Los Yayoflautas celebran un Encuentro estatal en Valencia contra los recortes en el sistema público de jubilaciones
“Estos ladrones nos roban las pensiones”
“Aquí están éstos son, Yayoflautas en acción”, “Rajoy cabrón nos robas la pensión”; “No hay pan 'pa' tanto chorizo”; “Estos ladrones nos roban las pensiones”.... Unas 300 personas se manifestaron el 22 de octubre por el centro de Valencia convocadas por el movimiento social de los Yayoflautas, que celebraron ese día el Encuentro Estatal. Antes de la movilización, debatieron en una reunión el estado de las pensiones y las próximas acciones en la calle. “Estamos convencidos de que hay un intento por parte de la derecha de recortar las prestaciones y, con la excusa de la crisis, ir hacia un cambio de modelo -privado- de financiación”, concluyeron. En la convocatoria a las 17,00 horas en la plaza de la Virgen de Valencia se reivindicaban unas pensiones dignas y, para ello, una financiación adecuada “que haga pagar a quien más tiene”. Yayoflautas procedentes de Callosa de Segura (Alicante), Terrassa, Sabadell, Madrid, Valencia, Málaga, Castellón o Barcelona exhibían las pancartas formando un círculo que rodeaba la plaza. Los carteles mostraban consignas contra la violencia de género, los tratados comerciales como el TTIP, el CETA y el TISA o la corrupción. Incluso la efigie del Che Guevara. Otra de las pancartas resumía el sentido de la movilización: “Hemos cotizado toda la vida, pensiones intocables”. Activistas de la PAH lucían camisetas verdes y los militantes del PCPE banderas rojas.“Esto es una estafa, antes teníamos mejor sanidad que nadie y ahora una mierda; y así con todo”, se indigna Pepita Sáez, de 74 años, que se ha desplazado desde el barrio de Ca N'Oriac en Sabadell. Operada de las dos rodillas, camina con alguna dificultad. “Mal que bien, antes te llegaba a finales de mes, pero ahora a mediados ya no te alcanza”, se lamenta la activista. Añade que tiene que ayudar a los nietos y decirles que cuando pueda les comprará unas zapatillas. A su hijo le ha prometido un “paquete” en Navidad con aceite, jabón y los bienes más básicos. “No caprichos, sino las necesidades”. “¿Y ahora me dice Fátima Báñez que me tengo que poner a trabajar? Que se vayan ellos a picar piedra, pero al Valle de los Caídos”. Paco Reyes, de 67 años llega desde el barrio de Ciudad Jardín, en Málaga. Se ha separado unos metros del colectivo de Yayoflautas malagueños. Lleva muchos años militando en el movimiento vecinal. “¿Por qué hay tantos pensionistas que votan al PP? Resulta incomprensible, creen que la paga se la da Mariano Rajoy y sobre todo tienen miedo: sufrieron la crueldad de la dictadura y la inmigración; muchos de estos votantes cobran pensiones de entre 300 y 400 euros”.
El pasado 18 de octubre el periódico El Mundo informaba de que el ejecutivo español en funciones había dado cuenta a Bruselas de los serios apuros que atraviesa el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. De los cálculos del gobierno, detalla El Mundo, se infiere incluso la fecha en la que la “hucha” de las pensiones se quedará sin fondos, debido al “déficit acumulado”: diciembre de 2017. Esta circunstancia haría imposible el abono de la paga extra de Navidad a los pensionistas. Dos días después, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, planteó para la próxima legislatura que pudiera hacerse compatible, a partir de los 65 años, el empleo con el cobro íntegro de la pensión. Frente a los anuncios y previsiones oficiales, los Yayoflautas recuerdan por las redes sociales que el 28,6% de la población española se halla en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador Arope. Difunden asimismo que en 2016 el Estado español entrega 13,2 millones de euros al mes a la iglesia católica, a cuenta de lo que espera recaudar con la casilla “fines religiosos” del IRPF. En julio de 2016 la Asamblea de Yayoflautas de Cataluña reivindicaba en el documento “Una vida digna para nuestras hijas” la jubilación a los 60 años, con partidas en los presupuestos estatales que garanticen la viabilidad de las pensiones públicas. Pedían que no se aplique la reforma laboral, que no se ejecuten desahucios y la renta básica universal.
Enfundado en el característico chaleco reflectante, Paco Reyes afirma que cuando el colectivo de Yayoflautas se acerca a los centros de mayores, los directores y gerentes en ocasiones no les dejan entrar, hablar de política y tampoco informar del “robo” de la “hucha” de las pensiones. “Ya lo dijo Juncker, el presidente de la Comisión Europea: primero lanzan un globo sonda, y si no hay reacción poco a poco avanzan en la reforma; y así hasta aprobar la ley completa, que luego es muy difícil de revertir”. “Lo dice Juncker, no un Yayoflauta”, insiste el activista. Él y su pareja no se verán especialmente afectados, debido a la paga suplementaria que perciben por los años trabajados en Alemania. Parte de ese dinero lo destinan en casa a “comedor social”, según afirma, con los hijos y los nietos. También a “guardería infantil” y a “quitarles la mierda” a los niños.
Rebautizada por los Yayoflautas como del 15-M, por la plaza del Ayuntamiento de Valencia marcha P. Vidal, de 65 años y recientemente jubilado. Ha venido de Barcelona con la Marea Pensionista, y muestra una pancarta con la leyenda “Estudiante trabajador, luchamos por tu pensión”. Sobre el fondo bronce de la pancarta, destaca la figura del fallecido político y cantautor José Antonio Labordeta. “Están privatizando el Estado del Bienestar, y la gente tiene miedo”. P. Vidal recalca que les cuesta llegar con las propuestas, sobre todo, a la gente joven. Por eso intentan dirigirse a los universitarios y, con ‘pegatinas’ en los cajeros automáticos, exhortar a los pensionistas a que no ingresen en los bancos la paga extra de Navidad. Recuerda que la mitad de los nueve millones de jubilados del estado español perciben una pensión inferior al salario mínimo interprofesional, establecido en 650 euros mensuales.
El sindicalista y docente Agustín Moreno destaca en el artículo “Salvar las pensiones”, publicado en el periódico Cuarto Poder el 21 de agosto de 2016, que el 34% de los hogares españoles tiene como fuente de ingresos principal algún tipo de pensión. Se refiere en el texto, literalmente, a un “saqueo” y “vaciamiento sistemático” de la llamada “hucha” de las pensiones. Constituido en el año 2000, el Fondo de Reserva llegó a contar con 66.815 millones de euros en 2011, pero “el gobierno de Rajoy se lo ha ido puliendo” hasta dejarlo en 24.207 millones de euros (julio de 2016). Moreno apunta algunas razones de la merma en la “hucha”. En primer lugar, la caída de los ingresos en la Seguridad Social debido al menor número de cotizantes (se perdieron 2,9 millones entre 2007 y 2013) por los despidos, los ERE y el desempleo. El Fondo de Reserva también ha menguado al disminuir las bases de cotización como consecuencia de las políticas de devaluación salarial, austeridad y las reformas laborales. Otro factor que ha contribuido al vaciamiento de la “hucha” es la reducción de las cotizaciones a los empresarios, a través de las llamadas “tarifas planas” (caída de 2.500 millones de euros en la recaudación de la Seguridad Social en 2016).
Asimismo en Cuarto Poder (“La hucha de las pensiones se agota: ¿Qué hacer?”, 22 de julio de 2016), el Inspector de Trabajo y Seguridad Social, Héctor Illueca, proponía el aumento de las cotizaciones empresariales, la supresión de las “injustificadas” bonificaciones existentes; y concentrar los esfuerzos de la Inspección de Trabajo en las situaciones de “infra-cotización” por excesos de jornada y por los abusos en los contratos a tiempo parcial. Éstas constituyen, a juicio de Illueca, la principal bolsa de fraude al sistema de Seguridad Social. En diciembre de 2015 el catedrático Vicenç Navarro resaltaba en el diario Público que los activos del Fondo Público de las Pensiones se había invertido en un 97% en títulos de deuda pública, de modo que habían servido para financiar el “rescate” de la banca. “Los medios de comunicación españoles han guardado un silencio ensordecedor” sobre esta circunstancia, agregaba el economista.
Pepa Gallardo, de 72 años y vecina del barrio madrileño de Vallecas, se queja de los salarios cada vez menores “que llevan a la gente a situaciones de desesperación”. Tiene una hija en paro, que cobra la prestación de desempleo y prepara unas oposiciones. Con una pensión de 600 euros a la que se agrega la de mil euros que percibe su marido, considera que sus circunstancias no son las peores. “A muchos jubilados les llega información manipulada, debido a la propaganda piensan que la izquierda va a robarles la casa y las pensiones, cuando lo está haciendo un gobierno de derechas”, explica esta integrante de los Yayoflautas. Coincide en la experiencia de otros compañeros cuando se dirigen a los centros de mayores: “Llega la directora y dice que ‘no”, ‘que estos de la izquierda mienten’ y que las pensiones las pagan ellos”. Es más, ante la próxima investidura de Rajoy, “también parece que toda la culpa la tenga la izquierda: intentan justificar lo injustificable”. El testimonio de Pepa Gallardo coincide con el manifiesto final de la movilización, que una activista lee en la plaza del Ayuntamiento. “Los medios de comunicación son quienes hacen creer que resulta inviable el sistema público de pensiones”. Se trata, según el texto, de una estrategia impulsada por el Gobierno, al servicio del poder financiero y las aseguradoras. Los Yayoflautas están seguros de que se hallan amenazadas las pensiones de un colectivo de nueve millones de personas; y las de sus hijos. “Corre peligro nuestra dignidad”.
El pasado 18 de octubre el periódico El Mundo informaba de que el ejecutivo español en funciones había dado cuenta a Bruselas de los serios apuros que atraviesa el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. De los cálculos del gobierno, detalla El Mundo, se infiere incluso la fecha en la que la “hucha” de las pensiones se quedará sin fondos, debido al “déficit acumulado”: diciembre de 2017. Esta circunstancia haría imposible el abono de la paga extra de Navidad a los pensionistas. Dos días después, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, planteó para la próxima legislatura que pudiera hacerse compatible, a partir de los 65 años, el empleo con el cobro íntegro de la pensión. Frente a los anuncios y previsiones oficiales, los Yayoflautas recuerdan por las redes sociales que el 28,6% de la población española se halla en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador Arope. Difunden asimismo que en 2016 el Estado español entrega 13,2 millones de euros al mes a la iglesia católica, a cuenta de lo que espera recaudar con la casilla “fines religiosos” del IRPF. En julio de 2016 la Asamblea de Yayoflautas de Cataluña reivindicaba en el documento “Una vida digna para nuestras hijas” la jubilación a los 60 años, con partidas en los presupuestos estatales que garanticen la viabilidad de las pensiones públicas. Pedían que no se aplique la reforma laboral, que no se ejecuten desahucios y la renta básica universal.
Enfundado en el característico chaleco reflectante, Paco Reyes afirma que cuando el colectivo de Yayoflautas se acerca a los centros de mayores, los directores y gerentes en ocasiones no les dejan entrar, hablar de política y tampoco informar del “robo” de la “hucha” de las pensiones. “Ya lo dijo Juncker, el presidente de la Comisión Europea: primero lanzan un globo sonda, y si no hay reacción poco a poco avanzan en la reforma; y así hasta aprobar la ley completa, que luego es muy difícil de revertir”. “Lo dice Juncker, no un Yayoflauta”, insiste el activista. Él y su pareja no se verán especialmente afectados, debido a la paga suplementaria que perciben por los años trabajados en Alemania. Parte de ese dinero lo destinan en casa a “comedor social”, según afirma, con los hijos y los nietos. También a “guardería infantil” y a “quitarles la mierda” a los niños.
Rebautizada por los Yayoflautas como del 15-M, por la plaza del Ayuntamiento de Valencia marcha P. Vidal, de 65 años y recientemente jubilado. Ha venido de Barcelona con la Marea Pensionista, y muestra una pancarta con la leyenda “Estudiante trabajador, luchamos por tu pensión”. Sobre el fondo bronce de la pancarta, destaca la figura del fallecido político y cantautor José Antonio Labordeta. “Están privatizando el Estado del Bienestar, y la gente tiene miedo”. P. Vidal recalca que les cuesta llegar con las propuestas, sobre todo, a la gente joven. Por eso intentan dirigirse a los universitarios y, con ‘pegatinas’ en los cajeros automáticos, exhortar a los pensionistas a que no ingresen en los bancos la paga extra de Navidad. Recuerda que la mitad de los nueve millones de jubilados del estado español perciben una pensión inferior al salario mínimo interprofesional, establecido en 650 euros mensuales.
El sindicalista y docente Agustín Moreno destaca en el artículo “Salvar las pensiones”, publicado en el periódico Cuarto Poder el 21 de agosto de 2016, que el 34% de los hogares españoles tiene como fuente de ingresos principal algún tipo de pensión. Se refiere en el texto, literalmente, a un “saqueo” y “vaciamiento sistemático” de la llamada “hucha” de las pensiones. Constituido en el año 2000, el Fondo de Reserva llegó a contar con 66.815 millones de euros en 2011, pero “el gobierno de Rajoy se lo ha ido puliendo” hasta dejarlo en 24.207 millones de euros (julio de 2016). Moreno apunta algunas razones de la merma en la “hucha”. En primer lugar, la caída de los ingresos en la Seguridad Social debido al menor número de cotizantes (se perdieron 2,9 millones entre 2007 y 2013) por los despidos, los ERE y el desempleo. El Fondo de Reserva también ha menguado al disminuir las bases de cotización como consecuencia de las políticas de devaluación salarial, austeridad y las reformas laborales. Otro factor que ha contribuido al vaciamiento de la “hucha” es la reducción de las cotizaciones a los empresarios, a través de las llamadas “tarifas planas” (caída de 2.500 millones de euros en la recaudación de la Seguridad Social en 2016).
Asimismo en Cuarto Poder (“La hucha de las pensiones se agota: ¿Qué hacer?”, 22 de julio de 2016), el Inspector de Trabajo y Seguridad Social, Héctor Illueca, proponía el aumento de las cotizaciones empresariales, la supresión de las “injustificadas” bonificaciones existentes; y concentrar los esfuerzos de la Inspección de Trabajo en las situaciones de “infra-cotización” por excesos de jornada y por los abusos en los contratos a tiempo parcial. Éstas constituyen, a juicio de Illueca, la principal bolsa de fraude al sistema de Seguridad Social. En diciembre de 2015 el catedrático Vicenç Navarro resaltaba en el diario Público que los activos del Fondo Público de las Pensiones se había invertido en un 97% en títulos de deuda pública, de modo que habían servido para financiar el “rescate” de la banca. “Los medios de comunicación españoles han guardado un silencio ensordecedor” sobre esta circunstancia, agregaba el economista.
Pepa Gallardo, de 72 años y vecina del barrio madrileño de Vallecas, se queja de los salarios cada vez menores “que llevan a la gente a situaciones de desesperación”. Tiene una hija en paro, que cobra la prestación de desempleo y prepara unas oposiciones. Con una pensión de 600 euros a la que se agrega la de mil euros que percibe su marido, considera que sus circunstancias no son las peores. “A muchos jubilados les llega información manipulada, debido a la propaganda piensan que la izquierda va a robarles la casa y las pensiones, cuando lo está haciendo un gobierno de derechas”, explica esta integrante de los Yayoflautas. Coincide en la experiencia de otros compañeros cuando se dirigen a los centros de mayores: “Llega la directora y dice que ‘no”, ‘que estos de la izquierda mienten’ y que las pensiones las pagan ellos”. Es más, ante la próxima investidura de Rajoy, “también parece que toda la culpa la tenga la izquierda: intentan justificar lo injustificable”. El testimonio de Pepa Gallardo coincide con el manifiesto final de la movilización, que una activista lee en la plaza del Ayuntamiento. “Los medios de comunicación son quienes hacen creer que resulta inviable el sistema público de pensiones”. Se trata, según el texto, de una estrategia impulsada por el Gobierno, al servicio del poder financiero y las aseguradoras. Los Yayoflautas están seguros de que se hallan amenazadas las pensiones de un colectivo de nueve millones de personas; y las de sus hijos. “Corre peligro nuestra dignidad”.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta