Documento 6
El Hijo Eterno es el Hijo original y unigénito de Dios. Él es Dios el Hijo, la Segunda Persona de la Deidad y el creador asociado de todas las cosas. Tal como el Padre es la Primera Gran Fuente y Centro, así el Hijo Eterno es la Segunda Gran Fuente y Centro.
El Hijo Eterno es el centro espiritual y el administrador divino del gobierno espiritual del universo de los universos. El Padre Espiritual es en primer lugar un creador y luego un controlador; el Hijo Eterno es primero un cocreador y luego un administrador espiritual. «Dios es espíritu», y el Hijo es una revelación personal de ese espíritu. La Primera Fuente y Centro es el Absoluto Volitivo; la Segunda Fuente y Centro es el Absoluto de Personalidad.
El Padre Universal nunca funciona personalmente como creador excepto en conjunción con el Hijo o con la acción coordinada del Hijo. Si el escritor del Nuevo Testamento se hubiera referido al Hijo Eterno, habría proclamado la verdad cuando escribió: «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho».
Cuando un Hijo del Hijo Eterno apareció en Urantia, los que fraternizaron con este ser divino en forma humana se refirieron a él como «Aquel que era desde el principio, a quien hemos oído, a quien hemos visto con nuestros ojos, a quien hemos contemplado, a quien han palpado nuestras manos, el Verbo de Vida». Y este Hijo otorgado verdaderamente provino del Padre, tal como provino el Hijo Original, como se sugiere en una de sus oraciones terrestres: «Y ahora, Padre mío, glorifícame con tu propio ser, con la gloria que tuve contigo antes de que este mundo fuese».
Al Hijo Eterno se le conoce por nombres diferentes en los distintos universos. En el universo central se le conoce como la Fuente Coordinada, el Cocreador, y el Absoluto Asociado. En Uversa, que es la sede central de este superuniverso, designamos al Hijo como el Centro Coordinado del Espíritu y como el Administrador Eterno del Espíritu. En Salvington, la sede central de vuestro universo local, este Hijo está inscrito como la Segunda Fuente Eterna y Centro. Los Melquisedek se refieren a él como el Hijo de Hijos. En vuestro mundo, pero no en vuestro sistema de esferas habitadas, este Hijo Original ha sido confundido con un Hijo Creador coordinado, Micael de Nebadon, que se otorgó a las razas mortales de Urantia.
Aunque todos los Hijos del Paraíso pueden ser llamados con toda propiedad Hijos de Dios, tenemos el hábito de reservar el nombre de «el Hijo Eterno» para este Hijo Original, la Segunda Fuente y Centro, cocreador con el Padre Universal del universo central de poder y perfección y cocreador de todos los demás Hijos divinos que surgen de las Deidades infinitas.
[Redactado por un Consejero Divino asignado a la formulación
de esta declaración que describe al Hijo Eterno del Paraíso.]
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