y “lo EXTERNO”. Es el sentido eterio que ocupa “EL TODO”.
Imagina una telaraña que se extiende en todas las dimensiones, formada por gotas de rocío y cada gota contiene el reflejo de toda la telaraña, y esta a su vez también tiene gotas que reflejan el panorama completo así continua hasta el infinito,… hasta llegar a “El ORÍGEN de toda repetición, patrón y forma, el TODO”.
Es semejante a un fractal: un fractal es una forma geométrica que se puede dividir en partes, y cada una de las cuales es una copia reducida del patrón completo.
Esto se denomina autosemejanza.
Cada parte contiene la semilla para recrear TODO el conjunto.
Toda la energía del universo es neutral, atemporal y carece de dimensión.
Es la materia prima con lo que todo se crea.
La observación es un acto de creación a través de las limitaciones propias del pensamiento.
Tu creas la ilusión de solidez de las cosas, al nombrarlas y etiquetarlas.
Un filósofo dijo: Si me nombras me niegas.
Al darme un nombre y al etiquetarme, niegas las otras posibilidades que yo podría ser.
Encasillas a la partícula en “ser una cosa”, pero al mismo tiempo también la estás creando con esta materia prima y la defines para que exista.
Con la creación de las cosas viene el tiempo, el cual crea la ilusión de solidez.
El espacio vacío no está vacío, posee propiedades e incalculables cantidades de energía, pero es atemporal.
Cada pensamiento – cada definición que tienes, es una creación, por más pequeña e insignificante que te pueda parecer, tiene mucha energía y va expandiéndose y repitiéndose, autoreplicándose a sí misma indefinidamente como un fractal.
Tus creaciones brotan desde tu interior hacia afuera y también se replican hacia adentro, reflejándose en cada parte y esa parte dentro las que le siguen y siguen su camino indefinidamente.
¡Así tus creaciones estarán dentro de ti, en cada partícula subatómica, al igual que afuera de ti, hasta el macrocosmos y más allá!
Por lo tanto, cada idea que tienes, cada pensamiento, todo lo que hablas, lo concretas, lo creas, lo materializas, lo replicas, lo divides y lo recreas una y otra vez, hasta que cambies de idea -de pensamiento. Como verás solo tú eres responsable de lo que te ocurre, porque tú eres quien crea su propio mundo, tú te defines a cada instante tal como eres, hasta que decidas cambiar y definirte de otra forma…
porque ¡TU ERES TU CREACIÓN!
Imagina una telaraña que se extiende en todas las dimensiones, formada por gotas de rocío y cada gota contiene el reflejo de toda la telaraña, y esta a su vez también tiene gotas que reflejan el panorama completo así continua hasta el infinito,… hasta llegar a “El ORÍGEN de toda repetición, patrón y forma, el TODO”.
Es semejante a un fractal: un fractal es una forma geométrica que se puede dividir en partes, y cada una de las cuales es una copia reducida del patrón completo.
Esto se denomina autosemejanza.
Cada parte contiene la semilla para recrear TODO el conjunto.
Toda la energía del universo es neutral, atemporal y carece de dimensión.
Es la materia prima con lo que todo se crea.
La observación es un acto de creación a través de las limitaciones propias del pensamiento.
Tu creas la ilusión de solidez de las cosas, al nombrarlas y etiquetarlas.
Un filósofo dijo: Si me nombras me niegas.
Al darme un nombre y al etiquetarme, niegas las otras posibilidades que yo podría ser.
Encasillas a la partícula en “ser una cosa”, pero al mismo tiempo también la estás creando con esta materia prima y la defines para que exista.
Con la creación de las cosas viene el tiempo, el cual crea la ilusión de solidez.
El espacio vacío no está vacío, posee propiedades e incalculables cantidades de energía, pero es atemporal.
Cada pensamiento – cada definición que tienes, es una creación, por más pequeña e insignificante que te pueda parecer, tiene mucha energía y va expandiéndose y repitiéndose, autoreplicándose a sí misma indefinidamente como un fractal.
Tus creaciones brotan desde tu interior hacia afuera y también se replican hacia adentro, reflejándose en cada parte y esa parte dentro las que le siguen y siguen su camino indefinidamente.
¡Así tus creaciones estarán dentro de ti, en cada partícula subatómica, al igual que afuera de ti, hasta el macrocosmos y más allá!
Por lo tanto, cada idea que tienes, cada pensamiento, todo lo que hablas, lo concretas, lo creas, lo materializas, lo replicas, lo divides y lo recreas una y otra vez, hasta que cambies de idea -de pensamiento. Como verás solo tú eres responsable de lo que te ocurre, porque tú eres quien crea su propio mundo, tú te defines a cada instante tal como eres, hasta que decidas cambiar y definirte de otra forma…
porque ¡TU ERES TU CREACIÓN!
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