¿Sabías que Facebook guarda un archivo sobre ti? Pues sí, lo hace. Este archivo contiene registros detallados de tu actividad mientras estás conectado. Aunque es probable que no tengas conocimiento de estos archivos, existen y los puedes descargar directamente desde la configuración de tu perfil. Ya sabemos, o algunos sólo intuyen, que Facebook mantiene más información sobre nosotros de lo que realmente queremos, pero ¿en qué medida van estas cosas? Bueno, para ser completamente honestos, es posible que ni siquiera lo sepamos.
Facebook puede recopilar datos sobre cada elemento de su “identidad”digital en la red. Esto significa todo, desde lo que buscas a quién le envías un mensaje y potencialmente también lo que estás diciendo. Facebook hace uso de cosas como complementos y cookies, lo que también significa que puede rastrear tu actividad en Internet en general.
Esto se hace para recopilar datos a través de sitios web de terceros. Incluso si no estás necesariamente conectado si te gusta o compartes contenido de Facebook o visitas sitios con sus anuncios, se te notará. Según DailyMail, hay más de 10.000 sitios web que contienen rastreadores invisibles que registran información sobre sus visitantes.
Yo mismo he tomado el tiempo de ver qué tenía Facebook en sus archivos y he quedado bastante sorprendido por lo que encontrado. Copias escaneadas de documentos importantes, capturas de pantalla de transferencias bancarias e incluso páginas interminables de conversaciones. Relaciones pasadas, intereses, y además, hora, fecha y localización de inicio de sesión. Cuando realmente uno ve estas cosas.. ¿no es bastante alarmante?
Facebook fue la primera de las grandes compañías de redes sociales en ofrecer a los usuarios la posibilidad de descargar un archivo que contiene su historial personal en el servicio. Google siguió en 2011 y Twitter en 2012. Sin lugar a dudas, es algo bueno y significa que puedes participar en el juego del presidente de ACCC, Rod Sim, de comparar si la cantidad de datos personales que Facebook tiene sobre ti está en línea con sus expectativas.
Para descargarlo, simplemente haz clic en la parte superior derecha de cualquier página de Facebook y selecciona “Configuración”. Luego clic en “Descargar una copia de tus datos de Facebook” debajo de la Configuración general de tu cuenta y después haz clic en el botón verde.
A Facebook le lleva unos 10 minutos recuperar el archivo y recibirás un correo electrónico y una notificación cuando esté listo para descargar. Incluso si no usas mucho Facebook, es posible que te sorprenda lo que encuentres.
¿Debería esto ser permitido? ¿Qué podemos hacer al respecto?
Lo privado es distinto de lo personal. Pueden coincidir, pero no son sinónimos. Privado debería ser todo aquello que queremos dejar en el ámbito más íntimo. Privado no es compartir en Facebook con un grupo muy próximo ni publicar una foto en Instagram para nuestros seguidores. Privado debe ser aquello que nunca debe salir de nuestro entorno más cercano, aquello que no llega a una red social, que no es publicado ni compartido por ningún canal por mucho halo de intimidad que ofrezca, como pueda ser una foto distribuida por WhatsApp.
Por tanto, dejemos como privado en nuestros discos duros o dispositivos aquello que nunca quisiéramos ver fuera de ellos a ojos de terceros. Solo de esta forma podremos evitar situaciones demasiado cotidianas en las que una foto privada en un grupo de amigos, acaba llegando de forma imprudente a otras personas y con ello violando nuestra intimidad.
¿Quiere decir esto que no podemos o debemos compartir cuestiones personales? Por supuesto que podemos, pero siempre que no sean privadas. Todo lo personal no es privado por naturaleza y viceversa. Publicar fotos personales de una manera consciente, sabiendo que un uso descontrolado de las mismas no puede suponer un riesgo, ni para nosotros ni para terceros, no solo no significa necesariamente una autotransgresión de la privacidad (pues ya acordamos que lo privado nunca debería circular en primera instancia) sino que puede contribuir a una sociabilidad acorde con los patrones de conducta propios de las redes sociales: la sublimación de lo personal.
Plantearse poner una foto de nuestros hijos en Facebook es seguramente más privado que personal, mientras que publicar una imagen de un restaurante en vacaciones puede entrar en la esfera de lo personal sin atacar a lo privado. Para aprender a navegar en este entorno tan complejo y dinámico, es fundamental conocer las fronteras e intersecciones entre los caminos de lo privado y lo público, lo personal y lo profesional. Solo de este modo podremos hacer un uso consciente, estratégico y responsable de las redes sociales.
¿Qué opinas de todo esto? ¿Vas a descargar tus archivos para ver qué tienen en ti?
Anakim Pérez
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