Por Patricio Eleisegui |
Lo llaman el “oro blanco”. El mineral del futuro.
Aunque no hay que ir tan adelante: en el primer trimestre de este año aumentó su valor en un 47% y la tonelada supera los 7600 dólares.
Todas las miradas apuntan al litio.
Con él se hacen baterías para elementos electrónicos, desde celulares hasta automóviles, y se usa para almacenamiento de energía.
Argentina tiene un 20% de los yacimientos mundiales.
Y si bien en los últimos años se habían anunciado proyectos estatales para darle valor agregado, la quita de retenciones y el precio en alza son un señuelo inmejorable para las mineras.
La oleada de empresas privadas extranjeras que se internan voraces en el extractivismo de la materia prima ya arrancó.
Lo que se pierde es el proyecto del litio como una industria nacional.
La riqueza de este suelo despierta el entusiasmo de capitales extranjeros, que llegan al país para hacerse de este mineral, necesario para la fabricación de #baterías para celulares, otros productos #electrónicos y autos eléctricos. El avance de YPF y últimos movimientos de empresas foráneas.
En la minería, los referentes no ocultan su entusiasmo.
Observan cómo la llamada “materia prima del futuro” despierta cada vez mayor interés entre las empresas y el público inversor.
No es para menos, ya que el litio es el insumo clave a partir de la cual se elaboran las baterías de celulares, de otros dispositivos tecnológicos y de los autos eléctricos, productos en franco crecimiento y, en este último caso, en plena ebullición.
La necesidad de hacerse de este preciado mineral, y de mayores cantidades, le suma al sector minero protagonistas de peso a nivel global. Y, al Gobierno, un buen caudal de dólares para la tan mentada lluvia de inversiones.
La decisión del macrismo de quitarle las retenciones a esta actividad revitalizó el atractivo por ir en busca del litio que, dicho sea de paso, no abunda en el mundo pero sí en la Argentina.
Esta materia prima que yace en suelo local ya venía atrayendo a corporaciones de diferentes países, de modo tal que la iniciativa oficial no hizo otra cosa que acelerar los tiempos.
En las provincias del norte es en donde más se evidencia este proceso inversor, como así también el desembarco de nuevas compañías, tal como sucede en Salta o Catamarca.
En la actualidad, la Argentina ostenta el tercer lugar a nivel mundial en términos de producción (no de reservas) de litio, ubicándose por detrás de Australia y Chile.
No obstante, en estos últimos años es cuando más aumentó la explotación: sólo en 2015 se alcanzaron las casi 4.000 toneladas, un 20% más que en el período anterior.
Aquello que alienta a los inversores a traer sus dólares es el potencial que presenta el país, habida cuenta de que su obtención aún se ubica muy por debajo de la de Australia (13.400 toneladas) y Chile (11.700 toneladas).
Esto explica por qué en estas tierras se registró ese notable crecimiento interanual, en contraposición a lo sucedido en las dos naciones mencionadas (1 y 2% respectivamente).
Además, la Argentina ya ocupa el segundo lugar en el ranking de países a los que más le compra Estados Unidos, con un 38%, por debajo de Chile (58%) y muy por encima de China (3%), según informó el Departamento de Geología estadounidense en base a datos de los últimos tres años.
Este mineral no es del todo homogéneo y los tipos de litio que pueden obtenerse varían según la zona geográfica.
Se obtiene a partir de la evaporación y purificación de la salmuera, un líquido que es bombeado a través de perforaciones en diferentes salares.
Las empresas del mundo lo demandan para la elaboración de baterías (35%), cerámicas y vidrios (32%), grasas lubricantes (9%), purificación de aire (5%) y polímeros (4%), entre otros tantos usos.
Empresas, atraídas por la riqueza argentina
Esta variedad permite, en gran medida, explicar el “boom” inversor en suelos albicelestes.
Como parte de ese proceso de desembolsos aparece, solo a modo de ejemplo, una firma chilena (Sociedad Química & Minera de Chile, SQM) que se hizo de la mitad de la compañía Exar, controlante del yacimiento Caucharí-Olaroz, en Jujuy.
SQM extendió sus movimientos hacia la Argentina luego de haber sufrido encontronazos con el gobierno trasandino que, en su momento, hasta pugnó por retirarle la licencia de operación.
La controlada por Julio Ponce, ex yerno del dictador Augusto Pinochet, quedó en el centro de la polémica tras una denuncia por haber financiado de manera irregular a varios políticos.
En este contexto, la intención de la compañía es intensificar su labor en Jujuy con una clara finalidad:
llegar a producir hasta 40.000 toneladas anuales a lo largo de las próximas tres décadas.
Para ello, SQM ya comprometió una inversión “piso” de u$s500 millones, en la que se contempla el desarrollo de una planta de procesamiento. Además, pasó a formar parte de una sociedad de la que también participan “pesos pesado”.
Concretamente, los productores de baterías Magna Internacional, la automotriz Mitsubishi Corporation y JEMSE, una compañía estatal jujeña.
En la actualidad, Exar es dueña de los derechos mineros de litio sobre más de 110.000 hectáreas. Se estima que las reservas alcanzan casi los 5 millones de toneladas de carbonato, además de 7,7 millones de potasio.
“Argentina permite la extracción y esto es lo que atrae a los extranjeros, que están muy interesados en desarrollar y en potenciar nuevas zonas de búsqueda”, señaló a iProfesional Julio Ríos Gómez, titular de Gemera, la cámara que nucléa a las mineras que exploran suelo albiceleste.
“De hecho, en China se viene realizando una serie de actividades para promover inversiones, con jornadas a las asistieron tres compañías con experiencia en la extracción de litio”, ejemplificó.
“Para la minería argentina, el litio es una de las principales vedette. Los empresarios asiáticos que participan de esta actividad quieren conocer más de cerca la realidad local para luego desembarcar o sumar inversiones”, remarcó Ríos.
Por cierto, las competidoras de SQM no quieren quedarse atrás en la carrera por hacerse de este importante mineral.
Una de ellas es Albemarle Corporation -de Rockwood Lithium – que anunció la firma de un convenio con Bolland Minera, que contempla los derechos exclusivos de exploración y adquisición del Salar de Antofalla, en Catamarca.
Su elección lejos está de ser aleatoria:
este salar tiene potencial como para ser uno de los más importantes y le permitirá alcanzar un mayor volumen de extracción respecto del que hoy ostenta Chile.
Invertirán entre u$s8 millones y u$s12 millones anuales sólo en estudios de viabilidad técnica y prevén que la explotación podrá extenderse hasta unos 7 años.
El objetivo, ambicioso por cierto, es el de abastecer el 50% de la nueva demanda mundial de litio.
Por cierto, Bolland también es un jugador activo en la obtención de otro mineral muy requerido en el mercado tecnológico, conocido como “tierras raras”.
Desde hace al menos cinco años, viene realizando monitoreos para identificar y aprovechar este insumo oculto, principalmente, en suelo cordobés.
El proceso inversor se acelera y suma protagonistas de diversas latitudes.
Un grupo de empresarios chinos llegó a Salta en el marco de las tratativas encaradas con el grupo australiano Enirgi, que planea producir carbonato de litio en la Puna salteña.
La agencia estatal china State Development & Investment Corp (SDIC), que posee activos por u$s 76.000 millones, también forma parte de la “movida”.
Participa de negocios en el sector de las energías renovables y ha realizado importantes inversiones en parques solares, plantas de energía eólica y fábricas de baterías de litio.
En tanto, Mitsubishi es otro de los “peso pesado” con ganas de desembolsar más dólares en la Argentina.
Sus autoridades ya informaron que apostarán por la extracción de cobre en San Juan.
Esto, en un contexto en el que el embajador nipón, Noriteru Fukushima, expresó: “Los japoneses vemos con mucho interés todos los cambios que está haciendo Mauricio Macri”.
Pero hay más. Empresarios de países como Australia, Canadá y China también evidencian sus ganas por sacarle más rédito al suelo argentino.
En este caso, apuntan a hacerse fuertes en Catamarca. En particular, para potenciar la explotación de litio en la zona de la Puna.
Tal es el atractivo que despierta este mineral que hasta logró desplazar al oro del ranking de los más demandados, a partir del incremento de su valor a nivel mundial.
Distribución
El litio se encuentra mayormente en los salares de Jujuy, Salta y Catamarca, otorgándole a esas provincias en particular -y al país en general- una riqueza envidiable.
En suelo argentino yace la tercera reserva mundial de litio.
De hecho, en el sector es común que varios expertos identifiquen a la nación como integrante de una potencial “Arabia Saudita del litio” junto con Chile y Bolivia.
No es para menos, ya que en conjunto poseen el 80% de las reservas comprobadas. Claro que los tres difieren en las políticas para su extracción.
Se estima que el volumen presente en estas tierras alcanza las 130 millones de toneladas, suficiente como para abastecer la producción de baterías para autos, computadoras o celulares de buena parte de Asia durante, al menos, cuatro años.
Esta riqueza que ofrece el territorio local adquiere una mayor relevancia en la captación de capitales si se tiene presente lo que sucede en el “vecindario”:
– En Bolivia, Evo Morales mantiene vetada la explotación privada del recurso.
– En Chile, las autoridades dejaron de ofrecer concesiones a los interesados en extraer el mineral, a raíz de los escándalos vinculados con las entregas.
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