Cuando entramos en esta vida física, se nos concede un cierto número de respiraciones. Estas respiraciones se correlacionan con una medida de tiempo contada en segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años.. Este es nuestro capital real. Podemos pensar que la búsqueda más importante de la vida es el intercambio financiero de ganar dinero y gastarlo. Pero cuando miramos el panorama general, la búsqueda más importante de la vida es aprovechar al máximo el tiempo que se nos ha dado. Estamos aquí para acumular riqueza espiritual. En cambio, hemos sido atrapados por las vistas atractivas y coloridas de este mundo que creemos traerá ganancias monetarias. Al final de esta vida, descubriremos que hemos trabajado por la meta equivocada y que dejaremos este mundo sin nada.
El hecho es claro que no importa lo que hagamos con nuestra vida, nuestra vida terminará algún día. Si optamos por jugar el juego de la vida invirtiendo todo nuestro tiempo en la adquisición de riqueza y propiedades, nos veremos obligados a dejarlo todo atrás al final. Cuando tomamos nuestro último aliento, debemos entregar nuestra cuenta bancaria y propiedades a aquellos que hemos dejado atrás. Permanece en este mundo, mientras nuestra alma sale de este mundo.
Es cierto, sin duda, que el mundo se basa en un sistema económico en el que tenemos que trabajar para ganarnos la vida para cambiarlo por los bienes y servicios que necesitamos para cuidarnos a nosotros mismos y a nuestra familia. La espiritualidad no nos exige negar la vida y vivir de los demás, sino más bien ganarnos nuestro propio sustento honesto. Pero debemos buscar un equilibrio saludable. Necesitamos hacer un balance de nuestro dinero y nuestra tierra, pero también debemos hacer un balance de cómo gastamos nuestro tiempo.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de utilizar nuestro tiempo? Si sabemos que esta vida es sólo una pequeña parte de nuestra existencia, y que como alma tenemos una existencia que se extendió antes de esta vida y se extenderá más allá de esta vida, entonces, ¿qué se valora en el resto de nuestra existencia eterna?
La mercancía del amor
La mercancía más valorada en los reinos más allá de este mundo, al que todos iremos, es el amor espiritual. El alma no se mide por nuestros registros financieros, sino por la cantidad de amor que hemos irradiado a los demás. ¿Amamos a Dios? ¿Amamos a nuestros semejantes? ¿Amamos toda la creación? El amor se traduce en pensamientos, palabras y acciones que se expresan con bondad hacia los demás. Se expresa en cuánto nos preocupamos por los demás. Se demuestra por cuánto damos de nosotros mismos para ayudar o servir a los demás.
¿Qué juego deberíamos jugar?
Cuando eran niños, un juego popular era el "Monopoly", en el que uno giraba un tablero de juego tirando los dados. En este juego, uno aterriza en espacios con los nombres de las propiedades. Los jugadores reciben efectivo para gastar y pueden comprar la propiedad con ese efectivo. Luego, pueden construir casas y hoteles en esa propiedad y cobrar un alquiler cada vez que otro jugador aterriza en ese lugar. Este juego es bastante largo y los niños pueden pasar horas participando en él. Es tan atractivo que a menudo se olvidan de sus deberes o de sus otras actividades deportivas. Este juego de altas finanzas o “Monopoly” es muy similar al juego del mundo, que poco tiene que ver con el verdadero juego de Dios.
Dios tiene otro juego en marcha. Es un juego basado en la ley del amor. Es un juego en el que Dios nos ama y quiere que le devolvamos el amor a Dios. Este amor no es solo entre Dios y cada ser creado. También es tener amor por toda la familia de Dios. Dios quiere que juguemos al juego del amor piadoso.
¿Qué es el juego del amor de Dios? Es el juego en el que experimentamos el amor de Dios por nosotros mismos e irradiamos ese amor a todos los que nos rodean. Dios es un océano de felicidad y amor. Cuando nos conectamos con Dios, nos sumerge en ese éxtasis. Es más divertido que cualquier juego de este mundo. Es una felicidad mucho más allá de cualquier posible en este mundo. Podemos jugar el juego del amor de Dios a través de la meditación, el proceso de desviar nuestra atención del mundo exterior y enfocarlo dentro. Es a través del Juego del Amor de Dios que experimentamos las riquezas que yacen latentes dentro de nosotros, que nos traerán alegría, Luz y dicha insondable.
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