El escandaloso negocio del agua embotellada
El agua embotellada es uno de los negocios más lucrativos para las empresas que se dan en España.
Se vendieron en el año 1970 en el mundo unos 1.000 millones de litros de agua embotellada.
En 2004, ya eran 154.000 millones. Se calcula que en 2017 rondarán los 250.000 millones de litros de agua embotellada.
España es el tercer país consumidor de agua embotellada de Europa.
Tiene un consumo de 116 litros por persona/año, pero antes de la crisis se llegó a los 137 litros y ya se está volviendo a recuperar el consumo. Sólo estamos por detrás de Italia y Alemania en consumo de agua embotellada. A nivel mundial somos los sextos consumidores de agua embotellada.
Actualmente, hay 1.100 millones de personas que carecen de él.
El coste del agua de grifo en España es muy barato en comparación a otros países europeos como Holanda a 4,4 euros el m3 o Alemania con 4 euros.
Como dice Andrea Gambas “Con el agua está pasando como ocurrió con el vino, hay mucho interés por conocer aguas con característica muy singulares”.
En los restaurantes más lujosos del mundo se nos presentan cartas de agua como: Agua de lluvia recogida en Tasmania (Marca Cloud Juice). Agua obtenida de un manantial bajo un volcán japonés (marca Fine). Agua filtrada de glaciares canadienses (marca Berg). Tenemos la botella de agua de la marca Bling, decorada con cristales de Swarovki con precios que rondan los cien dólares la unidad.
¿Por qué es un gran negocio el agua embotellada?
Lo que pagamos los españoles por el metro cúbico de agua de nuestros grifos es de 1,65 euros, es decir, el litro de agua la pagamos a 0,00165, mientras estamos pagando el litro de agua embotellada a una media de 0,50 euros el litro.
Solamente con este dato nos podemos dar cuenta el negocio que es para las empresas el agua embotellada.
Entenderán cómo se han multiplicado el número de empresas embotelladoras al calor del negocio del agua embotellada.
Las grandes multinacionales de la alimentación como Danone, Nestlé, Coca Cola están presentes en el sector.
Sirva como ejemplo Coca Cola, que ya factura más dinero por la venta de agua embotellada que por la propia Coca Cola.
Hoy pagamos en España el mismo precio, independientemente del consumo que se haga, lo que nos lleva al despilfarro.
Esto es un error.
Debemos plantearnos un precio algo más bajo para los primeros cien litros de consumo por persona/día y deberíamos pagar 1,30euros, mientras que todo lo que superen este consumo se cobraría al precio que tiene Holanda, es decir, 4,40 el m3.
Esto provocaría una racionalización y eficiencia en el consumo del agua y se podría destinar el dinero suplementario obtenido a mejorar las redes de distribución del agua.
A todo ello, hemos de añadir el consumo de energía para su extracción, al que hay que unir el gasto de energía en la ósmosis inversa y posteriormente el transporte lejano a sus puntos de ventas.
En España toda el agua, que sale por nuestro grifo es potable, pero depende de que zonas, es difícil de beber por su mal sabor y es ahí donde las embotelladoras venden más agua.
¿Tiene solución ese mal sabor del agua del grifo en determinadas regiones?
Evidentemente sí, el problema radica en que no se hacen inversiones en infraestructuras de transporte y potabilización del agua desde los años ochenta.
Tanto PP/PSOE han estado más interesados en los procesos de privatización del agua municipal, que en prestar un buen servicio de agua. Siendo estas privatizaciones una de las fuentes de corrupción de nuestro sistema político.
¿El agua del grifo es tan buena como el agua embotellada?
Evidentemente sí.
Algunas aguas embotelladas pasan un tratamiento potabilizador para que estén al nivel del agua de grifo.
Algunas de estas aguas potables preparadas, fueron captadas en manantiales que no reunían las condiciones de consumo humano. Estas aguas deben especificar cuál es su origen y el tratamiento recibido.
Coca Cola reconocía en los años 2003/2004, que el agua de su marca Dassain era agua común y corriente del grifo de Londres, teniendo que retirar cientos de miles de botellas del mercado
¿Entienden ahora mejor el negocio del agua embotellada?
El diario británico The Guardian resumía de esta forma el proceso del agua embotellada:
“Tome usted agua del grifo de Londres, sométala a un proceso de depuración, denominándola “agua pura” agregue un poco de cloruro de calcio que contenga bromuro para darle sabor, luego bombee ozono, oxidando el bromuro, lo cual no es un problema, convirtiéndola en bromato que sí lo es. Envié estas botellas del agua al comercio, conteniendo el doble del límite legal de bromato y el negocio es redondo”.
La diferencia entre un agua embotellada y otra del grifo está en que la embotellada usa el filtrado por ósmosis inversa, mientras que la del grifo emplea el cloro.
Cuanto más deteriorado este el sistema de redes de abastecimiento más cloro se le añade y hace que su sabor sea peor.
El especialista en aguas Michael Blandin dice:
“Hay varias técnicas utilizadas por las compañías, y las pregonan como técnicas patentadas que, pasan por siete fases diferentes de filtración y todo lo demás.
Y si se analiza el asunto no es más que la ósmosis invertida, básicamente no es más que hacer pasar el agua por una membrana para eliminar contaminantes, lo que es en realidad muy similar al tipo de proceso que se puede encontrar en filtros domésticos de agua, simplemente el tipo que se nos coloca en el grifo. De manera que el asunto no es tan sofisticado como podrían pretenderse que es”.
Las aguas que permanecen largo tiempo embotelladas a temperaturas ambiente también sueltan un metal liberado por el plástico, llamado antimonio, que aunque a niveles bajos no es peligroso no es recomendable.
Además, suelta otro compuesto llamado bisfeno A.
En el año 2014, el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada encontró diversas sustancias contaminantes, que pueden imitar el comportamiento de determinadas hormonas.
Debemos tener claro, que el agua embotellada no es la solución al problema del agua en el mundo, sino que sirve para aumentarlo.
Ecológicamente no hay color entre el agua de grifo y el agua embotellada.
El agua embotellada usa mayoritariamente plásticos derivados del petróleo que implican un gran coste en su reciclaje. Todos hemos visto cantidades industriales de botellas de plástico abandonadas en nuestros campos, que acaban contaminando todo a través de la liberación con el tiempo de metales pesados, que llegan a nuestros acuíferos contaminándolos.
La mayoría de de las botellas de agua se fabrican con terephthalate de polietileno que es un plástico derivado del petróleo.
Ante la problemática que representa el agua embotellada, ciudades norteamericanas como Boston, o Nueva York, entre otras, están haciendo campañas para favorecer el consumo del agua de grifo.
Incluso ciudades como Chicago ha puesto un recargo impositivo de 10 céntimos de dólar a cada botella de agua embotellada.
El ex responsable del Departamento de protección Ambiental de Nueva York, Emily Lloyd decía: “El agua embotellada utiliza mucha más energía que la del grifo tanto en la producción como en el transporte y el agua de grifo sirve para algo más que para ducharse o lavar las manos”.
Aquí en España, el Ayuntamiento de Donosti no usa ya botellas de agua embotellada sino jarras de agua del grifo y ha conseguido que más de setenta locales se hayan adherido a la campaña de sustituir el agua embotellada en la mesa por garras de agua de grifo en los menús. Evidentemente, los restaurantes se resisten porque ellos con el agua embotellada hacen negocio.
La ex concejal donostiarra Victoria Iglesias decía:
” Queremos concienciar al ciudadano de la importancia de un consumo responsable. Es una solución más económica, más respetuosa con el medio ambiente……aquí el agua de la red es de altísima calidad. Nuestro objetivo es reducir en origen la producción de residuos”.
Les invito a que usen mucho más el agua de grifo, porque de esta forma estamos participando en mantener en mejor estado nuestro planeta.
Además debemos de tener constancia y defender el agua como un bien público, que no sea tratado como una mercancía, cuando el agua es un derecho humano que todos tenemos.