El viaje astral es una experiencia mental subjetiva durante la cual la Conciencia deja temporalmente el cuerpo físico en reposo y utiliza el cuerpo astral -o cuerpo sutil- de forma independiente. De allí deriva el nombre de desdoblamiento astral, puesto que en el Viaje Astral parece que el cuerpo se desdoblara y apareciera otro cuerpo, independiente del cuerpo físico.
También conocida como experiencia extracorporal, este fenómeno también puede ser definido como la sensación de estar flotando proyectado fuera del cuerpo. En algunos casos el sujeto puede experimentar la autoscopía -posibilidad de ver el propio cuerpo desde el punto de vista de un observador externo- o incluso poder proyectar la visión de otros lugares. Esta separación de cuerpo y espíritu, por cierto, puede ser espontánea o bien inducida, voluntaria o involuntaria.
Por otra parte, el acto sexual es definido como el conjunto de comportamientos que realizan al menos dos personas con el objetivo de dar o recibir placer sexual. Por ello, para la mayoría de la gente tener sexo implica sólo una placentera experiencia física en la que dos personas -normalmente quitándose antes la ropa- mantienen relaciones sexuales. Sin embargo, increíblemente, algunos expertos sostienen que existen otras formas de practicar sexo no físico, un mundo diferente para las relaciones sexuales, uno de placer y pasión desenfrenado más allá de nuestros cuerpos físicos. Son las denominados relaciones sexuales no corpóreas, mantenidas supuestamente en el plano astral.
Steve G. Jones, experto en proyección astral, en una entrevista publicada por el tabloide británico Mirror Online, defendió la posibilidad de que la gente pudiera despojarse de sus cuerpos físicos para hacer el amor fuera del cuerpo. “Se trata de un proceso en el cual dos personas salen de sus cuerpos físicos para entrar en el plano astral e interactuar íntimamente con las almas de los demás. No se requiere ningún juego previo. De hecho, el tiempo del ritual pre sexo debe ser utilizado para entrar en un estado de meditación, en algún lugar entre la vigilia y el sueño. Una vez hecho esto, se trata de una simple cuestión de relajarse, sentarse, comenzar y reunirse con su pareja astral”.
Según explica Jones, para que un encuentro sexual astral tenga éxito, las parejas astrales deben tener una gran sincronización a la hora de realizar el enlace astral. “El orgasmo que se consigue se produce por la unión de las almas y las energías. Algunos testimonios de personas que han vivido esta experiencia de sexo astral aseguran que ellas han sido capaces de mantener esas placenteras sensaciones, aun después de que sus almas regresen al cuerpo físico”.
Jones agregó que los más experimentados en estos viajes astrales pueden, en teoría, mantener sexo astral mientras simultáneamente practicar actividades sexuales en el mundo físico. “Si ambos lo hacen correctamente a tiempo, se pueden dar relaciones en el mundo astral y el mundo físico. Es muy difícil lograr esto, pero de conseguirse esto tendría un “premio”: se podría llegar a experimentar sensaciones mucho más completas y profundas que las que permiten dos cuerpos físicos. Todo pasa por el ida y vuelta o feedback. El feedback -la retroalimentación- es muy importante durante los intercambios sexuales y en ocasiones esto se pierde en el mundo físico, pero en el mundo astral el feedback es automático, porque estás viendo el alma del otro”.
Según Jones, este procedimiento puede tener éxito dependiendo de cómo se entrelacen las parejas en la proyección astral. “La fusión de las almas o la energía es el “orgasmo”, una combinación de placer físico y astral que se puede continuar sintiendo después de cada persona regrese a sus cuerpos físicos. No hay ninguna mentira entre los involucrados, no hay mentiras posibles porque todas las intenciones, todos los sentimientos se muestran en el alma de la persona de forma instantánea”. Sin embargo, Jones advierte que para alcanzar este estado, primero las personas deben adentrarse en una práctica que pasa por tener una preparación muy adecuada, la que puede reportarles enormes beneficios a quienes lleguen a dominarla.
Algunos expertos en este tema, en todo caso, aseguran que si bien el sexo astral sería posible, también conllevaría algunos peligros. Si bien sería posible que una persona pudiera viajar fuera de su cuerpo y fusionar las energías con su pareja mientras están dormidos, compartiendo una experiencia casi cósmica, también hay expertos en proyección astral que han logrado “visitar” a una persona sin permiso (en este caso, por insólito que parezca, se estaría hablando de una “violación astral”).
Estos expertos también advierten sobre la posibilidad de encontrarse con la presencia de ciertas entidades negativas que también habitan el plano astral, seres astrales mucho más inteligentes y astutos y que tendrían la capacidad de cambiar de forma y leer nuestros sentimientos y pensamientos y adaptarse a ellos para engañarnos. El contacto con estos seres, por descontado, causaría pérdida de energía, depresión, ansiedad, vergüenza, miedo y pensamientos suicidas en el mundo real.
Como sea que fuere, los apologistas del sexo astral aseguran que éste apareja un deleite y un goce superior al que proporciona el sexo físico, por cuanto implica ser uno con todo, y la fusión del alma con el amor universal