google.com, pub-5827770858464401, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Misteri1963 : No naciste para sobrevivir, sino para VIVIR

Translate

viernes, 18 de julio de 2025

No naciste para sobrevivir, sino para VIVIR

 No naciste para sobrevivir, sino para VIVIR



Yo, el Arcángel Miguel, he venido a hablarte con verdad y con fuerza. Miro tu alma y veo que late, pero no vibra. Veo que respiras, pero no te sientes vivo. Has estado funcionando como una máquina, repitiendo los mismos pasos cada día, cumpliendo rutinas que ya no significan nada para ti. Te levantas, haces lo que “debes”, sonríes cuando debes sonreír, respondes lo que se espera… pero por dentro estás vacío. Has aprendido a sobrevivir, pero se te ha olvidado cómo se vive. Y eso me duele. Porque tú no viniste al mundo a resistir la vida como si fuera una carga. Tú viniste a experimentarla con plenitud, con gozo, con asombro. Viniste a brillar, no a apagarte poco a poco.

Sé que en algún punto empezaste a creer que no merecías más. Que este estado de rutina, de resignación, era lo máximo a lo que podías aspirar. Alguien te enseñó —a veces con palabras, otras con silencios— que no debías pedir demasiado, que lo correcto era conformarte, encajar, no molestar. Y tú lo aprendiste. Aprendiste a encoger tus sueños, a bajar el volumen de tus deseos, a dejar de lado lo que tú sentías por seguir lo que otros decidieron por ti. Pero quiero que sepas algo: la vida que estás llevando no es la que estaba escrita para tu alma. Es apenas una sombra de lo que podrías estar viviendo.

Tu fuego no está muerto. Solo está cubierto de cenizas. Cada vez que elegiste quedarte callado cuando querías gritar, cada vez que dijiste «sí» cuando tu alma decía «no», cada vez que postergaste lo que amabas para hacer lo que “tenías” que hacer, echaste un poco más de polvo sobre esa llama interior. Pero aquí estoy yo para decirte: aún puedes soplar sobre las brasas. Aún puedes encenderte de nuevo. No importa cuánto tiempo haya pasado. No importa cuán lejos sientas que estás de ti mismo. La chispa sigue ahí, esperando tu permiso para arder.

Yo sé lo que hay en ti, aunque tú lo hayas olvidado. Veo tu potencial, tu luz, tu capacidad para crear belleza, para inspirar, para amar intensamente. Has enterrado tantos dones por miedo al fracaso, por miedo a no ser suficiente, por miedo al juicio. Pero ¿y si te dijera que todo lo que has vivido —todo— ha sido parte de una preparación? Que incluso en medio del cansancio y la rutina, se ha estado gestando algo dentro de ti. No naciste para repetir días sin alma. Naciste para vivir con propósito, con pasión, con la certeza de que tu existencia tiene sentido.

Y cuando digo «vivir», no hablo de grandes hazañas o gestos teatrales. Hablo de esa sensación de plenitud que sientes cuando haces lo que te conecta con tu alma. Puede ser algo simple, pero verdadero. Cuando bailas sin motivo, cuando escribes lo que sientes, cuando te permites descansar sin culpa, cuando ayudas a alguien solo porque tu corazón lo pide… eso es vivir. Vivir es recuperar la autenticidad, la espontaneidad, la alegría genuina. Y tú puedes hacerlo. Puedes volver a ti. No necesitas esperar a que todo sea perfecto. Solo necesitas tomar la decisión de no seguir apagándote.

Quiero que dejes de pedir permiso para existir. Quiero que recuperes el derecho sagrado de ser tú. Que cuestiones esas estructuras que te mantienen atrapado. Que te preguntes si lo que haces cada día te acerca a la vida que sueñas, o te aleja más de ti mismo. Porque si no estás viviendo, entonces estás olvidando quién eres. Y yo no puedo permitir que eso siga pasando. No fuiste enviado al mundo para obedecer expectativas que no te representan. Fuiste enviado para caminar en libertad, para manifestar el amor que llevas dentro, para despertar a otros con tu presencia.

Estoy contigo en este despertar. No necesitas tener todas las respuestas ahora. Solo necesitas el valor de hacer una pausa y mirar con honestidad tu vida. Pregúntate: ¿Qué me enciende? ¿Qué me da vida? ¿Qué parte de mí he estado descuidando? Y entonces… empieza por ahí. Un pequeño paso hacia ti vale más que mil días de obedecer lo que no resuena contigo. Yo, el Arcángel Miguel, te acompaño a recordar: no viniste al mundo a sobrevivir. Viniste a VIVIR. Y este es el momento de volver a tu alma. No tengas miedo: tu luz está esperando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta

Entrada destacada

PROYECTO EVACUACIÓN MUNDIAL POR EL COMANDO ASHTAR

SOY IBA OLODUMARE, CONOCIDO POR VOSOTROS COMO VUESTRO DIOS  Os digo hijos míos que el final de estos tiempos se aproximan.  Ningú...