Decían los antiguos tántricos y taoístas, que el Yoni de la mujer es el asiento de la vida, un templo sagrado de amor, placer y éxtasis divino. Ellos afirmaban que el cuerpo femenino, cuando era estimulado desde el amor y la adoración, era capaz de producir ciertos fluidos medicinales que elevaban la consciencia del hombre y le acercaban a Dios.
Para los hombres tántricos, hacer brotar el agua de la mujer, el fluido sagrado o néctar de jade (como ellos le llamaban), era sinónimo de recibir toda la energía Shakti sagrada de la tierra; su belleza, sensibilidad, amor y abundancia.
Para ello, son necesarias las caricias, el preámbulo amoroso necesita estar cargado de paciencia, dedicación, sutileza, sostén y devoción. Es un rito sagrado que permite al hombre recibir la energía de la Diosa dentro de su propio ser, y fundirse. Y permite a la mujer acceder a las dimensiones más poderosas de amor, apertura, fertilidad y creación.
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La intimidad debe ser sincera y hacer flotar a la conexión entre ambos. Es súper poderosa cuando conectas con la fuente del amor y del universo.
Debe haber amor mutuo no solo es tener sexo, y sexo e intimidad son dos cosas diferentes.
La energía se traspasa en ese momento ahí pide un deseo puedes generar manifestaciones.
Hay que saber que no con cualquier persona se debe de llegar a este punto, solo desde el Amor, lo conocerás y disfrutaras.
Disfruta tu sexualidad poderosa.
Publicado por Dulce Carmín.
Gracias Jorge Araya Coto.
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