La hipótesis de que
EE.UU. es más fuerte militarmente porque gasta en armas más que otros países es
errónea. Mientras EE.UU. dispersa sus esfuerzos por todo el mundo, China se
concentra en una región particular, cree el profesor y el columnista de National Interest, Peter Navarro.
Además, el cuerpo
militar del país asiático tiene sueldos inferiores al de sus homólogos
estadounidenes y, por si eso fuera poco, China es muy hábil a la hora
de reducir gastos en la producción de armas. Eso, de acuerdo con Navarro,
significa que cada dólar que Pekín gasta con fines militares es más efectivo
que un dólar gastado por EE.UU.
Opina también que Pekín no necesitará destinar un gran
presupuesto en la elaboración y proyección de su propia técnica
militar, porque los ingenieros chinos son capaces de examinar y
reproducir la tecnología de los modelos que el país compra de otras
naciones. Como muestra un botón: China logró producir réplicas del avión ruso
Sujói.
Además, en los próximos
diez años China empezará a gastar más en armas si la tasa de crecimiento del
PIB de esta nación continua superando las cifras correspondientes a EE.UU.
La cuestión principal
es si China es capaz de convertir su poder industrial en poder militar.
Navarro destaca al
inicio de la Segunda Guerra Mundial, la economía de EE.UU. superaba a la
economía de Alemania y Japón. Los estadounidenses tenían más de 300.000 aviones
contra los 200.000 de Berlín y Tokio y 75.000 tanques frente a los 40.000 de
los alemanes. Este logro se explicaba por el desarrollo de la industria
norteamericana, que producía armamento a un ritmo mayor del que los enemigos
conseguían destruirlo en los combates. Esto es lo que los expertos occidentales
llaman 'guerra de álgebra'.
Esta misma estrategia
podría beneficiar a China en un hipotético conflicto con Washington,
opina Navarro.
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