Entornointeligente.com / > Los textos del Evangelio no advierten
sobre la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Fue el Papa Julio I que
decidió que sea 25 de diciembre, para evitar un rebrote de paganismo en
el Roma. Hoy, en casi todo el mundo se festeja la Natividad del hijo de
Dios
Por Gerardo Di Fazio â” Infobae
Hoy 25 de diciembre se celebra la Navidad y también el cumpleaños de
Jesús en Belén de Judea. Pero la pregunta es: ¿nació Jesús el 25 de
diciembre?⦠veamos.
Según la Real Academia Española, el término “Navidad” significa: Del
lat. tardío Nativitas ‘nacimiento’/ 1. f. En el mundo cristiano,
festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo. La
misma palabra ya nos dice que celebramos un nacimiento, eso queda claro.
Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del “natalis
solis invicti” o nacimiento del sol invicto, festividad asociada al
nacimiento de Apolo. Recordemos que los ciclos de la naturaleza eran
esenciales para la vida en aquellos tiempos, razón por la cual se
marcaban con celebraciones de exorcismo como el inicio del invierno; de
gozo como el comienzo del fin del invierno o la llegada de la primavera.
La temporada invernal, que era fatal para aquellas épocas, el 25 de
diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, cuando
Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C. Dicha festividad
debió ubicarse entre el 21 y el 22 de diciembre de nuestro calendario
gregoriano. Pero unos días antes de la gran fiesta del Sol, el pueblo
romano festejaba las “saturnalias”, introducida alrededor del año 217 a.
C., y oficialmente celebrada el día de la consagración del templo de
Saturno en el foro romano del 17 al 23 de diciembre. Los romanos
asociaban a Saturno como un dios agrícola protector de los sembrados. En
estas fiestas se decoraban las casas con plantas y se encendían velas y
lámparas de aceite con el fin de honrar a Saturno y el comienzo del fin
del invierno.
Pero la gran apoteosis celebrativa de este período era la noche del
24 de diciembre en la que las familias se reunían con otras para cenar,
donde se lucían las mejores galas y se ofrecían ricos manjares, ya que
era la víspera de la fiesta del Sol invicto.
El poeta Catulo se refería a las saturnales como: “los mejores días”
y la víspera del “natalis Solis invicti” como la “noche de las Noches”,
la oscuridad más profunda y extensa y el comienzo del fin del invierno.
Ya reunidos en una casa, familiares y amigos esperaban el amanecer del
25 de diciembre con música, cantos y bailes. Se ofrecían regalos entre
los presentes, que se abrían a la salida del sol. ¿Les recuerda esta
festividad de la antigüedad a una de nuestros tiempos? Y al igual que
hoy, a muchos les causaba cierto fastidio. El mismísimo Plinio el Joven
relata su retirada a su villa laurentina: “Especialmente durante la
Saturnalia, cuando el resto de la casa está ruidosa por la licencia de
las fiestas y los gritos de festividad. De esta forma, no obstaculizo
los juegos de mi gente y ellos no me molestan en mis estudios”. El
famoso Cicerón también huía a su casa de campo.
Por su parte, los germanos y escandinavos celebraban el 26 de
diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del Sol naciente, la
lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol de hoja
perenne que representaba al Yggdrasil o árbol del universo. En todos los
poblados, la noche del 25 al 26 de diciembre, las personas se reunían
en torno al Yggdrasil a esperar los primeros rayos de sol. Bailaban,
cantaban alrededor del árbol y cuando el sol aparecía se repartían
obsequios entre los asistentes como símbolo del regalo del Sol, que en
poco tiempo volvería a reinar. ¿No recuerdan haber visto ese árbol en
algún lado?
San Bonifacio, el evangelizador de los germanos, en forma simbólica
cortó con un hacha el árbol mítico, dándole una visión cristiana.
Como hemos visto, el Sol posee gran significancia, pero no sólo
porque nacería Jesús en esa fecha; divinidades de otros cultos también
nacieron alrededor del Solsticio de invierno. Sin entrar en un ensayo
sobre religiones comparadas, podemos hacer una breve y rápida
comparación de fechas:
Horus: nació un 25 de diciembre de la virgen Isis-Meri. Mitra:
apareció un 25 de diciembre en una cueva oscura de una virgen.
Siddhartha gautama–Buda, nacido de la reina Maya y anunciado por una
estrella (se celebra en muchos lugares en mayo. En Japón, por ejemplo,
se festeja el 8 de abril).
En referencia al nacimiento de Jesús, los textos de los Evangelios
no advierten sobre la fecha exacta del nacimiento. Los datos que se
ofrecen son vagos, como el que cita el Evangelio de Lucas 2.1-3: “En
aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, donde ordenaba
que se realizara un censo en todo el mundo. El primero tuvo lugar cuando
Quirino gobernaba Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de
origen…”.
La mayoría de historiadores sostiene que Lucas cometió un error al
hacer coincidir el censo de Quirino, que tuvo lugar durante el año 6
d.C., y los hechos que rodearon al nacimiento de Jesús. San Mateo en su
Evangelio sitúa en tiempos del rey Herodes, 4 a.C. El problema es que el
rey Herodes el Grande, bajo cuyo reinado también afirma la Biblia que
nació Jesucristo, murió en el año 4 a.C., y no es muy probable que el
censo se hiciera en dos fases pues en tiempos de Herodes el Grande,
Judea no estaba bajo dominio romano. Tampoco es factible que el censo
durara 10 años.
Lucas también otorga otro dato en su Evangelio en el Cap. 2, 8-20:
“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias
de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del
Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor y tuvieron gran
temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas
de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor…”
Si prestamos atención a este texto, podemos leer que los pastores
“velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño…” En
diciembre no se llevaban las ovejas a pastar por los pocos prados de
Palestina, muy por el contrario, se guardaban en cuevas para
resguardarlas del frío y la nieve. Esto implica que debemos ubicar el
nacimiento de Jesús entre la primavera y el verano del hemisferio norte.
En los albores del cristianismo, la fiesta más recordada y celebrada
por los fieles era Pascua, no Navidad. La fecha más importante de la
vida de Cristo y también de los santos y mártires no era la del
nacimiento, sino la de su muerte y resurrección de Jesús, el punto focal
de la fe. Aunque en los lugares donde el cristianismo comenzaba a tener
una importante presencia había una celebración en fechas muy diversas
acerca del nacimiento de Jesús. En San Ireneo ni en la lista de las
festividades litúrgicas de Tertuliano figura la celebración de la
Navidad.
Muchas son las teorías del porqué se comienza a celebrar el 25 de
diciembre el nacimiento de Jesús. El papa Julio I pidió en el año 350
que el nacimiento de Cristo se festejara en la misma fecha del “natalis
Solis invicti” , ya que es Jesús el “Sol de justicia que alumbrará al
mundo con su resplandor” y los cristianos de Roma seguían conmemorando
las saturnales y la fiesta del Sol, pero ahora con la inculturación al
cristianismo. Finalmente, el papa Liberio decreta este día como el
nacimiento de Jesús de Nazaret en el año 354. Y la primera mención de
una comida de Navidad el 25 de diciembre es en Constantinopla, en el año
379, bajo el mando de Gregorio Nacianceno, alrededor del año 380/382.
Siempre estamos hablando del calendario Juliano.
Con la cristianización de las festividades de las Saturnales y del
Sol invicto solo cambió el objeto a consagrar: ahora era Jesús. Pero las
formas siguieron siendo las mismas. Comidas, bailes, regalos, luces,
adornos… Poco a poco la fiesta se extendió y se celebró en toda la nueva
cristiandad inculturizando las tradiciones en la cual el Evangelio iba
llegando, por ejemplo, el árbol Yggdrasil de los germanos,
transformándolo en el árbol de Navidad.
En Roma el Papa celebraba las primeras vísperas el día 24 en la
iglesia de Santa María, la mayor de la capital de Italia, donde se
guardan las reliquias del pesebre. Iba a la iglesia de santa Anastasia
de la comunidad griega y oficiaba allí la misa de la aurora, y la misa
del día se oficiaba en San Pedro, en el Vaticano.
Pero la festividad de la Navidad sufrió varios altibajos. Muchos de
los reformadores consideraron al agasajo de la Navidad como un “resabio
papista” y prohibieron taxativamente su recuerdo. Como así también en
Inglaterra, en 1647 los gobernantes puritanos prohibieron la celebración
de la Navidad. Pero como el pueblo no lo aceptó, en 1660 se restauró la
festividad. Los puritanos de Nueva Inglaterra, en cambio, rechazaron la
Navidad y su celebración fue prohibida en Boston desde 1659 a 1681,
aunque en Nueva York y Virginia se festejaba con total normalidad.
Después de la independencia de los Estados Unidos, la celebración quedó
unida a una “costumbre del imperio” y fue muy poco tenida en cuenta.
En 1820, en Inglaterra, las persecuciones religiosas ya habían
concluido, aunque los festejos estaban en agonía. Solo era una memoria
litúrgica de las diversas iglesias sin demasiada relevancia en la
sociedad. Fue Charles Dickens en su famoso “Cuento de Navidad” que en
1843 desempeñó un importante papel en la restauración de la fiesta de
Navidad haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión
y la celebración familiar, aunque no se menciona la figura de Jesús y
del porqué de la celebración.
En la actualidad, la gran mayoría de las Iglesias cristianas
históricas: Católica, ortodoxa, comunión anglicana, diversas iglesias
reformistas, luteranos, calvinistas, valdenses… otorgan a la solemnidad
de la Natividad o Navidad una importancia tal que la antecede a un
tiempo de preparación: el Adviento.
Algunas iglesias orientales (los ortodoxos rusos, por ejemplo) usan
el calendario juliano (creado por Julio César). En 1582, el papa
Gregorio XIII, aconsejado por los astrónomos, decretó por la bula “Inter
gravissimas” que el jueves 4 de octubre de 1582 sería inmediatamente
seguido del viernes 15 de octubre, para compensar la diferencia
acumulada de 13 días a lo largo de los siglos, en el calendario juliano.
Algunas de las iglesias de Oriente no aceptaron un cambio de calendario
realizado por el papa de Roma, por tanto, mantuvieron las fechas según
el calendario juliano. Es así que el 25 de diciembre del calendario
juliano es el 7 de enero del gregoriano, y la Navidad es celebrada junto
con la fiesta de la Epifanía, la iglesia apostólica armenia también la
celebra el 6 de enero. Las iglesias ortodoxas de Alejandría, Rumania,
Bulgaria, Albania, Finlandia, Grecia y Chipre festejan Navidad el 25 de
diciembre según el calendario gregoriano.
Como hemos visto, la celebración de la fiesta de Navidad tuvo sus bemoles. ¿Y qué hay de los símbolos de esta fiesta?
El árbol de Navidad: un elemento decorativo para el que se suele
emplear una conífera ornamentada con adornos. Al ser un árbol de hoja
perenne simboliza el amor de Dios. Su origen, como lo mencionamos
anteriormente, en la cultura germana es la reinvención del “Yggdrasil” y
que San Bonifacio dirá que se trata de la representación del árbol de
la vida del antiguo testamento. También fue popularizado como símbolo de
la Navidad por aquellos que abrazaron la reforma protestante al no
poder venerar las imágenes es sus casas.
Hoy todos poseen un árbol de Navidad, tanto católicos como
protestantes, hasta en la misma plaza romana de San Pedro se erige un
monumental árbol junto al pesebre.
El Pesebre. El primero fue realizado por San Francisco de Asís en
1223, en Greccio, Italia. El santo de Asís, que quería representar el
nacimiento del Cristo para ver con sus propios ojos las dificultades que
tuvo al nacer, ofició de “pesebre viviente”. Reunió a la población y la
invitó a recrear en una gruta lo que había ocurrido en Belén. La
tradición se extendió luego en toda la cristiandad. El centro más famoso
de los pesebres es Vía San Gregorio Armeno, en Nápoles, con el diseño
de los pesebres que ideó San Cayetano, tomando la idea de San francisco,
pero adaptándola a la realidad de la contemporaneidad y a la moda de la
época del siglo XVII.
La cena de la víspera de Navidad: Como leímos al comienzo, la cena
de “la noche buena”, sobre todo para los países latinos, proviene de
costumbres milenarias. Y en todos los casos solo con sutiles
diferencias, pero siguen un mismo patrón: las familias y amigos se
juntan en torno a una mesa, con una comida especial, donde todos se
visten de fiesta y se ofrecen obsequios. La Navidad es celebrada con la
familia, y el Año Nuevo con los amigos.
La “Misa del Gallo” o los “Oficios de las Vísperas”: hasta hace
algunos años se realizaban a partir de la medianoche. Pero en la
actualidad esto ha cambiado, aún en la misa oficiada por el Papa en
Roma: suelen comenzar entre las 20 y las 21 con entonaciones de
villancicos, canciones alusivas a este tiempo de Navidad.
Esperar la hora 0: En la Argentina se espera a que llegue la hora 24
del 24 de diciembre y recién en ese momento se brinda y se desea “feliz
Navidad”. Alrededor de a esa hora, apenas comenzada la “Misa del Gallo”
en los templos católicos, minutos después de su inicio se entona en
himno del “Gloria a Dios en el cielo”, momento litúrgico que marca el
nacimiento de Jesús y que es acompañado por el sonar de campanitas en el
templo, y las grandes campanas de las torres echan vuelo. Luego del
brindis, llegará “Papá Noel” o “el Niño Jesús” y los niños correrán para
abrir los regalos depositados al pie del pesebre o del árbol de
Navidad.
Si Jesús nació o no en esta noche, poco importa. Sabemos que nació y
buscamos un día en el que celebramos su cumpleaños. Lo que interesa, es
que la gran mayoría de los cristianos recuerda su natalicio y el
mensaje que los ángeles dieron a los pastores en esa noche: “gloria a
Dios en las alturas y paz a los hombres amados por Dios…”
LINK ORIGINAL: DolarToday
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