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28 de diciembre de 2016

El año se despide peor de lo que empezó

Crisis económica 

El año se despide 

peor de lo que empezó


Antes que nada, os digo que lamento mucho haber acertado en mis predicciones para el año 2016. He acertado en todo y me molesta más que una almorrana montando a caballo. 
Pero reconozco que era fácil, contando con un PP cantado en el Gobierno, más corrupto que el auténtico brazo de Santa Teresa, y con un PSOE cuyo oportunismo y desvergüenza son modelo de vendedores de bisoñés. 
Ciudadanos anda algo atrasado, pero aprende con afán de primero de la clase.
Efectivamente, las cifras macro han seguido siendo el tópico cuajado de mentiras para ocultar la realidad de una implosión de la producción interior bruta de España, que es como el agujero negro de Casiopea. 
De Guindos se ha hartado de mentir con sus crecimientos falsos que incluyen partidas financieras y partidas sobre sectores ilegales, como la prostitución y la droga. 
España se ha encogido en producción de riqueza real, bienes y servicios como polla en agua helada. 
Los bancos, además de no prestar dinero para financiar el crecimiento, están monopolizando ahora áreas que les son ajenas, como la promoción de viviendas. 
Las únicas que tendrán financiación hipotecaria, por supuesto.
Sin embargo, el número de millonarios ha aumentado. ¿En qué sector? En el financiero.
La únicas empresas que van a seguir nadando en dinero sin mayores problemas, con crédito blando para manipular su cotización bursátil con su autocartera, son las compañías transnacionales, porque están controladas por el Sanedrín Financiero, que gana dinero con ellas y mantiene su poder a ultranza. El último acuerdo transatlántico entre la UE y Canadá (con EEUU metido de rondón) avala lo que digo. 
El resto de las empresas han seguido echando abajo las persianas en progresión creciente, sin liquidez para sobrevivir ni tampoco mercado al que venderle unos panchitos. 
Empresas que van siendo embargadas en lo poco que les queda por el monstruo de las dos cabezas, la Banca y Hacienda, decía yo entonces que son como Chucky y su novia comiéndose un pollo.
Pero hay algo que no predije y tengo que reconocerlo ahora, aunque me duela más que sentarme encima del huevo derecho. 
Y no lo predije porque aún arrastro prejuicios mamados en mi juventud. Es respecto a la nueva izquierda que ha surgido de la indignación y la miseria de los españoles, Podemos, confluencias y la CUP --o Bildu--. 
Se trata de una izquierda de neófitos que recuerdan perfectamente lo que le sucedió al PCE en tiempos pasados: 
el PCE se encogió hasta casi desaparecer en cuanto los españoles tuvieron poder adquisitivo: pasó de 23 diputados en 1979 a sólo 2 en 2015. ¡Ah, los españoles, qué mala memoria tienen para las crisis en cuanto se van!
¿Lo habéis adivinado? Supongo que sí: cuando se llega al poder a causa de la miseria, se mantiene uno en el poder mientras la miseria dure y ni un minuto más. 
Existe, pues, una contradicción entre lo que la nueva izquierda dice que va a hacer, que es resolver la crisis por métodos legales, aunque drásticos, creando empleo, y el conservadurismo adquirido a base de sueldos y prebendas. 
La izquierda en el poder municipal y autonómico está por la labor de pararlo todo, aunque se pare el empleo, porque ese empleo --el de un albañil o un fontanero en una obra de viviendas nuevas-- beneficia a los explotadores, dicen. 
Pero la verdad es mucho más sucia y dura: 
"A mi sillón me trajeron la crisis y la miseria, y seguiré aquí mientras la crisis y la miseria persistan... la crisis y la miseria son mi razón de existir. 
Y reconozco, aunque sea en mi intimidad masturbatoria, que no quiero que terminen nunca, porque sé que este chollo se me acabará en cuanto la gente vuelva a trabajar y a consumir". 
Y la nueva izquierda, mientras predica sobre salarios mínimos y derechos sociales que sabe que la derecha va a recortar en todo caso, contribuye taponando las salidas naturales a la crisis, que pasan por dejar a la gente currar.
La nueva izquierda es, por lo tanto, una aliada sobrevenida de aquellos a los que dice combatir. 
¿A que no le sorprende a nadie? 
El todopoderoso Sistema se mantiene siempre, es permisivo con los avatares democráticos porque sabe lo que vendrá: 
que todo el que cobra del Estado es carne podrida al poco tiempo y se le nota a las primeras de cambio.
De la nueva izquierda esperábamos cosas claras como el caldo de un asilo:
--que no se corrompiera,
--que detuviera la ilegalidad,
--pero también que agilizara lo que es legal.
Tan corrupto es conceder una licencia de obras irregular como no conceder una licencia legal bajo el pretexto que sea: 
"Queremos una población más pequeña y humanizada", por ejemplo. Y en aquellos municipios controlados por la nueva izquierda no se mueve un ladrillo a base de excusas populistas, a cambio de que esa nueva izquierda apoye por activa o por pasiva las políticas de la derecha en los parlamentos. 
Ejemplos como los de Barcelona --paralizando la inversión hotelera-- o Madrid --paralizando el plan de la Castellana-- no son los únicos, aunque sean los que los medios comentan, porque los medios sólo le comen la polla a las grandes empresas. 
Pero la CUP, que sostiene a la más prostituida de las formaciones políticas en el Parlament Català, la Mafia del Piñol, paraliza también la inversión en todos los municipios en los que tiene el mando. 
La crisis se retroalimenta así, ahora perpetrada por la izquierda de los indignados, que siguen indignados, sin trabajo, pero ahora perplejos, además.
De la crisis se saldrá, si es que se sale algún día, que la probabilidad es mínima, porque, a trancas y barrancas, con la fuerza y la obstinación de los emprendedores y el sacrificio de los obreros, se invierta esfuerzo y el poco dinero que tienen tanto contra los deseos y obstáculos de la derecha (C's y PSOE también lo son) como de la nueva izquierda. 
La derecha los joderá desde arriba, no apoyando más intereses que los de las grandes empresas oligopolísticas. La izquierda los joderá desde abajo, tratándolos como a maleantes a todos. 
Y si el fin de la crisis llega, la derecha se apuntará el éxito de sus políticas de recortes, extorsión y acoso, y la nueva izquierda desaparecerá dejando un rastro de abulia, nepotismo (y seguramente corrupción, porque ya han sentado las bases) que se recordará muchos años.
De momento, entre todos, derechas e izquierdas en los poderes central, autonómico y local, siguen arruinando a los españoles todo lo que pueden y saben. ¡Y todos ellos cobrando sueldos cojonudos y tocándose las peras o las patatas!
Como esto que acabo de soltar parece más reaccionario que el himno de Riego, termino cagándome en la putísima madre de todos los banqueros españoles y mundiales, en la de toda la casta política que se reparte el momio de los presupuestos, sobre todo en la del Partido Popular y su marca blanca, Ciudadanos, porque no tiene vergüenza ni dignidad, por dedicar todos sus esfuerzos no sólo a robar, sino a engordar al Gang del IBEX(*) y al de la Banca Internacional; y en la del PSOE, por ser una derechona encubierta, de esas de cazadora de marca, cerveza y tapa de jamón de bellota. 
Lo que no esperaba, y casi se me saltan las lágrimas al hacerlo, es haber de incluir a las putísimas madres de los nuevos políticos de la izquierda pseudo-revolucionaria, que está pidiendo a gritos que el capitalismo floreciente les pague por el servicio de asfixiar a las clase trabajadora, autónoma y empresarial de medio pelo con sus políticas de "ventanilla cerrada: estaremos de luto por Fidel los próximos diez años".
NOTA: (*) El IBEX 35 no levanta cabeza:
Rango de Mínimo - Máximo de un año: 7.579,80 - 10.031,20
A pesar de las inyecciones de capital, cualquier inversor en IBEX ha perdido un 14% de su capital en 2016.

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