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29 de julio de 2017

Los Países CatalanoPAGANTES


La relación que dispensa el Estado español con Catalunya es de posesión. Es el botín de guerra más preciado que tienen y lo último que les queda. En el imaginario castellano, todo lo que generan los territorios de habla catalana les pertenece. Ellos son los legales administradores por derecho de conquista. En Madrid es donde encontramos todo un ejército de burócratas, políticos y altos funcionarios que deciden cuándo deben subir los tributos o cómo hay que organizar las infraestructuras. Desde allí, pues, es desde donde se gestiona todo, así como el reparto de los beneficios a través de tramas clientelares y corrupción a gran escala. Este modelo económico, lejos de ser "el más federal de Europa", replica un modelo colonialista. El diccionario lo define así: "Sistema político y económico caracterizado por el dominio que una nación extranjera hace de un territorio ocupado con el objetivo de obtener riqueza".

Resulta muy ilustrativo de ver cómo muchos mapas económicos -frío y objetivos- dibujan los Països Catalans. Ejemplos hay de todos colores. El Principat, País Valencià y les Illes son los territorios que han experimentado un mayor crecimiento del PIB tras la crisis y los tres que siguen aportando más dinero al Estado. Una solidaridad constante en el tiempo que alimenta toda la maquinaria castellana desde hace tres siglos. A nivel administrativo, los tres territorios son los que tienen menos funcionarios públicos por habitante y los tres que reciben menos inversiones, según datos del propio Ministerio de Hacienda español. Irónicamente, el amigo y guionista Toni Babia, cuando ve alguno de los mapas económicos del Estado, lo resume así: "Los Países Catalanopagantes y los Países Castellanocobrando".




Para acabar con todo este despropósito, el próximo 1 de septiembre se activa la fase final de la Agencia Tributaria de Catalunya, preparada para asumir competencias plenas en materia de impuestos y que se convertirá en el embrión de la nueva Hacienda Catalana. De hecho, en sólo dos años se han casi triplicado los puntos de atención y las oficinas recaudatorias, dentro de un mes y hasta final de año habrá más de 150 repartidas por todo el Principado. También se han triplicado los trabajadores para afrontar la futura contingencia, de los 1.240 de 2015 a los 2.750 previstos para finales de año. Y el presupuesto ha aumentado, pasando de los 35 M a 93 M.

Un sistema que mejorará el servicio de atención al ciudadano, ya que unifica ventanillas para poder realizar cualquier trámite tributario y de recaudación de los impuestos. Un modelo de proximidad que da confianza y visualiza el cambio de paradigma a pie de calle. Aunque desde fondos del Govern ahora se dice que el ATC servirá para recaudar los impuestos que actualmente figuran en el marco competencial, la verdad es que este organismo actuará en sintonía con la desconexión que hará el Gobierno en los próximos meses.

Ahora que el Estado está dispuesto a continuar estrangulando a base de impuestos sobre préstamos, multas por no cumplir la ley y amenazas a los representantes y trabajadores públicos, interviniendo todas las cuentas de la Generalitat, la respuesta catalana está preparada.Todo parece indicar que el Ejecutivo español sería capaz de poner en peligro toda la estabilidad de la zona para conservar su botín. Será en ese momento cuando el Govern, en legítima defensa y mostrando los mapas que todo el mundo entiende, pulsará el botón de la desconexión y todos los impuestos, gracias al sistema informático e-SPRIU irán a la cesta de la nueva y moderna Hacienda Catalana. Un mecanismo que ya existe, es eficiente y está bajo control catalán. Basta activarlo.

(artículo de Marc Cros publicado en catalán en El Temps)

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