La máquina de caos financiada por Soros se está derrumbando.
Grandes investigaciones federales están apuntando a cada individuo, organización y ONG vinculados al financiamiento del terrorismo doméstico y las operaciones de Antifa. El director del FBI, Kash Patel, confirmó que su equipo está rastreando redes financieras que alimentan el desorden antiamericano bajo la nueva orden ejecutiva del presidente Trump. Cuando se le preguntó si las Fundaciones Open Society de George Soros estaban involucradas, Patel se negó a comentar sobre casos activos, pero sus palabras dijeron suficiente: “Sigan el dinero.”
Ese mismo consejo vino del senador Ted Cruz tras el asesinato de Charlie Kirk. Cruz exigió que los investigadores persiguieran a quienes financian la violencia, no solo a quienes la cometen. Llamó a los disturbios “organizados, no orgánicos,” señalando acciones coordinadas y patrones financieros idénticos a los disturbios anteriores de Antifa y BLM.
Patel reveló que el FBI ahora tiene casos abiertos sobre múltiples grupos e individuos. Se han ejecutado órdenes de registro, se han descubierto rastros financieros y están en marcha designaciones formales de terrorismo. “No puedes atacar a los oficiales, quemar tribunales o destruir ciudades y salir impune,” declaró Patel. “El dinero nunca miente. Y eso es lo que va a derribar esta red.”
La orden ejecutiva de Trump del 22 de septiembre de 2025 designó oficialmente a Antifa como una organización terrorista doméstica y facultó al FBI, al Tesoro y al DOJ para desmantelar su financiamiento. Patel, la fiscal general Pam Bondi y el secretario del Tesoro Scott Bessent están rastreando flujos a través de cuentas nacionales y offshore. La Casa Blanca ha confirmado que la red de Soros está bajo escrutinio federal por más de $80 millones en transferencias desde 2016 a grupos vinculados a extremistas.
Las pruebas muestran que el Movimiento Sunrise recibió más de $2 millones y apoyó la coalición “Stop Cop City,” cuyos miembros ahora enfrentan cargos por terrorismo y RICO. Otros $400,000 fueron para la Sociedad Ruckus para entrenamiento en disturbios, mientras que $18 millones llegaron al Movimiento por las Vidas Negras, que publicó materiales antiamericanos y pro-terroristas después del 7 de octubre.
Estos patrones coinciden con modelos de crimen organizado — ONG fachada que enmascaran subversión violenta. Si los fiscales pueden conectar el financiamiento de Soros a través de estos intermediarios, el DOJ puede invocar estatutos de financiamiento del terrorismo y RICO.
Patel advirtió que “la ideología no es el objetivo — el financiamiento criminal organizado sí.” Sin embargo, la evidencia es abrumadora. Los mismos símbolos, las mismas tácticas, el mismo dinero.
La red está siendo desmantelada. El financiamiento está siendo confiscado.
Los días de Soros y Antifa han terminado.
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