraven la unitat d’Espanya –molt per davant d’altres mites com ara don Pelayo, el Cid, els Reis Catòlics, Guzmán el Bueno, el general Moscardó o Gibraltar español, per no abundar en la col·lecció de cromos i escapularis: la loteria nacional, la Guàrdia Civil i la Lliga de futbol. En qüestions com aquestes pot comprovar-se com el pas del temps esdevé inexorable. De loteries on provar sort, n’hi ha on triar-ne cada dia de l’any. Els efectes de la Loteria Nacional ja són imperceptibles 364 dies i el sorteig de Nadal es dilueix en les hores immediates. La consulta electrònica, a més, difumina les expectatives mediàtiques fins a l’extrem que ni la mateixa premsa de paper fa edicions especials. Sense tricornis en el paisatge urbà ni actituds associades a la coacció política, la Guàrdia Civil no tardarà a recaptar solidaritats inèdites quan s’hi pose de veritat en la negociació del conveni col·lectiu i la desmilitarització del benemèrit cos. I la Lliga, ai, amb l’horitzó sentenciat, ben poc podrà contribuir al fervor d’un patriotisme que difícilment podrà suplantar La Roja. Primer, perquè ja no és el que era. I segon i principal, perquè les empreses futbolístiques no acceptaran de bon grat arriscar allò que costa molts diners, entre la fitxa i el que no està escrit, per a garantir competitivitat i beneficis. Si ja n’hi ha males cares quan envien els jugadors a la “selección nacional”, a poc que la European Super League vaja endavant, la restricció en el subministrament de figures serà tan ostentosa com la negativa del Real Madrid a cedir el Bernabéu perquè el rei d’España done la Copa en una cerimònia desagraïda i acompanyada per xiulades, si la disputen el Barça i l’Athlètic de Bilbao, que intenta apaivagar l’espanyolisme mediàtic. Un altre símptoma de l’escassa adhesió al mapa. Per a tranquil·litat de l’afició, un vestigi sobreviurà al cataclisme. La rivalitat entre el Real Madrid i el Barça. Un conflicte extra-esportiu que ni es crea, ni es destrueix. Senzillament es transforma i s’adaptarà a les noves circumstàncies, passe el que passe amb el caduc mapa d’Espanya.
 Esgotades les referències heretades per una història que corre molt de pressa i amb una unitat de la pàtria innegociable -perquè l’espoli, ni ben presentat en els artificiosos fòrums autonòmics, és innegociable per als vençuts-, el futbol també caurà de l’univers simbòlic associat a la causa patriòtica espanyola. La pròxima guerra freda entre el capital nord-americà i el capitalisme d’estat rus es dirimirà sobre la qualitat dels fitxatges i la propietat dels antics clubs de futbol, mentre alguns estats es remiraran el melic, a veure si ressuscita l’esquadra de Lepanto. I tot perquè els líders més o menys consistents de la UE, preocupats pel Brexit, van oblidar-se de blindar la Champions. The End.

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