Un hombre subió con sus hijos al tren, pero los niños eran tan revoltosos que molestaban a todos los pasajeros...
El hombre se sentó junto a Covey, sin prestarle atención a la situación...
Covey al fin le dijo: «Señor, sus hijos están molestando a mucha gente. Me pregunto si no puede controlarlos un poco más».
El hombre se mostró asombrado y luego contestó: «Oh, tiene razón. Supongo que tiene razón...
Creo que algo tendré que hacer. Acabamos de venir del hospital, donde su madre murió hace como una hora. No sé qué pensar y supongo que ellos tampoco saben qué hacer».
La actitud de Covey cambió enseguida, y luego admitió que había aprendido una valiosa lección:
tratar de entender antes de pretender que los demás le entiendan.
A veces las personas nos irritan u ofenden porque ellas mismas están sufriendo.
Si nos gritan, quizá sea porque se rompe el dique de su frustración.
Veamos más allá de las palabras y miremos sus corazones.
Busquemos entender antes de esperar que nos entiendan.
Bendiciones...Coty
Publicado por Everth THENANSHED, 1er Oficial de la Federación Galáctica de planetas libres.
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