En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Por el poder de la Santísima Trinidad, y por el poder del Creador, tenga por virtud y poder de desechar encantamientos, brujerías, hechicerías y todo mal, dado, tirado o tomado en cualquier maleficio.
Por el poder del Creador, por el poder de San Cipriano y el redentor, Por el poder de la Santísima trinidad y de mi Ángel Guardián, por el poder de todos los Santos: Mis enemigos quedan derrotados.
Que el espíritu Santo sea mi ayuda y me guarde de los malos espíritus.
Señor:
Haz que las armas de mis enemigos o enemigas, fueran hombres o mujeres, grandes o pequeños, si traen armas no me lastimen, sus ojos no me vean, sus lenguas desatadas no me ofendan.
Ni diablos, brujos o brujas, polvos, velas, mala suerte, encantamientos, malos espíritus, todo ello sean reventados antes de llegar a mí.
Si es que soy perseguido, los pasos de mis perseguidores sean clavados con clavos y crucetas.
Cárceles y calabozos, candados y cadenas y grilletes que encierran, o aten mi cuerpo, en este instante revienten como reventaron los rayos y centellas, cuando Jesús expiro en la Cruz.
Que mi cuerpo sea cubierto con el manto sagrado de la Verónica, para luego ver la redención del mundo
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