El
expresidente del Gobierno baja a la arena política con un artículo en el que
insta a los catalanes a no seguir los deseos independentistas de Mas al que
tacha de "irresponsable".
Las cartas del 27S se empiezan a poner sobre la mesa.
Las elecciones catalanas son, a juicio de todos los participantes, las más
importantes de la historia y nadie se quiere quedar fuera de ese debate.
Tampoco Felipe
González, expresidente del Gobierno y una de las voces más
escuchadas en el panorama político español a pesar de llevar muchos años
alejado de la primera línea. Lo ha hecho con un contundente texto publicado en El País, en el
que deja muy claras sus opiniones y pide a los catalanes que "no se dejen
arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia".
González no escatima epítetos sobre lo que está
ocurriendo y sobre la irresponsabilidad del gobierno catalán. Llega incluso a comparar a Artur
Mas con
los nazis y los fascistas italianos de los años 30: "Es
lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo
pasado. Pero nos cuesta expresarlo así por respeto a la tradición de
convivencia de Cataluña. El señor Mas sabe que, "desde el momento mismo
que incumple su obligación como presidente de la Generalitat y como primer representante
del Estado en Cataluña, está violando su promesa de cumplir y hacer
cumplir LA LEY".
"Mas sabe que está violando su promesa de cumplir
y hacer cumplir LA LEY", escribe González
Y lo de la Ley queda en mayúsculas, a pesar de que el
diario que publica la misiva, que le dedica su espacio más
privilegiado en la portada, contravenga en su libro de estilo el uso de las
letras de caja alta. La situación, extrema, y el presidente, González, permiten
concederse algunas licencias. La referencia al nazismoes dura y ha
levantado ampollas en los entornos secesionistas catalanes.
La carta es larga y está pensada como una misiva a los
catalanes, un reclamo a la población por encima de los políticos. "Estamos
mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza
compartida y no como un motivo de fractura entre
nosotros". "Para mí,España dejaría de serlo sin Cataluña, y
Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada", afirma, y muestra su
gratitud por el apoyo permanente y mayoritario de los catalanes para la tarea
de gobierno cuando él estuvo al frente del mismo.
"No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario", sentencia el expresidente del Gobierno.
Artur Mas "se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones", señala González. El político socialista dice no estar de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, "cerrado al diálogo y a la reforma" pero añade que esta convicción, "que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla".
"No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario", sentencia el expresidente del Gobierno.
Artur Mas "se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones", señala González. El político socialista dice no estar de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, "cerrado al diálogo y a la reforma" pero añade que esta convicción, "que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla".
Romper la Constitución
González habla de las consecuencias de la idea de "desconectar" de España "en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad". Entre las mismas menciona la desconexión de una parte sustancial de la sociedad catalana, "fracturándola dramáticamente", la desconexión del resto de España "rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos".
González habla de las consecuencias de la idea de "desconectar" de España "en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad". Entre las mismas menciona la desconexión de una parte sustancial de la sociedad catalana, "fracturándola dramáticamente", la desconexión del resto de España "rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos".
"Aislar a Cataluña en una aventura sin propósito
ni ventaja para nadie", comenta González
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