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18 de octubre de 2020

La vitamina D: Necesaria para evitar el aumento de peso y la obesidad


La vitamina D juega un papel preponderante en el organismo, ya que se ocupa de la absorción del calcio y el fósforo para mineralizar el esqueleto.

LLa obesidad es una enfermedad que actualmente deja millones de víctimas a nivel mundial; convirtiendo además en el enemigo silencioso de los niños en países como México. Aunque este problema ya considerado de salud pública es producto de una mala alimentación, se ha comprobado que el padecimiento también está relacionado al déficit de vitamina D.
 preguntarás qué tiene que ver con la obesidad, no obstante, científicos del Tufts-New England Medical Center han determinado que los bajos niveles de este componente están relacionados al aumento de grasa corporal y predisposición a la diabetes.

Además, dicho estudio determinó que las personas que padecen un déficit de vitamina D tienen tendencia a acumular tejido adiposo alrededor del abdomen, así como experimentar un rápido aumento de peso y por consiguiente la obesidad se hace presente.

La vitamina D en el organismo

La vitamina D juega un papel preponderante en el organismo, ya que se ocupa de la absorción del calcio y el fósforo para mineralizar el esqueleto.

Además es la responsable del normal funcionamiento y desarrollo tanto de músculos como de nervios. Cuando no hay un correcto porcentaje en el cuerpo, aparecen las enfermedades óseas, musculares o neurodegenerativas.

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Todo esto ocurre porque el compuesto liposoluble en sí, es el único que puede ser sintetizado en la piel por exposición a la luz solar. Además la vitamina D por aporte en la dieta o por síntesis cutánea es de carácter inactivo biológicamente hablando.

Para ello existe un abundante metabólico, el 25(OH)D3, el cual es una hidroxivitamina que no solo es estable sino que tiene gran afinidad con la proteína que transporta la vitamina.

La hidroxivitamina es usada a nivel médico para determinar el estado de la vitamina C en el organismo.

También hay otra serie de receptores que se ocupan de la absorción de nutrientes como el fósforo y calcio. Cabe decir que estos se encuentran en cada parte del organismo, para garantizar la síntesis de los compuestos necesarios para el funcionamiento del organismo.

Según estudios, los niños y mujeres embarazadas son las personas con mayor riesgo de padecer déficit de vitamina C.

Igualmente se sabe que la principal fuente del componente es el sol, por tanto se ha llegado a considerar que el uso de protector solar, limita aún más el abastecimiento de la vitamina; especialmente porque muy pocos alimentos aportan la vitamina en porcentaje aceptables.

Durante del proceso de envejecimiento disminuye la producción de cutánea del liposoluble.

Factores de riesgo

Ahora bien, hay ciertos factores que potencian este problema, siendo uno de ellos los pacientes que sufren del síndrome de mala absorción intestinal y los sometidos a una cirugía bariátrica.

Si sufres de síndrome nefrótico, debes saber que los pacientes con este problema, tienden a perder elevadas cantidades de 25(OH)D3 en la orina.

Lo mismo ocurre por el consumo de ciertos medicamentos, especialmente los anticonvulsivos o los que tratan el VIH/SIDA. Estos influyen en la destrucción de la 25(OH)D3 y de la 1.25(OH)2D, compuestos necesarios en el proceso de síntesis de la vitamina D.

Respecto a la 1.25(OH)2D o calcitriol, se sabe que estimula la absorción intestinal de la vitamina cuando no está en su forma ideal en el organismo.

Junto a la prohormona cumple funciones metabólicas de cara al calcio, fósforo y tejido óseo.

Los pacientes con enfermedades granulomatosas, un ejemplo de ello la sarcoidosis, o tuberculosis y ciertos linfomas, sufren una alteración en la producción de la función previamente mencionada.

Por otra parte, el hipertiroidismo genera la pérdida renal de fósforo.

Relación de la obesidad con el déficit de vitamina D

La obesidad es una epidemia alimenticia con la que nutricionistas de todo el mundo lidian, ya que la mayoría de los casos están presentes en niños pequeños.

Asimismo, esta enfermedad es directamente vinculada con alteraciones metabólicas, así como la reducción de las lipoproteínas de alta densidad y los pocos sanos niveles de triglicéridos.

Del mismo modo, estudios han confirmado que la obesidad posee una relación estrecha con las bajas concentraciones de 25(OH)D3.

Por lo tanto si un compuesto llamado Parathormona (PTH) está presente en altos niveles pero hay poca 25(OH)D3 y 1.25(OH)2D; entonces habrá una predisposición al aumento de peso.

También se asume que la falta de vitamina C aumenta el riesgo de sufrir de diabetes tipo 2.

La vitamina D y el Covid-19

A raíz de una conversación entre el epidemiólogo estadounidense Anthony Fauci y la actriz Jennifer Garner sobre el Covid-19; muchas personas empezaron a cobrar conciencia sobre la necesidad de tomar vitamina D.

Como el compuesto en cuestión ha dado buenos resultados al momento de prevenir enfermedades como el cáncer y padecimientos que atacan el sistema inmune, se cree que su consumo ayuda a prevenir el Covid-19, que a fin de cuentas es una infección.

Aunque los expertos (y mucho menos la Organización Mundial de la Salud); todavía no se han manifestado sobre esta creencia, médicos de todo el mundo saben que la vitamina es indispensable para mantener nuestra defensas altas.

Concentraciones adecuadas

Aunque el déficit de vitamina D es un problema, hay que tomar en cuenta que un exceso puede ser perjudicial.

Por ende se han determinado las dosis adecuadas de 25(OH)Dronda los 20ng/ml y los 30ng/ml.

En el caso de la vitamina D en sí, se recomienda una dosis diaria de unos 400 UI al día, es decir unos 10 o 20 microgramos diarios.

También se ha determinado que las concentraciones de vitamina D dependen en gran medida de la estación del año. Lo que sí está claro, es que las personas con menos concentraciones de esta vitamina son los que viven en América o España.

Formas de tomar la vitamina D

Para favorecer la síntesis de la vitamina, se recomienda exponerse a la luz solar de forma segura unos 10 minutos tres o cuatro veces por semana. Esto debe hacerse sin bloqueador solar o con uno de bajo índice de protección.

Además, hay alimentos ricos en este componente que están al alcance de todos, como lo son la leche, mantequilla, quesos, huevos, cereales integrales, pescado graso, seta y ostras.

De igual manera, puede recurrirse a la toma de suplementos con la debida supervisión de un médico

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