Fuente: Natalia Alba
Amados,
Cuando abrimos nuestros Corazones, permanecemos en nuestro portal del Alma, en el Puente hacia los Mundos de Dios, hay un umbral inevitable que cada uno de nosotros debe enfrentar, nuestro propio corazón y los muchos traumas que hemos recogido a través de las muchas encarnaciones, en este plano u otros que hemos tenido.
Un camino del Corazón que mis Guías han estado llamando recientemente el Camino de la Rosa, que muchos de ustedes están recorriendo ahora, después del despertar masivo del Corazón Esmeralda iniciado el año pasado, y que ahora alcanzó su punto máximo el 88.
Un camino en el que tanto mujeres como hombres estáis ahora activando vuestros Corazones Rosa Superiores, iniciándoos en el camino de la sanación Divina, de la coherencia y de la corrección masculina, pues lo femenino es quien despierta lo masculino, así como lo masculino la sostiene.
A medida que avanzamos hacia el pasaje 88, un vórtice solar y galáctico, nos invita a reconectarnos con nuestra soberanía y Corazón Superior, simbolizado por la Rosa, una espiral multidimensional que, cuando se activa galácticamente a través de nuestro timo y yo monádico, también activa las Tres Llamas de Creación/Unidad en nosotros.
Este portal, alineado con Sirio y el Sol en Leo, junto con una Luna Nueva en el mismo signo de fuego, que Plutón activa, representa un estallido poderoso de plasma galáctico, sanando nuestro Corazón Rosa, para que luego podamos activar nuestra Rosa Azul en nuestro corazón, una metáfora para indicar la activación de nuestro timo, que es el activador y el transmisor de la guía que recibimos en lo físico.
El camino de la Rosa trasciende el antiguo significado de esta palabra y todo lo que se asocia a ella. Es un camino en el que ahora mujeres y hombres, como seres soberanos, se unen para restaurar ambos pilares en la tierra, pues ambos son iguales para sostener la Creación.
Para lograr este trabajo planetario, primero necesitamos sanar nuestros corazones multidimensionalmente, restaurando todas las líneas de tiempo en las que hay heridas sin sanar.
Muchos de ustedes ahora están sanando el trauma de las muchas líneas de tiempo en las que aún existen, y continúan reviviendo, hasta que sanen simultáneamente, porque todo está sucediendo ahora.
Para ascender es esencial sanar el trauma humano y galáctico; de lo contrario, no podremos ascender si aún llevamos energías y heridas residuales dentro de nosotros.
Como nos recuerdan Leo y este pasaje 88, el corazón es un templo y una puerta multidimensional, un receptáculo de luz y un crisol alquímico donde lo humano se transforma en divino.
En este camino de la Rosa, estamos invitados a sanar primero nuestros órganos sexuales, el segundo chakra y cuerpos emocionales de toda la represión femenina en ambos, así como los hombres también han sido reprimidos para ignorar su energía femenina y sus emociones, potenciando solo, de manera distorsionada, su principio masculino.
Luego restauramos también el masculino divino, nuestro cuerpo solar, y comenzamos la encarnación de ambos principios. Por ahora, todo lo que sanamos no se centra solo en una polaridad, sino en la restitución de ambas, lo que nos permite alcanzar la soberanía.
Es una etapa en la que ya no luchamos por sobrevivir, pues ahora nos sentimos seguros y dueños de nuestras vidas, sabiendo que siempre nos sostiene una Inteligencia Superior. Sanamos las heridas de haber amado y no haber sido correspondidos, sabiendo que la mayor fuente de amor reside en nuestro interior.
Al recordar esta verdad, rompemos nuestro capullo protector, la armadura que tenemos alrededor de nuestro corazón que no permitía que entrara el amor y la luz, y comenzamos a vivir con nuestros corazones completamente abiertos, para nosotros y para Todos.
Nos reconectamos con el placer, la vida, la alegría y la gratitud, y comenzamos a vivir desde una completa alineación con quienes somos, sanando las distorsiones espirituales. Regresamos a la Unidad, que es nuestro principal objetivo al elegir este mundo dual, recuperando la unidad interior y en todas las estructuras de la Tierra.
En esa etapa, trabajar con nuestro sistema nervioso es fundamental para sanar traumas del mismo y de nuestro ADN también, ya que es la única manera de reprogramar el cuerpo para que piense diferente, ya que se ha acostumbrado a permanecer en dolor, en alerta, respondiendo a amenazas muchas veces imaginarias o pasadas durante muchos años.
La sanación somática es esencial para enseñar al cuerpo cómo comenzar de nuevo, para que podamos caminar unificados y completos, sin miedo a lo que una vez experimentamos, ni a nuestro poder personal.
Sólo después de haber trabajado en liberar todo el dolor de nuestro sistema, podremos empezar a integrar todas las actualizaciones de luz que muchos de nosotros ya estamos experimentando, y que irán aumentando a medida que nos adentremos en septiembre, porque la temporada de eclipses, será una gran fuente de plasma, y cambios como nunca antes en nuestro camino.
Todo nos está preparando para volvernos soberanos, recuperar nuestra sabiduría y continuar anclando los códigos únicos que trajimos aquí para contribuir a nuestra transición planetaria.
Cuanto más nos desconectemos de lo que perturba nuestra mente, campo energético y emociones, más conectados estaremos con nuestras Fuentes Divinas y auténticas.
Que puedan continuar habitando en sus Corazones, siendo faros de luz mientras trascendemos las cenizas del viejo mundo, amados.
Dentro del Amor Infinito,
Natalia
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