Para comprender la realidad de un trabajo hace falta conocer los puntos de vista de un gran número de trabajadores, jefes y clientes de dicho sector. Aun así, es probable que nunca se pueda obtener la imagen completa de la situación laboral de dicho entorno. Sin embargo, periódicamente se viralizantextos escritos por los profesionales de determinados sectores que en cuestión de horas son compartidos entre sus compañeros.
Todos ellos suelen tener la capacidad de sintetizar en muy pocas líneas el descontento de un sector de profesionales tocando todos esos puntos sensibles que dificultan el día a día y de los que parece que nadie más habla. El último fenómeno ha sido esta carta que una enfermera ha publicado en el grupo de Facebook 'Support for Nurses, Midwives and Frontline Staff in Ireland', y que rápidamente ha sido difundido en otros grupos de enfermeras de habla inglesa. Esta es la traducción de la misiva:
“Hoy, de nuevo y como me ha pasado tantas veces, he roto a llorar preguntándome por qué diablos tuve que estudiar enfermería. Soy una estudiante de cuarto en un Hospital de Salud mental, en mi último año como supernumeraria.
Esta mañana me he levantado enferma, con dolor de garganta, la nariz taponada, dolor de cabeza y, por si no fuera poco, tengo vértigos. He pensado en avisar que estoy enferma pero en el hospital ya están cortos de personal y saturados de trabajo. Me necesitan.
He conducido para allá a toda prisa para llevar a mi hija al colegio (soy madre soltera) en un coche que no me puedo permitir, preguntándome cómo voy a pagar la gasolina si casi no llego a fin de mes, OTRA VEZ. También me preocupa cómo voy a pagar la comida durante el resto de la semana si solo me quedan 25 euros y necesito comprar gasolina.
Cuando llegué al trabajo recibí una llamada telefónica de la otra enfermera con la que compartía turno ese día para decirme que estaba enferma y teníafiebre. Había llegado a ese hospital tan solo tres días antes y me dijeron que era responsable de aproximadamente más de 20 pacientes que sufrían de varios problemas mentales.
Algunos de ellos están gravemente enfermos. Tengo muy poco conocimiento sobre cómo organizar el lugar, de hecho no sé casi nada y creo que esa responsabilidad no debería dejarse en manos de un estudiante que nunca ha estado en un hospital de día.
Tuve que llamar a todos los clientes para hacerles saber que sus sesiones grupales habían sido canceladas debido a la escasez de trabajadores. Creo que es injusto para los clientes ya que la ayuda que se les presta en el hospital de día es extremadamente importante en su recuperación. El gran trabajo que las enfermeras llevan a cabo es muy importante para estas personas.
Nunca desayuno ni como apropiadamente o voy al baño cuando lo necesito.Me apaño para comerme unas galletitas (son todo lo que puedo permitirme) entre llamadas de teléfono que consisten sobre todo en intentar ayudar a gente que quiere hacerse daño, gente que tiene problemas, gente que necesita un apoyo adecuado de alguien que no sea una estudiante de enfermería enferma, cansada y que no puede ni ir al baño intentando sacar adelante un hospital. Llegué a marearme.
Las palabras no pueden describir lo miserable que me he sentido hoy y otras veces en el pasado. Si alguien me pidiese consejo a la hora de buscar una carrera como enfermera le recomendaría que no lo hiciera. Es, de lejos, la peor decisión que he tomado. El HSE [servicio de salud irlandés] tiene sorprendentemente pocos trabajadores con mucha carga de trabajo.
Es realmente doloroso saber que los conductores de autobús pasan entre cuatro y seis semanas formándose y se les paga más que a una enfermera después de pasar cuatro años estudiando. Estamos increíblemente poco valoradas y nos resulta difícil movilizarnos en grandes cantidades porque la gente puede morir si lo hacemos ya que estamos cortas de personas. ¿¿¿Quién diablos va a cuidar de los pacientes si vamos a la huelga?
No me pagaron ni un céntimo por el trabajo que hice hoy, ya que ni siquiera soy becaria. Nada. Incluso cuando consiga mi cualificación me pagarán una miseria por el trabajo que realizo, como le ocurre al resto de enfermeras.
Apenas puedo alimentar a mi hija y no puedo pagar los impuestos, el seguro de mi coche o la electricidad. A menudo me hielo en invierno porque no puedo permitirme la calefacción. No puedo permitirme ropas, mis calcetines están llenos de agujeros (no bromeo) y no tengo ninguna vida social porque simplemente no puedo permitirme ir a ninguna parte (no exagero).
Tengo que pagar 270 euros por los libros del colegio de mi hija y ¡no los tengo! No puedo dormir bien por la noche porque tengo tanta ansiedad por el dinero y el trabajo, y estoy jodida por mi nada prometedora elección de carrera profesional.
Estoy deprimida, agotada y jodidamente enfadada. He llorado todo el camino desde casa en el coche y apenas podía ver la carretera. Mi hija no debería haber tenido que animarme cuando crucé llorando el umbral de mi casa debería ser yo la que le animase en los malos tiempos. Me preparó un te y me escribió en la taza con tiza “todo va a ir bien, te quiero”. Lloro mientras estoy escribiendo esto. Tantas veces me ha visto en este estado. Me he hartado.
¿Y qué es lo peor?
Que cuando me cualifique, aún lo pasaré mal y me pagarán una mierda. No es justo que la única opción para que mi hija y yo tengamos la calidad de vida que merecemos sea dejar mi país. No tiene sentido. Me hace hervir la sangre.
Si me quedo aquí mi salud mental se verá afectada y no podré cuidar a nadie. Si me marcho tendré que dejar a mi familia, a mis amigos y mi hogar, mi cultura y sacar a mi hija de la escuela, separarla de sus amigos, su vida y las cosas que ama. Estoy al límite. Me siento arruinada, vencida, desanimada y mi alma está destruida. Soy una antigua sombra de mi yo feliz, de ojos brillantes y social. Estoy perdida.
¿Cómo se espera que las enfermeras cuiden de los demás si no podemos cuidar de nosotras mismas? ¿Por qué el gobierno no se preocupa por nosotras? ¿Porqué se nos valora tan poco?
Firmado: una estudiante de enfermería cansada a punto de darse por vencida”
¿Local o global?
No se puede perder de vista que la carta habla de una situación muy particular, la de Irlanda (como explicaba 'The Irish Times', muchos de sus trabajadores han abandonado el país en busca de mejores sueldos y condiciones), pero tampoco que enuncia algunos problemas comunes a uno de los trabajos más exigentes. Sueldos bajos, largos horarios, una gran responsabilidad y un escaso reconocimiento en comparación con los médicosson algunas de las quejas habituales entre enfermeras.
Curiosamente, muchos de los enfermeros del Reino Unido son españoles que han encontrado allí mejores condiciones que en nuestro país. Como explicaba un reportaje publicado en El Confidencial, el gobierno británico ofrece interesantes incentivos para los enfermeros ante su endémica falta de personal sanitario. En España los sueldos varían según cada región, aunque elbase suele rondar los mil euros. Durante los últimos años se han sucedido diversas manifestaciones, por motivos que van desde la aprobación del decreto catalán de enfermería a las quejas por el sistema de contratación debolsa única.
También las enfermeras españolas se han quejado en sus blogs acerca de la naturaleza de su trabajo. Es el caso, por ejemplo, de Enfermera de trinchera,Enfermera 2.0 o de Nurse on Fire que recogen anécdotas, quejas y ostras observaciones sobre el trabajo de una enfermera. Es una labor que tiene una de las tasas de empleo más altas de España; otra cuestión, sin embargo, es la realidad de un trabajo con muchos más claroscuros de lo que se puede pensar desde fuera.
© Proporcionado por El Confidencial
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