El coraje de dejar ir y perdonarnos a nosotros mismos por las viejas formas internas crea las nuevas sociedades externas que operan basadas en la bondad.
A menudo me he preguntado por qué hay tanto drama, desde lo personal hasta lo global.
Cuando miro hacia adentro para ver cómo me estoy tratando, veo ese reflejo en el exterior.
Cuando nos tratamos con amabilidad, nos perdonamos en cada oportunidad de sentirnos indignos y desagradables, tenemos el coraje de estar agradecidos cuando la vida no es fácil, vemos que el drama y el desorden disminuyen.
Nuestra percepción puede cambiar.
Nuestra percepción puede cambiar.
He encontrado que la serenidad interior viene con el perdón de todo y la gratitud por todo.
En medio del caos contribuimos a la creación de paz y tranquilidad con nuestra compasión, no juzgar y desapegarnos de las viejas formas de ser.
Perdonarnos por sentir menos que, indignos, no amables o decepcionantes, y abrazar nuestra totalidad en gratitud, la Perfección Divina, el santo grial que somos, es la conciencia del corazón y nuestra alegría.
El amor es un sentimiento y lo similar atrae a lo similar.
El amor interno crea el amor externo.
El perdón de cada sentimiento que no sea de amor, y estar en gratitud, abre la mente, el corazón, la voluntad de amar, a lo que se siente la Alineación Divina Correcta a diario, el propósito sagrado, el equilibrio, la serenidad y la igualdad de género.
LAS BALANZAS DE JUSTICIA, DE VALOR Y DEL UNIVERSO, EN EQUILIBRIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta