Diez ladrones de energía que, según el Dalai Lama, nos atrapan y nos dejan vacíos. No nos damos cuenta, pero vivimos tan pendientes de lo banal que no atendemos a lo realmente importante.
Tomar distancia y alejarse de lo innecesario nos ayuda a mejorar la salud a todos los niveles. La dificultad está en hacerse consciente de qué es lo dañino, cuáles son esos ladrones de energía, para caminar al lugar que nos ofrece cierta estabilidad. Por ello el conocido líder espiritual ha hecho una interesante recopilación de factores que suelen minar nuestra energía:
“Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un bote para echar su basura, procura que no sea en tu mente”.
Las personas enchufadas a un protestador automático nos agotan y nos restan. Son ladrones de energía. Poner un ápice de energía en aliviar los egocentrismos ajenos destroza nuestra esencia. Así que, como se suele decir, si alguien busca un bote para echar su basura, procura que no sea en tu mente. Desliga tu vida de todo aquello que te aleje de ti y no dejes que los demás te arrastren hacia sus tormentas.
2 – Las cuentas … claras
“Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle”. Tener las cuentas claras significa tener la certeza de que no le debemos nada a nadie y que nadie nos debe nada a nosotros.
3 – Las promesas pendientes
“Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio”.
Ser personas de palabra es una de las cualidades más valoradas y cotizadas en el mercado de las relaciones interpersonales. Esto, sin duda, es una característica que va más allá porque refleja buenas intenciones y consideración hacia los demás.
“Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas”. No delegar aquello que nos resulta aversivo y que es posible delegar supone llenar nuestra vida de una negatividad innecesaria.
A veces, simplemente, no estamos en condiciones de realizar una tarea. Puede que, incluso, otra persona vaya a hacerla mejor o le apetezca más. Esto vale tanto para el hogar como para el trabajo. Seguro que hay cientos de opciones que garantizan una mejor condición. Esto garantizará un equilibrio positivo en nuestras vidas.
5 – No descansar ni actuar
“Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad”. Cada cual lleva su ritmo pero es importante saber descansar y coger fuerzas. No hacerlo cuanto más lo necesitamos implica perder nuestras fuerzas y cometer irresponsabilidades que acabarán en arrepentimiento.
“Tira, levanta y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas”. Hay desórdenes y desórdenes. Algunos más catastróficos que otros pero, al fin y al cabo, todos necesitamos de la iniciativa de deshacernos de algo.
7- No cuidar tu salud
“Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos”. Sirve de poco tener mucho trabajo, mucho dinero y mucho patrimonio si no somos capaces de cuidar lo que nos sostiene: nuestro cuerpo. Es esencial que dediquemos tiempo a relajarnos, hacer deporte, alimentarnos bien y conocernos.
8 – Las situaciones difíciles
“Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria”. Las situaciones difíciles nos ayudan a crear estrategias si tomamos las riendas e intentamos resolverlo. Posponer o ignorar cosas puede generarnos estrés y dificultar así nuestra estabilidad.
“Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar”.
El único medio para deshacernos de los monstruos es aceptarlos.
Asumir que hay cosas que no pueden cambiarse es un paso más para la consecución del bienestar emocional.
10 – No perdonar
“Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo”. El perdón sirve de cómoda almohada. Es probable que la vida nos ponga a prueba, por ello es importante que no alimentemos rencores; porque, si lo hacemos, moriremos poco a poco.
Guardar rencor es humano, muy humano. Pero también lo es perdonar. Y errar. Dicen que quien no ama, no perdona. De hecho, precisamente es el amor el responsable del perdón. El amor al otro, a la vida, al mundo y a uno mismo.
(Visto en https://maestroviejo.es/)
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